Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

┆OO1

DESPERTAR

• • •

CUIDAD
SUBTERRÁNEA, AÑO 829

Horas. Días. Semanas. 

No sé con certeza cuánto tiempo había pasado desde que presencié la muerte de mi madre. Mi mente reproduce lentamente como aquel hombre sin piedad cortó su garganta, como si fuera un pedazo de hoja.

La sangre que escurre llegando a humedecer mi vestido, aún se encontraba impregnada en la suave tela cambiando el color blanco por rojo.

Ni siquiera sabía si era de día, todo estaba oscuro. Y no me refiero a la habitación en donde me encuentro encerrada, sino a la pequeña ventana que se encuentra a unos metros de mi, sobre los gruesos barrotes puedo ver la oscuridad siendo iluminada por unas que otras velas, pero no hay luz solar. 

Lo único que hacía era abrazar mis rodillas con mi mirada perdida entre aquellos barrotes. Tenía miedo y se notaba a kilómetros, mi cuerpo temblaba constantemente y no solo de frió y hambre, sino de miedo puro.

Los tres hombres solo me encerraron sin decir nada después de un largo camino de mi casa hasta donde sea que me trajeron, solamente una vez al día me traen un pedazo de pan duro junto a un vaso de agua. 

Mi miedo incrementa cada vez que los escucho hablar, por más que intentaba calmarme me era imposible. Solo lloraba y pedía ayuda mentalmente, al principio gritaba y eso los hacía enojar ganando algunos golpes fuertes. 

Solamente quería que papá me salvará.

Suena patético, ¿pero qué puede hacer una niña de tan solo nueve años? No sé defensa, mi padre nunca me enseñó hasta que tuviera una edad adecuada. Y aunque me enseñara, no podré con eso tres tipos, me triplican el peso y altura, solamente soy una niña normal. Una persona que no le preocupaba nada más que no fuera su familia, nunca imaginé que algún día estaría así.

Soy patética. 

Me decía constantemente mientras el mar de lágrimas salía de mis ojos acompañados de las horribles ojeras que ahora tenía gracias a mis noches de insomnio, no podía dormir y tampoco quería hacerlo. No había nada que pudiera hacer más que llorar y lamentarme.

Quería a mi papá, lo necesitaba más que nunca, pero algo dentro mío me decía que nunca vendrá. 

──¡¿Qué estás diciendo?! ─me estremeció escuchar la voz de uno de los hombres, al parecer acababan de llegar.

──Lo que escuchaste. ─escondí mi cabeza entre mis rodillas escuchando su plática. ──. El tipo se echó para atrás.

──¡Ese no fue en lo que quedamos! ─gritó enojado. ──. ¡Nos contrató para secuestrar a esa bastarda! ¡Ahora no quiere pagarnos! 

──Tranquilizate. ─habló otra voz. ──. Ya no podemos hacer nada. No sirve de nada gritar. 

──Ese maldito bastardo. ─di un pequeño salto en mi lugar al escuchar un estruendo, como si hubiera lanzado un pedazo de madera a la pared.

──¿Y ahora qué haremos? 

──Si nadie nos va a pagar por esa mocosa, ya no sirve de nada. ─cerré mis ojos con fuerza mientras el miedo se intensificó. ──. Tanto para nada. ─murmuró.

──¿Qué haremos con ella? 

──¿Cómo que "qué haremos"? ─preguntó el que sin duda había matado a mi madre. ──. Hay que matarla. ─abrí mis ojos al escuchar eso. ──. No podemos dejarla ir, ya vio nuestros rostros de todos modos. 

──Tiene razón. Lo mejor es matarla y tirar su cuerpo. ─cerré mis ojos sintiendo mis lágrimas mojando mis mejillas.

──Oigan, ¿no creen que podamos hacer algo antes de matarla? 

──¿Algo?

──Ya veo. Con "algo" te refieres a divertirte, ¿no es así? 

──No podemos ignorar el hecho de que tenga buena cara. Además, nos costó traerla hasta acá. 

Deje de escuchar sus palabras al concentrarme en las pisadas que se acercaban al lugar donde me encontraba. Mis manos temblaban al ver el plomo de la puerta moverse, retrocedí al verla ser abierta dejando ver la figura de uno de los hombres.

──Hola pequeña. ─habló con una sonrisa maliciosa cerrando la puerta detrás suya. ──. ¿Qué te parece si jugamos? 

Negué con mi cabeza mientras retrocedía poco a poco. Él, al ver mi miedo impregnado en mis ojos junto a mis lágrimas, ensanchó su sonrisa acercándose cada vez más. 

──No temas. Esto será divertido, o al menos solo para mí. ─abrí mis ojos al sentir la madera chocar contra mi espalda, había llegado a la pared y él sonrió ante eso. ──. Ya no tienes a donde irte. ─cerré mis ojos derramando más lágrimas al sentir sus manos acariciar mi rostro. ──. Deja de resistirte que solo haces que me enoje. 

No sé cómo, pero junte coraje y valor tirando un manotazo a su mano alejándola de mi rostro. 

──No debiste hacer eso. ─dijo enojado.

Intenté correr, pero fue en vano. Había logrado tomarme del cabello elevándome hasta quedar al nivel de su rostro. 

──Pude haber sido bueno, pero tú pediste lo contrario. ─a pesar de que me dolía mi cabeza no iba a gritar por clemencia. ──. Eres una bastarda dura, ¿eh? Veamos cuanto dura tu coraje, bastarda.

No dije nada, él solo me lanzó cayendo encima de una pequeña mesa de madera. Cuando mi cuerpo chocó esta se hizo pedazos, no era muy resistente por el tiempo que tenía.

Solté un pequeño gemido de dolor, el golpe no fue tanto, lo que me está matando son los moretones y heridas que tenía por todo mi cuerpo. 

Me enderece muy a penas, intente levantarme, pero mis rodillas no pudieron mantenerse y caí. Logré sostenerme del suelo con las manos para evitar golpearme el rostro. 

──Realmente eres una niña muy diferente a los demás. ─escuche su voz acercándose. ──. Por las heridas que tienes cualquiera ya estaría al borde de la muerte. Ahora entiendo porqué eras de gran valor. 

Un fuerte dolor se presentó en mi abdomen cuando este depósito una fuerte patada. Caí al duro suelo, con dificultad levanté mi vista observando un pedazo de madera a unos centímetro míos, moví mi mano discretamente para intentar tomarlo.

──Veamos cuanto más aguantas. ─apreté mis dientes reteniendo las lágrimas cuando vi un cuchillo clavarse en el suelo por encima de mi mano derecha. ──. Ibas a golpearme con eso, ¿verdad? ─al ver como no respondía colocó su pie en mi cabeza estampando está contra el sucio suelo. ──. ¡Contesta cuando te hablo, zorra!

Murmuré algo entre dientes observando ahora con odio el cuchillo en mi mano. 

──¿Qué? No te escucho. Habla más alto. ─lo miré por el rabillo de mis ojos.

──¡Vete a la mierda, bastardo! ─grité con fuerzas.

──¡Zorra! ¡Te enseñaré a respetar a tus mayores! ─gritó pateando con fuerza nuevamente mi cabeza.

No sé qué sucedió, sin previo aviso sentí una fuerza descomunal por todo mi cuerpo, era como si una descarga eléctrica atravesara todo mi ser y despertara, fue muy leve, pero logre sentirlo.

Cuando el tipo estaba por darme otra patada, gire mi cabeza a un lado sosteniendo con fuerza su tobillo. Se impresionó de mis reflejos y fuerza, sin darle tiempo para hablar, le tiré una patada a su rodilla haciendo que perdiera el poco equilibrio terminando en el suelo. 

No perdí tiempo siquiera de pensar, tome el cuchillo con mi otra mano, no sentí tanto dolor como pensaba incluso mi cuerpo ya no se sentía tan pesado.

Me levanté dando una fuerte patada en su mandíbula al ver como intentaba levantarse. 

──¡Bastarda! ─gritó escupiendo sangre para levantar su mirada y verme a los ojos. ──. ¿Q-qué es esa mirada? ─lo escuché murmurar temblando de miedo.

Mi mirada fría y sin expresión fue lo último que vio antes de que le cortara la garganta como se lo hizo a mi madre. Sangre salpicó por toda la habitación bañandome en ese líquido carmesí.

Ya no era la misma, ahora sabía que es lo que debería hacer y cómo hacerlo, ya no seré la pequeña en apuros.

Mientras miraba aquel líquido rojo intenso salir de su patética garganta recordé las palabras de mi madre. 

"Tratá de buscar una solución por ti misma". 

──Eso haré, madre. ─mi tono se escuchó frío y seco, muy distinto al que tenía antes.

Escuche unos pasos acercarse a la puerta, gire lentamente mi cabeza mirando como se abría. 

──Oi, ¿cómo va todo? ¿Ya terminas...? ─se quedó en silencio cuando me observó delante del cuerpo del tipo. ──. ¿Q-qué demonios? ─me acerqué a él a paso lento. ──. ¡Tú, maldita! ─se acercó con intenciones de golpearme, pero lo esquivo. 

Al ser más baja que él, su estómago quedó desprotegido cuando logre esquivar su golpe. Sin expresión en mi rostro, enterré el cuchillo con profundidad y de un rápido movimiento termine por abrir todo su estómago dejando salir todo, cayó de rodillas sosteniendo lo que salía de su corte.

──E-eres... un monstruo. ─balbuceo mirándome con miedo.

──Imbécil. ─lo miré sobre mi hombro. ──. Y apenas lo notas. ─su rostro fue de miedo puro a uno de horror cuando vio mi oscura mirada.

Salí de la habitación cuando escuche su cuerpo caer al duro suelo sin vida y con un gran temor en su rostro. Solamente me faltaba uno, cuando lo encontré estaba por salir del lugar. 

──¿T-tú...? I-imp-posible...

Al verme llena de sangre se asustó tanto que intentaba salir más deprisa, no lo permití y corrí como nunca lo había hecho logrando traspasar su corazón estando de espaldas. 

No pregunten como lo hice, que ni siquiera yo sabía con certeza eso. 

Miré sin expresión alguna su cuerpo inerte, ya no sentía miedo... me sentía bien. 

Jamás me había sentido de este modo.

▻MURALLA 
SHINA, AÑO 844

Abrí mis ojos. 

Me había quedado dormida de nuevo, soñando lo que había pasado hace años.

──Te quedaste dormida de nuevo. ─escuché la voz de Erwin a mi lado, simplemente lo ignore y puse mi atención a la ventana del carruaje. ──. Ya estamos cerca. ─anunció. 

──Hmp. ─fue lo único que salió de mis labios sin darle tanta importancia.

Teníamos que ir a ese lugar.

Aquel que solo me trae un mar de recuerdos.

──Qué estupidez. ─solté cruzando mis brazos mirando las nubes. ──. Se supone que la Policía Militar es para detener a tipos como esos tres estúpidos, ¿por qué mierda tienen que meter a la Legión? ¿Acaso hay titanes en el subterráneo? 

──Según ellos, los tres no soy fáciles de atrapar en especial quien parece ser su líder. ─bufé, sabía que mentía, él, fue quien ha estado planeando esto por qué uno de ellos lo quiere matar por un trabajo. ──. Se que no quieres hacer esto por el hecho de volver a regresar a ese lugar, pero solo serán unas horas. 

──Por tu bien, eso espero. ─lo mire de reojo, tanto él como Mike se encontraron con mi mirada fría. ──. Detesto ese lugar de mierda. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro