Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

┆O50

ESPERANZA

• • •

Cerré mis ojos soltando un leve suspiró. 

──¿Qué tienes? ─escuche de inmediato la voz de mi esposo. ──. ¿Es el bebé?

Solté una pequeña risa al escuchar su preocupación. 

──No es nada. ─abrí mis pestañas dejando ver mis pupilas. ──. Solo que ya me comienza a molestar levantarme de cualquier lugar donde me siento. ─aclaré acariciando mi vientre. 

Cuatro meses y medio no son fáciles de sobrellevar. Pero creo que Levi es quien lleva también la peor parte.

Soportarme a mí. 

──Déjame te ayudo. ─me extendió la mano que con gusto tomé. 

Parecía que no tenía ningún problema con mi peso, aunque de qué me quejo, siempre ha tenido más fuerza que estatura. 

──Gracias. ─me acomodé la gabardina de la Legión, hoy teníamos que estar presentables, pues la reina se encontraba en Trost. ──. Por cierto, ¿dónde está Hange? ─se me hacía extraño que no estuviera. 

──Le dije que preparara el carruaje. ─sentí un abrigo cubrir mis hombros, Levi colocaba otra gabardina blanca sobre ellos para que cubriera mi vientre.

Odia que las personas se acerquen tratando de acariciarlo. 

──Ya veo. ─murmuré caminando hacía la salida tomada de su brazo. ──. Vamos a ir por los mocosos primero, ¿no? 

──Ah, cierto. Casi lo olvido. ─Levi no tenía cabeza en estos días.

Al solo quedar Hange, él y yo de veteranos, el trabajo se expandió. Y más conmigo en estado de inactiva hasta cierto tiempo.

Aunque para las audiencias y reuniones piden mi presencia. Como lo es en este caso. 

──¡Mi titan! ─ni siquiera termine por bajar los escalones y escuche el inmenso gritó de Hange. 

Mientras nos acercábamos podía ver su mirada resplandeciente observando mi vientre. 

──¿Cómo está mi mini titán? ─acercó su mano para acariciarlo, pero Levi se puso adelante impidiendo su acción. ──. ¡Levi! ─se quejó.

──Te he dicho que no le digas titan a nuestro hijo. ─no era un secreto que al azabache no le hacía gracia aquello. ──. Y no la toques. 

Apartó a la castaña para que pasara y subiera al carruaje. 

──Pobre de ti. ─le susurré a mi bebé al imaginar lo que sufrirá cuando nazca. 

──Pero, Levi, nunca me dejas acariciarlo. ─escuche las quejas de la mujer viendo a mi esposo subir tomando asiento a mi lado. 

──Y ni lo harás. ─la miró de reojo fríamente. ──. Sobre mi cadáver.

──Qué grosero. ─hizo un mohín tomando asiento al frente nuestro. ──. Liberty, haz algo.

──Si ambos siguen discutiendo, no sé cómo, pero los empujaré del carruaje. ─miré a los dos sin buena cara. ──. Sus voces ahora mismo me desquician.

Ambos se quedaron en silencio, sabían que si decían algo más estallaría y de alguna manera los echaría del carruaje. 

──Ven, no les costaba nada. ─sonreí levemente.

Me miraron extrañados ante mi repentino cambio de humor, pero luego recordaron que estoy embarazada y se les pasó.

──Llegamos. ─anunció la castaña.

El viaje había pasado muy rápido aunque el lugar donde se encontraban los mocosos no estaba tan lejos de la base. Levi me ayudó a bajar con cuidado para entrar al edificio. 

Me acomodé la gabardina blanca antes de entrar a la celdas. Mientras más nos acercamos un murmullo se hacía presente, ninguno de los mocosos notaron nuestra presencia.  

Nos detuvimos frente a la celda de Eren.

Él era quien murmuraba.

──Shingeki no kyojin. 

Un pequeño silencio se instaló cuando escuchamos aquello.

──¿Qué haces? ─preguntó Hange de repente, sorprendiendo a los presentes. ──. "Shingeki no Kyojin". ─imitó su pose diciendo aquello. ──. Eso dijiste, ¿no?

──No. ─susurró.

