Ⅰ
𝓬𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸
𝙺𝚒𝚔𝚢𝚘 𝚟𝚜 𝙽𝚊𝚘𝚎
"Hasta que la muerte los separe, Kikyo"
Escuchar esas palabras lo hicieron sentir nervioso, un nudo se formo en su garganta observando a las personas presentes en la ceremonia. Trato de contener su llanto, bajando la mirada, centrándose en los holanes de su prendas blancas junto al velo excesivamente largo.
Recuerda cuando su familia lo comprometió con Kanetatsu para procrear a un heredero lo suficientemente fuerte que pudiera superarlos.
No replicó ni reclamo, en realidad, lo único que pudo hacer es resignarse. Comenzó a divagar por sus fantasías, quizás él era un hombre alto y de buena forma, con un carisma especial y sonrisa acogedora.
Alguien que no lo obligará a nada.
Trato de ser positivo, casarse significaba que ya no sería dominado por su padre. Una salida.
El sonido de la música suave inundó sus oídos suavizando su mirada y elevando su cabeza al escuchar los pasos acercarse a él.
En un traje matrimonial se encuentra Kanetatsu Naoe.
Cabellos lilas ondeando con el aire en una danza elegante, su caminar pausado lo cautivo de cierta manera.
Todo en el parecía perfecto, pero había un ligero problema.
¡Su esposo era un enano!.
¡Carajo! El tampoco era muy alto pero al menos alcanzaba el metro sesenta. No pudo evitar llorar internamente.
— Eso no puede estar pasando.
La ceremonia había dado inicio, los invitados esperaban febrilmente los votos de aquella pareja tan peculiar. La "esposa" era más alto que el esposo, con rasgos finos pero que aun así resaltan su masculinidad.
— Pueden decir sus votos. — Exclamó el padre, Kikyo abrió la boca pero la cerró inmediatamente, no sabia que decir ni cómo actuar.
— Juro solemnemente hacerte feliz, ser el motivo de la calidez en tu pecho, quiero ser aquel al que le cuentes tus sueños y anhelos. — Su rostro se vio en una mueca confundida. No entendía nada. — Por favor, aceptame como tu esposo.
Estaba anonado, los invitados dejaron salir suspiros acompañados de ternura.
La cara de Kikyo se puso pálido las manos de Kanetatsu liberaron el velo que cubría su identidad. Sus ojos no reflejaban nada, solo observaron pacientemente a que el chico con duda.
— Prometo hacerlo feliz. — Apenas pronunció tratando de sonreírle.
El padre los miro con ternura, antes de pronunciar aquellas palabras que lo aterraba.
— Los declaro esposos. — Junto sus manos en un gesto de oración. — Pueden besarse.
Quiso negarse pero al ver tantas personas en el lugar, mirándolos como si fueran la pareja perfecta le hizo entender que ya no había vuelta atrás y debía hacerlo.
Era su obligación hacerlo.
Con movimientos sutiles se acercó a Kanetatsu dejando un corto beso que la multitud celebró.
— No debias. — Intento hablar el bajito. — No quería presionarte ni nada por el estilo.
Soltó unas pequeñas risas al ver los movimientos descoordinados de su ahora esposo.
Pensandolo bien, ya no estaba tan mal casarse.
Le debemos la historia a gabu_5 por que la amo, nadamas.
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