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━CENA━
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El tiempo pasó con rapidez.
Para cuando nos dimos cuenta habíamos cumplido dos meses de casados. Hace un mes y medio que regresamos a nuestro trabajo.
Habían pasado muchas cosas, desde niños del subterráneo refugiados en granjas hasta nuevas maneras de acabar con los titanes.
Y cómo llegamos a lo último.
Pues tras la purga de los regimientos la humanidad perdió gran parte de sus fuerzas, pero obtuvo otras cosas, como el mineral resplandeciente que había bajo tierra, en la capilla.
Y gracias al poder endurecedor de Eren, es cómo nació la nueva arma antititanes.
Hanji esperaba que esta vez se pudiera lograr. Por eso mismo su atención no se despegaba del titán siendo aplastado por un gran pedazo de madera. Para su suerte, el titán murió.
──¡Derrotamos a uno de 12 metros! ─gritó con una inmensa felicidad.
──Lo logramos. ─Eren cayó de rodillas, parecía cansado y como no estarlo al ser presionado cada día.
Estaba tan cansado que iba a caer de espaldas, pero mi pierna lo impidió.
──Podemos matar titanes sin que los soldados peleen. ¡Aplastará titanes día y noche! ─expresó Hanji eufórica. ──. ¡Nació el verdugo infernal!
El mocoso quiso levantarse, pero se lo impedí palmeando su cabeza con suavidad. Hanji me lo estaba cansando mucho. Palmeé su espalda cuando comenzó a sangrar por la nariz.
Levi se acercó ayudando a nuestro mocoso.
──¡Lo logramos, Eren! ─se quedó callada al notar su estado. ──. ¿Eren?
──Probablemente abusó de los poderes del titán. ─comentó mi esposo. ──. Últimamente experimento sin cesar.
──Lo siento, Eren.
──No se disculpe, Hanji-san. ─la miró. ──. ¿Qué importa si estoy cansado? Tenemos que reunir armas en Shinganshina lo antes posible.
Lo tomé de su oreja midiendo mi fuerza.
──¿Cómo que "qué importa si estás cansado"? Dormir y comer bien son una prioridad que harás por unos días. ─dije mirando severamente al castaño.
──Pero–
──Pero nada, aquí se hace lo que digo y punto jovencito. ─lo solté. ──. Yo me encargo de aniquilar titanes si es lo que te preocupa, Hanji. ─la miré. ──. Hasta que mi mocoso se recupere.
──Está bien, Liberty. ─sonrió un poco. ──. Por el momento seguiremos usando el arma nueva.
Eso me aliviaba.
El galopeo de los caballos resonaban por el camino de tierra que seguíamos con una dirección en concreto.
Visitar a Keith Shadis.
Según Eren, él es a quien vio en uno de los recuerdos de su padre, los cuales recordó cuando Rod Reiss lo tocó. Posiblemente él tenía respuestas algunas preguntas o sabía algo más que nosotros.
──Fue comandante de la legión antes que Erwin. ─informó Hanji a los mocosos que solo lo conocían como instructor. ──. Hace tiempo que no lo veo.
En pocos segundos llegamos al lugar.
──Ya somos dos. ─dije, bajando de Black.
El lugar estaba vacío, no muy lejos de aquí se encontraba Shadis mirando a los lejos. Nos acercamos a él sintiendo a Sasha esconderse en mi espalda
──Instructor Shadis. ─llamó Eren.
El viejo lo miró con su mala mirada asustando a la pequeña papa detrás mío. El castaño hizo el saludo con respeto hacia él.
──¿A qué se debe su visita? ─preguntó al mirarnos a todos.
──Venimos a hablar con usted.
Él entrecerró sus ojos sin entender mucho, pero aún así, accedió a ello.
──¿No vas a sentarte, Blouse? ─preguntó el hombre al percatarse de que es la única en pie.
──¡No, señor! ¡Estoy bien así! ─gritó, parecía que pasó años difíciles.
──Si no mal recuerdo, solías venir a esta sala como castigo. ─lo miré entrecerrando mis ojos. ──. Solo hace unos meses de aquello, pero todos parecen personas diferentes.
──Danchō... no, instructor Shadis. ─llamó Hanji. ──. Estamos a punto de recuperar la muralla María. ¿Sabe por qué venimos aquí?
Su mirada cayó en la de Eren.
──Eren. ─llamó. ──. Te pareces a tu madre. ─él se sorprendió. ──. Pero los colmillos que veo en tus ojos son como los de tu padre.
──Por favor, cuénteme todo lo que sepa.
──En resumen... no sé nada. ─confesó. ──. Pero si no les importa oír una historia inútil para la humanidad, hablaré. Les contaré la historia de un mero espectador.
Terminó relatando cómo conoció al padre de Eren y la verdadera razón de irse de la legión, porque según él no era alguien "especial" y mucho menos el "elegido". A parte de saber que el sujeto que encontró tras las murallas se quedó con su "amiga", ve a saber si sentía algo por ella.
Por un momento me imagine a Eren de bebé, por aquellos tiempos recién había ingresado a la Legión y cada siete días visitaba a mi tío solo para cuidar de la pequeña azabache.
Me sentí un poco mal cuando mencionó que un titán devoró a Carla.
Pero, me dio intriga cuando el Dr. Jaeger se llevó a su hijo al bosque, un rayo se vio y cuando los busco solo estaba el mocoso.
──Eso es todo lo que sé. ─finalizó.
──¿Eso es todo? ─Eren no recibió respuesta.
──Ahora sabemos por qué se retiró. ─habló Hanji. ──. No fue por los soldados que murieron. Fue una estupidez cómo que no es especial.
──Es suficiente, Hanji. ─hablé, sabía que ella estaba molesta, pues siempre admiró a nuestro ex Danchō.
──Tus complejos no importan. ─ignoró mis palabras. ──. No huyas de la realidad. ¡Eso es lo que significa entregar tu corazón! ─se levantó de golpe.
──¡Hanji! ─elevé mi voz trayendo de regreso a la miope. ──. Dije que es suficiente, siéntate.
Ella se quedó en silencio obedeciendo mis palabras.
──El instructor tiene razón. Yo no soy especial. ─habló Eren. ──. Simplemente soy el hijo de alguien especial. Eso es todo.
Suspiré al saber que ahora tendría eso en la cabeza.
──Tú madre... Carla solía decir eso. ─habló el instructor.
Con solo venir a este mundo, lo hacía especial.
Me quedé en silencio al escuchar aquello. Tal vez eso te convierte en especial, pero en un mundo como este no puedes ofrecerle nada.
Suspiré quitando aquellos pensamientos.
Miré al mocoso, parecía que escuchar lo que su madre le dijo al instructor lo dejó pensando. Black se acercó a él para hacerlo traer a la realidad.
──A veces tienes que dejar de pensar y vivir la vida, mocoso. ─pellizque su nariz. ──. Si algo te hace sentir mejor, ustedes son especiales para mí.
Cerré mis ojos en forma de expresar una sonrisa. Él pareció un poco asombrado ya que no se movía hasta que Mikasa lo sacó de su estado.
Sentí una ligera mirada, al girar descubrí que Jean miraba asesinamente a Eren.
Suspiré acercándome a él palmeando su cabeza por igual.
──Deja de matar a Eren con la mirada. ─él miró a otro lado. ──. Te recuerdo que eres mi mano derecha.
Eso pareció animarlo más.
Recargue mi espalda contra la pared observando por la ventana a un lado mío. Las personas caminaban tranquilamente por las calles sin preocupaciones aparentes.
Me centré al ver a una mujer, que por lo que miraba, estaba embarazada. Parecía feliz acariciando su abultado vientre, usando un vestido. Ella no lo escondía, como otras mujeres. Desvíe mi mirada, no era momento para pensar en esas cosas.
──Lamento llegar tarde. ─la puerta se abrió dejando ver a Zackly. ──. ¿Sabemos algo del contenido de la jeringuilla?
Se refirió a la inyección que hacía que las personas se convirtieran en titanes, Kenny se la dio a Levi antes de morir.
──Con nuestra tecnología no podemos descubrir nada más. ─informó Hanji. ──. Como dijeron Eren e Historia parece proceder de la médula humana. Pero el líquido se vaporiza al entrar en contacto con el aire y es difícil analizarlo. Es mucho más avanzado de lo que conocemos. No se como pudo crearlo la familia Reiss.
La sala quedó en silencio por unos segundos.
──En lugar de jugar con él, tenemos que usarlo para nuestro fin. ─comentó el Danchō Pixis.
──¿Quién se lo quedará? ─Zackly miró a Erwin. ──. ¿Tú, Erwin?
──No. Yo soy un soldado herido. ─posó su mano en el hombro derecho. ──. Esta caja debe tenerla el soldado con mayor probabilidad de sobrevivir. ─miró al azabache. ──. Levi, ¿puedes encargarte tú?
──Sí es una misión, ordenámelo. ¿Por qué preguntas?
──No sabemos en qué situación tendremos que usarlo. ─desvío la mirada. ──. Tendrás que tomar una decisión en el momento. Según el caso, deberás elegir quien lo usa. ¿Puedo dejarlo en tus manos?
──¿Qué harás una vez se cumpla tu sueño?
──No lo sabré hasta que se cumpla.
──Ya veo. Muy bien, acepto. ─tomó aquella caja guardándola en el bolsillo de la gabardina de la legión.
──Por cierto, me gustaría exhibir mi obra. ─comentó Zackly. ──. ¿Pensaron en eso?
Se refería al idiota que me mando a secuestrar, quien permanecía en la cárcel comiendo su propia mierda.
──¿Aún no te rendiste? ─preguntó Pixis. ──. Si enseñas esa depravación al público, perderemos su confianza.
──No entiendes nada el arte.
Mi mirada se fijó en Levi, parecía sumido en sus pensamientos. Supongo que su conversación con el rubio le dejó un mal sabor de boca.
──Y tú, Liberty. ─me llamó Zackly. ──. ¿Qué opinas? ¿Te gustaría que exhibiera mi obra en tu nombre?
──Madre odiaba la venganza, hacerlo en su nombre jamás me lo perdonaría. ─hablé sabiendo que por su culpa ella murió. ──. Por mí puede hacer lo que quiera con él, no me interesa si vive o muere.
──Me alegra que hayas cambiado un poco, Liberty. ─se puso de pie. ──. Puedo jurar que hace años lo habías asesinado de la peor manera.
Me limité a observarlo salir de la habitación con el Danchō Pixis siguiendo sus pasos.
El día pasó lentamente, ya no había mucho que hacer. Erwin ya había leído el reporte sobre la historia del instructor Shadis y la gran probabilidad de que el Dr. Jeager venía del mismo lugar que Annie, Reiner y Bertholt, con la leve diferencia de que él no destruyó el muro.
Y que tal vez, en su sótano están la respuestas a todas nuestras preguntas.
──Recuperaremos la muralla María en dos días. ─informó Erwin. ──Sí queremos saber que hay en el sótano, basta con ir a verlo. Así funciona la Legión, ¿no?
La mayoría de los capitanes presentes, sonrieron orgullosos de escucharlo. Sentía a Moblit suspirar al ver la sonrisa de su capitán.
──Avisen a sus escuadrones.
──Bien, pero será un secreto, ¿no? ─se refería a no decirle a los civiles.
──En un día como hoy, podemos comer carne, ¿no?
──Sí, mostremos a los mocosos como actuamos los adultos.
Muy dentro mío deseaba comer carne, hace tanto que no la comía.
