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━ÚLTIMA EXPEDICIÓN━
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Mis labios se encontraban entreabiertos sintiendo mi respiración agitada, mis pulmones pronto necesitaban oxígeno.
Una ligera capa de sudor cubría mi cuerpo, sentía mi cabello desordenado ligeramente adherido a mi frente.
Apreté con fuerza aquel brazo que tenía apresado mi cuello con mi cuerpo apresado al del rubio quien según era uno de mis mejores amigos.
──Liberty. ─escuché hablarme cerca de mi oído. ──. ¿Te rindes? ─me limité a mirarlo por el rabillo de mi ojo como pude.
Sin tener indicios de rendirme, pasé mi pie por detrás del suyo desequilibrado al gigantón. Su agarré perdió fuerza y gracias a eso aproveché para darle un golpe en su costado con mi codo. Me liberé de sus brazos y justo giré sobre mi eje levantando mi pierna asentando una patada en su hombro haciendo que cayera al suelo.
Tome el cuchillo mientras colocaba mi pie en su pecho evitando que se pusiera de pie.
──¿Te rindes? ─lo apunté con el cuchillo.
──Aún no. ─tomó el tobillo de mi otra pierna tumbando mi cuerpo al suelo siendo ahora yo la que tenga su rodilla en mi pecho con el cuchillo apuntando mi garganta. ──. Creo que el encuentro terminó.
Solté un suspiro.
──Me rindo. ─levanté mis manos.
──¡Oh, ganó Mike!
──Como era de esperarse.
──Aunque Liberty no lo hizo nada mal. ─escuche el murmullo de Nanaba junto al de los otros.
Mike se quitó de encima mío.
──Lo hiciste bien. ─me ofreció su mano.
──Considerando que te tumbe al suelo dos veces. ─la tomé y por la fuerza que ejerció termine de pie de inmediato. ──. No está tan mal.
Sentí una mirada perforar mi espalda de una manera muy asesina. Busqué con la mirada al dueño encontrando a lo lejos a Levi beber de su té sentado en la mesa de descanso junto a Erwin y Hanji, los tres observaban los encuentros.
──¡Dios, Liberty! ─miré a Mike llevar su mano a la nariz. ──. Puedo oler sus celos y el odio que me tiene a mí por solo hablarte.
──¿Qué mierda dices? ─pregunté sin comprender. ──. El golpe te afecto.
──¿Por qué lo dices?
──Por que Levi no parece el tipo de hombre que busca pareja. ─lo miré de reojo. ──. Supongo que solo son alucinaciones.
──¿En serio? ─alzó una ceja. ──. Levi no se ha apartado de tu lado desde que llegamos de aquella expedición. Aunque tampoco se aparta de Erwin.
──Si, bueno. Son cosas de él. ─le reste importancia mirando a la mesa a Moblit hablando con Hanji. ──. ¡Moblit! ─lo llamé teniendo la atención de ellos. ──. ¡Mueve el culo que te toca!
Logre ver una gota de sudor bajar por su cabeza soltando un pesado suspiro. Sin más comenzó a caminar hasta llegar al centro justo donde me encontraba.
──¿Listo, pequeñín? ─pregunté colocando mis puños a nivel de mi rostro.
──No, la verdad no. ─imitó mi acción sin mucho entusiasmo. ──. Además, no soy tan pequeño. Solo me ganas por 3 cm.
──3 cm son 3 cm, pequeñín. ─tiré una patada que fue esquivado a tiempo. ──. Buenos reflejos.
Esquive su puño a la vez que le tiraba uno, este alcanzó a bloquearlo con sus antebrazos. Levantó su brazo a la vez que levantaba mi pierna, antes de que llegara a golpear mi rostro mi pierna quedó alrededor de este.
──Ay, dios. ─suspiro cuando giré mi cuerpo desenredando mi pierna logrando asentar un golpe en su torso dejándolo fuera de combate. ──. Nunca voy a acostumbrarme a tus patadas.
Lo miré tendido en el suelo.
──Sabes que me contengo por ser tú, ¿verdad, Moblit? ─le tendí mi mano.
──A veces me preocupa las personas que quieran ser tus enemigos. ─dijo tomando con fuerza mi mano.
──Lo bueno es que no tengo enemigos. ─lo levanté de un tirón.
──Por suerte. ─murmuró recargando su cabeza en mi hombro. ──. Quedate quieta que el golpe me aturdió.
Rodé mis ojos acariciando su cabello con una de mis manos. Sentí un peso caer a mi cabeza, no había necesidad de preguntar quien era.
──Mike, midete que pesas 102 kg. ─como pude lo miré de reojo.
──No me molesta. ─soltó abrazando mis hombros.
──No digas que... ─fue demasiado tarde, ya no pude salir de sus agarres.
──Abrazo aplanador. ─expresó Moblit abrazando al rubio y el rubio a él dejándome a mi en el medio.
──Cuanto los odio. ─murmuré sintiendo mi cabeza chocar con el pecho del rubio y mi barbilla posarse en el hombro del castaño.
──Vamos Liberty, déjate querer. ─rodé por segunda vez mis ojos.
Logré meterle el pie a Moblit para que cayera y antes de que el suelo lo acogiera me quité sus brazos de encima haciéndome a un lado.
──¿Por qué no me sorprende? ─murmuró mirando fijamente el cielo.
──Deja de holgazanería de lado y vamos a comer antes de que la miope se termine todas las galletas. ─tanto el rubio como yo le tendimos la mano.
──No seas tan mala con Hanji-san. ─dijo tomando la ayuda. ──. Ella te quiere y tú la golpeas e insultas.
──Es mi forma de demostrarle mi amor y mi aprecio. ─sincere levantando al castaño. ──. Jamás lo haría si ella no lo quisiera.
──Si, claro. ─rodó sus ojos. ──. Voy hacer como que te creo.
──Piensa lo que quieras. ─me encogí de hombros. ──. Mejor vayamos a comer.
Caminamos entre platicas hasta llegar a la mesa donde los tres nos miraban con curiosidad.
──La última vez que nos embriagamos fue porque terminaste con la chica de la florería. ─miré a Moblit quien según él nunca había sufrido por una mujer. ──. Ya que descubriste que le gustaban las mujeres y solo te usaba como un tapado.
──Eso no es verdad. ─se cruzó de brazos tomando asiento frente a Hanji.
──Si es verdad. ─afirmó Mike imitando la acción solo que a su frente estaba el otro rubio. ──. Lloraste por un largo tiempo y después comenzaste a bailar con la botella de vino.
──Fue muy divertido cuando se tropezó y cayó de cabeza al río que había en el lugar. ─Mike soltó una risa al recordar aquello. ──. Y después creíste que tus lágrimas eran el río y pensaste que te estabas deshidratado por la pérdida de agua.
El rubio a mi lado se reía recordando eso mientras yo soltaba una tos escondiendo mi risa entre mi mano. Moblit solo se quedó en silencio matándonos con su mirada.
──Casi moría y ustedes solo se reían. ─exclamó molesto. ──. Estaba muy ebrio y no pensaba con claridad.
──Ajá, claro. ─tomé una galleta de la mesa comiendo un poco. ──. Decías que el agua era tu hogar.
──Esa noche casi moría de risa. ─miré a Mike afirmando aquello.
──Y yo de hipotermia porque estaba haciendo frío. ─por su forma de decirlo mis labios se hicieron media luna que oculté entre mi mano.
Me había reído un poco.
──No me hace gracia. Me he reído un poco, pero no me hace gracia, no está bien esto. ─miré al castaño que solo me miraba mal.
──Vaya, ustedes sí que tienen muchas historias. ─los tres miramos a la miope. ──. ¡Amo su amistad! ─hizo puño su mano sonrojándose al vernos a nosotros tres.
──Hanji-san... ─pude ver una gotita de sudor bajar por la cabeza de Moblit.
──Tsk. ─escuche el chasquido de disgusto del enano frente a mí. ──. Deberían estar entrenando y no perdiendo el tiempo hablando estupideces.
──A diferencia tuya, nosotros ya acabamos el entrenamiento, escoria. ─lo miré severamente mordiendo la galleta.
──Desprende muchos celos. ─me susurró el rubio quitando mi galleta para darle un mordisco.
──Oye, eso era mío. ─alce mi cabeza mirando al "nariz sensible". ──. Ve a quitarle las galletas a Nanaba.
──Cuando termine su entrenamiento lo haré. ─tanto Moblit como yo suspiramos. ──. ¿Qué fue ese suspiro?
──Mike, amigo. Nunca haces nada de lo que dices. ─le dijo Moblit. ──. Eres pésimo para ensamblar una conversación que no sea de trabajo.
──Claro que no.
──Claro que sí. ─dijimos ambos a la vez.
──Si sigues así a este paso encontrará a alguien más. ─solté tomando otra galleta. ──. Tal vez uno que encaje a su tipo de hombre.
──¿Sabes cuál es su tipo de hombres? ─preguntó apresuradamente.
──Tal vez. ─lo miré. ──. ¿Qué me das a cambio?
──¿Qué quieres?
──Te lo diré más rato. ─mordí el último pedazo de galleta.
──¿Y tú Liberty? ─mire a la miope. ──. ¿Cómo es tu tipo de hombre?
Pestañeé viendo como toda la atención del azabache se enfoca en mi.
──Uy, creo que alguien se va a enamorar al escuchar su descripción. ─pateé por debajo de la mesa al idiota de Mike tanto él como Moblit conocían mi tipo de hombre.
Y encajaba perfecto con Levi.
──Pues, me gusta que fuera un soldado fuerte. ─claramente no le iba a revelar todo lo que gustaría. ──. Más que yo para evitar preocuparme por que muera.
──Oh, ya veo. ─la castaña sonrió acomodando sus lentes. ──. Entonces, puede ser como Mike, ¿no?
El rubio se atragantó con la galleta, le dí palmaditas en su espalda para que no muriera.
──Ya que este es el único en ganarte. ─nos miró. ──. Incluso en la vencidas.
──Pues... ─llevé mi dedo a mis labios, dejando que mi uña jugará con este abriendo un poco mis labios. ──. Es más fuerte que yo.
──Así que eres el más fuerte, ¿eh? ─las miradas se posaron en la oscura mirada de Levi. ──. Es porque todavía no me has enfrentado.
──¿Levi? ─pregunté al verlo colocar su codo en la mesa.
──Veamos quién de los dos es más fuerte. ─su mirada perforaba por completo al rubio.
──La verdad no me interesa mucho si soy el más fuerte. ─comentó el rubio sin indicios de querer ceder.
──¡Ya se! ─gritó la miope. ──. Él que gane se llevará de premio una cita con mi Liberty.
──¿Qué? ─preguntaron tanto Erwin que se había mantenido leyendo todo este tiempo como Moblit que me tomó en sus brazos protectoramente.
──¿Si acepto la cita significa que tendré día libre? ─pregunté a Erwin quien era mi capitán.
──Por supuesto que n–...
──¡Sí! ─interrumpió Hanji abruptamente. ──. ¡Por supuesto que sí!
──Bien, acepto. ─miré al rubio. ──. Deja de jotear y comienza con esto.
──Pero–... ─mi mirada lo hizo callar. ──. Bien.
Los dos se colocaron en una mejor posición tomando sus manos con fuerza.
──Bien, en uno... dos... ¡Ahora! ─gritó Hanji para comenzar.
Los brazos mantenían casi igual a como empezaron, Mike parecía poner toda su fuerza su mirada forzada lo delataba mientras que Levi por su lado parecía que no tenía problema alguno incluso permanecía con su típica mirada.
──Creo que Mike tiene problemas. ─dije aún en los brazos de Moblit comiendo otra galleta.
──Aunque lo vea me cuesta creerlo. ─murmuró.
Poco a poco el brazo de Mike comenzó a bajar, pero él puso más fuerza intentando ir a la dirección contraria. De pronto se escuchó el ruido sordo del golpe que recibió la madera cuando la mano de Mike chocó contra esta.
El silencio reino entre nosotros. Realmente no creíamos que alguien de baja estatura le hubiera ganado al más alto de la Legión.
──Pero, ¡¿qué ha pasado?! ─Hanji tampoco lo creía. ──. Lo miró y no lo creo.
De pronto sentí la fuerte mano de Levi tomar la mía alejándome de Moblit comenzando a caminar lejos de ellos.
──Pero–... ─los chicos solo miraban como nos alejabamos.
──¡Me la traes en una pieza! ─gritó a lo lejos Hanji.
──¿A dónde me llevas? ─pregunté despues de ver cómo salimos de la base.
──No me gusta que estés cerca de ellos. ─soltó con desdén.
Lo miré de reojo.
──No tienes que preocuparte si eso te preocupa. ─miré al frente. ──. Al fin de cuentas me atraen las personas de baja estatura.
Sentí su mirada puesta sobre mi perfil analizando con detalle mi rostro que chocaba contra los rayos de luz.
──Y a mi las personas más altas que yo. ─susurró, pero logré escucharlo.
──Espero y no te arrepientas, escoria.
──No pienso hacerlo, mocosa.
Sin decir nada más continuamos con nuestro camino.
Las semanas pasaron.
Después de terminar aquella expedición en donde se llevó a cabo la primera prueba de la estrategia de Erwin. Se llegó a la conclusión de que si no hubiera sido por esa repentina y gran tormenta las bajas de los soldados había disminuido relativamente.
Es por ello que a los pocos meses se planeó otra expedición, pero dejando eso de lado se comenzó a correr el rumor sobre que Keith dejaría de ser el comandante para cederle su puesto a Erwin.
No me impresionó, conocía muy bien a ese hombre para saber que tiene grandes capacidades para comandar dejando de lado su gran cabeza para la hora de planear una estrategia.
Puede que sacrifique a media humanidad, pero es por el bien de todos... según él.
Le había comentado que no importa si se convierte en comandante, estaré a su lado protegiendo su espalda, pero por su gran silencio me dicta que planea hacer algo conmigo, si llega a ser ascendido, dejando de lado que piensa hacer capitán al enano.
Levi.
¿Qué pasó con él? Se preguntarán, ¿no?
Y bueno, la respuesta es sencilla.
Desde aquella expedición por una extraña razón nos hicimos, ¿cercanos? No sé si esa sea la palabra adecuada, es simplemente que desde que me quedé a su lado limpiando su rostro mientras le decía aquellas palabras, fue como si algo en su interior conectara de cierta forma conmigo terminando por estar siempre a mi lado.
No me molesta su presencia, por alguna extraña razón me llegaba a agradar.
Pero en ocasiones no me deja ni respirar, más a parte es en cierta forma, ¿sobreprotector? Creo que es la palabra que busco, no sé qué mosca le pico pero no le gusta que me la pasé todo el tiempo detrás de Erwin cuando él tiene a Mike, a quien tampoco le gusta que se encuentre cerca mía.
Y ni hablar de Moblit. Desde que tuvimos nuestra cita se ha vuelto mád apegado a mí y no le agrada la precensia del castaño. Seguramente porque le dije que solo me atraen las personas más bajas que yo, Moblit es más bajo que yo.
Ahora me comienzo a cuestionar que lo que dijo sobre seguir a Erwin conmigo a su lado no eran palabras ligeras.
Y, después, claro que no puede faltar la miope de mierda saliendo con sus estúpidos comentarios.
──¡¡Están saliendo, ¿verdad?!! ¡Se miran los dos muy cercanos! ¡¿Cuanto llevan?! ¡Erwin, ¿lo sabías?! ¿Estas a favor de que Liberty tenga novio?
──¿Puedo matarla? Voy a matarla. ─estaba por acercarme a ella provocando una enorme sonrisa de su parte.
──¡Es verdad! ─me detuve ante ese grito. ──. ¡Si están saliendo!
──¿De dónde sacas tanta estupidez? Que estemos juntos no significa que estemos saliendo, miope de mierda.
──¡Pero te gusta! ─gritó confiada.
──¿Qué? ─pregunté confundida, estaba consciente de que el enano era pasable pero... nunca he pensado en eso o he sentido que me guste. ──. Deja de decir tonterías.
──No son tonterías. ─aclaró sonriendo. ──. Si no te gustara no intentarias matarme, lo hubieras ignorado como siempre. ─sorpresa total se planteó en todo mi rostro sin poder retenerla.
Ella tenía razón, si no fuera cierto solo lo hubiera ignorado como siempre, pero algo dentro mío me exigió golpearla.
Apenas me daba cuenta de que sin saberlo me gustaba el enano. Los hombres en la habitación solo miraban con un toque de sorpresa mi rostro seguía con los ojos abiertos entrando en un estado de shock.
──Vaya, es la primera vez que veo una expresión en tu rostro. ─habló la miope. ──. ¿Realmente no te habías dado cuenta?
──Tks. ─chasque mi lengua mirando a otro lado. ──. Qué estupidez. ─sentía mis manos temblar y no sé por qué. ──. ¿Para qué mierda me llamaste, Erwin? ─ni siquiera podía verlo a los ojos.
──¡Dios! Aquí huelo a boda. ─las miradas cayerón en la miope. ──. ¡¿Puedo hacer la madrina?! ¿Sí?
Mi pie en su rostro fue lo único que recibió por respuesta.
──¿Qué? ─los tres solo me miraron por ello. ──. No me digan que ustedes no querían hacerlo. ─murmuré tomando mi cabeza, el dolor de cabeza se presento de nuevo.
Erwin solo soltó un pesado suspiro mientras ayudaba a la miope junto a Mike, el enano solo los miraba a un lado mío.
Desde aquella vez he intentado actuar como si eso nunca hubiera pasado y lo más extraño de eso es que el enano seguía permaneciendo a mi lado. Segurante en aquella cita sin darme cuenta me quedé cautiva a su mirada de muerte y sus vulgares palabras.
Que gustos los míos.
Lo único que agradecí fue que no tocará ese tema. Creo que ahora entendía porque me agradaba estar a su lado.
Sacudí mi cabeza para quitar esos pensamientos, no era el momento adecuado para pensar en ello.
Nos encontrábamos en una expedición para llevar a cabo la segunda prueba de esa formación, además de ser la última expedición del comandante Keith.
Como siempre venía cerca de Erwin con la única diferencia de que el enano venía a mi lado. Había comenzando a llover, pero no era como la última vez, esta era solo unas pocas gotas de lluvia las bengalas estaban bien.
Nos habíamos adentrado en un gran bosque donde encontramos un titán, lo bueno de esto es que teníamos la ventaja del territorio gracias a los grandes árboles.
──¡Todos, prepárense para luchar! ─escuchamos el grito del comandante. ──. ¡Solo hay un objetivo! ¡Los exterminaremos y haremos la primera base en el exterior para la humanidad!
Me percaté de que no solo había uno sino dos.
──¡Hay otro del lado derecho, 20 metros! ─comuniqué.
──¡Todos los equipos de ataque, prepárense para subir! ─ante esa orden solté las riendas de Black para tomar mi equipo. ──. Levi, Liberty, ustedes encarguense del de la derecha.
Sin decir nada ambos usamos el equipo para desplazarnos por los árboles y llegar a el titán de 20 metros. Clave mis ganchos en su pecho para distraerlo y que Levi corte su nuca. Al llegar al nivel de su rostro corte los dedos de sus manos que me querían tomar, terminé lanzando mis cuchillas en sus ojos cegando su vista.
Me quedé de pie en el tronco de un árbol observando a el azabache cortar con velocidad la nuca del titán.
──¿Deberíamos regresar? ─pregunté mirando el vapor salir del titán.
──¿Por qué la pregunta? ─lo sentí colocarse a un lado mío.
──Tengo un mal presentimiento. ─murmuré.
──Estarás bien, mocosa. ─mi vista seguía enfocada en el titán. ──. Si estamos juntos lo estaremos. ─lo miré ante esas palabras.
──Entonces regresemos ─sus ojos se conectaron con los míos. ──, a casa.
Escuché aquella campana que anunciaban nuestra llegada a las murallas. Habíamos tenido bajas como siempre, no pudimos evitarlo ellos entregaron su vida por la humanidad, nadie murió en vano.
Me baje de Black tomando su rienda caminando detrás de Erwin, él venía encima de su caballo. Levi también se había bajado de su yegua y caminaba a mi lado ignorando como siempre los murmullos de todos.
Entre todos los espectadores encontré la mirada desesperada de Mikasa, que se calmó al verme sana y salva. A su lado se encontraba el castaño sonriendo con emoción, pero la borro al ver como todos iban con la cabeza baja, muchos heridos y otros con grandes heridas o falta de miembros.
El comandante Keith se miraba más afectado que todos, él iba caminando al frente de la caravana.
──¡Moisés! ¡Moisés! ─se escuchó el grito de una señora llegando al frente del comandante. ──. Mi hijo, Moisés... no puedo encontrarlo. ─la caravana se detuvo cuando el comandante lo hizo. ──. ¿Dónde está mi hijo?
──Es la madre de Moisés. ─miró a su mano derecha quien estaba mal herido. ──. Tráelo aquí.
A los pocos minutos él apareció con un paño lleno de sangre entregándolo a la madre del hombre. Cuando ella miró lo que había cayó de rodillas al suelo abrazando el brazo de su hijo.
──Fue la última parte de él que pudimos salvar. ─nadie podía ver a la señora, muchos estaban cabizbajos escuchando sus llantos.
──Pero... mi hijo... era útil, ¿cierto? ─preguntó sorprendiendo a Keith. ──. Aunque... no sea un héroe, ¡al menos murió ayudando a combatir a la humanidad, ¿verdad?!
Un fuerte viento se hizo presente despeinando los mechones de mi cabello junto a mi capa. El silencio había reinando esperando la respuesta del comandante.
──¡Por supuesto! ─se apresuró a decir, pero luego se arrepintió. ──. No... ─susurro bajando la cabeza, lo miré entrecerrando mis ojos. ──. Durante esta misión, nosotros... No, incluso después de todas nuestras misiones...
No pensará decir una estupidez, ¿o sí? ─pensé al verlo murmurar.
──¡Aún no hemos tenido ningún progreso! ─solté un suspiro ante eso.
Qué estupidez. Se cruzó en mi mente mirando esa escena.
──¡Soy un fracaso! ¡Solo hemos llegado con partes de soldados que han muerto! ¡Y no hemos aprendido nada útil de los titanes!
Genial, ahora todos nos amarán mucho más que antes. Pensé con sarcasmo mientras retomamos el camino de regreso a la base.
Estaba cansada y necesitaba tomar una taza de té o simple agua para aliviar la maldita tensión de mi cuerpo.
Había algo que me dejaba intranquila cada vez que nos alejabamos del Muro María, no sé qué era, pero mi mano no dejaba de temblar. A pesar de que intentaba ocultar mi temblor, Levi lo notó.
──¿Qué te sucede, mocosa? ─al ver como no le respondí tomó mi mano. ──. Calmate, parece que te dará un ataque.
──No sé qué me pasa. ─aclaré sintiendo mi mano temblar entre la suya.
──Sólo respira pausadamente, ya estamos por llegar. ─apretó mi mano para que dejara de temblar. ──. Serías un estorbo si mueras a medio camino, mocosa.
──Tus palabras me ayudan mucho, escoria. ─dije una vez más calmada. ──. Y aún así... gracias. ─incline mi cabeza mirándolo a sus ojos.
Él se quedó mirando con profundidad mis ojos azul cielo.
──Tsk. ─miró a otro lado. ──. Deja de verme con esos ojos.
──¿Humh? ─alce una ceja ante su actitud. ──. Entonces deja de sujetar mi mano, enano. ─esté simplemente me ignoró y siguió su camino unos pasos delante de mí. ──. Si serás. ─murmure ignorando eso.
┆MAMESGD!
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