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looking at me; acto uno.
prefacio . . .
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Sin ningún ánimo tiró su mochila a la cama que yacía extendida y perfectamente ordenada. Las paredes grises sin vida rodeaban la presencia de Iria, a pesar de que estar en un orfanato fuera tan triste con el paso de los años lo aceptó sin regañadientes, aceptó en su interior el no saber quién eran o fueron sus padres. Se acostumbró a estar sola en el mundo, sin compañía o amor, no carecía de grandes amistades, simplemente era ella en el mundo, sin ninguna debilidad, solo Iria.

Tocaron con suavidad la puerta de su habitación, pudo adivinar que se trataba de la Christina.

— Adelante. — La puerta se abrió, dejando ver a aquella señora con una sonrisa y un sobre en la mano.

— Llegó esto para ti, Iria. No quise abrirlo, pero creo que es importante. — Le extendió el sobre blanco que contenía su nombre y el nombre de la mejor escuela de ciencias, Midtown.

— Gracias. — Agradeció, tomando la carta, rompiéndola, sacando el papel.

" Señorita Iria Paige:

Junto con saludarle esperamos que se encuentre bien, como parte de la Escuela Midtown, queremos comunicar que la beca que solicito, es aceptada.

Queremos buenas alumnas como usted, y estamos muy sorprendidos con su prueba de admisión.

Atentamente, la administración. "

La mayor observaba extrañada la expresión de la joven rubia, ya que su semblante era de sorpresa total, podría hasta salir una mosca de su boca, al parecer entró en un trance. La señora la agitó despacio, haciendo que Iria le dirigiera la mirada.

— ¡Entré! ¡Entré a Midtown! — Gritó eufórica estrechándose en un emocionante abrazo con la mayor. Algunas lágrimas de emoción corrían por su rostro.

— ¡Felicidades Iria! Siempre supe que podrías lograrlo, estoy orgullosa de ti.

Iria se separó aturdida al escuchar esas palabras, nunca le habían dicho eso. Christina se dio cuenta de aquello aún así no quiso pronunciar ninguna palabra.

Siempre fue su sueño entrar a la mejor escuela de ciencias, pero lamentablemente no contaba con el dinero para una matrícula pagada, ni siquiera el sueldo de su trabajo le iba a alcanzar, ya que al ser una de las mejores, la matrícula era algo alta. Todos sus gastos eran pagados por ella, al ser huérfana no contaba con la ayuda de nadie, no todo era tan fácil. De inmediato pensó que tenía que coordinar con su jefe para ver a las horas que asistirá.

Por fin sus esfuerzos habían valido la pena.

( . . . )

Salió aceleradamente del hogar de acogida caminando por las bellas calles transitadas de Queens, cada paso que daba estaba coordinado con la canción de Redbone, Come and Get Your Love.

Hace seis meses en la ciudad apareció un nuevo héroe que se hacía llamar Spider-Man, existían videos de él salvando personas, ayudaba a la gente indefensa, y usaba un traje casero, lo más probable hecho por él mismo. Nunca lo ha visto hasta el momento, le parecía lindo que una persona con traje prestara ayuda a los que lo necesitaban, que estuviera con el pueblo por decirlo así.

Cada vez se acercaba más a su lugar de trabajo, estaba emocionada por comunicar la nueva noticia a su jefe. Entró a la panadería con una sonrisa en su rostro, normalmente no era muy amistosa con los demás pero su jefe era comprensivo, él casi siempre le agradeció por su ayuda, aunque a veces venían chicos a comprar para coquetear con Iria pero como se ponía tan seria cuando iban con ese propósito se ponían nerviosos.

— ¡Hola Mitch! — El hombre dirigió su mirada hacia la voz, sonriéndole.

— Hola Iria, ¿Cómo estás el día de hoy? Yo diría que estás bastante bien. — La rubia rió por su insinuación.

— Bastante feliz. Entré a Midtown y estoy demasiado emocionada. No creía que lo lograría.

— ¡Felicidades! — El hombre se acercó dándole un cariñoso abrazo, al principio no reaccionó, no estaba acostumbrada a recibir cariño por parte de las personas.

— Bueno, mucho cariño para mi. — Rompió el abrazo viendo como el dueño la miraba negando. — Vine a que arreglemos mi horario para venir después de la escuela...

— ¿Vas a seguir trabajando? Iria, tienes que enfocarte en tus estudios. No querrás terminar como yo. — Él no había tenido las mismas oportunidades que la joven.

— ¿Siendo dueña de la mejor panadería de Queens? ¡Quién no desea eso! Mitch algún día tendré que salir de ese orfanato. Estoy sola, entonces soy yo la que debe darse ánimos para salir adelante. Y obviamente necesito medios financieros. — Iria le tenía un enorme cariño a Mitch porque a pesar de no tener ninguna experiencia la recibió igual.

La chica empezó su rutina limpiando cada rincón de la hogareña panadería. Quién diría que en ese mismo instante había un joven combatiendo el crimen, ayudando al vecindario a convertirlo en algo mejor para la comunidad.

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Hola, espero que le guste
el principio de esta historia.
Lamento haberme demorado
en publicar. ¡Voten y comenten
que les parece! ✨

¡Muchas gracias por leer!
Nos vemos pronto. 🌙