LXIX. DID YOU MISS ME, PRETTY EYES GIRL?
CAPITULO SESENTA Y NUEVE || ¿ME EXTRAÑASTE, CHICA DE OJOS BONITOS?
Febrero, 1997
Paige estaba acostada en su cama, mientras veía como el sol comenzaba a salir a través de la ventana.
Había pasado un mes. Un mes desde que Eva se había llevado a Caleb y Corvus, un mes que no sabía nada de ellos. Un mes que no escuchaba sus risas. Un mes sin comer bien. Un mes de no dormir bien.
Solo esperaba que estuvieran bien. Sobre todo Caleb. Sabía que, Corvus era hijo de Eva, por lo que quería creer que jamás le haría daño a su propio hijo pero...¿y Caleb?
Caleb no era su hijo. Y Paige había matado a su mejor amiga, casi hermana.
El pensamiento de que algo malo le estuviera haciendo a su hijo, hizo que se volviera a tapar la cara para comenzar a llorar.
Casi no salía del cuarto. Hasley había ido todos los días, y le había dicho que tenía que reponerse, jamás iba a encontrar a Caleb ahí encerrada, en la habitación.
Con quien si, no había tenido platica o contacto, era con Regulus.
Hasley le decía que salía temprano de casa y no regresaba hasta en la noche. A veces salía con Sirius, o a veces solo.
Salió de sus pensamientos cuando la puerta fue tocada. Ni siquiera se molesto en contestar. Si era Hasley, después del tercer toque abría.
Frunció el ceño cuando escuchó el cuarto toque. Su corazón comenzó a latir rápido cuando escuchó la voz del otro lado de la puerta.
—Anne...
Se levantó de la cama, mientras se limpiaba las lágrimas y abrió la puerta.
Cuando lo vio, trató de sonreír, pero le salió una mueca.
—Hola—Susurró Regulus
—Hola—Susurró de vuelta, Paige
Regulus la observo. Se veía pálida, tenía ojeras debajo de sus ojos. Aquellos ojos que lo habían hipnotizado. Esos ojos que jamás había podido descifrar de qué color eran. Y esas pestañas, largas y perfectas.
—Ven aquí—Regulus la atrajo a él, abrazándola
Paige no duró un segundo, cuando comenzó a llorar de nuevo.
—Los...los extraño—Susurro Paige en el abrazo
—Lo se, lo se—Dijo Regulus
Paige se separó, confundida y enojada.
—¿Por qué...por qué tú no estás triste?—Pregunto Paige—. ¿No los extrañas?
—Claro que los extraño—Contestó Regulus —. Creo que por eso vine aquí. A ti. Porque necesitaba más yo ese abrazo que tú.
Paige relajó su expresión. Y lo entendió. Sabía que Regulus no era la persona más expresiva del mundo. Le costaba.
—Yo...yo no quería...—Paige no termino de hablar, cuando ella misma, se lanzó a abrazar a Regulus de nuevo—. Lo siento. No quería hacerte sentir mal.
Regulus se separó de Paige, pero aún tenía sus manos en ella. Su mano izquierda estaba en la costilla—del lado derecho—de Paige.
—No pasa nada—Dijo Regulus—. Tienes que comer algo, Paige. Hasley me ha dicho que no has comido bien.
—Si te soy sincera...no tengo hambre—Dijo Paige
Regulus iba a contestar, pero escucharon pasos subir, corriendo, las escaleras. Regulus se separó de Paige, extrañado.
—¡Ya se!—Theodore llegó corriendo a donde estaban—. Hola, tío Reg.
Regulus rodó los ojos.
—¿Que es lo que sabes?
—¡Ya se donde encontrar a Caleb y Regulus Jr!—Dijo Theodore
Terence apareció ante la vista de los tres, seguido por Daphne.
—¿Donde?—Pregunto Paige, esperanzada
—Bueno...—Comenzó Theodore—...hablando con mi mamá, contándole la situación...ella recordó de una cabaña que tenía mi tío Evan en un lugar en el bosque. Que, dijo que iban ahí, ella, Evan y Eva, cuando eran niños.
—Vamos...
Regulus tomó, delicadamente, el brazo de Paige.
—Iremos cuando te bañes y te cambies—Dijo Regulus
—¡Debemos ir ahora!—Dijo Paige
—Vamos, Paige—Dijo Terence—. Enserio te urge un baño.
Paige lo vio de mala gana. Daphne le dio un golpe a Terence, quien se quejó, mientras Theodore se reía.
—Escucha...—Regulus volteó a ver al trío, quienes entendieron
—Claro...—Theodore suspiró—...no porque soy tu ahijado, tu sobrino favorito. Esta bien, algún día vas a necesitar de mi y...
