
[ ✦CINCO✦ ]
―¿¡Hablas en serio!?― Preguntó Taehyung sin creer lo que Park les había contado.
―¿Puedes bajar la voz? Por favor― Pidió JiMin mirando molesto al castaño.
―L-Lo siento― Dijo bajando el volumen de su voz. ―Pero, ¿Cómo pasó?¿Cómo hiciste para que aceptara tener una cita contigo?
―Estrategia, pura estrategia― Respondió JiMin con una sonrisa.
―¿Estás seguro de que él asistira?― Namjoon miró con preocupación a su amigo. Conociendo a Yoongi, lo más probable era que faltara a la cita y evitara a JiMin. Algo que definitivamente, pondría muy mal a su amigo, y él no quería verlo sufrir o llorar otra vez.
―Irá, tiene que asistir, por que de lo contrario, sabe lo que puede pasar.
Namjoon suspiró al escuchar las palabras de su amigo. ―Solo... no te hagas muchas ilusiones, por favor― Pidió. ―No quiero verte triste o llorando por su culpa otra vez.
―No es su culpa― Negó. ―Es mía por enamorarme de él.
Horas después, cerca de la hora de salida, JiMin marcó el número de Yoongi que tardo como tres minutos en responder.
―Hola― Se escuchó la voz de Yoongi atravez de la llamada sacándole una sonrisa al rubio.
―Hola, lobito― Habló con voz grave y seductora sabiendo que eso hacía encender el cuerpo del pelinegro. ―Dime, ¿Estás listo para nuestra cita?
―Park― Se escuchó en respuesta.
―Park... Muy frío...― Negó con la cabeza aún sabiendo que Yoongi no lo estaba viendo. ―¿Por qué mejor no me dices... Mi Futuro Esposo?― Una sonrisa apareció en su rostro al imaginar la reacción del pelinegro luego de escuchar sus palabras.
―¿Alguna vez te han dicho que eres molesto?
―Muchas veces― Soltó una pequeña carcajada antes de volver a ponerse serio. ―Te espero en el Museo que está a cinco cuadras de la Universidad.
Un resoplido se escuchó antes de que Yoongi volviera a hablar. ―Bien― Fue lo último que dijo antes de cortar.
JiMin miró el celular en sus manos. ―Me cortó...― Una sonrisa divertida apareció en sus labios. ―Definitivamente, amo a este chico.
Unos quince minutos después, Yoongi ingresó al museo buscando con la mirada al rubio que ya lo había visto desde que ingresó. JiMin sonrió y silenciosamente se acercó hasta el Alfa pelinegro, posicionándose justo detrás de él.
―¿Buscas a alguién, lobito?― Susurró cerca del oído del pelinegro provocando que este diera un pequeño brinco asustado y volteara a verlo con molestia.
―¡Hijo de...― El dedo índice del Alfa rubio sobre sus labios lo hizo callarse.
―No digas groserías― JiMin negó con la cabeza. ―Al menos no lo hagas en lugares como este― Dijo, haciéndole recordar al pelinegro que aún estaban dentro del museo. ―Pero no perdamos más el tiempo, mejor vamos de una vez a nuestra cita― Quitó su dedo de los labios del contrario.
―Antes de que vayamos, quiero preguntarte algo― JiMin lo miró como incitándole a realizar su pregunta. ―Si voy a esta cita contigo, ¿no dirás nada de lo que paso antes, verdad?
JiMin sonrió abrazando al pelinegro por la espalda. ―Eso dependerá de tus acciones, lobito― Susurró. ―Si te portas bien... no tendrás problemas, pero... si vuelves a ignorarme o empiezas a evitarme... entonces... deberás enfrentarte a las consecuencias, lobito― Al finalizar, dejó un beso en la mejilla del pelinegro antes de soltarlo y ver como el rostro de Yoongi se sonrojaba fuertemente.
―T-Tú...― Yoongi llevó una de sus manos hasta la mejilla donde JiMin lo había besado.
Yoongi sintió su rostro caliente por la vergüenza y mordió su labio inferior, ¿Qué diablos tenía JiMin que lo ponía así?, aunque ahora se sentía un poco aliviado de saber que Park no diría nada, claro, eso siempre y cuando él cumpla con los deseos del rubio...
Joder, ¡Eso significa que me convertire en su esclavo!
―De verdad que te ves lindo sonrojado― La voz de JiMin lo sacó de sus pensamientos antes de sentir como su mano era tomada por la mano del rubio. ―Vamonos.
Yoongi suspiró, ya no había vuelta atrás.
Jodido lío en el que me metí.
Ambos caminaron hasta el estacionamiento del museo donde estaba el auto de JiMin, un hermoso convertible de color negro, donde JiMin le abrió la puerta dejándole ingresar para posteriormente rodear el auto para subir y comenzar a conducir con una mano.
“Al menos podré pasearme en un auto lujoso” Pensó Yoongi al ver el hermoso auto por dentro. “Yo definitivamente no podría comprar uno como estos jamás”
De esa forma, ambos fueron juntos hasta un restaurante bastante alejado de la Universidad donde nadie podría reconocerlos. Al llegar al lugar, una atractiva Alfa los atendió y los guío hasta una mesa la cual ya había sido reservada con anterioridad por el Alfa rubio.
—¿Habías venido alguna vez a Serendipia?— Preguntó el rubio cuando estuvieron sentados en una de las mesas.
―¿Eh?
―El Restaurante, así se llama— Explicó JiMin con una sonrisa divertida mirando la cara nerviosa de Yoongi.
―La verdad no, nunca he estado aquí― Respondió, dándole una mirada al lugar.
―Entonces, tampoco debes saber que este restaurante está inspirado en los deltas, ¿verdad?― Preguntó, viendo como los ojos del contrario se abrieron como platos.
―¿Q-Qué? Y-Yo no soy u-un delta.
―Aún― Corrigió el rubio con una sonrisa coqueta.
―¡Jamás voy a estar contigo!― Exclamó Yoongi llamando la atención de los demás comensales.
―Veo que alguién no tiene miedo de que los demás se enteren de que otro Alfa le está coqueteando― Dijo.
El rostro de Yoongi se puso rojo al notar todas miradas de los demás puestas sobre él. Estaba acostumbrado a las miradas de los demás pero no por razones como estas.
―Y lo vuelvo a repetir, te ves realmente lindo cuando estás sonrojado.
―C-Callate― Masculló el pelinegro entre dientes.
―Solo digo la verdad, lobito.
Yoongi iba a decir algo pero la Alfa que anteriormente los había atendido, volvió con los platos de comida que ellos habían ordenado.
―Gracias― JiMin le sonrió a la Alfa la cual también le sonrió en respuesta antes de retirarse.
Todo esto siendo observado por un pelinegro que involuntariamente soltó un gruñido ganándose la mirada del Alfa rubio quién sonrió divertido por la reacción del contrario.
―¿Qué pasa, lobito? ¿Estás celoso?― Preguntó viendo como Yoongi volteaba los ojos. Aquello le sacó una pequeña risita. ―Tranquilo lobito, nadie va a quitarte tu lugar― Dejo en claro de manera muy segura. ―Ten por seguro, que el único que se ha robado mi corazón, eres tú.
Y esa era la verdad, Yoongi era el primero y el único que se había robado su corazón. Yoongi era el dueño de sus suspiros, de sus noches en vela, de sus pensamientos, pero sobre todo, era el dueño de su fantasías.
Talvez era cierto que en el pasado había tenido parejas sexuales, pero era solo eso, sexo. Lo hacían una vez y nunca más se volvían a ver. Pero con Yoongi, con él las cosas eran distintas, al pelinegro no lo quería solo como una pareja sexual, no, a él lo quería como algo más. Su lobo y él estaban de acuerdo en que no querían algo pasajero, sino algo serio, una relación seria con Yoongi, y lo iban a lograr.
―Si, claro.
―Me duele que no me creas― JiMin llevó su mano derecha hasta su pecho fingiendo sentir dolor. ―Mejor comamos o la comida se enfriará.
―En eso si estamos de acuerdo― Respondió Yoongi, comenzando a comer, sacándole una sonrisa al rubio por lo adorable que se veía al saborear cada plato.
“Es jodidamente lindo”
“En eso te doy toda la razón, humano”
JiMin se sorprendió al escuchar aquello, en lo que llevaba de vida, jamás, había escuchado a su lobo hablarle.