Levi prefirió ignorar el escándalo y sacó la llave abriendo el candado.

──Lo dijo, ¿verdad? ¿Ustedes lo oyeron? ─preguntó la castaña mirando a Armin. 

──Sí, pero... ─desvío su mirada. 

──¿Ves? ¿Qué fue eso, Eren? ─suspiré al saber que no se iba a callar. 

──Nada. 

──Es el nombre de tu titán, ¿no? ─cuestiono. ──. ¿Por qué estabas hablando solo?

──Hange, silencio, por favor. ─pedí suplicamente. 

──Tiene 15 años. Todo el mundo pasa por esa época. ─aclaró Levi, como si él no hablara solo en ocasiones. 

──¿Qué época? ─la castaña abrió la boca nuevamente. 

──Hange-san, ya se lo explicaré yo. ─habló Armin al ver a Eren desesperarse. ──. No lo torturé más.

──¿Qué? ¿Por qué?

──¡¿A qué vinieron?! ─gritó Eren sin poder soportarlo. 

──Sal. ─ordenó mi esposo abriendo la celda. 

──Aún quedan diez días de castigo. ─espetó.

──Se acabó. 

──Creo que Hange acabo dándote un peor castigo. ─comenté atrayendo su atención. 

Sus ojos se abrieron al ver mi abultado vientre estirar la tela de mi ropa. Me alegré cuando no mencionó nada sobre mi embarazo.

──Ya hablamos con el generalísimo Zackly. ─mencionó Hange tranquilizando a los dos mocosos. ──. Dice que es peor encerrar a los héroes que vencieron al acorazado y colosal. Y que desobedecieron a una perezosa que dejó escapar al acorazado y al bestia. 

──Eso no es verdad. ─dije sin mirarle. 

──Lo es. ─apretó su puño.

Rodé mis ojos al escuchar su voz molesta por aquello. Se culpaba de que ambos se escaparan. 

No era la única.

Eren salió de la celda al igual que Mikasa. 

──¿Adelgazaste? ─preguntó Eren al ver el estado de Mikasa. ──. Si nos dieron comida suficiente.

Ella adelgazaba y yo engordaba. 

──Tú te ves bien. ─dijo mirando al chico.

──Supongo. 

──Es mejor salir, siento que no respiro. ─comenté saliendo detrás de Hange, quien me tapaba. 

──Liberty. ─Mikasa abrió sus ojos en cuanto me vio. ──. Estás muy gorda. 

Levi y Hange palidecieron cuando dijo aquello.

──Oi, suicida. ─le llamó Levi. ──. Discúlpate, rápido. 

──¿Eh? ─lo miró sin entender.

Sin embargo, mis puños ya estaban cerrados. 

──No es mi culpa estar gorda. ─expresé golpeando la pared dejando una grieta. ──. Es culpa del enano. 

Ante mi fría mirada, nadie comentó ni hizo nada.

──Pero, te miras hermosa. ─se apuró a decir. 

Mi semblante se relajó.

──No creas que me halagas, mocosa. ─miré a otro lado ocultando mi sonrisa. 

Los presentes soltaron un suspiro de alivio. 

──¿Puedo? ─la azabache pidió permiso para tocar mi vientre.

──Ni se te ocurra tocarlo con tus manos sucias. ─Levi se apuró a impedir su acción. ──. Mejor vámonos. Tienen que prepararse rápido. ─me ofreció el brazo para ayudarme a caminar. 

──¿Qué vamos hacer? ─preguntó Eren.

──La reina está en Trost. ─anunció. ──. Tenemos una audiencia. 

──Sabes de que tengo ganas. ─murmuré para que solo me escuchara Levi. 

──¿De qué?

──De tomar té negro. 

A diferencia de él, solo tomaba té negro cuando tenia insomnio, consumirlo en mi transcurso de día no era de mi agrado. 

Pero ahora sí.

──Me encargó, no te preocupes.


















Sonreí para mis adentros cuando me lo trajo. 

















──¿Qué fue eso? ─escuchamos el murmulló de Historia al leer la carta que le dejó Ymir.

──¿Sucede algo?

