EXTRA 3
«CORVUS BLACK'S LIFE»
📌MANSIÓN BLACK
[ CORVUS BLACK ]
Enero, 1997
Paige bajo las escaleras, al entrar a la sala, se quedó quieta.
Eva estaba ahí. Se veía con ojeras. Paige la entendía, había perdido a sus dos mejores amigos. Pero uno lo había matado su propia amiga.
—¡Caleb!
Corvus se levantó del piso, corrió hacia Paige y extendió los brazos.
Paige, con algo de desconfianza—no por Corvus, si no por Eva—le dio a Caleb.
—¿Puede quedarse conmigo, chica de ojos bonitos?—Pregunto Corvus
—Yo...este...
—Por favor—Corvus hizo un puchero
—Pequeño niño manipulador—Paige le revolvió el cabello, haciendo a Corvus reír—. Cualquier cosas llamas a Kepi, ¿okey?
Corvus asintió, se dio la media vuelta y se volvió a sentar en el piso.
Paige, dándole una última mirada a Eva, se dio la media vuelta y se fue.
Cuando Eva vio a Paige desaparecer por el pasillo sonrió. Sacó su varita detrás de ella, con la que estaba controlando a Corvus a través de la maldición imperio.
Aún controlando a Corvus, hizo que se levantara del piso al mismo tiempo que ella del sillón.
Salieron de la mansión sin ser vistos y sin hacer ruido.
Una vez afuera, Eva tomó a Caleb en sus brazos.
Sin dejar de controlar a Corvus, lo tomó de la mano e hizo una aparición en un bosque.
Cuando volvió a abrir los ojos, frente a ella había una cabaña.
Esa cabaña le traía tantos recuerdos, y todos eran felices.
Esa cabaña era de Evan Rosier, su hermano mayor. Aún recuerda cuando le dijeron que él había muerto.
Claro que le había afectado, le había dolido, era su hermano.
Pero Eva debía de reconocer que a ella ni a Mackenzie le había dolido tanto la muerte de Evan como lo fue a Clarissa.
Después de todo, si, las tres mujeres amaban a Evan como el hermano mayor. Pero Mackenzie y Eva siempre supieron que no había nada tan especial como la conexión que tenían Evan y Clarissa.
Tal vez, esa era la razón por la que a Eva, Clarissa jamás le cayó bien.
Aún recuerda la decepción que vio en los ojos de Clarissa cuando Evan le dijo en lo que se había convertido. Ese día...algo había cambiado en ambos. Ya no eran tan apegados. Dejaron de hablarse, Clarissa juraba que odiaba a Evan...hasta que le dijeron que murió y la castaña decía que quería regresar el tiempo y no enojarse con él.
Eva sabía que Evan le había dejado esa cabaña exactamente a ella, porque en esa cabaña siempre fueron ellos cuatro. Sin tener que mostrar personas que no eran.
Limpiándose una lagrima, camino hacia la puerta y la abrió.
Justo en ese momento deshizo el hechizo a Corvus, quien vio todo confundido.
—¿Donde estamos?—Pregunto Corvus
Eva le sonrió.
—Hubo problemas en la mansión, y tuvimos que irnos de ahí—Mintió Eva—. Tu padre...me dijo que los trajera aquí, por seguridad. No lo recuerdas porque te borraron la memoria de algunas cosas para seguridad tuya y de otros.
Corvus asintió, no tenía porque desconfiar de su propia madre, ¿o si?
—¿Puedo explorar la casa?—Pregunto Corvus
—Solo nada de salir a la parte de enfrente, ¿okey?—Dijo Eva
Corvus asintió.
—Iré a...ver que puedo preparar de comer—Dijo Eva
Corvus desapareció de su vista.
[ ... ]
Una semana después, Corvus estaba sentado en el piso, mientras leía un libro que había encontrado por ahí.
Ciertamente no le gustaba leer, pero era lo único entretenido en la casa. A su lado, estaba Caleb mientras jugaba con algunos juguetes.
Eva entró a la sala, y se sentó en el sillón.
—¿Sucede algo, mamá?—Pregunto Corvus, con un tono diferente
—No, nada grave—Dijo Eva—. Pero...¿podemos hablar?
Corvus asintió, dejó de lado el libro y vio a Eva.
—Quiero...quiero explicarte porque me fui—Comenzó Eva, Corvus trago saliva—. En primera...quiero disculparme por haberte dejado...yo...tenía miedo. Y no sabía cómo ser madre.
—Papá tampoco sabía cómo ser padre—Habló Corvus—. Y aún así se quedó, y no me abandonó.
—Pero tu padre tenía apoyo—Dijo Eva
—¿La mamá de Paige no te apoyo?—Pregunto Corvus
—Mackenzie era...difícil—Respondió Eva—. Ni con sus propias hijas podía.
Corvus asintió. Sabia que en eso Eva tenía razón. Pero, no creía que hayan llegado ahí por la razón que ella le había dicho.
Sabia que si su padre quería protegerlo, hubiera hecho que cualquiera cuidara de él, no Eva.
Y aparte, su padre jamás, jamás, le borraría la memoria. Lo conocía demasiado bien.
—Me dejaste un año con los Parkinson, por lo que tengo entendido—Dijo Corvus, alzando una ceja
Eva vio en ese momento, lo demasiado que se parecía Corvus, físicamente a Regulus. Pues hizo la misma expresión que Regulus siempre le hacía cuando ya sabía las cosas.
—Veo que...Paige te ha contado—Dedujo Eva
—Más de lo que crees—Murmuro Corvus—. Pero el punto aquí no es ese.
—Tienes razón, el punto aquí es que...yo tenía miedo—Dijo Eva—. Jamás tuve unos padres que me enseñaran cómo ser...
—Papá tampoco—Interrumpió Corvus—. Ni siquiera Paige, y ha sido más madre que tú.
—Creí que podría hablar contigo, sinceramente—Dijo Eva, molesta—. Me equivoqué. Eres igual que tu padre. Solo esperas el momento exacto para sacar...
—¿La verdad?—Interrogo Corvus, Eva lo vio mal—. Sinceramente ya no se que creer—Corvus tomó el libro, de nuevo—. Se supone que volviste para recuperar el tiempo. Y siento que solo me utilizas.
—No se de que...
—¿Enserio crees que me creí ese cuento tuyo?—Hablo Corvus, mientras "leía" el libro—. Ese cuento sobre que mi papá me borró la memoria por seguridad. Ese cuento sobre que estamos aquí porque así lo quiso papá. Lo conozco como si fuera yo. Y se que jamás, jamás, haría eso.
—¿Por qué crees eso?—Pregunto Eva
—Porque papá te odia demasiado como para dejar que me lleves contigo—Explicó Corvus, sin ver a Eva—. Pero sobre todo, ¿crees que la chica de ojos bonitos te hubiera dejado llevarte a Caleb?. Enserio, Eva, hubieras pensado en eso antes de hacer todo lo que hiciste.
—Y si fuera real todo lo que dices, ¿por qué no estás asustado?—Dijo Eva
Corvus alzó la vista del libro, y vio a Eva a los ojos.
—No se mucho sobre cómo es papá fuera de la mansión—Comenzó Corvus—. Y tampoco te lo deseo, Eva, pero te metiste con lo más sagrado que tiene papá.
—¿Crees que eres lo más sagrado para...
—No, no habló de mi—Interrumpió Corvus, luego vio a Caleb—. Hablo de él.
—Me sorprende cómo no te enoja que tu padre sienta la necesidad de proteger más a...él—Eva vio a Caleb—, que a ti.
—Como dije, conozco a papá—Dijo Corvus—. Y se que me ama. Pero también se que quiere a Caleb. Y no, no siento celos o me enoja. ¿Por qué?. Porque a mi me hubiera gustado que alguien estuviera ahí, para mi. Si, la tía Lila lo estaba. Pero ella tenía a Phoenix. Y siempre se le noto la tristeza de cuanto extrañaba a Harry. Si, se que hizo lo posible para hacer lo que hubiera hecho si yo fuera su hijo. Y lo aprecio, pero jamás pude verla como algo más que...mi madrina...mi tía Lila.
—Hablas con tanta madurez para tener solo 9 años—Dijo Eva
—Tu abandonó me hizo reflexionar muchas cosas, Eva—Dijo Corvus
Eva se levantó del sillón.
—Pues...supongo que vas a tener que acostumbrarte a vivir aquí—Dijo Eva—. Eres mi hijo, pero...todos los Black tienen que pagar por lo qué pasó en aquel baile.
Corvus negó con la cabeza, mientras volvía su mirada al libro.
—Es como si cavaras tu tumba—Dijo Corvus, mientras veía a Eva salir de la sala—. Ellos vendrán.
Cuando Eva desapareció de la vista de Corvus, fue cuando se permitió que sus ojos se llenaran de lágrimas.
Cerró el libro y pegó sus rodillas a su pecho. Aunque trataba de retener las lágrimas, no pudo evitar que algunas resbalaran por sus mejillas.
Sonrió cuando vio a Caleb girarse sobre su cuerpo y reír mientras aplaudía.
[ ... ]
Febrero, 1997
Tres semanas después Corvus estaba en el suelo, jugando con Caleb.
Hasta que escucharon como tocaban la puerta.
Corvus vio cómo Eva fruncía el ceño. Eso le dio la señal de que ella no esperaba a nadie, por lo que lo hizo sonreír.
Eva se levantó de sillón, y cargó a Caleb.
—¿A donde lo llevas?—Preguntó Corvus
—Tu quédate aquí—Ordenó Eva
Corvus se quedó unos segundos, hasta que escuchó como la puerta se abría.
