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Jung Hoseok era un chico encantador, con una brillante sonrisa y una carisma innato que lograba animar a cualquiera que estuviera a su alrededor; el chico desborda tanta alegría e inocencia que con simplemente verlo nadie se imaginaría la tristeza que había albergado en el pasado tras el trágico accidente le había costado la vida a su madre.
Sin embargo, Hoseok también era hijo de uno de los hombres más ricos y poderosos del país, por lo que todo el mundo sabía sobre el accidente. Además aquel lamentablemente accidente no solo le había arrebato a su madre, si no que también había frustrado sus sueños de ser bailarín, ya que a consecuencia de eso una sus piernas había quedado debilitada casi por completo impidiéndole hacer movimientos bruscos, incluso caminar le costaba un poco ocasionales que cojeara al hacerlo. Aunque con los años su pierna iba mejorando con el tratamiento, permitiéndole caminar casi con normalidad, pero su cojera seguía siendo ligeramente perceptible, sobre todo por el aparato ortopédico que debía de usar para ello.
Y aunque muchos murmuraban a sus espaldas e incluso se llegaban a burlar, él no le daba importancia a esos comentarios, solo quería seguir con su vida lo más normal que pudiera.
Por fortuna tenía un amigo que adoraba con todo su corazón, Jeon Jungkook, él era el chico más popular de la Universidad por su belleza y cuerpo esbelto, además de ser también alguien con carisma, pero sobre todo se caracterizaba por su coqueteo.
Y al contrario de Hoseok, Jungkook no era alguien adinerado ni mucho menos pudiente, era alguien con una familia humilde que había logrado entrar a la misma Universidad gracias a una beca.
Beca que era patrocinada por el padre de Hoseok, sin embargo ese era un secreto para él.
Pero su diferencias sociales y económicas no eran de importancia para el joven Jung, él nunca trató diferente a su amigo, todo lo contrario, era muy apegado a él y siempre que podía lo ayudaba a pagar el resto de su colegiatura e incluso llegaba a regalaré ropa o cosas que él no usaba o cuando era posible le daba cosas que ni él había estrenado nunca.
Antes los ojos de Hoseok era como su hermano, siempre estaban juntos y pasaban la mayoría del tiempo en su casa pasando el rato juntos, incluso cuando esto no le agradaba mucho a su nana.
— ¿Qué esa chamarra no es del joven Jung? — cuestionó la mujer mirando con desagrado al chico.
— Si, yo se la preste para ir a la Universidad. — intervino Hoseok inocentemente.
— Bueno, ya regresaron de la Universidad. Debería quitársela. — sentenció la mujer.
— Nana, no moleste a Jungkook, por favor. Yo se la preste de corazón.
— Exacto — respondió el chico sonriendo con burla hacia la mujer. — Yo se la regresaré a mi amigo cuando él me la pida, no cuando la servidumbre opine. Y mejor, váyase y déjenos solos, por favor — agregó.
— Jungkook — regañó regañó voz baja su amigo.
— Los dejo, joven. — despidió la mujer haciendo una reverencia antes de salir de la habitación.
— No debiste decirle así. — regañó Hoseok.
— Ay, perdón amigo. No quise hacerlo, pero ella empezó, ya sabes que ella nunca me ha tenido buena fe. — se excuso. — Pero eso importa, mejor dime lo que me estas ocultando. — dijo desviando el tema.
Las mejillas de Hoseok se sonrojaron casi de inmediato y comenzó a ponerse nervioso.
— ¿Yo ocultando algo? — murmuró nervioso, evadiendo la mirada de su amigo a toda costa.
— Si, ¿Qué acaso no crees que lo note?, has estado muy raro últimamente. Muy... sonriente, casi diría que enamorado.
Hoseok soltó un suspiro, liberando su labio inferior que había comenzado a morder por los nervios.
— Es... porque lo estoy. — susurró sintiendo sus mejillas calentarse aún más.
— ¡¿Qué?! — dijo Jungkook abriendo demasiado los ojos por la sorpresa y tratando de contener la risa que quería salir de él.
¿Hoseok enamorado?, eso era imposible y era aún más imposible que fuera correspondido.
— Tengo un novio. — confesó finalmente mirando a su amigo, quien llevó su mano de inmediato a su boca para cubrir su sonrisa burlona.
Eso no podía ser real para él.
— ¿Novio?, ¿Y de donde?, ¿Es de la Universidad? — cuestionó curiosamente.
— No, es un chico que conocí en Internet. Tenemos un año hablando, pero recién me pidió que fuera su novio. — explicó Hoseok emocionado.
Mientras que Jungkook soltó una pequeña risa que pasó desapercibida para el chico.
— ¿Y cómo sabes que es real y no un viejo rabo verde? — dijo tratando de molestar a su amigo.
— Porque hemos hecho videollamadas y él me ha enviado fotos suyas. — respondió. — Es más, voy a enseñártelo. — agregó feliz, tomando su laptop.
La sonrisa burlona del otro chico desapareció casi de inmediato, una vez que su amigo le mostró a su supuesto novio.
Era tan guapo y joven, no podía creerlo.
— Se llama Kim Taehyung, estudia arquitectura en una de las mejores universidades de New York y su padrino dirige una de las constructoras más importantes del país. — contó Hoseok lleno de ilusión y sin maldad, pero ante los ojos de Jungkook era todo lo contrario.
Ahí estaba otra vez el perfecto Jung Hoseok, presumiendole que podía tener todo lo que él no.
— Así que es rico. — murmuró sin apartar la mirada de la fotografía.
— Si, incluso podría decirle a mi padre que se haga inversionista de sus construcción para impulsarlo más. — comentó sonriendo.
Jungkook tragó el nudo en su garganta, negándose a creerlo.
No. Simplemente no, Hoseok podía ganarle incluso en eso.
¿Cómo es posible que pudiera tener un novio joven, guapo, rico y exitoso?, mientras él seguía condenado a su vida de escasos recursos.
— ¿Y sabe lo del problema de tu pierna? — preguntó tocando a propósito el aparato de su amigo, para recordárselo.
Y la sonrisa llena de ilusión del chico se desvaneció levemente ante ese comentario, mirando su pierna.
"Si, eso. Recuerda que no eres alguien que puede tenerlo todo", pensó Jungkook lleno de orgullo.
— Se lo he dicho, aunque obvio él no sabe qué tan grave podría ser. Ni siquiera yo lo sé.
— ¿Por qué dices eso, amigo? — preguntó el chico fingiendo preocupación.
— Ya ha pasado un tiempo en el que ni veo mejora, tal vez no puedo mejorar más, quizás deba quedarme con este aparato para siempre. — dijo melancólico bajando la mirada.
Jungkook sonrió de lado, abrazando por los hombros.
— Hey, no te preocupes. Estoy seguro que vas a mejorar. Eres alguien fuerte. — dijo rodando los ojos.
— Si, no tengo que perder la esperanza. — murmuró Hoseok. — Gracias — sonrió recargándose en su hombro, y el chico tuvo más opción más que soportarlo volviendo a rodar los ojos.
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— ¡No puede ser! — gruñó Jungkook, llegando a su casa y azotando la puerta con fuerza. — No puede ser otra vez, ¡¡Ese maldito cojo!! — agregó lleno de frustración.
— ¿Jungkook? — habló su hermano Jin, saliendo de la cocina. — ¿Qué fue lo que dijiste? — cuestionó con el entrecejo fruncido.
— Nada que te importe. — respondió fastidiado, lo último que necesitaba era escuchar un sermón de su hermano, "el perfecto".
— No, claro que me importa. Te escuche. ¿A quien te refieres? — insistió el mayor. — No me digas que hablas de tu amigo.
— ¿Y sí así fuera, que tiene? — dijo a la defensiva el menor.
— ¿Cómo que "qué tiene"? — repitió acercándose a él. — ¡Es tu mejor amigo, no puedes expresarte así de él!, no te lo permito. — dijo alzando la voz.
— ¡Yo soy tu hermano, no él! — se defendió alzando la voz igual.
— Pero está mal que te expreses así de la gente y mucho más si es alguien cercano. Y es más grave en tu caso, cuando el jovencito Jung no ha tenido nada más que buenas atenciones contigo. — explicó el mayor. — ¿Qué fue lo que te hizo, para que te expreses así?, ¿Se pelearon acaso? — cuestionó.
— No, no nos peleamos — negó soltando un suspiro. — Lo que pasa es que estoy harto. ¡Estoy harto de que él tenga todo! — gritó cansado. — Y como si no fuera suficiente, ahora tiene un novio guapo y rico, ¡Y no se lo merece! — agregó furioso.
— ¿Por qué no se lo merece?, el joven Jung es una buena persona y es muy lindo.
— Muy lindo — repitió Jungkook con un tono burlón, seguido de una risa falsa. — Dices eso porque le tienes lastima. Pero, ¡Mírame!— exclamó señalando su cuerpo. — Yo soy mil veces más atractivo, soy guapo e inteligente. Y sobre todo, estoy sano por completo, no como él. Yo soy él que debería de tener todo eso que él presume. — dijo finalmente.
— Te escucho y no puedo creerte. — susurró Jin, negando con su cabeza, no dando crédito a la actitud de su hermano. — Suenas como si estuvieras hablando de tu peor enemigo y no de la persona que más te ha apoyado y querido. Él te ha brindado su amistad y te abrió las puertas de su casa, no puedes hablar así de él.
— Solo digo la verdad, puede tener todo el dinero del mundo pero jamás tendrá mi belleza ni mucho menos mi salud. Va a quedarse cojo toda su vida. — respondió riendo de nuevo.
— ¡Cállate! — gruñó el mayor.
— ¿Qué?, ¿A ti también te incomoda que le diga co... — habló, pero su hermano le soltó un golpe en la cara antes de que pudiera terminar.
— ¡Basta, Jungkook! — sentenció Jin con molestia en sus ojos. — Siempre supe que eras ambicioso, pero jamás creí que envidiaras tanto a Hoseok y muchos menos que le tuvieras tanto rencor. Él no tiene la culpa de tener lo que tú no puedes y en lugar de odiarlo deberías de estar agradecido de que comparte lo que puede contigo. — explicó. — Y te diré una cosa hermanito. Si, es verdad que eres muy guapo y todo lo que quieras, pero sabes que tiene él y que no compra el dinero, y que al parecer tú nunca vas a tener, así logres hacerte rico como tanto quieres. — dijo acercándose a él. — Educación y sobre todo clase. — murmuró mirándolo a los ojos. — Porque podrás juntarte con él todo lo que quieras, pero con esa forma de actuar estarás muy lejos de ser como él y de estar a su nivel. Tal vez por eso él tiene ese novio rico y guapo, al que tú nunca podrías aspirar. — agregó.
— No estés tan seguro, hermano. Porqué podría ser que te trages todas tus palabras. — respondió pasando de largo a su lado y dándole un pequeño empujón con el hombro.
Jin soltó un suspiro lleno de decepción y se dejó caer en el sofá, negando con la cabeza, sin saber en qué se había equivocado para que su hermano fuera de esa manera.
"Estarás muy lejos de ser como él y de estar a su nivel", las palabras de su hermano se repitieron en su mente una vez estando en su habitación compartida.
— Claro, yo no soy como él. — murmuró mirándose al espejo. — Soy mucho mejor y por eso no merezco estar en esta pocilga. — gruñó pegándole al mueble. — Pero voy a salir de aquí, necesito hacerlo. Sin importar lo que tenga que hacer. — determinó, sonriendo empezando a planear cómo podría utilizar a Hoseok para salir de ahí.
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