──No. ─le contestó a Hange. ──. ¿Esto es todo?

──Sí. Imagino que no pudo escribir nada que nos sea útil. ─mencionó la castaña. 

──¿No había ningún mensaje secreto o código que solo entiendas tú? ─preguntó Jean sentado a mi lado.

En estos meses no lo he dejado en paz y es para enseñarle y dejarle mi trabajo, que ayude a Levi, y que Hange no tenga tanto trabajo.

──No lo sé. ─sinceró la rubia. ──. Pero dudo que hiciera algo así. ─suspiró. ──. Ymir es muy tonta. Era realmente tonta. Disimula en cuando siente algo de vergüenza. Así no entiendo nada.

Unos toques a la puerta llamaron. Eran los tres mocosos cambiados junto a Levi. 

El azabache me buscó con la mirada hasta encontrarme sentada bebiendo de mi segunda taza de té. Sonreí levemente cuando sus ojos se conectaron con los míos. 

──Majestad. ─dijeron los tres dando una leve reverencia.

A Levi le dio igual.

──Paren, esta no es una reunión formal. ─los detuvo la rubia. ──. Pasaron muchas cosas. Y yo solo miraba el cielo azul en el centro de las murallas. 

──Tú debes de sobrevivir. ─le dijo Armin.

──Me alegra que sean los mismos de siempre. 

──Supongo que es porque aun no los asimilamos. ─mencionó Eren. 

──Podemos empezar. ─habló Hange en cuanto todos estuvieron presentes.

Suspiré levantándome de la silla como pude bajo la atenta mirada de todos.  

Aún no procesaban verme embarazada.

──Bien, terminemos con esto lo antes posible. ─murmuré dejando la taza de té en la mesa o eso intente. ──. Jean, ¿puedes? ─miré al castaño.

──Claro. ─él la dejó por mí, pues no podía agacharme.  

Ahora teníamos que reunirnos con el general Zackly. 








Sin dormir en el intento.










──El origen de Grisha Jaeger, la historia de los titanes, información del mundo exterior. ─habló Zackly dando comienzo a la reunión. ──. Solo los aquí presentes sabemos la existencia de estos tres libros.

Los libros que se encontraban en el sótano de la casa de Eren. Donde nos habla sobre la historia de los titanes, de quienes somos y porque nos quieren exterminar. 

──Se lo debemos a estos diez miembros de la Legión y los 199 que no pueden acompañarlos. 

Desvíe mi mirada observando el cielo por detrás de la ventana. Aún no procesaba del todo que perdí a Moblit y a Erwin. 

Aún lloraba por ellos cuando me acordaba gracias a lo sensible que estaba.

──Repasemos nuestra situación frente a su majestad y compartiremos nuestras opiniones.

En la sala también se encontraban los altos mandos de las otras dos divisiones.

──Comandante de la Legión, Hange Zoe. 

──Sí, señor. 

Miré a la castaña ponerse de pie a un lado de mi asiento, Levi se encontraba en el otro extremo. 

──A costa de la pérdida de héroes de la Legión como Erwin Smith, recuperamos la muralla Maria y arrebatamos el poder del titán colosal.

Simplemente, la escuché pensando que en unos meses seré mamá y no sabía si iba a ser niño o niña. Ni siquiera sé que nombre ponerle. 

Que problema. 

Levi y la castaña me habían puesto al corriente de lo que encontraron en el sótano. Prácticamente los titanes no son enemigos, sino personas, es una civilización.

En pocas palabras, es el mundo.

Según los libros, nosotros somos gente de Ymir, los únicos que se pueden transformar en titanes. Con eso era posible dominar el mundo y es por eso que el mundo nos quiere erradicar.

Prácticamente, sí Marley consigue el titán fundador los eldianos seremos solo una historia.

El rey y el titán fundador juraron no pelear cerrando la muralla y borrando los recuerdos del pueblo. Menos por dos clanes, los Ackerman y los orientales. Al estar en contra de los ideales del rey, nos cazaron hasta casi extinguirnos.

Eso fue lo que papá me dejó escrito en la carta. 

Actualmente, Eren era el poseedor de dos titanes. El fundador y el otro que aún no sabemos su nombre. 

