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TE SEGUIRÉ

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Por fin, despues de que los meses pasaron, se llegó el día de la expedición.

Podía sentir a la mayoría ponerse nerviosos y algunos se morían de miedo. No era mi primera vez fuera de las murallas y es por eso que no expresó nada en mi rostro. Desde aquella vez en el subterráneo deje de sentir miedo, no valía la pena expresar eso.

Como siempre me encontraba del lado izquierdo de Erwin y Mike al derecho. Iríamos al centro y sería la primera vez que usamos la estrategia de mi tío para evitar perder más vidas de las necesarias.  

Estábamos a unos kilómetros de la puerta del sur del Distrito Shiganshina, ignoraba como siempre los murmullos de los ciudadanos que nos veían pasar. 

Mi mirada se detuvo a una pequeña azabache observando con preocupación a mi persona a su lado se encontraban dos niños, uno era Eren quien sonreía moviendo su mano en forma de saludo hacia a mí mientras que un chico rubio miraba fascinado a Black; mi caballo.

Simplemente cerré mis ojos en forma de despedida, Mikasa era consciente de que no era muy expresiva y simplemente daría igual si me despedían. 

Black se detuvo como todos los demás cuando llegamos a la puerta.

──¡¡Abran las puertas!! ─exclamó el comandante. ──. ¡Hoy avanzaremos un paso más! ¡Veamos el resultado de su entrenamiento! ¡Háganles conocer la fuerza de la humanidad! ─las grandes puertas se abrieron por completo. ──. ¡Todos! ¡¡Avancen!! 

Y con ese grito muy conocido, Black relincho parándose en sus patas traseras comenzando a correr. Todos conocían a Black perfectamente, era muy cerril, pero conmigo era todo lo contrario es por eso que amo a este caballo.

Cuando lo vi por primera vez, él de nagaba a aceptar mi ramo de paja. Al verlo muy hostil no pude evitar decirle "Me agradas". Despues de intentos, Black se dejo domar únicamente por mi.

Cruzamos la enorme puerta sintiendo un nuevo aire pegarnos de golpe, cuando fue mi primera expedición me concentraba en mis alrededores observando las cosas que dentro no se encuentran tal y como mi madre me lo contó hace años. 

──¡Titán! ─escuchamos un fuerte grito avisando. ──. ¡Del lado derecho del bosque, uno de 15 metros! 

──¡Viene hacia nosotros! 

Giré mi cabeza observando a el titán saliendo de los enormes árboles.

──Está muy cerca para evadir a caballo. ─habló el comandante. ──. ¡No se detengan! ¡Lo enfrentaremos! ─comunicó. ──. ¡Escolta frontal, siganme! ¡La escolta principal seguirá sin demora el lugar del destino! 

El comandante seguido de Erwin se adentraron al bosque, no me quedó de otra que seguirlos mientras los demás lo enfrentaban. 

──¡Había otros dos escondidos! ¡Se acercan, uno de 20 y 25 metros! ─se escuchó un enorme grito anunciando eso.

Intentaron atraerlos al bosque pero...

──¡Excéntricos! ─ambos lo eran. ──. ¡Cuidado van hacia allá!

Iban directo a la carreta y el escuadrón se habían dispersados. Solté un suspiró pesado dando un golpe a Black para que comenzará a correr a dirección de ambos, de lo contrario los suministros se irían a la mierda.

El escuadrón de Flagon no logró acabar con el de 20 metros, esté tomo a unos de sus subordinados comiendolo. Para sorpresa de todos, Levi logró acabar con él con ayuda de sus amigos como si nada.

──¡Aún queda uno! ─gritó alguien. 

Me paré encima de la silla de montar y usando mi equipo enganche los ganchos en la espalda del excéntrico. Con gran velocidad corte su nuca para terminar por caer encima suyo, gracias a la velocidad que use la liga de mi cebolla se soltó dejando caer mi largo cabello hasta mi cintura. 

──Qué veloz. ─susurró el rubio amigo del azabache.

Miré encima de mi hombro a los demás mirarme perpetuamente. Guarde mis cuchillas dando un salto cayendo de pie al suelo, camine pocos pasos hasta que Black llegó a mi lado inclinando sus patas delanteras para que pudiera subir sin problemas. 

