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“La felicidad podría llegar en un momento”

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1986

Días después de la visita al cementerio que Eva había hecho, había recibido una carta de su padre donde le informaba acerca del fallecimiento de Suzett, poco le importaba a Eva lo que sucediera con lo heredado, pero dadas las circunstancias, y en que Eva es la única portadora viva, con el apellido de su madre, cada acción, cada joya, cada galeón había sido dado a ella de inmediato.

La noticia se había dado a conocer en todo el mundo mágico, noticia que estuvo en el profeta por alrededor de una semana, una semana que cada reportero la había intentado buscar para una opinión acerca de lo sucedido, claro que, su padre, no había perdido la oportunidad de hablar, claro que lo había hecho, y había sacado tanto provecho de ello.

Razones como esas, habían llevado a Regulus y Eva mudarse, junto a Pandora y Luna al mundo muggle, un lugar donde no serían reconocidos por al menos un tiempo, pues sabían, que al cumplir los 11 años, la carta de Harry y Rigel llegaría, los signos de magia no se habían quedado atras y conforme pasaba el tiempo, mas incrementaba su fuerza mágica.

Habían pasado dos años desde la última vez que Regulus o Eva habían visto a Remus Lupin, su última visita para Rigel había sido hace dos años, pero Rigel, el solo podía recobocerlo como un amigo de sus padres. Remus bien sabía que esa era una de las consecuencias si desaparecía de la vida de su hijo, pero era necesario, el lo creía necesario, no podia estar viendo un casi copia de Sirius a diario, quien a pesar de estar en Azkaban seguía siendo visitado por Eva.

Eva lo visitaba cada cumpleaños si podia, incluso el cumpleaños de James, Lily o Peter, nunca desaprovechaba una oportunidad para ingresar a Azkaban con un poco de comida para alrededor de un año entero, fotografías de cada cumpleaños de Harry, de Rigel, fotografías que Eva había encontrado en un álbum donde Sirius estaba acompañado de los Potter, de Peter, Remus, de cada amigo que había muerto por la guerra.

Sin embargo, Eva evitaba hablar a toda costa de Remus cada que Sirius preguntaba por el. Inclusive hablar de Regulus, ella había estado presente en la discusión que habían tenido justo cuando Sirius ya se encontraba detras de las rejas. Por esos motivos era que Regulus siempre estaba resignado a que Eva fuera a Azkaban, sabía el riesgo que corría, y aún más con el hecho de que la castaña aún no poseía un Patronus.

Regulus conjuro una vez más su Patronus para que Harry pudiera correr tras el, como habia estado haciendo alrededor de media hora. El pequeño Potter siempre hacia un pequeño puchero en sus labios cuando el Patronus en forma de un caballo galopando huía de el con diversión, desapareciendo a los minutos se querer ser atrapado.

—Quiero hacerlo. —la voz de Eva a su lado lo desconcentró de la escena de Harry frente a el. Dentro de la casa se escuchaban las risas de Luna y Rigel, quienes jugaban con Pandora, compitiendo por ver quien dibujaban mejor cualquier objeto. Mientras que Blu, Kreacher y Winnie se variaban en cada tarea de la casa.

—¿Hacer qué, con exactitud?—Regulus enfatizó confundido, atrapando entre sus brazos a Harry, quien se había cansado de correr para arrojarse a sus brazos.

—Quiero aprender a conjurar mi propio Patronus. Ya ha pasado algún tiempo desde la última vez que lo hice. —Regulus dejó que Harry corriera hacía dentro de la casa, mirando a Eva con curiosidad. —Hace tiempo no podía hacerlo porque tenía a mis padres siempre con la mirada en mi, tenía a Seba...

—No, digas ese nombre por favor. —Regulus la interrumpió antes de que terminara. Eva asintió. Era mejor evitar nombrar el nombre del hombre que ya se encontraba muerto, o eso traería recuerdos dolorosos, bastante dolorosos. —¿Estás completamente segura de querer hacerlo?

—Lo estoy. —Regulus observó a Eva asentir. Regulus suspiro dejando escapar una sonrisa en su rostro, se inclinó hasta besar la coronilla de Eva, tomar una de sus manos, poniéndose de pie, llevando a Eva con el.

—Entonces lo aprenderás. Pero, quiero que sepas, que no debes estresarte por nada del estilo. Así que, no quiero berrinches, o que me dejes durmiendo en el sofá como la vez pasada. —Eva lo miro con una pequeña sonrisa inocente.

—Esa vez tu provocaste dormir en el sofá. Y no quiero ningún pero. Pero no estamos hablando de eso, así que...—Eva levantó su mano izquierda alzandola al aire, mientras la derecha la dirigía hacía donde su corazón se encontraba. —Prometo no estresarme, hacer berrinche o dejar que duermas en el sofá de nuevo.

—Bien. —Eva bajo ambas manos, mientras caminaba dos pasos atras.

—Pero no dijiste nada de dormir en el suelo. —Eva tomo su varita, mientras regresaba en dirección a Regulus, quien la miraba como si estuviera jugando. —Solo estoy jugando contigo. No soy tan cruel para dejarte dormir en el suelo. Ya quita esa cara de amargado. —Eva lo tomo de ambas mejillas dejando un corto, pero profundo beso en sus labios, sintiendo a Regulus sonreír. —¿Empezamos?

—Empezamos. —Regulus asintió.














[...]























—Esto es una pérdida de tiempo. —volvió a quejarse Eva luego de un rato, más específicamente, dos horas. —No funciona. Se rompió.

—¿Cómo se va a romper?—inquirió Regulus ironía. —Además, no lo estás intentando. —reclamó el ojigris abriendo los ojos y suspirando con exasperación.

—Estoy intentandolo. Llevó intentandolo dos horas. —dijo Eva quejándose, haciendo a Regulus rodar los ojos. —Incluso, aunque yo no lo vea, se que nuestros hijos, mi pequeña Luna y Pandora se estan riendo de mi.

—Eres muy impaciente. —dijo Regulus, girandose a mirar como lo dicho por Eva era cierto. —Y no se burlan de ti, se burlan de tus berrinches que ni siquiera Luna hace. —Eva volvió a quejarse mientras movía los brazos a los lados, ignorando a Regulus. —Necesitas paciencia para que esto funcione con totalidad.

—Es igual. Mis berrinches, yo, da un igual a mi, Regulus. —el ojigris suspiro, tomando los brazos de Eva y deteniendolos. Regulus tomo las manos de Eva, dándole una mirada significativa. —No me veas de esa manera Regulus Black.

Amor, no siempre se obtiene a la primera. —Regulus paso de sostener las manos de Eva, a sus mejillas. Eva posicionó sus manos en los antebrazos de Regulus.

—Lo dice quien si lo consiguió a la primera. —Eva lo miro con reproche.

—No somos iguales. No compares. Tu eres Eva, y yo soy yo. Escucha, estas estresandote, y eso no nos va servir de nada. Y tampoco, estas concentrada, necesitas estarlo para lograrlo, necesitas ignorar todo lo que esta a tu alrededor para lograrlo.

Eva suspiro. Ella lo había estado intentando, había está intentando conseguir el encantamiento al nivel que lo requería, casi dos meses en ello, practicando a escondidas—ignorando el hecho de que Pandora la había descubierto—y no había tenido ni el mas mínimo avance de un patronus. Había hecho toda la investigación necesaria, seguido cada instrucción y consejo al pie de la letra pero no había logrado nada mejor que humo plateado saliendo de su varita.

—¿No crees que te estas sobre exigiendo un poco?—Pandora se acercó a ambos, pero aún así, ninguno abandono su posición. —Llevas practicando esto alrededor de dos meses. Y se que dije que no diría nada pero tu obsesión por conseguirlo te esta llevando a un estrés completamente ajeno a ti. —se alejó de ambos al escuchar a Luna en un intento de hablar con rapidez.

Eva observó con curiosidad la mirada que Regulus tenía sonre ella. El ojigris tenía el entrecejo ligeramente fruncido, mientras acariciaba sus mejillas.

—Quizás el recuerdo no es el correcto. —murmuro Regulus. —Necesitas un recuerdo verdaderamente feliz para lograr un patronus ¿Puedo saber que recuerdo estas usando?—Eva miró por unos minutos a Regulus antes de responder.

—Cuando te conocí. —dijo Eva mientras pasaba sus manos por los antebrazos de Regulus.

—Bien, fingiré que eso no me dolió, pero ambos sabemos que ese recuerdo no funciona porque no es del todo feliz. —Regulus le ofreció una pequeña, pero brillante sonrisa a su contraria, quien no podia evitar sonreír.

—¿Qué quieres decir?—quiso saber Eva mientras ladeaba la cabeza confundida. —Sabes que te amo y...

—No digo que no—se apresuro a decir Regulus, manteniendo la sonrisa en su rostro. —Se que me amas, yo también te amo a ti. —Regulus beso castamente sus labios con cariño. —El momento no es el ideal, hay algo de tristeza ahí. —y eso era tan cierto.

Al momento de conocerse ni siquiera Eva entraba en la lista de personas que ella consideraba conocidas o personas cercanas, estaba el asunto de su compromiso con solo 15 años, estaba el tema de Sebastián Lockwood, y cada problema que le causaba. El conocerse los había llevado hasta donde se encontraban, pero tampoco habían sido las mejores condiciones.

—Bueno, en eso tienes razón. Entonces, lo que estas diciendo es que debo buscar un recuerdo mucho mas ¿Poderoso?

—Si, podría definirse así. Piensa en un recuerdo en el que solo exista una sonrisa en tu rostro, una verdadera. —Eva llevó su vista hasta los pequeños de seis años que jugaban junto a Pandora, mientras que la pequeña Luna se divertía escuchando a Winnie charlar. —Piensa en el momento que esos niños llegaron a nuestras vidas, piensa en el momento que dijeron sus primeras palabras, sus primeros pasos, piensa en el día que me vistieron como un maniquí...—Eva soltó una pequeña risa ante ello. —Piensa en el momento que te dije te amo. —la castaña levantó la mirada observandolo con atención. —Tu puedes. —beso su frente, para después alejarse. —Adelante.

Eva pensó en cada palabra dicha por Regulus, tenia muchos buenos recuerdos a partir del momento que salio de la casa de sus padres, el problema era ¿Cuál podría elegir? En respuesta vino a su mente el día que le contaba la historia a los tres menores, cuando sus rostros se iluminaban a cada palabra que más avanzaba la historia, la relájate de sus rostros al dormir, el momento en el que Regulus había caido dormido en su hombro. Esa noche, en la que fueron una verdadera familia.

¡Expecto Patronum!— dijo la castaña con voz firme y la varita en alto, el humo plateado salió de su varita rápidamente, llamando la atención de los menores, Pandora y Regulus, quienes observaron que al final de todo el humo, un gran león salía corriendo alrededor de ella, esfumandose a los minutos.

Eva soltó una risa emocionada mientras se lanzaba hacía Regulus, quien sostuvo sus piernas con seguridad cuando estas se aferraron a su torso con fuerza. Con una sonrisa plasmada en el rostro, Regulus tomo la cabeza de Eva entre sus manos con delicadeza, pasando sus dedos por su cuello, mientras la palma de sus manos descansaba sobre las mejillas de la castaña.

—Lo logré. —Eva recargó su frente con la de Regulus mantenimiento el contacto visual.

—Lo lograste. —Regulus beso sus labios con amor y profundidad.

¿Eso era el amor?
Porque entonces, era hermoso.





























Lune_black

¿Yo? Yo creo en el amor por Eva y Regulus a pesar de que yo los escribo...

Pero bueno, tengo una noticia y esa es que...el siguiente capítulo será...💔

Byeeeeeee.

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