Theodore se fue—junto con Terence y Daphne—mientras se quejaba y dramatizaba todo.
—Como decía—Habló Regulus—. Báñate y cámbiate...si están ahí, no irán a ningún lado.
—¿Lo juras?—Paige hizo un puchero
Regulus le pasó un mechón de cabello detrás de la oreja.
—Lo juro—Regulus alzó su mano enseñando el dedo meñique
Paige sonrió, y repitió la acción. Sin saber como, le dio un beso rápido en los labios y se metió al cuarto. Sin saber que Regulus se quedó unos segundos más ahí, con una sonrisa en su rostro.
Cuando Regulus, se dio la media vuelta su expresión cambió.
—Así que...¿ya la puedo llamar tía?
—¿No habías bajado con tu novia?—Pregunto Regulus
—Si, pero se quedó hablando con la tía Lila—Dijo Theodore—. Se que soy tu ahijado, y tu sobrino favorito...
—Jamás dije eso—Interrumpió Regulus, mientras bajaba las escaleras
—Pero, si vas enserio con Paige, que mas vale que así sea...debemos tener una pequeña plática.
—Ustedes esperen aquí—Susurro Regulus
Paige tuvo que quedarse. Desde donde estaban podían ver la cabaña que Clarisa, la madre de Theodore les había indicado.
Paige estaba nerviosa. Quería creer que ahí estaban. A su lado, estaban Theodore, Terence, Sirius y Hasley.
Vieron como Regulus tocaba la puerta, hasta que pasaron unos segundos.
Eva borró la sonrisa que tenía en el rostro, intentó cerrar la puerta pero Regulus lo impidió.
En cuando Paige vio que Eva si estaba ahí, no dudó en salir del escondite y correr a la casa. Todos la siguieron.
Cuando entraron a la casa, se dirigieron a donde se escuchaban las voces.
—Te lo voy a preguntar una vez más, Eva—La voz de Regulus se escuchó—. ¿Donde está?
Paige se colocó a su lado, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Eva estaba del otro lado de la mesa, pero Paige no veía a Eva. Paige veía al niño que Eva cargaba.
Caleb.
Paige lo observo. Lo veía diferente, ¿como no? Había pasado un mes desde que no le veía.
—Caleb...
Paige dio un paso hacia ellos, pero Eva apuntó a Caleb dando a entender que no se acercará así que se alejó. Pero ahora la veía con enojo.
Paige no se dio cuenta de que, Regulus y Sirius se veían. Como comunicándose.
Sirius era el más cercano a Eva, pero ella no lo había notado.
Hasley supo lo que harían, por lo que intentó distraer a Eva.
—Mira, Rosier...
—¡Quédate donde estas!
Hasley detuvo sus pasos.
—Bien...
Eva vio como Regulus sacaba su varita y la apuntaba.
Paige solo grito cuando vio que un rayo de luz chocaba con Eva, pero suspiró cuando vio que Sirius alcanzaba a agarrar a Caleb en el aire.
—Te tengo—Dijo Sirius
Paige corrió y Sirius le entregó a Caleb. Paige lo abrazó, sintiendo que podía respirar en paz, de nuevo.
Regulus se acercó a ellos, Caleb al verlo sonrió y estiró sus brazos hacia el. Paige, se lo dio.
—¡¿Como se te ocurre?!—Paige lo golpeo en el hombro—. ¡Lo tenía en brazos!
—¿Anne?
Paige se dio la media vuelta, y sonrió cuando vio a Corvus.
—¡Corvus!
Corvus corrió hacia Paige, quien se agachó para poder abrazarlo mejor.
—¡Sabía!—Dijo Corvus en el abrazo—. ¡Sabía que nos encontrarían!
—Creo que debemos llevar a Eva para que la encierren en Azkaban—Habló Hasley—. Aunque, no servirá de mucho. No si el ministerio está bajo el mando de...ya saben.
—¿Me extrañaste, chica de ojos bonitos?—Dijo Corvus separándose del abrazo
—Como no tienes idea—Dijo Paige
Paige se levantó y tomó a Caleb en brazos. Para después ver cómo Regulus y Corvus se abrazaban.
—Yo también te extrañe, papá—Dijo Corvus, como si supiera lo mucho que Regulus quería decirle pero sabiendo que no suele expresarse
—Oh, Caleb—Habló Theodore—. Ven con tu padrino...
—¡Paige nunca ha dicho que fueras su padrino!—Dijo Terence
¿Que les pareció?
¡ÚLTIMOS CAPÍTULOS!
Pobre de mi nena💔
Reige, mis padres!
Corvus y Caleb, mis bebés...
Maldita Eva, ya te tocará...
Teorías...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro