┆O48
━ESPERA━
• • •
──Les descubriré nuestra última estrategia. ¡En fila!
Ordenó Erwin a los reclutas, estos con terror hicieron caso.
──Cargaremos contra el titán bestia a caballo. Naturalmente, seremos una diana perfecta. ─informó. ──. Dispararemos bengalas de humo cuando vaya a lanzar una piedra, para disminuir su precisión cuanto podamos.
Los presentes quedaron estupefactos escuchando aquello.
──Mientras llamamos su atención, Levi matará al titán bestia y Liberty se encargará de los otros titanes. ─anunció. ──. Ese es el plan.
Mientras Levi usaba los titanes como puente, yo me encargaba de aniquilarlos. Y, cuando tuviera la oportunidad, acabaría con el titán cuádruple.
Desvíe la mirada cuando uno de ellos no soporto y vomitó. Eran conscientes de que esta sería su última misión.
──Quedarnos aquí seremos pastos de esas piedras. ─aclaró. ──. Prepárense de inmediato.
──¿Vamos a morir? ─preguntó uno.
──Sí.
──Si vamos a morir de todas formas, ¿nos pide que lo hagamos peleando?
──Sí.
──Sí vamos a morir, no importa cómo. ─dijo temblando de miedo. ──. Aunque lo desobezescamos, dará igual.
──Efectivamente. ─afirmó. ──. Ya tengas sueños y esperanzas. Ya vivas una vida feliz. O ya te haga pedazos una piedra. Todos moriremos. Entonces, ¿la vida no tiene sentido? ¿Nacer no tuvo sentido? ¿Nuestros compañeros caídos tampoco? ¿Esos soldados no sirvieron de nada?
Por un segundo creí ver a mis otros mocosos, Petra con su linda sonrisa, Auruo, Gunther y Erd detrás de ella sonriendo levemente.
Cuando parpadeé, ya no estaban.
──¡No es así! ─expresó Erwin trayendo mi atención a él. ──. ¡Nosotros somos los que les damos sentido! ¡Solo los vivos podemos pensar en los que perecieron! ¡Moriremos aquí y le entregaremos nuestro sentido a los vivos! ¡Esa es la única forma de resistirse en este cruel mundo!
Un mundo cruel.
Cerré mis ojos olvidando las palabras que expresó el rubio de hace minutos. No tenía tiempo para pensar en otra cosa que no fuera en aniquilar a los titanes.
Un descuido y una vida me costaría.
Levi se impulsaba y detrás suyo me encargaba de cortar la nuca de los titanes. Ignorando los gritos de los reclutas que avanzaban hacía el titán bestia disparando las bengalas.
Lo siento tanto. ─pensé al no poder lamentar su muerte en su momento.
Tenía que concentrar toda mi atención en mis objetivos así como Levi lo hacía con el suyo.
Apreté mis puños dejando mis nudillos en blanco sintiendo que mi cuerpo emanaba coraje e ira, otra vez la adrenalina volvía a mí cuando note que la maldita bestia había acabado con todos mis compañeros.
Fue tanto mi enojo que acabé con cinco titanes de un tirón.
──Levi. ─llegué a su lado. ──. Hazlo sufrir al hijo de perra.
Tomé su mano para impulsarlo y que llegará más rápido al titán. Miré a los míos, faltaban cinco más para acabar con la primera línea.
No me iba a detener nada.
Y con mi vista cegada aniquile a cada uno sin problema alguno. La adrenalina me impedía sentirme mal en estos momentos. Estaba segura de que lo iba a lamentar después.
Pero confiaba en mi sangre.
Después de minutos, logré cortar la nuca del último titán. Mientras el titán caía conmigo encima suyo, logré ver a Levi someter a un sujeto con su cuchilla.
Era quien se divertía masacrando a mis compañeros.
Me alerte cuando vi al titán cuadrúpedo ir directamente a ellos. Más específico, estaba por tragar al azabache, pero fui más rápido y empuje a Levi para evitarlo.
El titán se llevó al bastardo en dirección a Shiganshina.
──Oi, ¿a dónde vas? Detente. ─lo escuche murmurar.
Ahora notaba que Levi no había acabado con la vida del sujeto, seguramente pensó que podía usar la jeringa.
──Carajo. ─solté respirando frenéticamente al observar lo que se avecina.
Los titanes ahora se dirigían a nosotros.
──Espera. ─murmuró Levi nuevamente. ──. Le juré que te iba a matar. ¡Lo juré! ─sin perder tiempo, usó su equipo yendo a por él.
Mis cuchillas se rompieron justo en el mejor de los momentos. Eso no me iba a detener. Clave mis arpones en el cuello de uno y me impulsé girando mientras sacaba otras cuchillas cortando su nuca.
Ahora que lo notaba, pude haber cortado al titán, pero mi instinto me hizo salvar a Levi primero.
Qué estúpida.
──¡Yo me encargó! ─le dije a mi esposo, quien aniquilaba a los titanes que le impedían su paso. ──. Tú ves tras ellos, te alcanzo luego.
Él asintió y se impulsó a la muralla. Los pocos que quedaban iban detrás suyo, pero corté sus tobillos y aprovechando su caída corté dos de golpe. Cegué a uno mientras que cortaba los dedos del otro, quien pensaba tomarme. Terminé cortando su nuca para después cortar la del otro.
Mis arpones se sostuvieron de la muralla y con velocidad llegué a la muralla. Justo a tiempo para atrapar a Levi entre mis brazos llegando junto al bastardo y el titán cuádruple, quien estaban frente a Eren con Bertholdt inconsciente.
Pero cuando llegué se habían ido.
──Me quedé sin gas. ─comentó Levi. ──. ¡Voy a seguirlo! Dame tu gas y tus hojas. ─pidió al castaño.
──A mí me queda un poco. ─dije levantándome encontrando un cuerpo quemado, miré a otro lado, no tenía tiempo para saber cual de mis mocosos era. ──. Iré detrás de él. Te lo traeré si no puedes ir, tengo que acabar con el cuadrúpedo.
Ni siquiera la miré, mi mente ahora mismo no procesaba mucho. Solo tenía una cosa en mente y era no dejar escapar a ninguno.
Me impulse con todo lo que podía procurando que mi gas no se acabara, no tenía mucho, pero me alcanzaba para impedir que se fueran y regresar con Levi.
Los logré visualizar no muy lejos de mi posición, esta vez no solo traía consigo al titán bestia, el acorazado estaba en su espalda.
Corté sus tobillos impidiendo que se moviera. Mis pies tocaron el suelo justo al frente de ellos.
No los iba a dejar ir tan fácilmente.
──Tú bastardo.
Mi voz salió fría y hostil, mis ojos azules sobresalen de las gotas de sangre que yacían en mi cuerpo, ni siquiera me importaba el hedor junto al vapor que desprendía la sangre.
──Tú debes ser Liberty. ─habló el hombre mirando mi persona.
Lancé una de mis cuchillas dando justo en uno de sus ojos.
──No eres nadie para decir mi nombre tan a la ligera, bastardo. ─solté acomodando mi última cuchilla en el pistón.
Escuché el sonido del gas de uno de los equipos de maniobras llegar no muy lejos de aquí.
──¡Liberty!
Miré encima de un techo, era Hange. Mi mirada hostil cambió a una de preocupación al ver su estado y su mirada melancólica. Pero, no tardé ningún segundo para regresar a mi expresión.
El rubio entrecerró su ojo.
Cerré mis ojos por unos segundos al sentir mi cuerpo comenzar a cansarse. Ya me había sobrepasado. Exhalé tomando con fuerza mis cuchillas.
──¡Pieck ve tras ella! ─gritó el rubio ordenando al cuadrúpedo.
Creí que iba a por mí, pero me sobresalté cuando comenzó a escalar la casa para llegar a la castaña.
──¡Hange! ─grité usando mi equipo para impulsarme. ──. ¡A ella no la toques!
Logré llegar cortando su mandíbula, tomé a Hange entre mis brazos para alejarla del peligro. Cuando quise ir a por ellos, ya no estaban.
Habían huido.
──Detente. ─murmuré al verlos irse. ──. Tengo que... matarte. ─me levanté, pero mi cuerpo no soportó más y caí de rodillas.
──¡¿Liberty?! ─Hange me tomó entre sus brazos. ──. Estás exhausta.
──Tengo que... Levi... ─balbuceé recordando los últimos minutos. ──. Erwin... él ya no está.
Mi cabeza estaba hecha un lió.
──Vamos con los demás. ─me ayudó a levantarme. ──. No me queda mucho gas. Con suerte me queda un poco cuando lleguemos con los demás.
Asentí tomando una bocanada de aire. Estaba a mi límite, ni siquiera sé si lograría llegar. Use más gas al impulsarme para salvar a Hange.
Sentí lo último de mi gas salir del equipo y justo llegué con los demás quedando en blanco cuando vi la escena al frente mío.
Eren llorando con la falta de un diente mientras Mikasa estaba por cortarle el cuello a Levi. A un lado de ellos estaban dos cuerpos, el de Erwin y quien creía que era Armin.
Estos dos últimos entre la vida y la muerte.
Logré tomar a Mikasa entre mis brazos evitando que asesinara a Floch. El único en sobrevivir a la masacre.
──Mikasa, cálmate, por favor. ─forcejeó, pero fui más fuerte. ──. Sé cómo te sientes. He perdido a mis dos mejores amigos y sigo de pie, siendo su apoyo. ─dejó de forcejear.
Hange y los otros mocosos llegaron junto a mí observando toda la escena.
──Esto no puede ser verdad. ─murmuró Jean sin creerlo.
──Esto es horrible. ─escuche a Hange.
Levi abrió la caja listo para usar la jeringa, supongo que para Erwin. Mikasa se removió soltando un gritó.
La pegué a mí sin soltarla sintiendo sus lágrimas.
──Mikasa, cariño, entiende que necesitamos a Erwin. No podemos apagar la esperanza dentro de las murallas. ─sentí mi capa humedecerse. ──. Sé que es difícil. Lo sé.
──¡Armin también puede serlo! ─me miró de reojo.
──Sí, él tiene talento, pero no tiene la experiencia y el liderazgo que poseé Erwin. ─cerré mis ojos sintiendo como apretaba mis muñecas, dolía. ──. ¡También quiero que viva Armin! ─grité y ella dejó de hacerme daño. ──. Es como un hijo para mí, igual que todos ustedes.
Los presentes me miraron estupefactos.
──Pero, a veces las cosas no siempre suceden como uno quiere. ─la azabache dejó de moverse. ──. He vivido el doble que ustedes y he perdido a más personas de las que pueden imaginar. ¿Creen que solo ustedes sufren? ¿Qué han perdido todo?
Nadie contestó nada, los mocosos simplemente bajaron la cabeza.
──Lo que ustedes han vivido ha sido una mierda a comparación de nosotros. ─los miré a cada uno recordando a mis seres caídos. ──. Ya todos lo saben, tarde o temprano todos nos tenemos que despedir. Duele, y mucho. Se que cuesta mantener la cordura. Pero, tenemos que seguir adelante con la frente en alto.
La azabache dio media vuelta ocultando su rostro en mi pecho sollozando. Abrí mi brazo sintiendo a Eren aferrarse a mi llorando por igual.
Acaricie sus cabezas para tranquilizarlos. Mi mirada conectó con la de Levi, moví mi cabeza asintiendo para que prosiguiera.
──Heichō. ─llamó Eren. ──. ¿Sabe lo que es el mar? Es un lago gigante que llega hasta el horizonte. Armin–...
Floch no lo dejó terminar.
──¡Ya basta! ─gritó.
──Armin dijo que fuéramos a ver el mar fuera de las murallas. ─murmuró abrazando más mi cuerpo. ──. Yo olvidé lo que soñaba cuando era niño. Solo pensaba en vengar a mi madre y matar a los titanes. Solo pensaba en odiarlos. Pero él no.
Se soltó un poco de mí para mirar a Levi.
──Armin no solo piensa en luchar. ¡Tiene un sueño!
──Eren. ─lo abracé. ──. Déjalo ir.
En respuesta, sollozo más.
──¡Aléjense todos de aquí! ─habló Levi. ──. ¡Haré que Erwin devore a Bertholdt!
Me levante soltando de poco a poco a los mocosos.
──Vamos, Mikasa, Eren. ─llamé.
──Maldita sea. ─murmuró Jean.
Jean tomó a Mikasa mientras que Floch lo hacía con Eren.
Di media vuelta, justo un mareo me dio. Por suerte, Hange logró tomarme antes de que alguien lo notara.
──Liberty, te esforzaste mucho. ─me dijo tomándome para usar su equipo y llegar a otro techo. ──. ¿Te encuentras bien?
──Creo que me sobrepase. ─caí de cuclillas con ella ayudándome. ──. No debí haber venido. ─susurré para mi misma llevando mi mano al vientre.
Lo siento pequeño, mamá es una idiota.
Sentí la presencia de Levi llegar a mi lado, levanté mi mirada sorprendiéndome al ver que no uso la jeringa en Erwin.
La uso en Armin.
──Levi, ¿por qué? ─miré al titán buscando comida.
──Erwin merece descansar. ─podía sentir lo doloroso que fue dejarlo morir. ──. Perdónalo. ─le dijo a Floch. ──. No tenía otra opción que ser un demonio. Nosotros se lo impusimos. Y ahora es libre de este infierno, intentamos traerlo de vuelta, pero tenemos que dejarlo descansar.
Acaricié la mejilla de Erwin. Se sentía fría y sin vida. Nada que ver cuando él me cargaba y lo acariciaba de bebé.
──Erwin, te prometí que mataría al titán bestia, pero me tomará tiempo.
──Ya está muerto. ─anunció Hange mirando sus ojos.
Su brillo se había desvanecido.
──Ya veo.
Desvíe mi mirada al no querer verlo, pero justo observe aquello que me disgusto.
Me llevé mi mano a la boca cuando vi como Armin se tragó a Bertholdt. Iba a vomitar. Sin esperar mucho, baje por unas escaleras alejándome un poco de ellos vomitando en una esquina.
No tardé en sentir a alguien a mis espaldas.
──¿Qué mierda te pasa? ─escuche su voz.
──No pude aguantar ver como uno de mis mocosos se come a una persona. ─dije limpiando cualquier rastro de mis labios.
──Sí, claro. ─soltó con sarcasmo. ──. No me salgas con estupideces. Has visto cosas peores e incluso has estado dentro de uno. Así que me dirás, ¿qué tienes?
Inhale aire mirando sus ojos. Ya no podía mentirle, ya no más.
No a él.
──Estoy embarazada. ─dejé salir sintiéndome la peor por dentro.
Silencio.
Nadie decía nada.
Levi abrió sus ojos sorprendido de escuchar que será padre. De repente, el brillo de sus ojos se volvió oscuro.
──Oi, oi, oi... espera. ─me miró estupefacto. ──. Liberty, ¿dime que no fuiste tan estúpida e imprudente de poner en peligro la vida de mi hijo?
Desvíe mi mirada de la suya. Claramente me sentía de la mierda, pero las cosas están hechas.
──¡¿Qué mierda tienes en la cabeza?! ─me sobresalte al sentir un par de brazos tomar mis hombros. ──. ¡¿Cómo puedes poner en peligro la vida de mi hijo y la tuya?!
──Levi. ─me sorprendí al ver sus ojos cristalizados, cada vez me sentía peor. ──. Lo siento, en verdad, lo siento. Pero no podía quedarme allá, me daba miedo lo que les pudiera pasar.
──No me salgas con esa estupidez. ─me soltó. ──. Perdí a Erwin, y si te hubiera perdido jamás me lo perdonaría.
──No es ninguna estupidez. No quería quedarme pensando ingenuamente que regresarían. Mira ahora, Erwin murió y si no hubiera venido jamás me hubiera despedido de él.
Él negó con su cabeza mirando a otro lado. Sabía que quería gritarme hasta de lo que me moriría, pero se controlaba.
──Cuando salimos de la muralla, me arrepentí y quise dar media vuelta, pero ya era muy tarde.
──Nunca es tarde. ─me miró a los ojos. ──. ¿Cuando pensabas decírmelo? ¿Cuando lo perdieras por venir aquí? ¿O cuando murieras? ¿O tan siquiera pensante en decírmelo?
──¿Qué insinúas? ─pregunté ante su tono de voz.
──Tú no quieres hijos Liberty, ¿en serio pensabas decírmelo?
──¿Me crees tan bastarda para matar a mi propio hijo? ─pregunté al darme cuenta de sus pensamientos. ──. Tal vez tengas razón. No quería tener hijos o no por ahora. No en este mundo. ¿Qué les puedo ofrecer? Nada. ─pasé saliva. ──. Pero no soy tan poca mujer para deshacerme de mi hijo. Te dije que no quería hijos, pero no significa que si quedara embarazada no lo iba a querer.
Él se quedó en silencio mirando mis ojos.
──Tal vez él o ella no va a nacer en el mejor de los tiempos, pero lucharé por que crezcan en uno mejor. ─aseguré. ──. Sé que cometí un gran error al venir, lo acepto. Ódiame si quieres, estás en todo tu derecho. Pero nunca jamás vuelvas a pensar que abortaría a mi hijo. Porqué primero daría mi vida.
Jamás haría una crueldad como esa. Ni siquiera su madre lo hizo, ni la mía.
──¿De cuánto estás? ─preguntó intentando ver mi vientre, pero la capa lo impedía.
Relamí mis labios pasando saliva.
──Dos meses y tres semanas.
Él cerró sus ojos apretando sus manos.
──¿Desde cuándo lo sabes?
──Hace dos semanas que me enteré. ─conté. ──. Me extraño verte cansado, con antojos, mareos, náuseas, vómito y entre otras cosas. Además, comenzaba a notar que la panza que crecía no era por engordar por comida. ─pasé mi mano por mi vientre por dentro de la capa sintiendo aquel bulto. ──. Quise decírtelo, pero no sabía cómo. Y cuando lo iba hacer, en dos días íbamos a recuperar la muralla.
Lo escuche suspirar dando media vuelta.
──Le dirás a Hange del embarazo y no me importa si tardamos un mes en llegar a la muralla Rose, que ella te cuide en todo el camino.
──Pero–
──Pero nada, Liberty. ─me miró de reojo. ──. Haz forzado a mi hijo por mucho tiempo, deja que descanse.
Me quedé en silencio, sin palabras.
Él tenía razón.
Soy una maldita perra.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro