─ ACTO DOS ─

❝ INOCENCIA CORROMPIDA ❞

❝ Nota mental

No darle tantas vueltas a las cosas.

O te arrepentirás ❞

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La muralla concedió un siglo de paz a la humanidad.

Permitió olvidar el miedo a ser dominados y la humillación de estar encerrados.

No obstante...

Cuando los titanes comprometieron la muralla, la humanidad comenzó su batalla.

Tras innumerables sacrificios de soldados y civiles, se descubrió que había titanes infiltrados entre los humanos.

Lograron capturar a uno de ellos, Annie Leonhart, cinco años después de que la primera muralla cayera.

No obstante...

Ese día, la siguiente amenaza para la humanidad estaba a pocos pasos.

Revisaba con detalle los papeles en mi mano. Ignoraba como siempre el ruido a mi alrededor, ahora que Erwin estaba siendo llevado por la policía militar y Levi no podía estar forzando su tobillo, no me quedó de otra que estar con Hanji.

Tenía que encargarme de firmar unos papeles pero a la vez supervisar que no hubiera complicaciones en el traslado de Annie Leonhart al sótano de la Legión.

Eso era lo más fácil, ahora venía revisar los papeles de los daños, el impuesto, las bajas y entre otras cosas más. Ahora respetaba al señor cejas más que nunca, no creí que fuera un trabajo pesado.

El ruido alrededor comenzó a ser más fuerte, desconcentrando mi mente en la hoja que firmaba.

──Hanji, ¿qué mierda sucede? ─pregunté firmando los papeles del traslado. No escuche palabra alguna de la miope. ──. ¿Hanji?

──Miren eso.

──¿Un titán?

Eso fue más que suficiente para despegar mi vista de los papeles. Alcé mi cabeza observando en el pedazo del muro faltante, el rostro de un titán.

Me paralice cuando su pupila se centró en nosotros.

──¿Qué hace dentro del muro?

Le entregué los papeles a el soldado corriendo hacia el muro a un lado de Hanji. Ella igual se encontraba sorprendida de lo que nuestros ojos miraban.

──¿Qué mierda es esto? ─pregunté llevando mi mano a mi equipo, una emoción olvidada emergía nuevamente en mí.

──¿Qué hacemos, Buntaichō? ─las miradas iban directo a Hanji, pues ella era la de más rango aquí.

──¿Qué? E-espera... ─me miró pidiendo ayuda, su miraba era de terror incluso sudaba frío.

──No me pidas sugerencias, miope. ─regresé mi vista a esa cosa. ──. No se siquiera que pensar. ─tomé con fuerza mi cuchilla pasando saliva. ──. Estoy igual que tú.

No sabía qué significaba esto. Mi mente solo comenzaba hacer teorías, pensando si solo era él o había otros más, y lo que más me aterraba era saber si los muros realmente están hechos de titanes.

Entonces, ¿de qué mierda nos protegen?

Ahogue un grito al sentir una repentina mano en mi hombro, saque mi cuchilla colocándola en el cuello del culpable.

La baje cuando miré al pastor Nick tratar de regularizar su respiración. Al parecer había corrido solo para llegar frente a nosotros.

──¡Pastor Nick! ─llamó Hanji.

──Puta, casi me cago del susto. ─solté junto a un suspiro.

──No le dé... ─murmuró, pero muy a penas lo entendimos.

──Habla con huevos. ─me harte de escuchar sus balbuceos

──¡Qué no le de la luz del sol a ese titán! ─gritó con su mirada de terror.

──¿Eh? ─ambas lo miramos. Al parecer este pastor sabe más de lo que aparenta.

──Tsk. ─Hanji aún lo miraba sumida en sus pensamientos. ──. ¡Todos, muevan el culo! ¡Que no le de la luz del sol! ¡Cubranlo, ahora!

──¡Sí, Buntaichūi!

Con fuerza tomé al pastor del cuello de su ropa.

──Usted no se irá de aquí sin antes decirnos qué mierda está pasando en estas murallas. ─él solo pasó saliva mirando mis ojos. ──. Ni siquiera podrá mear sin que le quite un ojo de encima.

Por primera vez en mucho años volví a sentir aquella emoción que tanto olvide...

Miedo.

Buntaichūi━━━━. teniente de escuadrón.