cherry, lana del rey

advertencia: contenido explícito, +18

walter marshall

—¿A QUÉ HORA TE VOY A VER? —la voz de Walter se escuchó por el teléfono, tuve que salir para oírlo con claridad

—Creo que a la una está bien.

—Estaré ahí doce y cincuenta y cinco, preciosa.

—Gracias, cariño. —dije sonriendo aunque no me pudiera ver

—Diviértete, bonita.

Colgamos, y volví dentro de la discoteca, Ellie se encontraba bailando con un chico muy pegado, así que decidí ir a buscar algo para tomar pero un cuerpo se chocó contra el mío.

—Perdóneme, señorita. —dijo en voz alta para que lo escuchara, yo negué y sonreí—. ¿Se dirigía a la barra?

Asentí, y él me abrió el camino hacia esta ayudándome a pasar entre el montón de gente. Arreglé mi cabello un poco y mi vestido cuando me senté. Él no demoró en sentarse a un lado mío.

—¿Qué desea, señorita?

—Un cosmopolitan estaría perfecto.

Era más alto que yo, teniendo en cuenta mi estatura no era muy alto, sus ojos eran verdes, y su cabello rubio. Su sonrisa era linda. Pero ya nada me sorprendía cuando tenía a Walter.

—Me puede dar un cosmopolitan y un mojito. —pidió al bartender

—Claro.

No pasó mucho, cuando el alcohol influyó en las risas, cuando me dijo que se llamaba Charles, y yo le dije que me llamaba Daniela, cuando empezamos a bailar todas las canciones que pasaban.

—Eres increíblemente hermosa, Daniela.

—Gracias.

—Eres tan bonita como lo es tu sonrisa.

Me reí, seguimos bailando, la música se matizaba, todo era tenue, hasta que sentí que mi celular vibraba en mi bolsillo delantero. Antes de poder contestar me quitó el celular de las manos.

—¡Hey! Necesito contestar eso.

—No, no lo necesitas, vamos, estamos disfrutando. —guardó el celular y me pegó a él

—Realmente necesito contestar, devuélveme el celular.

—Una canción más y es todo tuyo. —aseguró, pero tuve que recolocar sus manos en mi cintura cuando empezaron a bajar

—No vuelvas a tocarme así.

—Vamos, estaba todo muy bien antes. —no pude decir nada, me tomó de la cintura y me apretó a él, todo era incómodo

—Aléjate. —intenté separarme

—Una canci —de un tirón fue separado de mi

—Te dijo que te alejaras, idiota. —era él

Walter Marshall, señores y señoras.

La gente nos rodeaba, Ellie estaba viendo todo junto al chico con el que bailó toda la noche, habían hasta bajado el volumen de la música.

—¿Q-Quién e-er-es —tartamudeó, Walter lo tenía apresado en la pared, sus pies no alcanzaban el piso

—El novio de la chica con la que estabas bailando, hijo de la gran puta.

—Y-yo

—Tiene mi celular —susurré detrás de él, esperando que me escuchara

—El celular, dámelo.

El chico se apresuró a buscarlo en su bolsillo para dárselo, Walter no esperó ni un segundo para dejarlo caer en seco al suelo. Tomó mi mano, y yo lo seguí, en ningún momento me jaló, pero sabía que estaba enojado. Salimos de la discoteca y rodeamos el carro para que me abriera la puerta

—Walter. —intenté decir antes de entrar al carro

—Sube al carro, Ela. —su tono era serio, me mantuve callada y entré, observé como él rodeaba el carro y se adentraba en éste

Empezó a manejar, ahora que vivía con él era mucho más fácil ya que no tenía que irme a dejar a casa de mis padres, su casa era algo alejada, en un lugar entre los bosques que era precioso. Corté el silencio mientras veía como los carros pasaban por nuestro lado.

—Walter, solo estábamos bailando, todo se descontroló.

—Daniela, sabes que siempre he sido muy comprensivo con las fiestas, y las salidas, pero esto... esto es pasarse de la línea. ¿Por qué estarías bailando con otro chico?

—Solo... no es lo que piensas, estábamos separados, cuando llegó tu llamada empezó a apretarme contra él y después tu llegaste y —fui interrumpida por sus labios, sus besos eran groseros, bruscos

Se alejó un momento para manejar a un lugar entre los árboles. Volvió a mis labios con rapidez, la misma fuerza y enojo en su intención.

Sus manos me recorrieron con ese sentimiento de propiedad, desconectó el cinturón de seguridad para facilmente pasarme a su asiento.

—No sabes cómo me pones, niñata —gruñó, Walter y yo teníamos una diferencia de edad bastante considerable, 19 años para ser específicos

—Sabes que te encanta. —besé su mandíbula, se rió en lo bajo antes de pasear sus manos en todo mi cuerpo, tomando mis piernas entre estas y aprentándome a él

El juego continuó algunos minutos más, podía sentirlo en mi ropa interior ya mojada, la cuál no duró mucho más antes de ser arrancada por él.

—Me rompes el corazón, nena —desabrochó su cinturón y bajó sus pantalones y boxers rápidamente para empezar a jugar conmigo—. Te haré sufrir, hasta que termines rogándome, rogándome que te haga correrte a chorros.

—¡Oh! —no pude ocultar mi gemido cuando me penetró con fuerza, no tuve tiempo para recuperarme cuando empezó a moverse en estacadas—. Dios, Walter

—Eso, di mi nombre, Ela.

—Walter, Walter, Walter —de mi boca solo salía su nombre, temblando de un sabor tan dulce como lo era su amor

Su boca se adueñaba de mis pechos, y besó fuertemente mis tatuajes en mis hombros...

—¿Sabes lo mal que me haces, nena? —de repente se quedó quieto y abandonó mi cuerpo

—¿Qué haces? ¿Walter? —rogué mentalmente que fuera una mala jugada

—Te dije que te haría sufrir... quiero que te toques hasta que lleguemos a casa ¿entendido?

—Entendido.