──Buen trabajo, campeón. ─acaricie su largo cabello negro. ──. Andando. ─esté relincho para comenzar a correr de vuelta a la formación sintiendo las miradas de todos. 

Cuando llegué miré a Erwin sonreí observando a el enano. 

──¿Qué opinas? ─mire a el rubio al llegar a su lado.

──Es mejor de lo que creí. ─comenté mirando a lo lejos. ──. Pero esto no se acaba todavía. Debemos seguir. 

Este asintió con la cabeza comenzando a cabalgar, imité su acción, pero me detuve para observar a el enano.

──Parece que tus alas son reales... Levi. ─susurré para seguir corriendo lejos.

Antes de desaparecer por el rabillo de mi ojo izquierdo lo miré observarme.

Ya estaba por caer la noche anunciando que pronto el largo día llegaría a su fin. 

Los demás ya se habían acomodado en las ruinas del edificio donde nos quedamos a pasar la noche para mañana seguir con la expedición.

Caminaba detrás de Erwin, quien venía hablando con el comandante Shadis sobre el transcurso de la expedición, simplemente ignoraba la palabrería.

No había mucho que me interesaba de su platica estoy aquí por qué no confió en el enano, más a parte, él, me pidió que estuviera a su lado durante la expedición.

Al dar vuelta en un pasillo sentía una mirada en nuestra espalda, cuando busqué al dueño encontré a esos tres mirarme. 

Los ignore y seguí con el camino. 

Después de unos minutos Erwin dejó de hablar con el comandante, ahora nos dirigimos a el lugar dónde se encuentran nuestras cosas y las de los demás. 

Sin embargo, antes de llegar a el lugar nos encontramos a Levi recargado a un lado de este como si estuviera haciendo guardia. 

──¿Estás aquí solo? ¿Pasó algo? ─preguntó el rubio extrañado. ──. ¿Tus subordinados no están contigo? 

──No son mis subordinados. ─corrigió después de un profundo silencio. ──. A diferencia de ti, no necesito un perrito faldero que me siga a todos lados. 

Saqué de la manga de mi chaqueta una daga y cuando estaba por abalanzarme a él Erwin colocó su mano al frente mío. No me quedó de otra que guardarla y retroceder.

──¿A sí? ─preguntó después de calmarme, hubo un enorme silencio donde se podía notar la tensión en el aire. ──. ¿Ya te has acostumbrado a la Legión de Reconocimiento?

──Más o menos, pero me irrita que todos estén como locos por los titanes. ─comentó. 

──Claro. Especialmente gentes como esas reclutamos. ─aclaró el mayor. 

──A sí, ¿y tú perro faldero es el primero entre todos los locos? ─simplemente lo ignore. 

──He visto como luchas. ─dijo. ──. En tu primera lucha te arreglaste fácilmente con un excéntrico. Tu habilidad tranquiliza a los demás miembros. ─el enano solo miró a el rubio.

──Durante la pelea había un soldado al cual se lo comieron. ─comentó. ──. Observando, entendí cómo se movían y aprendí a contraatacar. 

──¿A sí? En todo el tiempo el cuerpo de reconocimiento ha perdido innumerables víctimas, pero aún no sabemos nada del mundo exterior. ─comenzó a decir Erwin. ──. Pero todo es para que la humanidad recupere las tierras perdidas. Por ese objetivo todos estamos dispuestos a perder todas las víctimas que se necesiten. Hemos otorgado nuestro corazón a ellos. Cada uno de nosotros.

Sacrifico Erwin, para ti son sacrificios. ─es lo que pensé al escuchar esas palabras.  

Después de esas palabras nadie dijo nada, simplemente se miraron a los ojos. 

──Erwin, es mejor que sigamos. ─dije rompiendo el silencio. ──. Tienes cosas que hacer. ─decidí caminar para entrar al almacén donde están las cosas, pero el azabache se puso emfrenté mio. ──. A un lado. ─pedí sin quitarle la vista.

──¿Por qué debería? ─él tampoco me quitaba la vista.

──Porqué te lo pedí de buena manera y eso nunca sucede, escoria.

El ambiente se volvió pesado, ninguno parecía ceder. Ambos sabíamos que las palabras solo sobraban y que esto se arreglaría de otra forma. Apreté con fuera la daga, que ahora se encontraba en mi mano, él parecía hacer lo mismo.

──¡Hermanito!

Se escuchó un grito saliendo del lugar donde no quería que entrara, ambos dejamos de vernos y la tensión en el ambiente se esfumo.

──¡Levi! ¡Perdona por hacerte esperar! Ya he terminado de cambiarme. ¡Así que ya puedes volver! ─el azabache la miró para ir a su lado yendo lejos de nosotros mientras murmuraban algo.

──¿Qué dices? ─preguntó mirando a los dos alejarse.

──Es más que obvio que estaban buscando en tus cosas si se encontraban los documentos. ─comenté cruzando mis brazos una vez que guarde mi daga. ──. Ahora saben que los llevas contigo.

──Cierto. ─murmuró soltando un leve suspiro. ──. Por cierto, no he tenido la oportunidad de decirte que te miras linda con el cabello suelto. ─lo miré de reojo al sentir como tomó un mechon. ──. Hacía años que no lo miraba así. ─mostró una pequeña sonrisa.

──Mi liga se rompió. ─solté un suspiro mirando como jugaba con el mechón. ──. Tendré que decirle a la miope si tiene una de sobra. 

──Buena suerte. ─dijo caminando dejando de lado mi cabello. ──. Puedes ir, estaré bien. 

──Sí tú lo dices. ─caminé en busca de Hanji. 

Al pasar de los minutos dando vueltas como estúpida, la encontré sentada con los tres del subterráneo, por sus miradas sabía que esta se puso hablar hasta por los codos. De alguna forma u otra me molesto verla tan feliz hablando.

──Somos muy geniales, ¿verdad? ─escuche a la pelirroja hablar a un lado de ella. ──. Y aún somos capaces de mucho más.

──Sí, eso fue muy genial. ─dijo la miope. ──. Es por eso que Levi... ─no termino de hablar porque la chica la interrumpió. 

──¡Mi hermanito es el más fuerte! ¡Incluso en los subterráneos fue el más fuerte! ─expresó con orgullo.

──Tal vez en los subterráneos es el más fuerte, pero si quiere ganar ese título en la superficie debe ser mejor que Liberty. ─a tan solo unos pasos logré escucharla.

──¿Liberty? ─preguntó la chica. ──. ¡Qué lindo nombre! 

──¡Verdad que sí! ─rodé mis ojos.

──¿Quién es ella? ─alcance a escuchar a el enano. ──. He escuchado ese nombre varias veces. 

──Bueno, ella es... 

──Oi, miope de mierda. ─llamé al llegar a su espalda. ──. Hasta que te encuentro.

──¿Eh? ─alzó su cabeza mirando mis ojos inexpresivos. ──. ¡Mi titan! ─me crucé de brazos ignorando eso. ──. ¿Me buscabas? ¿A mí? ─preguntó sorprendida de eso.

──¿Acaso ves a otra miope de mierda? ─negó con su cara de mensa. ──. Vine a preguntar si tienes una liga. La mía se rompió. 

──Creo que tengo una de repuesto en mis cosas. ─murmuró. ──. ¡Pero te miras bien con tu cabello suelto!

──Es suficiente. ─dije dando media vuelta. 

──¿Ya te vas? ─la ignore y seguí caminando. ──. No me ignores. 

──Qué antipática. ─escuche a la mocosa murmurar. ──. Ne, cuenta más sobre la chica de nombre Liberty. ¡Quiero saber todo sobre ella! ─me detuve un poco ante eso.

──¿Por qué quieres saberlo?

──Porqué me fascina todo lo que signifique tener libertad, me gustaría conocerla y que pudiéramos ser amigas... o hermanas. ─la miré de reojo, sus ojos brillaban esperando que la miope hablará. 

──No creo que sea tan fácil. ─dijo con una sonrisa nerviosa. ──. Ella no es muy sociable, pero si quieres realmente conocerla... 

──Hanji. ─hablé antes de que dijera algo más, la miré sobre mi hombro fríamente. ──. Sabes mejor que nadie que odio que hablen de mí. ─los tres se sorprendieron, unos más que otros. 

──Lo siento, Liberty. Creí que no escuchabas. ─sonrió nerviosa de mi mirada. 

──Qué estupidez. ─dije para seguir mi camino sintiendo las miradas en mi espalda. 

El día ya había llegado, una vez cuando todos estábamos listos para seguir con la expedición montamos nuestros respectivos caballos para seguir adelante. 

Ahora llevaremos a cabo la planeación que Erwin anteriormente, antes de salir de las murallas, explicó. 

──¡Todos los escuadrones! ¡Ejecuten la exploración de larga distancia! ─ordenó el rubio a mi lado derecho. 

Íbamos en la línea frontal principal junto al comandante Shadis. Los demás escuadrones comenzaron a dispersarse por los lugares correspondientes. 

Poco a poco podíamos ver las señales rojas en el cielo confirmando la presencia de titanes en esa área.

──¡Señal roja confirmada! 

──¡Entendido! ¡Preparen la señal verde! ─ordenó Erwin. 

Tomé aquella pistola colocando la bengala verde disparando hacia arriba.

La cosa comenzó a ponerse mal cuando unas enormes nubes negras cargadas, comenzaron a verse.

──Erwin, ¿ves eso? ─le preguntó el comandante Shadis.

──Sí... ─entrecerró sus ojos.

──Se están formando grandes nubes de tormenta. ─aclaré lo obvio olfateando aquella droga llamada tierra húmeda, realmente me encanta su olor cuando esta por llover, pero en esta ocasión es diferente.

──¡Todos estén alertas! ¡Estamos a punto de entrar a algo terrible! 

Miraba el cielo oscurecerse y en tal solo unos minutos comenzó a llover fuertemente. Esta no era una simple lluvia era una tormenta que impedía poder ver con claridad.

──¡Maldita sea! ─escuche a Shadis maldecir mientras me colocaba mi capucha. ──. ¡No puedo creer que en todos los días llueva así en el día de nuestra primera prueba!

──¡Liberty! ─llamó Erwin.

──En eso estoy. ─dije apretando el gatillo de la pistola, la bengala salió disparada, pero a menos de llegar a un metro cayó al suelo. ──. Mierda. 

──El humo es... ─por la mirada de Erwin sabía que no estaba contento.

──Las señales de humo ya no son una opción viable. ─comenté guardando la pistola. ──. Odio admitirlo, pero hemos llegado a un punto donde estamos vulnerables a un ataque de los titanes en cualquier momento. 

──Liberty tiene razón. ─llegó a mi lado Mike mirando a Erwin. 

Algo llamó nuestra atención, a lo lejos se miraba un inmenso vapor. Ese mismo que desprenden los titanes cuando se deshacen.

──Eso es... ─Erwin miraba a lo lejos. 

──El vapor proveniente de un titán muerto. ─afirme.

──Para ser capaz de derrotar tantos titanes a la vez... ─antes de que Mike terminará de hablar lo interrumpí.

──¡Levi! ─sin perder tiempo me dirigí a esa dirección con los dos siguiendome. 

Lo que observe al llegar fue sin duda algo que jamás había visto.

Levi masacrando a cuatro titanes él sólo con una sed de sangre y gran enojo. Lo último que hizo fue cerrar los ojos a la cabeza de Isabel. Al parecer, él, fue el único del escuadrón de Flagon que quedó con vida. 

──Levi. ─llamé, él levantó su cabeza mirándome con un profundo odio.

──Liberty, ¿hay sobrevivientes? ─preguntó Erwin llegando a mi lado, su mirada se enfocó en el azabache. ──. ¡Levi! ¿Fuiste el único que logró salir con vida? ─él lo miró de reojo pasando de mi vista. ──. Los restos de estos titanes... los mataste tú solo... 

No termino de hablar cuando el enano de repente se le abalanzó tirándolo del caballo.

──¡Erwin! ─tanto Mike como yo bajamos de los nuestros con las cuchillas en mano. ──. ¡Voy a matarte, escoria! ─expresé con odio levantando mis cuchillas.

──¡Retrocedan! ─ordenó, los dos nos quedamos inmóviles al escucharlo. 

──Tsk. ─chasque mi lengua obedeciendo a regañadientes.

El rubio se iba a levantar, pero el enano colocó la punta de la cuchilla en su garganta. Apreté mis dientes al no poder hacer nada, nos ordenó retroceder.

──Erwin. ─llamó Levi. ──. Voy a matarte maldito. Es la única razón por la que aún estoy aquí. Y cuando te mate mataré a tu bastarda perra faldera. ─el rubio alzó su cabeza mirando los ojos del enano.

──Tus amigos deben de haber muerto... ya veo. ─dijo en su tono tranquilo. ──. Liberty. ─cerré mis ojos al saber lo que quería.

Saque aquellos papeles de mi pantalón tirandolos al sucio suelo al frente de él.

──Estos son los documentos relacionados con Nicholas Lobov. ─comentó el rubio.

──Bastardo, ¿lo sabías? ─preguntó sorprendido.

──Lamentó que haya tomado tanto tiempo. ─el azabache miró los documentos ahora llenos de barro. ──. Son falsos.

──¿Qué?

──Sabía que Lobov estaba malversando fondos usando lo que quedaba de las expediciones suspendidas tiempo atrás. ─comenzó a hablar. ──. Quería pruebas definitivas, suficientes para acusarlo, así que difundió información falsa sobre él. Lobov es un hombre vigilante, imagine que trataría de hacer algo para confirmar la existencia de los documentos. Y efectivamente, él fue con ustedes tres con la petición. 

──Si sabias todo eso, ¿por qué hiciste que nos uniéramos al cuerpo de reconocimiento? 

──Porque, tus habilidades son extraordinarias, incluso sobrepasan a las de Liberty. ─aclaró, a mí me daba igual eso. ──. Y también porqué quería usarlos, los que hicieron un trato con Lobov, para deshacernos de él. ─Mike y yo estamos observando los movimientos del enano para ver si era necesario intervenir. 

Necesitaba intervenir.

──Pero ya nada de eso importa. ─hablé. ──. Los verdaderos documentos están en posesión del comandante supremo Zacklay.

──Es el fin de Lobov. ─agregó el mayor.

──Mis amigos... ─habló sin retirar la cuchilla de su cuello. ──. Perdieron la vida por nada. 

──Levi, no me hagas matarte. ─apreté mis cuchillas, esté me ignoró.

──Sólo nos arrastraste en tus planes sin valor. ─entrecerré mis ojos comenzando a enojarme. ──. Pero ahora voy arrastrarte, también.

──¡Oi, escoria... ni se te ocurra! ─corrí al igual que Mike, al ver como estaba por cortarle el cuello. 

Sin embargo, Erwin lo detuvo con su mano, tanto el rubio como yo no detuvimos. 

──¿Planes sin valor? ─preguntó con enojo. ──. ¿Quién mató a mis subordinados, a tus amigos, a mi cuñado? ¿Fui yo? ¿Fue mi sobrina? ¿O fuiste tú? ─esté sólo lo miró. ──. Aun si hubieran logrado emboscarme, ¿en serio crees que habrían salido ilesos de las manos de Liberty?

──Tienes razón. ─habló el enano. ──. Mi arrogancia. Mi orgullo...

──¡No, te equivocas! ─gritó callando al enano. ──. ¡Son los titanes! ─exclamó. ──. ¿De dónde provienen los titanes? ¿Por qué existen? ¿Por qué devoran humanos? No tengo las respuestas. Nadie las tiene. ¡Limitados por la ignorancia, solo seguiremos siendo devorados por los titanes! Si solo nos quedamos dentro de los muros, nunca escaparemos de esta pesadilla. ¡Mira bien a tu alrededor! No importa cuan lejos vayas, no hay muros aquí. En este amplio espacio. ─señaló detrás suyo refiriéndose a toda la tierra. ──. Creo que hay algo ahí, iluminando nuestra desesperación. 

A lo lejos se podía ver un grupo de personas cabalgar, la lluvia ya se había dispersado dejando un camino con una clara visión.

──Pero están aquellos que buscan evitar que nos aventuramos más allá de los muros. ¡Están consumidos por pensamientos egoístas de sus propias pérdidas y ganancias dentro de los muros donde es seguro! ─seguía hablando mientras ambos seguíamos en guardia. ──. Es natural. Durante 100 años, rodeados por los muros, los ojos de la humanidad han sido nublados. No son capaces de ver el panorama que yace del otro lado. ¿Qué hay de ti, Levi? ¿Dejarás que tu vista sea nublada? ─se levantó inclinado su cabeza para mirarlo a los ojos. ──. ¿Me matarás y a mi sobrina, y regresarás a la oscuridad del subterráneo? 

Soltó la cuchilla del enano caminando lejos de él, me miró de reojo y con eso entendí lo que quería. 

──Elige lo que más te guste. ─dijo antes de subir a su caballo e irse junto a Mike.

El enano cayó de rodillas al suelo mirando la espalda de Erwin, como si estuviera pensando en mil cosas.

Guardé mis cuchillas y me acerqué inclinándome. Estaba sumergido en sus pensamientos que no se inmutó ante mi presencia, con mi capa comencé a limpiar con delicadeza su rostro el cual tenía sucio de sangre, barro y lo que creo que son resto de lágrimas. 

──Levi. ─él no me miraba sólo a un punto fijo. ──. Tu vida no termina aquí, no dejes que eso pase. Tienes que vivir y luchar por aquellos que se fueron y lucharon por ti y junto a ti. Sigue siendo el hombre que tu hermana conoció, el más fuerte detrás de las murallas. ─sus ojos se conectaron con los míos. ──. Se que duele, pero no por eso tienes que darte por vencido. Nosotros no renunciamos a nuestra expedición detrás de los muros, porqué si lo hacemos solo ignoramos a los hombres que dieron sus vidas por la humanidad. ─tomé su mano limpiando esta, sabía que odiaba la suciedad. ──. Pelea con la Legión de Reconocimiento, Levi. La humanidad necesita tu fuerza. ─abrió sus ojos como si estuviera recordando algo mientras me miraba perplejo. ──. Y no tengas miedo, Levi. Porque para mi tener libertad, es no tener miedo. 

Me levanté dándole la espalda, sentí el viento despeinar mi cabello el cual seguía suelto. Se movía al compás de mi capa donde se encontraban mis alas marcadas en aquella tela verde. 

──No te rindas. Qué el hombre más fuerte no caerá con algo así, al menos de que las muertes de tus amigos no valgan la pena. ─lo miré de reojo. ──. Ahora levanta tu pequeño trasero si no quieres ser comida de titán, pero solamente hazlo si estas dispuesto a luchar a nuestro lado. ─deje de mirarlo para mirar al frente. ──. Necesitamos soldados no cobardes que caen ante nada en lugar de seguir adelante.

Sin más que decir me alejé de él para ir directo a donde se encontraba Black quien estaba a un lado de la yegua de el enano. 

Cuando el negro me vio se acercó con la cabeza baja para que lo acariciara, abracé su cabeza con una mano mientras lo acariciaba con la otra. 

──Es hora de volver con los demás, Black. ─se inclinó para que me fuera más fácil subir. 

Sin mirar hacia atrás comencé a cabalgar hacia donde Erwin y Mike se fueron. Escuche unas fuertes pisadas provenir detrás nuestro, no me preocupe no eran las de un titán. 

A los segundos miré al azabache disminuir su velocidad solamente para quedar a un lado mío. 

──Creo que no nos presentamos de forma correcta. ─lo miré, me miró. ──. Soy Liberty Ackerman. 

──Levi. ─dijo sin más. 

Regresé mi vista al frente, pero me estremeció sentir su mano tomar la mía pasando su pulgar sobre mi cicatriz. 

──Voy a seguir a Erwin. ─lo miré a los ojos por unos segundos, él me mantenía la mirada al igual que mi mano. ──. Y tú vas a estar conmigo.

Sin saber porqué razón sonreí levemente, aunque fue más una mueca, eso pareció sorprender al azabache que se quedó en un estado de trance al ver una expresión en mi rostro. 

──Espero y no te arrepientas, escoria. ─dije mirando al frente volviendo a mi típica expresión. 

──No pienso hacerlo, mocosa. ─dijo apretando mi mano, no sé porque no la suelta, es como si se hubiera aferrado a ella.

──Qué estupidez. ─solté mi típica frase.

MAMESGD!

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