Sino se llamá como él murmuró antes.

Titán de Ataque.

Lamentablemente, solo alguien con sangre real es capaz de usar todo el potencial del titán fundador.

──Eren no tiene sangre real, pero es posible que pueda usar ese poder. ─comentó Hange.

──¡No puede ser! ─un repentino gritó me asustó. 

Me llevé la mano al vientre mirando de reojo a Eren, quien se había levantado de golpe soltando un gritó.  

──Qué susto. ─espetó Hange dándome un vaso con agua, lo acepté sin dudar. ──. ¿Qué pasa?

──Este... es que... ─balbuceo quedando sin palabras.

──Continua, titán. ─pidió Zackly.

──No es nada. 

──Joder, sentí que nacía. ─susurré refiriéndome al bebé. 

──Perdón por interrumpir la reunión. ─se disculpó volviéndose a sentar.

Levi lo miró asesinamente.

──Ah, ya veo. ─murmuró Hange mirando el rostro del mocoso. ──. Por lo visto, está en esa época. A veces grita e intenta presumir sin motivo. ─intentó despistar para cubrir al castaño.

──Comprendo. ─habló el general. ──. Pobre chico, está en esa edad.

Inhale aire tranquilizando mi cuerpo. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no vi venir el gritó de Eren. 

──Liberty, ¿te encuentras bien? ─me susurró Hange. 

──Sí, ya me siento mejor. ─aseguré mirando sus ojos. 

──Ya mero terminamos. ─comunico. 

Eso esperaba.

──¿Nuestro enemigo es el mundo? 

No se tardó en escuchar los murmullos de los presentes. Más de parte de la policía, como si ellos hicieran mucho.

──Si lo hacemos público, cundirá el pánico en las murallas. ─comentó uno de los presentes. 

──Sí. Ni siquiera nosotros sabemos las implicaciones que tiene esto. 

──¿Volveremos a engañar a la población? ─preguntó el Danchō Pixis. ──. Igual que hizo el rey Reiss, ¿mantendremos a la población como ganado sin decirles nada? 

Nadie dijo nada, solo lo miraron.

──De ser así, ¿para qué le robamos la corona al rey Reiss? 

──Lo haremos público. ─habló la reina. ──. Devolveremos los recuerdos de la gente de hace cien años a la de ahora. Los habitantes de las murallas compartimos el mismo destino. Debemos unirnos y colaborar.















La noticia se esparció por todo el lugar.



























Y ahora todos sabían que éramos descendientes del demonio. 

























Suspiré por tercera vez escuchando los murmullos de las personas. Sabían que hablaban de lo que ocurrió en la misión de recuperar la muralla María.

Por qué revivimos a Armin y no a Erwin.

Pero me daba igual, ya estaba acostumbrada a que la policía militar juzgara sin conocer el infierno que pasamos. 

Solo estaba aquí porque era obligatorio recibir la medalla por parte de la reina, de lo contrario, estaría acostada. 

Ahora no llevaba mi gabardina blanca que Historia me regaló cuando se enteró que estaba embarazada. Simplemente llevó la de la Legión dejando ver mi abultado vientre.

Seis meses y parece de ocho. 

──¿Cuánto más tenemos que esperar? ─pregunté cruzando mis manos debajo de mi vientre. ──. Esto es cansado.

──Tsk. ─a Levi no le agradaba que me hicieran caminar mucho. ──. Por su bien, espero que no tarden tanto.

──Ya es hora. ─Hange llegó junto a nosotros. 

──Le avisaré a los mocosos. ─el azabache se dirigió a ellos.

──Andando, Liberty. ─tomé su mano para ayudarme a caminar.

Hasta que un murmullo casi grito nos hizo detenernos. 

──Pero sé porqué eligieron a Armin. ─era Floch encarando a los mocosos. ──. Ustedes dos y el Heichō Levi se pusieron sentimentales y monopolizaron la jeringuilla tomando una decisión sin lógica alguna.

Al parecer este idiota no comprende las razones. Levi claramente iba usarlo en Erwin, pero vio algo que lo hizo cambiar de opinión. 

──No pudieron sacrificar algo que les importaba. ─les echó en cara a los mocosos.

──Va siendo hora de que te calles. ─le dijo Eren.

──Eren, en el fondo crees que tú siempre tienes la razón, ¿verdad? ─le preguntó. ──. Por eso te rendiste como un niño caprichoso en los brazos de la Buntaichūi.

El castaño estaba por enojarse.

──Eren, ya basta. ─Mikasa lo detuvo con su expresión serena. ──. Alejaté de él. 

──Mikasa fue algo más madura. Al final se rindió. 

──Esté quiere morir, seguro. ─murmuré cuando vi la mirada oscura de la azabache. 

──¿A qué viene esto? ─gracias al cielo, Jean aprendió de mí y separó a los chicos. ──. Floch, hoy vinimos a mostrar respeto a los compañeros caídos. 

──¿Por qué hurgas cosas ya pasadas? ─Connie preguntó separándose de Sasha, quien ya estaba mejor.

──Ustedes ni se opusieron a sus superiores ni detuvieron a Eren y Mikasa, solo la Buntaichūi. Se quedaron allí mirando. ─soltó contra ellos por igual. ──. ¿De quién son las medallas? ¿A quien mostramos respeto? Díganle la verdad a los futuros miembros de la Legión. Para que no se unan más cobardes como yo por error. ¿Qué vamos hacer sin él Danchō Erwin?

Eso me molesta. Hange era tan buena comandante como lo era Erwin, ¿quien se cree que es para menospreciarla de esa manera? Ella valía por muchos.

Y muchos quieren ser como ella.

──Floch tiene razón. ─murmuró Armin. ──. Debieron revivir al Danchō Erwin. Yo no puedo darle la vuelta a la situación. 

──¿Y cómo sabes eso? ─preguntó Eren. ──. Yo no se cual era la mejor opción. Nadie puede prever el futuro. Acaso, ¿viste lo que hay al otro lado de la muralla? ¿Qué hay más allá?

──El mar. ─contestó.

──Exacto. Aún no has visto el mar, ¿verdad? Aún no sabemos prácticamente nada. ─lo animó. ──. Seguro que al otro lado nos espera la liber–... ─se quedó en silencio, como si recordará algo.

──Mocosos, es la hora. ─Levi se cansó de escuchar y los llamó. ──. En fila.

──Que intenso. ─dijo Hange al escuchar todo por igual.

──No estoy por unas semanas y esto pasa, ¿qué cuidan ustedes? ─pregunté mirando su ojo.

──Lo sentimos. ─sonrió nerviosa. ──. No creímos que tu trabajo era muy pesado. 

──Si supieras. ─murmuré caminando hacia el lugar. 

Todos hicieron fila y juró que sentía las miradas de todos cuando vieron que era la única en no arrodillarme. Miraba a Levi pidiendo ayuda, pero él se negaba a que me arrodillara. 

Historia soltó una pequeña risa en forma de que no pasaba nada. 

──Muchos quedaron admirados cuando se supo que estando embarazada ayudó a recuperar la muralla Maria. ─habló la rubia tomando una medalla. ──. Incluida yo.

Incline un poco mi cabeza para que colocara la medalla en mi cuello. Iba a tomar su mano para besarla, pero grata sorpresa que lleve cuando acaricio mi vientre. 

──Esté bebé representa la esperanza de los que dieron su vida en la batalla. 

Abrí mis ojos al sentir un fuerte golpecito en mi vientre. 

Había dado su primera patada.

Tenía que ser hijo de Levi.

La reina soltó una sonrisa al sentirlo. Retiró su mano y sin decir nada se inclinó dando una leve reverencia. 

La reina se inclinó ante mí.

Me sorprendí al igual que todos. No espere para nada aquello. Salí de mi transe viendo como ahora le entregaba las medallas a Hange y Levi.

Sabía que después de esto se lavaría con cloro.  

Todo quedó en silencio cuando Eren se quedó plasmado al besar la mano de Historia.

──¿Eren? ─habló levemente Historia sin comprender su acción. 

La expresión de Eren me inquieta.




































Y desde ese día, cambió. 

┆;-;

• • •

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro