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009

“No somos una familia común, ¿qué importa? Lo que de verdad importa es que, pase lo que pase, siempre nos apoyamos unos a otros”

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1980

—¿Esto es necesario?—pregunto Eva con una mueca.

Ese día se suponía saldría con Lockwood para una cita en Hosmeade, pero fue interceptada por la inesperada visita de Narcissa Malfoy y su pequeño hijo, Draco.

Si era sincera, la mujer le agradaba, más que cualquier persona de la familia de su prometido. Narcissa siempre era tan distinguida y amable con todos, a pesar de que su propia familia criticaba su cuerpo, sus acciones, ella siempre mantenía una bella sonrisa en su rostro. Eva podía verlo, ella hacia lo mismo. Finjir frente a sus padres.

Todo el mundo lo supo. Para nadie era un secreto que Andrómeda Black se había escapado con un muggle, llendo encontra de las decisiones de su familia. Al igual, cada reunión, que las familias más grandes de los sangrados 28, se podía observar que Narcissa era la más apegada a su hermana mayor, Andrómeda, algo que frente a los ojos de todos se vio una traición.

Narcissa era quien mantenía el equilibrio entre sus dos hermanas. Era quien evitaba que pelearán por sus distintos ideales, pero un día, simplemente no pudo más, y se dejó llevar por Bellatrix.

Estaba entre la espada y la pared. Por una parte podría retomar su relación con su hermana Andrómeda, aún cuando su esposo fuera un muggle, y su hija una mestiza, pero también, estaba el hecho de que el mago que Bellatrix y su esposo; Lucius seguían, quería la vida de todos los muggles. Y ella solo quería a su familia con ella.

—Bueno, te diría que si lo es pero, aún te faltan dos años por terminar Hogwarts. Y en mi opinión, es muy pronto tomar las medidas del vestido de tu matrimonio. Aunque ve por el lado bueno, siempre se pueden hacer ajustes y el diseño es maravilloso. El que tú madre quería escoger para ti, era... anticuado y feo. —Narcissa hizo una mueca al recordar como tuvo que evitar decir comentarios acerca del estilo que la madre de Eva quería para el vestido de su hijo.

—Mi madre siempre ha sido así. Ella y yo siempre tuvimos estilos distintos. Ella quería una cosa, y yo la odiaba. Y si a mí me gustaba, a ella le parecía demasiado vulgar. Eran escasos los momentos en los que concordamos. —explico la castaña mientras ponía sus manos en su cintura, golpeando levemente contra su estómago.

La mujer con la que ambas habían asistido tomaba las medidas de Eva. Y parecía estar complacida con ello.

—¿Puedo hacerte una pregunta?—dijo Narcissa mientras jugaba con las manos del pequeño sentado en su regazo.

—Adelante.

—¿Cómo estás? Me refiero, a lo del... compromiso con Regulus.

Eva miro a Narcissa de reojo, a la vez que hacía una mueca, cuando sintió a la mujer picar sus piernas con la aguja al moverse un centímetros a la derecha.

—Si te soy sincera. —suspiro. —Ya ni siquiera se que es lo que siento. Cuando lo conocí no podía sentir más que odio por haberme quitado lo que era mío. Mi libertad. Pero ahora, no lo sé. Es como un... setenta porciento...

—¿De lo sientes por el? Digo, apreció. —Eva hizo una mueca involuntaria.

—No. Es un setenta porciento del odio que siento hacia el. Y no puede quejarse, tiene un treinta porciento de mi aprecio. —respondió Eva mientras bajaba del banquito en el que estaba parada, después de que la mujer le indicará que podía bajar.

Eva tomo su ropa, la cual se encontraba al lado de Narcissa, quien aún la observaba. Entro al vestidor y poco a poco, comenzó a retirarse el vestido de prueba, que habían usado de ejemplo, a como Eva lo quería.

—¿Crees que puedas llegar a amarlo?

La pregunta de Narcissa sin duda la sorprendió. Pero la rubia no podía ver su rostro, solo escuchaba el silencio, esperando ansiosa una respuesta por parte de la castaña.

Eva recargo su espalda en una pared, mientras miraba el techo del vestidor. ¿Lo amaría? ¿Podría confiar en el? ¿Sería capaz, si quiera de querer dormir en la misma habitación cuando se casen? Esas preguntas sin duda rondaban por su cabeza.

Suspiro.

—No lo sé, Narcissa. —respondió después de varios minutos en silencio, que para la rubia parecieron eternos.

Eva salió del vestido, minutos después observando como Narcissa la miro en cuanto salió. La castaña se dió cuenta del rostro de sorpresa por parte de Narcissa, ella lo comprendía.

Era la única que lo hacía. Los demás familiares de Regulus, siempre parecían interesados en arruinar su vida cada que preguntaban por su infancia.

Era una parte de su vida muy importante de la cual nunca había hablado. Ella entendía la curiosidad de Narcissa por el tema, por saber si podría llegar a sentir algo por su primo y no iba a juzgarla nunca por preguntar al respecto.

—Yo...pase por cosas de niña que, aún me dan pesadillas en las noches y...—Eva mira a Narcissa directo a los ojos, notando como estos se suavizaban al verla.

—Y no tienes que decírmelo Eva. —Narcissa se levantó de su asiento cargando a Draco en un brazo, mientras con la otra ponía su mano libre en la mejilla de Eva. —Es tu decisión y lo dirás cuando te sientas lista. —Eva no podía estar más agradecida con Narcissa, pues ella la entendía.

—¿Puedo cargar al pequeño Draco?—Eva miro directo a los ojos a Narcissa, quien le asintió a la castaña y le entrego al bebé con delicadeza.

Eva sonrió mirando los ojos del niño, unos ojos grises hermosos. Las castaña, sostenía con un brazo al bebé, mientras levantaba su mano para jugar con la de el. Un acto sumamente adorable a los ojos de Narcissa.

—¿Me acompañarías a visitar a alguien?—pregunto Narcissa atrayendo su atención. —Estoy segura de que le agradaras.




















[...]




















































—¡Tia Cissy!—una pequeña niña de no más de siete años corrió pequeňo hasta los brazos de la rubia, lanzándose sobre ella al segundo.

—¡Cariño!—la recibe con gusto mientras se tambalea gracias a la fuerza que la menor había utilizado.

—No esperaba que vinieras Narcissa y con una bella jovencita. —la sonrisa que la mujer le dirigía disparaba bondad.

—Queria que fuera sorpresa. Además, quería presentarte a Eva. Es la prometida de Regulus. —dijo Narcissa mientras tomaba a Draco en brazos, quien se había dormido sobre el pecho de Eva.

—Mucho gusto Eva. Soy Andrómeda Tonks. —la castaña le dio una tímida sonrisa, mientras aceptaba la mano que la mujer castaña le ofrecía, siendo sorprendida cuando fue jalada a un abrazos con Andrómeda, del cual no se quejó. —Eres adorable. —dijo Andrómeda cuando se separaron. —Quiero presentarte a mi hija; Nymphandora Tonks...

—¡No me llames así mamá!—el cabello de la pequeña de siete años cambio rápidamente a un rojo fuego. —Es un nombre feo. —saco la lengua de forma adorable cuando su madre le revolvió el cabello.

—Es Metamorfaga. Eres una niña especial Dora. —Eva acarició la mejilla de la pequeña Tonks, quien sonrió.

—Eva es tu tía Dora, ¿De acuerdo? Ella será la esposa de tu tío Regulus, por lo tanto es familia. —Tonks asintió emocionada.

Eva se congelo al sentir los brazos rodeando con fuerza su cintura, en un abrazo fuerte. Rousseau no pudo evitar sonreír en grande y acaricio la cabeza de Tonks.

—Ahora ella es mía. El tío Regulus tendrá que aprender a compartir. —Eva abrió los ojos al escuchar la tierna voz de la infante, pero con una pequeña sonrisa. Andrómeda y Narcissa no pudieron evitar soltar una carcajada.

—Vamos, deben tener hambre. —dijo Andrómeda después de unos minutos de parar de reír.

—No, no...

—Prepare chocolate caliente y bollos de canela. —Andromeda interrumpió a Eva.

—Se lo acepto totalmente. —dijo la castaña, mientras Narcissa soltaba una pequeña sonrisa y seguía a su hermana, aunque también reía por como Eva caminaba con la pequeña Dora aferrándose a su pierna.

La tarde que Eva había pasado con las hermanas Black, y los pequeños menores, fue algo que ella no podía definir con palabras. Podría decir que los bollos de canela de Andrómeda Black eran los mejores que sus papilas gustativas habían probado.

La actitud de la mujer era algo que te hace llenar el pecho de cariño y calor maternal. Sin duda, era alguien amable y servicial, su mirada transmitía bondad. Eva sin duda jamás olvidaría el día que Narcissa y Andrómeda contaron las cosas, tanto vergonzosas de Regulus como para sentirse orgulloso de el.

—¿Cómo estás?—pregunto Andrómeda en dirección a Narcissa.

—En lo que cabe, bien. No podría estar mejor. Mi hijo se ha vuelto un gran sustento para mí con todo lo que está sucediendo. —respondió Narcissa,para después mirar hacía la sala donde Eva estaba sentada en el suelo con el pequeño Draco en brazos, jugando con la pequeña Tonks.

Ambas hermanas observaron con ojos suaves como Eva miraba con una sonrisa, al pequeño Draco, quien balbuceaba y se reía de algo que la niña había dicho, junto a sus muecas.

—Es una buena chica. —dijo Narcissa, mientras mantenía su vista en su hijo, sobrina y quién se convertiría en su familia próximamente.

—Lo es Narcissa. Ella es la mejor persona que puede existir para nuestro querido primo.
















































Lune_black

El próximo capítulo será algo emotivo y tiene que ver con el patronus... 😶

Ya pero... Draco, Tonks y Eva jugando me dan mil años de vida ❤️


Tengo que decir, que los capítulos 11 y 12 se vienen fuertes y eso tiene nombre y apellido... Sebastián Lockwood.

Bye.

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