“¿Chimy?”
“¿Por qué tan sorprendido, humano? Acaso no es normal que puedas escucharme”
“Sería normal si me hubieras hablado antes, hasta ahora solo tenía reacciones tuyas, pero nunca había escuchado tu voz” Explicó. Antes había tratado de comunicarse con su lobo pero nunca obtenía una respuesta, solo algunos gruñidos.
“Ugh, perdón por eso, suelo estar siempre durmiendo, o así era hasta hace poco, pues por alguna razón me cuesta dormir como antes. Aunque, con lo que he visto y presenciado estos días, creo saber la razón por la cual me cuesta dormir”
“¿A qué te refieres?”
“Me refiero a ese pelinegro que tenemos frente a nosotros” Respondió, dejando sorprendido al rubio. “¿Tú también tuviste que haberlo sentido, verdad?”
“Espera... ¿Entonces, no fue mi imaginación?”
“Creo que tu conoces la respuesta, humano. Ese chico, él es nuestro destino”
“Pero, ¿Cómo puede ser? Se supone que nacemos con un destinado omega” O al menos, eso era lo que le habían dicho a él durante toda su vida.
“Es difícil de explicar, ahora solo centremonos en disfrutar la presencia de nuestro compañero”
“Me debes una explicación, Chimy” Y luego de eso, no volvió a recibir una respuesta.
“Eso definitivamente fue muy extraño”
―Oye, rubio― La voz de Yoongi llamándole lo trajo de vuelta a la realidad.
―¿Qué sucede, lobito?― Preguntó, dirigiendo su atención al pelinegro sentado al frente suyo.
―La señorita te está preguntando si deseas algo de tomar― Respondió, mirando de reojo a la Alfa que antes les había traído su comida.
JiMin dirigió su mirada a la Alfa. ―Lamento no haberle respondido antes, estaba pensando en algo― Explicó. ―Pero si voy a pedir una Coca-Cola.
―Claro, entonces dos Coca-Colas, ¿verdad?― Preguntó.
Ambos se miraron entre si, sin creer que habían pedido lo mismo.
―Si― Respondió Yoongi, mirando a la Alfa, al ver que el rubio no respondía.
―De acuerdo, enseguida se las traigo.
Minutos después, ambos recibieron sus bebidas, y unos veinte minutos después, los dos ya habían terminado de comer. JiMin fue a la caja para pagar por lo consumido y luego regreso junto a Yoongi para ir a su auto e ir al siguiente lugar.
―¿A donde vamos ahora?― Yoongi miraba por la ventana como se alejaban cada vez más de la Ciudad.
JiMin sonrió, el siguiente lugar definitivamente era uno que a Yoongi le iba a encantar, había investigado demasiado como para tener un increíble día junto al pelinegro.
―Tranquilo, lobito, no voy a secuestrarte si eso es lo que estás pensando― Respondió, sin despegar su vista de la carretera.
―Te mataría antes de que lo intentaras.
―No lo dudo― Respondió. ―De los dos, es obvio que el más fuerte eres tú.
Aquella facilidad con la que JiMin aceptaba ser más débil que él, sorprendió bastante a Yoongi, los Alfas no suelen aceptar las cosas así de fácil y mucho menos actuan como JiMin lo hace, pero el rubio definitivamente rompía todos los estereotipos que habían sobre los Alfas.
“Es tan malditamente extraño... Pero,... ¿por qué siento que me gusta que sea de esa forma?”
“Talvez por que es así como nos gustaría ser, sin importarnos lo que digan los demás, sin miedo de hacer lo que realmente nos gusta”
Esa fue la respuesta que obtuvo de su lobo, y él sabía muy bien que eso era cierto, pues él realmente tenía miedo de lo que pensaban o decían los demás acerca suyo. Tenía miedo de cometer algún error y ser criticado, eso no podría soportarlo.
―Es bueno que lo sepas― Dijo con una sonrisa de lado. ―Soy bastante aterrador cuando me enojo, y también soy muy vengativo.
―Es bueno saberlo, de esa forma evitare hacerte enojar― Dijo también con una sonrisa de lado. ―Aunque realmente no tengo planes de hacerlo, contrario a eso, en mis planes está el ganarme tu corazón― Confesó, volteando a verlo por unos segundos antes de volver a poner su vista en la carretera, viendo como las mejillas de Yoongi se tornaron de un leve color carmesí.
―¿C-Cómo puedes decir cosas como esas tan a la ligera?
―Solo digo la verdad... Pues mi corazón me está diciendo... que eres el único para mi.
―¿Ya llegamos?― Yoongi prefirió cambiar de tema. Definitivamente, él no estaba listo para escuchar cosas como esas, menos viniendo de otro Alfa.
Park soltó una sonora carcajada ante el cambio tan brusco de tema por parte del pelinegro, era jodidamente lindo y adorable, y eso solo lo hacía enamorarse cada vez más.
―Aún faltan unos veinte minutos para llegar― Respondió.
―¿Puedo poner música?
―Claro, no necesitas pedir permiso para hacerlo, si quieres escuchar música puedes hacerlo libremente.
―Bien― Yoongi encendió su celular, fue a su música y buscó sus canciones favoritas para reproducirlas.
El resto del camino se la pasaron en silencio, escuchando las canciones que el Alfa pelinegro habia puesto, y tarareando algunas partes. Unos momentos después, llegaron a su destino. Un hermoso campo abierto, junto a un establo de caballos los cuales podían ser rentados por horas e incluso por días.
Yoongi miró al rubio con sorpresa. Hace años que no montaba un caballo y creía haber olvidado como hacerlo, pero ahora, al ver el lugar y a los caballos, sentía unas inmensas ganas de cabalgar.
―¿Te gusta?― Preguntó JiMin, apreciando el paisaje sintiendo el aire chocar contra su rostro. Sin duda el aire fresco era muy relajante. ―He reservado este lugar solo para nosotros dos.
―¿Cómo sabías que me gusta cabalgar?
―Tengo mis métodos― Respondió, tomando la mano del pelinegro para caminar al interior del establo y escoger dos caballos.
―Me gusta este corcel, lo quiero― Dijo Yoongi sacando a un caballo de color negro del establo.
―Claro, ahora es mi turno para elegir― JiMin observó a los corceles y se decidió por uno de color blanco. ―Hacemos una combinación perfecta, ¿no lo crees?― Preguntó, al notar que el color de los corceles eran opuestos pero se complementaban entre sí.
―Veamos quién es el mejor en esto― Desafió Yoongi luego de subirse al caballo.
―De acuerdo, pero si yo soy mejor que tú, entonces me dejaras invitarte la cena― JiMin lo retó, subiéndose en el corcel.
―Eso ya lo veremos― Ambos se posicionaron a la misma altura antes de comenzar a cabalgar por todo el campo abierto.
Unas dos horas después, ambos ya estaban por regresar al establo y devolver los caballos, pero JiMin tomó otro camino y le pidió a Yoongi que lo siguiera.
―¿A donde vas?― Preguntó desconcertado por el camino que el rubio estaba tomando. ―El establo está por el otro lado.
―Ya lo se, pero hay algo que quiero mostrarte― Respondió. ―Así que, ven conmigo, por favor― Pidió.
―Voy solo por que tengo curiosidad de saber que es lo que me quieres mostrar, no por que tú me lo pides.
―Claro, haré como que te creo― Dijo aumentando la velocidad en la que cabalgaba.
Yoongi lo siguió y unos minutos después, llegaron a un hermoso lago, el cual brillaba al ser iluminado por los rayos del sol, el cual ya estaba ocultándose.
Ambos bajaron de los caballos para apreciar mejor el paisaje.
―Es hermoso....― Susurró Yoongi inconscientemente mientrás miraba el horizonte.
Habían llegado en el momento perfecto para ver la puesta de sol, sin duda, algo realmente hermoso de ver.
―Lo es, por eso quería mostrártelo― JiMin lo miró. ―Quería ver este hermoso paisaje contigo, y me alegra saber que te ha gustado.
―Park...
―No te pido que me aceptes, Yoongi.... Solo, solo dame la oportunidad de poder cortejarte, de acercarme a ti― Pidió. ―Dame la oportunidad de enamorarte.
―¿Cómo puedes estar enamorado de mí?― Preguntó Yoongi, volteando su rostro para ver al rubio. ―Soy un Alfa.
―Yoongi, a mi no me importa si eres un Alfa, un Omega o un beta, a mi lo único que me importa es que me dejes estar a tu lado, solo eso. Quiero ganarme tu corazón así como tú te haz ganado el mío desde el primer momento. Y el hecho de que seas un Alfa no me va a impedir amarte, por que lo hago, Yoongi, realmente te amo.
―Yo nunca he salido con nadie― Confesó el pelinegro desviando su vista de nuevo al horizonte. ―Es complicado para mí, sobre todo por que eres un Alfa. A mi siempre me enseñaron que un Alfa solo puede estar con un omega, no con otro Alfa, eso era anormal, una aberración.
―Yoongi...
―Dejame continuar, por favor― Pidió, haciendo callar al rubio. ―Toda mi vida creí en esas palabras, o al menos así era...― Volvió a mirar a JiMin, pero esta vez a los ojos. ―...Hasta que te conocí. Desde que apareciste en mi vida, me hiciste poner en duda todo lo que sabía y creía, por ti rompí mis propias reglas... y es raro, me siento extraño, y tengo miedo, ¿sabes? Tengo miedo de todo lo que generas en mi... miedo de aceptar lo que siento... Tengo miedo, JiMin, mucho miedo― Confesó con los ojos levemente cristalizados. No podía ocultarlo más, necesitaba decir todo aquello que llevaba guardado por dentro. ―Yo no soy así, yo no soy una aberración― Un sollozo salió de sus labios antes de que JiMin tomara valor y decidiera abrazarlo.
―Gustar de otro Alfa o ser un Delta no tiene nada de malo, lobito― Explicó. Definitivamente, odiaba los estereotipos que la sociedad había impuesto sobre ellos. ―Cada uno es libre de amar a quién quiera, es nuestra vida no la de los demás. Cada uno puede escribir su propio destino junto a la persona que elija.
―P-Pero...
―Cariño, que no te importe lo que piensen o digan los demás― Pidió. ―Es tu vida, no la de ellos. Con amar a otro Alfa no le haces daño a nadie― Explicó. ―Y está bien sentir miedo por algo nuevo o diferente, yo también lo tuve al inicio, pero debes entender que no estamos haciendo nada de malo y que lo que sentimos no nos hace una aberración...
―R-Realmente quiero c-creer en tus palabras...
―Entonces hazlo, cree en mí― Pidió, su voz sonaba dulce y delicada, pero al mismo tiempo, era demandante. ―Que te valga mierda los estereotipos de la sociedad y la opinión de los demás, si quieres algo entonces hazlo, si cometes un error, está bien, nadie es perfecto y todos se equivocan, y eso está bien...
―Y-Yo no soy tan valiente como tú, JiMin. Q-Quiero serlo, pero no puedo, mis miedos y temores... ambos son más f-fuertes que yo...
―Está bien, lobito― JiMin dejó suaves palmadas en la espalda del pelinegro. ―Te lo dije, ¿no? Está bien sentir miedo, no hay nada de malo en ello... Pero lo que si está mal, es que ese miedo que sientes, te impida ser feliz.
―Ayudame, por favor― Pidió, talvez se veía patético ahora mismo, pero necesitaba ayuda, estaba cansado de fingir ser alguién que no era. Él no era malo, no era aterrador, pero tenía miedo de ser juzgado si no lo era. ―Ayudame a librarme de estás cadenas que me tienen atado, ayudame a ser libre, por favor― Se sentía atado, preso de sus miedos, de sus demonios internos, y no era nada agradable.
―Si me dejas estar a tu lado, juro que hare todo lo posible para ayudarte a ser libre, te ayudare a ver el mundo de otra manera― Respondió. ―Estare siempre a tu lado, apoyándote y escuchándote cuando te sientas mal, voy a sostener tu mano entre las mías y nunca voy a soltarte. Si quieres llorar, te dejare hacerlo sobre mi hombro; si necesitas hablar, entonces, te escuchare; pero dame la oportunidad de estar contigo, dejame demostrarte que estar con otro Alfa no es tan malo como siempre te lo han enseñado. Dejame romper cada una de esas cadenas que te tienen atado, desaparecer cada uno de tus miedos o al menos intentarlo, por favor.
―Hazlo― Aceptó. ―Ayudame, ayudame y enseñame a amarte.
―Te prometo que lo hare, te repetire hasta el cansancio lo mucho que me gustas, te enseñare a que veas y sientas lo mismo que yo veo y siento cuando te miro― Aseguró. ―Gracias por darme la oportunidad de estar a tu lado― Una hermosa sonrisa apareció en sus labios antes de depositar un beso en la mejilla del pelinegro.
Yoongi sonrió ante ese dulce gesto por parte del rubio, ya no podía negarlo más, le gustaba aquello. JiMin limpió los ojos de Yoongi con su mano, quitando todo rastro de lágrimas, y una vez hecho, ambos voltearon a ver el horizonte nuevamente. Los caballos relincharon y ellos admiraron el paisaje, sintiéndose tranquilos y en paz, en este momento solo existían ellos dos y nadie más.
La noche ya había caído, el sol había desaparecido, y ahora, ambos eran alumbrados por la blanca y tenue luz de la Luna y las centenares de luciérnagas que habían en el lugar. La hermosa luna se reflejaba en el lago, dándoles una hermosa y magnifica vista, digna de ser admirada.
Y con esto, un hermoso día había sido finalizado, ahora tenían que regresar al establo y devolver los caballos, y posteriormente regresar a la Ciudad para cenar.
Ambos estaban regresando al establo en silencio hasta que Yoongi decidió hablar.
―Gracias.
―¿Por qué?
―Por este hermoso día, por ser tan paciente y comprensivo conmigo.
JiMin sonrió al escuchar las palabras del pelinegro. ―No necesitas agradecer por eso, con que me dejes estar a tu lado y me permitas conquistar tu corazón, es suficiente para mi.
―Prometo que pondre todo de mi parte para poder amarte tanto como tu lo haces conmigo― Prometió, siendo completamente sincero con sus palabras.
―Me alegra escuchar eso― JiMin detuvo el andar de su caballo al notar que ya estaban frente al establo, siendo seguido por Yoongi.
JiMin bajó del caballo y luego ayudó a Yoongi a bajar del suyo.
―Ven, te ayudare a bajar― Dijo JiMin sujetando la cintura del pelinegro quién sujetó los hombros del rubio para apoyarse en él y bajar del caballo. ―Listo, sano y salvo, mi lindo principito― Dijo cuando Yoongi ya estuvo de pie en el suelo.
―No soy un príncipe― Un ligero sonrojo apareció en sus mejillas, y aunque ya era de noche, JiMin pudo apreciar aquel detalle.
―Para mí si lo eres, el más guapo, lindo y apuesto príncipe― Dijo sin soltar la cintura del pelinegro.
Yoongi iba a decir algo luego de escuchar aquellas palabras por parte del rubio pero la voz de alguién más se lo impidió.
―Oh, veo que ya regresaron― El encargado del establo apareció detrás de ellos, pues iba saliendo del interior para fumar un cigarrillo pero luego de ver a aquellos dos afuera ya no lo hizo.
Yoongi por instinto se soltó del agarre del rubio quién soltó un gruñido en dirección al encargado pero disculpándose de inmediato por ello, pues el hombre no lo había hecho a propósito.
―Lamento haberlos interrumpido, por favor, continúen y hagan como que no me vieron― Pidió el pobre beta asustado por el gruñido que el pelinegro había soltado.
―No es necesario, nosotros veníamos a entregar los caballos, y perdón por gruñirle, aveces no puedo controlar mis instintos― Explicó, entregándole los corceles al beta, quién tomó las cuerdas de ambos caballos para guiarlos al interior del establo y darles de comer, siendo seguido por ambos Alfas.
―No se preocupen por eso, y espero que se hayan pasado una tarde agradable junto a estos corceles.
―Creame que lo hicimos, ambos caballos están muy bien domesticados y son bastante tranquilos. Talvez decida venir aquí otra vez cuando tenga tiempo libre.
―Los esperare con gusto― Dijo luego de darles su comida a ambos caballos.
―Bueno, nosotros ya nos retiramos― JiMin tomó la mano de Yoongi. ―Hasta otra oportunidad, señor― Se despidió del hombre.
―Adiós, señor― Yoongi también se despidió del hombre.
―Adiós, jovencitos.
Así, ambos salieron del lugar, tomados de la mano y caminando hasta el auto del rubio que estaba estacionado a unos metros del lugar.
―Hoy realmente la he pasado increíble― Confesó Yoongi cuando ya estuvieron dentro del vehículo.
―Opino lo mismo― JiMin depositó un beso en el dorso de la mano de Yoongi. ―Este sin duda ha sido uno de los mejores días de mi vida.
―Pero ya es hora de regresar― Yoongi sonrió divertido. ―Por que me estoy muriendo de hambre en estos momentos.
―Por supuesto, ahora mismo regresaremos a la Ciudad― Respondió JiMin comenzando a conducir el auto con una mano rumbo a la Ciudad. Tenía la ventaja de poder hacerlo ya que de esa forma no tenía la necesidad de soltar la mano de Yoongi.
La carretera, iluminada por la luz de la luna, se veía verdaderamente hermosa. Luego de unos treinta y cinco minutos, ambos ya se encontraban nuevamente en la Ciudad, buscando el restaurante que había reservado con anterioridad.
Momentos después, el auto se detuvo afuera de un restaurante muy lujoso, JiMin apagó el auto y salió primero, rodeó el auto y le abrió la puerta a Yoongi. Extendió su mano esperando que el pelinegro la tomara para ayudarlo a bajar, y Yoongi no se negó a esa ayuda. Una vez que ambos bajaron, el Alfa rubio tomo de la mano del contrario, y ambos caminaron hacia el interior del enorme lugar.
—Buenas noches, ¿Tiene una reservación?— Preguntó el Alfa, que estaba en la entrada.
—Sí, a nombre de Park Jimin— Respondió JiMin recibiendo un asentimiento por parte del Alfa azabache.
—Claro, síganme, los llevaré a su mesa— Ellos entraron tomados de la mano, siguiendo de cerca al chico, quién los hizo subir una escalera, apartandolos de los demás comensales.
Ambos llegaron a la segunda planta, dónde sólo había una mesa en medio de aquel salón, Yoongi miró a JiMin y esté solo le sonrió giñandole el ojo.
—Aquí está su mesa, en un momento le mandaremos a un mesero para que tome su orden― El Alfa azabache dejó los menús en la mesa antes de hacer una reverencia y salir de ahí.
—Ven, siéntate— JiMin jaló ligeramente la mano del pelinegro, invitándolo a sentarse. Yoongi le sonrió antes de tomar asiento y ver como el rubio tomaba asiento enfrente suyo.
—¿Te gusta?— Preguntó con una sonrisa.
Yoongi asintió, observando detalladamente el lugar. Un hermoso calendabro colgado del techo, parecía que tenía varios rubíes formandolo y siendo sostenido por unos tubos de oro, las luces eran ligeramente amarillas, dándole un toque rústico y cálido, mientras que las cortinas eran de un color oro con negro, dándole más combinación al lugar.
—Sí, me gusta... es muy hermoso.— Confesó mirando el lugar, para después dirigir su mirada al Alfa rubio.
—Me alegra que te haya gustado, realmente estaba muy indeciso.— Confesó. ―No sabía si te gustaría.
El Alfa pelinegro alzó sus cejas sorprendido y tomó la copa con vino que estaba en la mesa, llevándola a su boca para tomar del líquido.
—¿Por qué estabas indeciso?
—Porque quería que está velada fuera especial— Respondió. ―Bueno, quería que todo lo que hiciéramos en este día fuera especial― Confesó.
—Pues,... realmente lo lograste— Respondió, dejando la copa en la mesa.
A los pocos minutos, un mesero llegó para tomar su orden y se marchó nuevamente, prometiendo traer su orden lo más pronto posible, y momentos después, el mesero llegó con su orden, entregándoles su comida y haciendo una reverencia antes de retirarse dejando solos a ambos chicos.
―Está deliciosa― Dijo Yoongi luego de probar la comida.
―Es bueno que te haya gustado... Creo que pedire la receta para prepararla especialmente para ti.
―¿Sabes cocinar?― Preguntó el pelinegro sorprendido. Usualmente, a los Alfas no les gusta a cocinar, por lo que escuchar aquellas palabras por parte de JiMin lo sorprendió, pero luego recordó que el rubio era diferente al resto de Alfas.
―Por supuesto que lo se― Respondió. ―Mi padre me enseñó a hacerlo, bueno, mis dos padres me enseñaron a cocinar.
―¿Enserio?
―Sip, en casa todos somos amantes de la cocina y de la comida― Explicó. ―Pero más de la comida.
Yoongi soltó una carcajada al escuchar lo último. ―Ya lo creo.
Minutos después, ambos terminaron de comer, razón por la cual, el mesero regreso, llevándose los platos vacíos y dejando un postre enfrente de ellos. Un pastel de naranja para Yoongi y un pastel de fresa para JiMin.
—Me siento un poco lleno.— Admitió Yoongi.
—Vamos, sólo prueba un poco, sé que te va a gustar.— Ánimo el Alfa rubio, señalando el pastel de naranja con su propia cuchara.
El pelinegro miró el plato y asintió, sólo un poco más.
Yoongi tomó la cuchara y partió el pastel. Sus ojos se abrieron sorprendidos al ver que era lo que había detrás de la pequeña barra que había separado con la cuchara.
Un brazalete.
Yoongi miró confundido al rubio y esté solo se levantó de su silla para caminar hasta él y pararse a su lado, arrodillándose frente a él, dejando una de sus rodillas en el suelo y la otra flexionada.
―Este brazalete significo yo, Yoongi― Dijo mirándolo a los ojos. ―Me entregaré completamente a ti en cuerpo y alma― Dijo mientras comenzaba a poner lentamente el brazalete en la muñeca del pelinegro. ―Con este brazalete te estoy marcando como mío, no puedes ver a nadie más que a mí, así como yo no vere a nadie más que tú. Eres el dueño de mi vida y corazón, y se que aún no estás listo para una relación, pero... mientrás te este cortejando, no quiero que mires ni pienses en nadie más que en mi. Soy posesivo y codicioso, Yoongi, tu me haz hecho ser así, por esa misma razón te pregunto ahora... ¿aceptas mirarme solo a mí?
Yoongi asintió con algunas lágrimas en sus ojos. ―Tampoco creo poder mirar a alguién más― Confesó sacándole una sonrisa al Alfa rubio.
―Realmente te amo, Yoongi, y no descansare hasta que tú me ames de la misma forma en la que yo lo hago― Dijo, poniéndose de pie, abrazando la cintura del Alfa pelinegro y dejando unos cuantos besos en su mejilla. ―Te demostrare que el “amor entre alfas” no tiene nada de malo.
Yoongi sonrió, miró el brazalete en su mano y lo tocó con su otra mano, era hermoso.
―Cuidalo― Susurró JiMin cerca de su oído. ―Por que solo hay uno en todo el mundo.
―Lo cuidare con mi vida, te lo aseguro.
Luego de eso, ambos salieron del restaurante, tomados de la mano y con sonrisas en el rostro. Ambos estaban felices y sus lobos estaban de la misma forma, disfrutando de la compañía del contrario, y sobre todo, guardando cada detalle de este día en sus corazones.
JiMin llevó a Yoongi a su casa, dejándolo en la puerta de esta, y despidiéndose de él con un beso en la mejilla. Aún era muy pronto para ir por algo más, sobre todo por los temores que Yoongi tenía impregnados en su ser.
―Te veo en mañana en la Universidad― Dijo, recibiendo un asentimiento por parte de Yoongi.
Y aquí me tienen de vuelta con un nuevo capitulo de “Love Between Alphas” el cual espero que les haya gustado, así como a mí me gusto escribirlo.
Lamento haber tardado en actualizar, pero como había mencionado anteriormente, estoy en época de clases y por eso no tengo casi tiempo para escribir. Sin embargo, trato de hacerlo cada vez que tengo tiempo, para así darles un buen capitulo que leer.
Se que no soy una profesional en esto pero trato de hacer lo mejor que puedo para darles capítulos dignos de ser leídos, que tengan una historia con la cual distraerse y escapar de la realidad, imaginando como sería una relación entre nuestro JIMSU.
Así que, espero que hayan disfrutado el capítulo, y por último, no olviden dejar su estrellita y un comentario sino es mucho pedir.
Nos vemos en la próxima actualización, lxs quierx muchx.💖❤💖
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro