Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ㅤ▸ O1O

Cosquillas

Empezaba el día. Los tenues rayos de sol dando calor poco a poco a las calles, desvaneciendo el frío de la noche. El pequeño Sunoo aún durmiendo, hecho una diminuta bolita, y Sunghoon ya despierto, lloriqueando un poco.

—S-Sunoo... Me duele... —decía con pequeñas lágrimas mientras apretaba su estómago.

Sunoo despertó al escuchar al azabache, reaccionando lentamente hasta percatarse de las pequeñas lágrimas, levantándose enseguida para ver que necesitaba su amiguito.

—¿Qué pasa, Hoonie? ¿Por qué lloras? —acariciaba con cuidado la pálida mejilla, sus cejitas fruncidas por la preocupación.

—Me duele mi pancita... —hizo un pronunciado puchero.

—Hoonie. —dió un besito en la frente que comenzaba a transpirar. —¡No debiste comer tantos dulces! —reprendió.

—Pero son muy ricos... —se excusó.

—Si sigues comiendo tantos dulces, entonces. ¡Ya no te daré besitos! —cruzó sus bracitos.

—¡Pero Ddeonu!

—Hum. —se volteó, dándole la espalda a Sunghoon, que aún seguía con un leve dolor estomacal, para dejar en claro que cumpliría lo que dijo.

Rápidamente, Sunghoon abrazó al castañito berrinchudo por la espalda.

Su lindo castañito enojón.

Recargó su cabeza en el hombro de Sunoo y dejó un pequeño beso en el acanelado cuello, causando cosquillas en este.

—Perdóname Ddeonu, porfaaaa. —decía. El contrario negó, no haría caso hasta que prometiera no comer demasiados dulces. —Si no me perdonas, ¡te haré muchas cosquillas!

Y antes de que Sunoo pudiera decir algo más, unas traviesas manos se metieron bajo su camisa y empezaron a pellizcar los costados de su adorable pancita.

Disolviéndose entre risas y quejas,el castañito terminó retorciéndose en el
colchón como un gusanito, poniendo sus manitas como resistencia en vano.

—¡Ya, ya, Hoonie para! —pedía entre risas, lágrimas deslizándose de sus ojitos por tanto reír.

—¿Me darás besitos? —preguntó aún sin parar el movimiento de sus deditos sobre el estómago de su menor.

—N... No... —respondió. Sunghoon paró con las cosquillas con sus dedos.

Pero en cambio se inclinó sobre Sunoo, levantando su camisa para pegar sus labios a un costado del estómago del pálido, soplando, causando que sus labios vibraran y aumentarán las cosquillas. Sunoo chilló agudo, ese era su gran punto débil.

—¡Está bien, está bien! -gritó aún riendo. —Te daré besitos, pero para, ¡para! —finalmente Sunghoon dejó de hacerle cosquillas, mostrándole una sonrisa de victoria mientras Sunoo se sentaba.

—¿Me das un besito ahora? —preguntó, a lo que Sunoo solo se inclinó para dar un rápido besito en su mejilla. —¡Otro! —pidió con entusiasmo Sunghoon, así que ahora Sunoo tomó entre sus manitas las mejillas sonrosadas para dar otro rápido besito, y otro, y otro, y otro más.

Al final toda su carita quedando llenita de besitos cariñosos.

—¿Te sigue doliendo la pancita, Sunghoonie? —preguntó con preocupación.

—Solo un poquito, pero tus besitos me ayudan a curarme. ¡Quiero otro besito! —y tomó las regordetas mejillas de Sunoo, acercándolo para besarlo, pegando sus labios por un prolongado rato. Pero sin moverlos, solo manteniéndolos juntos.

Al separarse ambos tenían las mejillas sonrojaditas, sus ojitos soñadores brillantes y tímidas sonrisas.

—Te quiero mucho, Ddeonu. —lo abrazó.

—Yo también te quiero mucho, Sunghoonie. —contestó, dejándose caer en la cama mientras bostezaba. —Quiero dormir otro ratito. —puchereó.

Sin decir nada, Sunghoon se acostó a su lado, levantó su mano a los cabellos castaños para acariciarlos, arrullandolo.

Usando el pecho de Sunghoon como almohada, mientras acariciaba la espalda del mismo, Sunoo iba quedándose dormido junto a él mayor.

No había mejor burbujita rosada de azúcar y tranquilidad que la que ellos mismos creaban.

—¡Chicos, a desayunar! —dijo Minju, entrando al cuarto. Los pequeños se quejaron.

—¡Noo! —dijeron al unísono. —¡Queremos dormir otro ratito! —se abrazaron, pegando sus cachetitos mientras se rehusaban a levantarse.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro