“La decisión del primer beso es la más crucial en cualquier historia de amor, porque contiene dentro de sí la rendición”

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1982

Eva leía sentada sobre una mecedora, sintiendo los pequeños latidos de Rigel sobre su pecho. El pequeño infante dormía con el rostro escondido en su cuello, la castaña dejaba pequeñas caricias en la nuca del bebé. Sintió al bebé de dos años removerse sobre su cuerpo, dejando el libro de lado, se levantó y caminó hasta su cama, colocando a Rigel ahí, rodeado por un par de almohadas a todos sus lados, y evitar que pudiera caer.

La castaña miró en dirección a la puerta en cuanto escuchó como está era abierta. Regulus entro con Harry en brazos, tenía una mano puesta en su cabeza, y la otra se ayudaba para poder cargarlo de las piernas. El ojigris se acercó despacio colocando a Harry al lado de Rigel, asegurando el lugar de almohadas que los rodeaba con doble en la cama.

—Pandora salió—dijo Regulus una vez salieron de la habitación. —Dijo que Luna debía pasar al menos una noche con su abuela. —Eva asintió, suspirando.

Hace días, desde aquel que Narcissa había llegado de sorpresa, preguntado acerca de la visita de dos nuevos integrantes aquella familia, se podía notar cierta tensión entre ellos. Eva sabía con claridad a lo que ambos debían llegar y hablar, pero Regulus, el sentía miedo, quizás en sus pensamientos estaba el hecho de que pensaba abandonarlo y dejarlo solo, o solo eran simples paranoias suyas, no lo sabía, tenía miedo de averiguarlo.

—Bueno, yo...iré a dormir...—Eva lo miró, observando como ni siquiera era capaz de mirarla.

—Necesitamos hablar Regulus. —la castaña se animó a tomarlo de una mano, y con su otra mano en libertad, lo tomo de la mandíbula, obligando a que sus ojos se encontraran. —Y está vez, no vas a evitarlo como has estado haciendo.

Cuando Eva, suelta su mandíbula y su mano, se aleja en dirección a la sala de estar principal, Regulus, no pierde el tiempo en seguirla, no sin antes, asegurarse de que sus se encontraran bien.

Cuando Regulus llegó a la sala principal, tomo asiento frente a Eva, en todo momento, la castaña mantuvo siempre, su vista puesta en el. 

Regulus quería evitar a toda costa, aquel momento que siempre le invadía en la mente, no podía oírlo, no quería. Eva lo había estado sospechando, ella lo sabía, su extraña actitud, era claro en el momento que descifrabas su mirada. Pero en ese momento, las palabras de Pandora llegaron, Eva lo amaba, ella creía, no, ella sabía que era un buen padre, a pesar de que ninguno de los dos tenía experiencia en cuidar niños, pero sobretodo que ambos no tuvieron la mejor educación, se estaban encargando de darle una gran infancia a esos dos niños que dormían en su habitación sin tener conocimiento de lo que podría suceder el resto de sus vidas.

—Eres una excelente madre, Eva, en este tiempo, ambos hemos acompañado a esos dos niños, sin experiencia, pero lo hemos estado haciendo bien. Tu lo has estado haciendo muy bien. —Regulus es el primero en hablar, tomando un largo suspiro antes de tomar las manos de Eva entre las suyas.

—Nunca tuve un ejemplo de lo que es ser una madre, así que significa mucho que los digas Regulus. —su mirada se pierde durante unos segundos en la unión de sus manos, a su mente viene su madre y todo lo que había hecho contra ella. Todo lo que siempre la había obligado a hacer, solo para el propio beneficio de ella. —Siempre pienso en mi niñez y en todo lo que viví, incluso antes de entrar a Hogwarts...—Eva lo sabía, sabía que Regulus no le había preguntado al respecto, y era algo que agradecía, pero quería contarle el como se sentía. —Así que, entiendo que debo de hacer para no convertirme en mi madre. —levantó la mirada, conectando su vista con la de Regulus.

—Nunca serás como ella. —dijo Regulus, acercándose más a ella y pasando su pulgar por la palma de la mano derecha de Eva, dejando una caricia ahí.

—Lo sé. Pero aún tengo miedo, ¿Sabes? De todo de ella en general. —Regulus asiente, esperando a que continuara. El le daba su espacio, sabía que para ella era algo difícil, por lo que jamás indago en su infancia, o lo que había sucedido, quería que ella se sintiera en confianza con el.

Y eso era algo que Eva amaba de el.

Lo fácil que era hablar sobre ese tipo de cosas, o las pocas veces que Eva llegaba a hablar sobre ello, sin miedo a que le juzgara o se lo tomara mal. Sin miedo a sentir que el podría sentir asco por ella, porque sabía que aunque ella no lo dijera, el lo sabía, y no necesitaban palabras para comunicarse. El la entendía.

—¿Qué pasará el día que ella aparezca por aquí y quiera conocerlos?—muerde el interior de su mejilla. —Tu sabes lo que ella dijo en esa carta. Todo el mundo mágico sabe que adoptamos a Rigel. Ella querrá hacer de la vida de nuestros hijos un infierno, como lo hizo conmigo. No puedo dejar que lo haga.

—Tu madre, no tendrá derecho sobre nuestros hijos, ¿De acuerdo? Es nuestra decisión si ella puede estar cerca de ellos o no. Y respecto a lo que esa estúpida carta dice, solo...no te preocupes, no dejaré que ella pongo un pie dentro de esta casa. O le ponga una mano a mis hijos o a ti. —intenta animarla, ganándose tan solo un suspiro pesado por parte de ella. —Los tres son muy importantes para mí. Tu eres importante para mí. Inclusive el traidor de Kreacher y Blu lo son. —esto la hace sonreír levemente.

Eva lo mirá atenta, sintiendo la mirada de Regulus recorrer todo su rostro, tal y como ella lo hacía con el. La castaña, separa una de sus manos de la unión con la de Regulus, dejandola descansar sobre la mejilla de su contrario, acercándose más a el.

—¿Que es lo que tanto te preocupa?—Regulus conecta su mirada con el. Su voz salía casi como un susurro. —¿Por qué evitas hablar conmigo sobre nosotros Regulus?—elevó su otra mano hasta su mejilla, Regulus cerró los ojos ante el contacto, inclinándose hacia la mano izquierda de Eva, quien había colocando sus manos sobre las de Black. —Regulus...

—Te amo. —soltó el ojigris de repente, abriendo los ojos y dejando de sentir las caricias sobre sus mejillas en el momento que había dicho aquello. —Te he amado desde que te conozco. Eva, no me importa si tú no me amas, yo puedo amar por los dos por ti. Amo cada detalle de ti. Se que, cuando estás ansioso mueves tu pierna derecha con nerviosismo, o aveces giras tu anillo anular, el que tiene una piedra azul en el medio. Cuando tienes frío sueles llevar una manta encima, taparte hasta la cabeza y hacerte bolita con tu propia cuerpo para darte calor. Se que te encanta la puesta de sol. Amas tomar fotografías a todo lo que tenga que ver con la naturaleza. Se que no te gusta sonreír, pero yo me voy a esforzar día con día para que esa bonita sonrisa adorne tu rostro todos los días de mi vida. Se que, tus colores favoritos son el azul y el púrpura pero no demasiado fuerte, suelo confundirme con los colores...—Eva soltó una corta risa junto a el, se acercó a un más, dando un apretón en la unión de sus manos.

—Regulus...—Eva volvió a colocar las manos en las mejillas de su contrario acercándose más a el. —¿Me amas?—una pequeña sonrisa se formó en su rostro—¿Aunque tenga mis defectos?—Regulus sonrió de lado, tomando sus mejillas y dejando un beso en su frente con delicadeza y ternura.

—Te amo como nunca he amado a nadie más. —Regulus limpió las pequeñas lágrimas que caían de los ojos de su contraria. —Y quiero que sepas, que lo que tú llamas defectos, para mí son todo lo que te hace ser especial y única. Tu eres perfecta ante mis ojos Eva. Y siempre lo vas a ser. No hay nadie más ante mis ojos. No hay nadie que yo quiera en mi vida si no eres tú.

Eva se acercó más a el, hasta el punto de sentir sus respiraciones. La castaña observó sus ojos grisáceos, aquellos que llamaron su atención en el momento que los observó. Paso la vista sus labios, observandolos por unos segundos antes de mirar nuevamente sus ojos.

—Regulus Black. —Eva paso su pulgar por el labio del ojigris, dejando una leve caricia, sus ojos habían bajado nuevamente a sus labios, para fijarse en sus ojos, y el brillo que los hacía ser únicos en esa habitación. —Yo también te amo.

Regulus sonrió, pero finalmente...fue Eva, quién termino dando el paso final.

Sus labios se unieron con delicadeza. Encajaban como dos rompecabezas buscando su lugar. El lugar que pertenecían.

Sus labios de movían juntos, ambos embonaban perfectamente. Sus corazones latiendo a mil por hora, sintiendo sus emociones desbordarse. Regulus con nerviosismo movió su mano a la cintura de Eva, acercándola más hacia el, la castaña movió una de sus manos hacia la nuca del ojigris, pasando su mano por su cabello, y dejando unas cuantas caricias en el.

Cada segundo de espera, había válido la pena.

Sus emociones estaban a flor de piel. Sus pulmones peleaban por oxígeno, pero a pesar de ser el primer beso especial de ambos. Confesando sus emociones con el brillo en sus ojos, la cálida luz que surgía de las lámparas a su alrededor, sus cuerpos emanando calor, hacia cada segundo, cada minuto, más especial.

—¡Mami!—ambos se vieron obligados a separarse, aún manteniendo sus rostros cerca y sus ojos cerrados, al escuchar la voz de Harry llamando a Eva.

Ambos abrieron los ojos al mismo tiempo, riendo al verse, se sentían como unos niños teniendo su primer amor.

Regulus soltó una pequeña risa, tomando un momento a Eva del cuello dejando pequeños besos en sus labios antes de separarse por completo.

—Te amo. —dijo Eva, sacando una gran sonrisa del ojigris.

—Tambien te amo. Y te lo diré en todos los idiomas si lo necesitas confirmar. Pero los niños ahora necesitan de su madre. —Eva beso castamente los labios del pelinegro antes de levantarse y caminar a la habitación.

—¡Papi!—escucho la voz de Rigel, sacando una sonrisa aún más grande en su rostro.

Sin duda, jamás se arrepentiría de adoptar a esos niños. Eran lo mejor que la vida le había dado.

Pero sobretodo, le había dado la oportunidad del amor.

Un amor de verdad.

Lune_black

POR FINNNN!!!!

MIS PADRES SE BESARON!!!

Aviso que aviso: el próximo capítulo habrá drama, y tiene que ver con un vídeo que subí a Tik Tok hace tiempo.

Spoiler: Dumbledore.

Byeeeee.