Y entonces lo escuchó.
—¿Donde está?
—¿Regulus?—Se escuchó la voz de Eva
Corvus escuchó como Eva intentaba cerrar la puerta, pero Regulus se lo impidió. Cuando escuchó pasos ir hacia la cocina, él tomó el otro camino hacia ella.
—Te lo voy a preguntar una vez más, Eva—Corvus escuchó más cerca la voz de Regulus—. ¿Donde esta?
Corvus se asomó, pero sin que nadie lo viera. Pero él podía ver todo.
Por lo que vio cuando Paige llegó y vio que sus ojos se llenaban de lágrimas mientras veía a Caleb.
—Caleb...
Paige dio un paso hacia ellos, pero Eva apuntó a Caleb dando a entender que no se acercará, así que se alejó.
Corvus observó como Regulus y Sirius se miraban fijamente. Como comunicándose. Lo sabía, era lo mismo que a veces hacían Ada y él.
—Mira, Rosier...
—¡Quédate donde estas!
Hasley detuvo sus pasos.
—Bien...
Corvus solo escuchó como Paige gritaba, en el momento en el que Regulus apuntaba a Eva con su varita y de ella salió una luz brillante.
Vio cómo Sirius tomaba a Caleb en el aire.
—Te tengo—Dijo Sirius
Corvus sonrió.
Paige corrió hacia ellos y Sirius le entregó a Caleb. Corvus vio como Paige lo abrazaba.
Solo pudo pensar una cosa. Ojalá así lo hubieran estado esperando a él.
Corvus vio como Regulus se acercó a ellos, Caleb al verlo sonrió y estiró sus brazos hacia el. Paige se lo dio.
—¡¿Como se te ocurre?!—Paige lo golpeó en el hombro—. ¡Lo tenía en brazos!
Fue que decidió salir.
—¿Anne?
Paige se dio la media vuelta, y sonrió cuando vio a Corvus.
—¡Corvus!
Corvus corrió hacia Paige, quien se agachó para poder abrazarlo mejor.
—¡Sabía!—Dijo Corvus en el abrazo—. ¡Sabía que nos encontrarían!
Corvus estaba tan feliz de que Paige lo estuviera abrazando. Que no escuchó lo que dijo Hasley.
—¿Me extrañaste, chica de ojos bonitos?—Pregunto Corvus, separándose del abrazo
—Como no tienes idea—Dijo Paige, mientras le revolvía el cabello
Ciertamente, no le gustaba que le tocaran el cabello. Solo su padre, Hasley—cuando lo peina—, y Ada son las únicas personas a las que Corvus le permitía tocar su cabello. Y aunque con Ada era más para molestar, ya que a la pelirroja tampoco le gustaba.
No sabía cómo había dejado que Paige le revolviera el cabello. De hecho, recuerda haber sido él quien había puesto su cabeza en las piernas de Paige, mientras esta le acariciaba su cabello castaño.
Paige se levantó y tomó a Caleb en brazos. Corvus sonrió y abrazó a Regulus.
Ahora más que nunca lo entendía. Sabía porque su padre le había ocultado la verdad sobre su madre.
Lo amaba. Y solo quería protegerlo.
—Yo también te extrañe, papá—Dijo Corvus, sabiendo que su padre no sabía cómo mostrar sus emociones o palabras, pero Corvus lo sentía. Y eso era suficiente.
[ ... ]
Esa misma noche, Corvus estaba sentado en la cama—de la habitación de Regulus—, mientras a su lado estaba Paige y Regulus paseaba por la habitación cargando a Caleb.
—¿Algo más?—Pregunto Paige
Corvus les estaba contando todo lo que había pasado con Eva.
Corvus lo pensó, en si decirle sobre aquella plática con Eva. Sobre cómo se sentía, sobre que sentía que ella lo había utilizado.
—No, nada—Corvus suspiró
Paige le sonrió y asintió.
—Ven aquí—Paige abrió sus brazos
Corvus se acercó con una sonrisa, y la abrazó.
En cuando sintió los brazos de Paige alrededor de él. No pudo resistir, y lágrimas salieron.
Paige vio a Regulus haciendo una mueca.
Regulus tensó su mandíbula. Odiaba ver a las personas llorar, pero odiaba más ver a su propio hijo llorar.
📌ESTACIÓN KING CROSS 9 3/4
[ CORVUS BLACK ]
Septiembre, 1999
Corvus vio la gente asombrado.
Este sería su primer año de Hogwarts, aunque tuvo que haber entrado el año pasado. No lo hizo.
¿Por qué? Después de la batalla, todos los que iban a ingresar ese año, fueron recorridos para este año.
—¡Tía Lila!—Grito Corvus, cuando vio a la pelirroja entre tanta gente
Hasley se dio la media vuelta y vio a Corvus. El Black corrió hacia la pelirroja y la abrazó.
—Creí que no vendrías—Dijo Corvus, cuando se separaron
—¿Y perderme tu primera vez subiéndote a ese tren?—Dijo Hasley—. Ni loca.
—Hola, mini yo—Dijo Sirius, revolviendo el cabello de Corvus
—Iughh—Dijeron Regulus y Corvus al mismo tiempo
Hasley y Paige se rieron, para después abrazarse.
—No soy un mini tu, Tío Sirius—Dijo Corvus, mientras se cruzaba de brazos
—Serás Gryffindor como yo, lo presiento—Dijo Sirius—. Phoenix ya fue Slytherin, toca que tú hijo sea Gryffindor—Sirius apuntó a Regulus con el dedo
—Yo te dije que se te caería el cabello si eso pasa—Dijo Regulus
—¿Como estas?—Pregunto Hasley a Paige
—Cansada—Contestó Paige
Paige y Regulus se habían ido después de saber que la Parkinson estaba embarazada a una casa a la playa.
—¿Ada no vino?—Pregunto Corvus
Sirius y Hasley se vieron, para después ver a Corvus quien lo entendió.
—Lo entiendo—Dijo Corvus con una sonrisa
Corvus sabía que Ada no estaba bien. Que había perdido a su novio, en una batalla, según le habían dicho sus padres.
—Pero mira quien si vino—Dijo Hasley, apuntando detrás de Corvus
Corvus se giró y su sonrisa se borró.
—El rubio—Dijo Corvus
—¡Oye, niño!—Dijo Draco—. Tampoco me hace felicidad estar aquí, pero alguien me obligo a venir en su representación.
Corvus sabía que se refería a Ada.
El tren anunció que pronto partiría, así que Corvus se despidió.
—Queda en Gryffindor—Le dijo Sirius
—No le hagas caso—Dijo Regulus—. Pero queda en Slytherin o cualquier otra casa, menor Gryffindor.
—Si quedas en Gryffindor te daré dinero—Dijo Sirius
—Pues será del tuyo, porque no tienes de los Black—Dijo Regulus—. ¿Se te olvida que quedaste desheredado?
—Pero mi hermano, no—Dijo Sirius
—¿Que te hace pensar que yo te daré?
—Dentro de tu pequeño y oscuro corazón m quieres, Reggie—Sirius pasó su brazo por los hombros de Regulus quien se quitó rápidamente mientras hacía como si hubiera tenido un escalofrío
—No les hagas caso—Dijo Hasley—. Estará bien donde quedes, ¿okey?
Corvus asintió.
—No está mal, ¿o si?—Corvus vio a Paige
—Todo lo que tú quieras está bien—Dijo Paige
Corvus asintió.
Subió al tren, no sabía porque, pero todos le habían dicho que probablemente estaría nervioso. Pero no.
No lo estaba.
Cuando encontró un compartimento vacío, se sentó y vio a través de la ventana como aún seguían ahí.
Se veía que Regulus y Sirius discutían, mientras cada uno tenía un brazo alrededor de los hombros de Paige y Hasley. Y Draco parecía divertido.
Sintió que el tren comenzó a moverse, por lo que en un momento los perdió de su vista.
Sacó un libro de su baúl, y se dispuso a leer. Recargó su brazo en la ventana, pero entonces vio algo.
Algo había tallado ahí, se acercó para verlo mejor. Eran unas iniciales.
Supo de inmediato de quienes se trataban.
D. L. P.
R. A. B.
Del lado contrario había otras iniciales. Pero esas eran cuatro nombres, y frunció el ceño leyendo los primeros tres, hasta que llegó al último. Y supo quienes eran.
J. F. P.
R. J. L.
P. P.
S. O. B.
Supuso que los merodeadores como Sirius le habían dicho que se hacían llamar, lo hicieron cuando vieron los nombres de Regulus y Lucas.
Sonrió, y sacó algo filoso de su baúl. Una daga, se la había regalado Lucas hace tiempo, y comenzó a tallar.
C. R. B.
Viendo sus iniciales ahí, se preguntó, ¿quien será su Lucas? O, ¿quien iba a ser su James?
No lo sabía.
Se sentó de nuevo, pero antes de leer escuchó ruido afuera.
Así que salió, y vio como una niña pelirroja veía mal a otra niña.
—Fíjate por dónde caminas—Dijo la niña pelirroja
—Lo siento, iba distraída—Dijo la otra niña
—Si, lo note—Dijo la pelirroja
La otra niña asintió y se fue casi corriendo de ahí. Corvus sonrió.
—¿Se te perdió algo? ¿O por qué me miras tanto?—Pregunto la niña pelirroja
—No, nada—Contestó Corvus—. ¿Ya encontraste compartimento?
La pelirroja lo vio con una ceja alzada.
—No—Contestó la pelirroja—. ¿Por qué?
—Da la casualidad que yo tengo uno para mi solo, pero pues si no quieres entrar yo no...
—Entraré porque quiero—La niña pasó a su lado—. No porque no tenga donde ir.
Corvus se rio, y se sentó en frente.
—¿Como te llamas?
—Anette Walker—Dijo la pelirroja de ojos azules
Corvus sonrió, cuando un apodo se le cruzó por la mente.
—Es un gusto conocerte, Anne—Dijo Corvus—. Soy Corvus Black.
Anette frunció su ceño ante el apodo.
—Vuelve a llamarme Anne y juro por merlin que le daré tu cabello a las criaturas del lago negro—Dijo Anette
Corvus sonrió.
—Si tu lo dices—Dijo Corvus—...Anne.
[ ... ]
Marzo, 2004
—Solo di que si, Anne—Dijo Corvus, mientras veía como Anette escribía en el pergamino
—Mis padres no me dejarán, Reggie—Dijo Anette, mientras alzaba su vista de su tarea
—Pero es conmigo—Dijo Corvus—. Tus papás ya me conocen.
—Si, pero no les ha encantado mi nota en astronomía—Dijo Anette—. Y estoy segura que no me dejarán.
Corvus sonrió.
—Para eso tienes un novio—Dijo Corvus
—No eres mi novio, Corvus.
Corvus hizo una mueca, Anette solo lo llamaba Corvus cuando algo le molestaba.
—Y no por nada tiene nombre de una estrella—Corvus ignoro lo que había dicho Anette
—No haré trampa en la materia—Aclaró Anette
—¿Quien dijo hacer trampa?—Dijo Corvus—. Yo hablaba de que te puedo enseñar. No todo en mi vida es trampa, Anne.
La Ravenclaw lo vio con una ceja alzada.
—¿Puedo sentarme o interrumpiré su romántica plática?
La Ravenclaw y el Gryffindor giraron su cabeza para ver al mejor amigo de ambos.
—Liam—Dijo Corvus—, que casualidad verte aquí. En la biblioteca.
—Lo siento—Liam se sentó—, pero buscaba a mi gran amiga Leah, y vi que en su mirada pedía que la salvara de ti.
Corvus se giró para ver a Anette, quien ya volvía a escribir en su pergamino.
—Tienen suerte que sean mis amigos que me llaman Leah, si no, ya estarían tres metros bajo tierra—Dijo Anette
—Bueno, nena—Corvus sonrió, coqueto—, yo no soy tu amigo.
—Y tampoco mi novio—Dijo Anette
—Algún día lo aceptarás—Dijo Corvus
Anette rodó los ojos, mientras negaba con la cabeza.
—Pero mira—Hablo Corvus—. Yo te ayudo con astronomía y tú se mi acompañante en la boda de mis papás, ¿que te parece?
[ ... ]
Agosto 28, 2004
—¿Ya te dije lo perfecta que te ves con ese vestido?—Dijo Corvus mientras tomaba a Anette de la cintura y ambos comenzaban a moverse al ritmo lento de la música
—Desde que me viste con el—Contestó Anette
—Pues no ha salido mentirá de mi boca—Dijo Corvus
Anette sonrió y negó con la cabeza. Ambos se vieron a los ojos. El gris de Corvus conectó con el azul de Anette.
Anette puso cada mano en las mejillas de Corvus.
—Bien—Habló Anette, Corvus la vio confundido—, aceptó que eres mi novio.
Corvus sonrió.
—Yo sabía que no te podías resistir a mis encantos—Dijo Corvus
—Cállate y bésame antes de que me arrepien...
Anette no terminó de hablar, cuando Corvus la había callado con un beso.
—Mira, mamá—Casiopea llamó a Paige mientras apuntaba hacia donde Corvus y Anette estaban bailando en medio de la pista
—Hasta que se le hizo—Dijo Paige, con una sonrisa
—Tanto que negaba que no era su novia—Dijo Theodore
—Porque no lo era—Dijo Paige
—Siento que tú ya sabías de esto—Dijo Regulus
Paige sonrió, inocente, y Regulus supo que ya lo sabía.
—Se está besando a mi hermano—Dijo Casiopea, ahora con la boca abierta
Caleb llegó donde ellos estaban con la boca abierta.
—Díganme que no me volví loco y estoy viendo cómo Corvus se esta comiendo a esa chica pelirroja—Dijo Caleb de casi 9 años
—Se está besando a mi hermano—Repitió Casiopea, comenzando a caminar hacia Corvus y Anette
—¡Casiopea!—Grito Paige, pero la Parkinson—Black, siguió caminando
Regulus se rio, haciendo que Paige lo voltees a ver.
—A mi no me veas, Anne—Dijo Regulus—. Otra cosas que sacó de ti.
—No, yo no...
—¿Te recuerdo que casi te desmayas cuando me contaste que Corvus te dijo que le gustaba alguien?—Dijo Regulus
—¡Pero...Casiopea!—Se escuchó la voz de Corvus
—Tu cállate, Corvus Regulus Black—Casiopea lo apuntó con el dedo
Anette se rio, y se agachó a la altura de Casiopea.
—Tranquila, Casiopea—Comenzó Anette—, no pretendo quitarte a tu hermano.
—Más te vale—Dijo Casiopea—. ¿Son novios?
—Algo así—Contestó Anette
—¿Como que algo así...
—Que te calles, es una conversación entre chicas—Interrumpió Casiopea, luego vio a Anette—. Tendrás que ganarte mi cariño.
—Haré lo que pueda—Dijo Anette
📌CASA BLACK—PARKINSON
[ CORVUS BLACK ]
Enero 15, 2013
Corvus levantó su cabeza cuando algo se colocó frente a el.
Cuando alzó su cabeza vio a Casiopea que lo veía con los brazos cruzados y con mala cara.
—¿Pasa algo, Casie?—Pregunto Corvus, aunque se suponía lo que diría
—Ya son las tres de la tarde, mi fiesta empieza a a las cinco—Recordó Casiopea
Casiopea cumplía 13 años.
—Lo se—Dijo Corvus—. Por eso vine a casa.
Corvus ya no vivía con ellos. Ahora vivía con su pareja, Anette en una casa aunque no muy lejos de ahí.
Aunque aún no estaban casados, ni comprometidos, ambos estaban bien con eso. Lo había platicado, y querían seguir así hasta que ambos sintieran que fuera el momento de dar el siguiente paso.
—¡Lo digo enserio!—Dijo Casiopea
—¿Por qué me lo dices?
—Porque aún no me has dado mi regalo—Dijo Casiopea—. Yo quiero mi regalo, Regulus Black.
—¿Por eso estas enojada?—Pregunto Corvus
—¡Quiero mi regalo!
—Es una sorpresa, tendrás que esperas a que todos estén aquí—Dijo Corvus
—Pero lo quiero ahora—Dijo Casiopea, mientras hacía un puchero—. ¿Si?
—No, no, Lila, no hagas eso—Dijo Corvus, mientras se tapaba la cara
Casiopea sonrió. Con el paso del tiempo, había aprendido que sus hermanos y su padre no podían con los pucheros de ella. Así que, cada que la castaña quería algo, era su arma.
La única que, casi, nunca caía, era su madre.
—Ándale, Corvus—Casiopea lo abrazó
—Eres una manipuladora—Dijo Corvus, cuando Casiopea se separó
—Lo saque de mamá—Dijo Casiopea—. Y Ada me ayudo a manejarlo.
Corvus suspiró y negó con la cabeza.
—Iré por el.
—¡Yei!—Festejo Casiopea—. Yo aquí te cuido tu lugar.
Corvus rodó los ojos y entró a la casa. Se dirigió a la cocina donde se encontraban Regulus, Paige, Anette y para su raro caso, Caleb.
Corvus no le tomó importancia así que camino hasta la alacena y sacó el regalo de Casiopea.
—¿Ya se lo darás?—Pregunto Anette
—¿Acaso te hizo pucheros?—Pregunto Paige, divertida
—Si...y si—Contestó Corvus
—Creí que esperarían hasta que todos estuvieran aquí para dárselo—Hablo Regulus
—¿Como la harán?—Hablo Paige—. Si lo único que ustedes tres necesitan para cumplir los caprichos de Lila es que les haga puchero y ya.
—¡No es verdad!—Dijeron Regulus, Corvus y Caleb al mismo tiempo
Anette se rio, mientras Paige rodó los ojos.
—Bueno, iré a dárselo—Dijo Corvus—. ¿Quieres venir?
Anette negó con la cabeza.
—Creo que será un momento de hermanos—Dijo la pelirroja
—¡Pues entonces yo voy!—Dijo Caleb
—¿Estas haciendo pay de manzana?—Pregunto Corvus
—Así es—Contestó Paige
—Puedes creer que no tomo mi opinión en cuenta—Hablo Caleb—. Sabe que no me gusta el pay de manzana y aún así lo está haciendo para Casie.
—Porque es el cumpleaños de Casie, no tuyo—Dijo Regulus
Caleb hizo una mueca de asco.
—Iré a darle a Casie—Dijo Corvus saliendo de la cocina
Corvus salió al patio, mientras sentía que alguien venía detrás. Sabia que era Caleb.
Casiopea sonrió cuando lo vio. Se levantó del lugar en donde estaba Corvus.
—Feliz cumpleaños, princesa Lila—Dijo Corvus
Casiopea tomó el regalo y lo agitó tratando de adivinar.
—Te sugiero que no lo zangolotees tanto—Dijo Corvus
—¿Alguna pista?
—Nop.
Casiopea bufo y comenzó a abrir el regalo.
—Oye, con más amor—Habló Corvus, cuando vio que Casiopea rompía bruscamente la envoltura—. ¿Sabes cuánto tiempo me tomó envolverlo?
—Calla, seguramente lo envolvió Anette, y no tu—Dijo Caleb
Casiopea asintió dándole la razón, hasta que vio lo que había dentro de la caja.
—¡No, no, no!—Grito Casiopea con una sonrisa—. ¡Mira Corvus Black, si es una de tus bromas de una vez te digo que...
—No es ninguna broma, Lila—Interrumpió Corvus—. Es real.
—Por merlin—Murmuró Caleb al ver el regalo—. No estoy preparado para ser tío.
—Yo si, cállate—Dijo Casiopea, mientras se lanzaba a abrazar a Corvus—. ¿Papá y mamá ya lo saben?
—No, ellos aún...
—¡Yo les digo!—Casiopea tomó el regalo y entró a la casa
Caleb la siguió corriendo, igual. Corvus fue detrás de ellos, pero caminando lento.
Casiopea entró a la cocina corriendo y abrazó a Anette.
—Felicidades, Leah—Dijo Casiopea
Corvus entró a la cocina con una sonrisa, mientras veía a sus padres ver a Casiopea confundidos.
—Es el mejor regalo que me han dado—Dijo Casiopea mientras se separaba de Anette
Anette se rio.
—¿Le puedo decir?—Pregunto Casiopea
—Si nos haces el enorme favor—Dijo Regulus
—Shhhh—Casiopea se puso un dedo en los labios
Regulus la vio con una ceja alzada, para después ver a Paige que alzó los hombros.
—¿Puedo?
—Claro que puedes.
Casiopea camino hacia sus padres.
—Ya están viejos—Dijo Casiopea, haciendo que Paige y Regulus la vieran más confundidos—, abuelos.
Corvus se rio cuando vio a sus padres abrir los ojos, sorprendidos.
—Es broma, ¿verdad?—Paige pasaba su vista de Corvus a Anette, mientras Regulus comenzaba a echarse aire con la mano
Caleb se rio, y le hizo segunda a Regulus, echándole aire con un plato que estaba ahí.
—Se nos va el abuelo—Dijo Caleb
Regulus lo vio de mala manera, a lo que Caleb sonrió inocente.
—No, no es broma—Dijo Corvus
—Ay—Dijo Regulus
—Felicidades—Paige abrazó a Anette, quien sonrió y le devolvió el abrazó
—¿Por qué no esperaron a que estuvieran todos aquí para decirlo?—Pregunro Casiopea, con una sonrisa
—Tal vez porque alguien estaba de insistente...
—No quieras justificar—Lo interrumpió Casiopea
—¡Hemos llegado!—Sirius entró a la cocina
—¿Por qué parece que papá está apunto de desmayarse?—Pregunto Carina seguida de Hasley
Sirius había ido hace unos días para llevarse a Carina, pues el Black era el padrino de ella. Por lo que estaba feliz, y decía que por fin Regulus lo había hecho padrino de alguien.
—Corvus va a hacer papá—Dijo Caleb, mientras aún le echaba aire a Regulus
Los mellizos Black—Evans, corrieron y abrazaron a Corvus, haciendo que este diera unos pasos hacia atrás.
—Yo te cambiaba los pañales—Hasley abrazó a Corvus—. Mira cuánto has crecido.
📌SAN MUNGO
[ CORVUS BLACK ]
Junio 24, 2013
—¡Maldición, Corvus Black!—Grito Anette mientras pujaba
—Anne—Llamó Corvus—, no quiero que la primera palabra que escuchó nuestro bebé sea una maldición.
La pelirroja lo vio mal, y Corvus sintió como apretaba más su mano.
—Una ultima vez, señorita Walker—Dijo la medigama—. Ya puedo ver la cabeza.
Corvus sonrió, pero grito cuando Anette volvió a pujar.
Todo se quedó en silencio unos segundos, hasta que se escuchó el llanto de un bebé.
Corvus vio como el medigamo le entregaba el bebé a una enfermera y se lo llevaba. Supuso que era para limpiarlo, como le había explicado si madre.
Corvus giró su cabeza para ver a Anette quien estaba acostada, viendo el techo tratando de regularizar su respiración.
Se acercó y le dejó un beso en la frente.
—No, estoy sudada—Se quejó Anette
—Ay por favor—Susurro Corvus—. No es la primera vez que te beso y estás sudada, y es en otras circunstancias.
—¡Regulus!—Anette le golpeó el hombro cuando entendió
—Señor Black—Llamó la enfermera
Corvus se volteó, y vio como la enfermera se acercaba con el bebé en brazos.
Corvus lo tomó con cuidado, no era el primer bebé que cargaba.
Sabía cómo hacerlo, ya había cargado a Casiopea, los hijos de Ada y Terence, los hijos de su tía Pansy y ahora...era su propio hijo.
Cuando vio al bebé se sorprendió, pero después de unos segundo sonrió.
[ ... ]
Corvus sonrió cuando vio a todos en la sala de espera de San mungo.
Ellos al verlo, se pararon rápidamente.
—¿Y? ¿Que fue?—Pregunto Ada
—Mejor véanlo ustedes mismos—Dijo Corvus—. Pero no pueden entrar todos.
—Pues—Habló Hasley—, que entren primero Liliane, Regulus, Caleb, Lila, Carina y...
—Y ustedes—Habló Pansy, viendo a Hasley y Sirius—. Yo me puedo quedar con los chicos.
—¿Segura que podrás con...8 niños?—Pregunto Paige
—Claro que no—Dijo Pansy—. Por eso se quedarán Addie, Harry, Draco y Terence, para que cuiden a Lily, James, Leonore, Albus, Orion y Adhara.
—¿Y tú a quien cuidarás?—Preguntó Harry
—Pues a Teddy y Scorpius—Contestó Pansy
Teddy y Scorpius, eran, probablemente, los más tranquilos de todos.
Entraron a la habitación hacia donde los guiaba Corvus.
Vieron cómo Anette estaba sentada, mientras tenía el bebé en brazos.
Anette le entregó el bebé a Corvus, quien camino hacia Regulus.
—Felicidades señor Black—Dijo Corvus—. Ya es abuelo y de un bebé idéntico a usted.
Regulus suspiró, antes de tomar al bebé y ver que lo que Corvus decía, era verdad.
El bebé, aunque tenía los ojos cerrados, era de cabello negro, tenía las facciones de Corvus y tenía los lunares.
—¿Ya ha abierto los ojos?—Pregunto Paige
—No aún no—Contestó Corvus
—¿Se imaginan que sean grises?—Dijo Hasley
—Admiración para Anette que hizo una copia de Corvus—Dijo Sirius—. Solo que con el cabello negro.
La puerta se abrió y entró el mejor amigo, castaño, de ambos.
—¿Ya nació?—Pregunto Liam
Anette le asintió.
Liam camino hacia Regulus y vio al bebé. Todos ahí, conocían a Liam Cárter.
—Maldición—Susurró Liam
Paige le pellizcó el brazo.
—Lo siento, tía Liliane—Dijo Liam—. Pero admite que es como ver a Corvus de bebé.
—Yo solo quiero saber cómo se llama—Hablo Casiopea
—Bueno—Comenzó Corvus—, en vista de que es igual a papá...decidí que fuera Regulus III.
—Y los Regulus Black continúan reproduciéndose—Se burló Sirius
—Envidia porque ninguno de tus nietos se parece a ti—Dijo Regulus
—Al menos dos de mis hijos si—Dijo Sirius
Paige tomó al bebé en brazos, mientras lo admiraba.
—Dos de los míos también—Dijo Regulus
—Corvus es el único—Dijo Sirius—, Caleb se parece a Lucas, Casiopea se parece a Paige y Carina, sin ofender linda, pero no es tu hija, biológica.
—Pero se parece a mi—Dijo Regulus
—Carina parece más como si fuera hija tuya y de Lucas—Dijo Sirius—. ¿Así se hubiera visto si hubieran tenido una? Pelinegra y de ojos cafés.
—¡Oye!—Se quejó Carina, quien ahora cargaba al bebé
—Mírate, Rose—Habló Liam—, ya puedes cargar un bebé y ser mamá.
—¡Oye!—Dijo Corvus—. Es mi hermana.
—Mi hija—Dijo Regulus
—Y mi ahijada—Terminó Sirius
Liam abrió los ojos, asustado. Su vista fue a Caleb, quien lo veía como si lo estuviera matando con la mirada.
—¿Estas coqueteando con mi hermano, Cárter?—Pregunto Caleb
—¿Que?—Dijo Liam—. No.
[ ... ]
Una vez todos se habían ido, solo quedaron Corvus y Anette en la habitación.
Corvus vio como Anette dormía a Derek, ese era su segundo nombre. Regulus Derek Black.
—¿Por qué estás nervioso?—Pregunto Anette
Corvus suspiró. Camino hacia la pelirroja.
—Se que dijimos que lo hablaríamos cuando estuviéramos listos—Comenzó Corvus—. Pero...ya tuvimos un hijo. Creo que es momento.
—¿De que hablas?
—Leah Anette Walker—Corvus sacó una pequeña caja de su bolso del pantalón—, ¿me harías el enorme honor de ser tu esposo?
La pelirroja sintió sus ojos llenarse de lágrimas. Se rio para después asentir.
—Corvus Regulus Black—Dijo Anette—, claro que puedes ser mi esposo.
Corvus soltó todo el aire que había retenido. Sacó el anillo de compromiso de la caja y lo puso en el dedo de Anette.
Es difícil para mi escribir a Corvus como adulto😭😭
YO LO VI NACER JSJSJS🥹🥹🥹
Ya suelten a mi nene🥹
Regulus Derek Black >>>
Vida de Corvus Black ✅
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