──¿Qué hacemos respecto al encubrimiento de Shadis?
──Olvídalo. ─contestó Hanji. ──. No tenemos tiempo para él.
Caminé hasta llegar a la puerta, miré a los dos hombres quedarse. Sabía que Levi intentaría hacer que se quedara y no fuera a la muralla Maria.
──Los veré en el comedor. ─dije saliendo del lugar.
Suspiré escondiendo mis manos en los bolsillos de mi gabardina. Mis pasos resonaron por los pasillos solitarios hasta llegar a la habitación que compartía con Levi.
Me dejé caer a mi cama boca arriba, faltaban algunas horas para el anochecer así que pude dormir un poco. Mis párpados se fueron cerrando hasta caer en la oscuridad.
Piensa muy bien lo que decides, Liberty.
Una voz se escuchó por todo el lugar. Se me hacía levemente conocida.
¿Mamá?
¿Estás segura de lo que harás?
Me dijo, su voz era más clara. La busqué por todo mi alrededor, pero la oscuridad me obstruía la visión.
Liberty.
Otra voz me llamaba.
──Liberty, despierta.
Abrí mis ojos encontrando unos ojos gris azulado.
──¿Qué sucede? ─pregunté sentándome en la cama.
──Te quedaste dormida. Te desperté porque la cena ya está lista. ─lo miré, él ya no tenía la ropa de la legión. ──. ¿Por qué lloras?
Llevé mis dedos a mi mejilla notando que él estaba en lo cierto.
──No lo sé. ─sinceré levantándome de la cama. ──. Me daré un baño rápido. ─anuncié abriendo el ropero.
Iba a tomar mi ropa que siempre uso, pero me detuve. Preferí tomar el pantalón más grande y una camisa holgada de botones. Así no tendré que cambiarme cuando regrese de cenar.
Me metí al baño poniendo el pestillo. Dejé mi ropa en la encimera y procedí a quitarme la gabardina dejando ver mi uniforme de la Legión. Desvíe mi mirada del espejo para deshacerme por completo de la ropa. Hoy había llevado mi cabello suelto, así que me adentre a la ducha sin problema.
No se cuanto estuve dejando el agua correr por mi cuerpo, pero sí sé que me quedé mirando a un punto fijo. Salí cuando escuché golpes en la puerta.
──¿Liberty? ─escuche la voz de Levi.
──Ya salgo. ─anuncié antes de que tirara la puerta abajo.
Me sequé bien para colocar mi ropa, cepille mi cabello dejándolo suelto. Tenía un poco de pereza para peinarlo como normalmente lo hacía.
Al salir me encontré con el azabache recargado en la pared. Levantó su cabeza conectando sus ojos con los míos.
──¿Por qué tardaste? ─preguntó con su inusual mirada. ──. Desprediciaste mucha agua.
──Creo que dormité un poco. ─sincere abriendo la puerta. ──. ¿Nos vamos?
Él se me quedó viendo por unos segundos.
──¿Qué te preocupa? ─preguntó de golpe.
Lo miré a los ojos, a él no le podía mentir.
──Mis mocosos. ─confesé. ──. Creo que les tomé un poco de cariño. Y pensar que dentro de unos días recuperaremos la muralla María me inquieta un poco.
Lo escuche suspirar un poco.
──Se que te preocupa algo más, pero supongo que es por la cuatro ojos. ─camino hasta salir de la habitación. ──. No puedo prometer que estarán bien, pero intentaremos que no les pase nada.
Sonreí ligeramente, parecía más una mueca. Claramente había otra cosa que me preocupaba, de hecho, muchas cosas me preocupan.
Sin más llegamos al comedor encontrando a todos los escuadrones en sus respectivos asientos esperando a que todos estuvieran presentes.
──Hasta que llegan. ─habló Hanji cuando nos sentamos en la misma mesa. ──. Creí que no iban a venir.
──¿Y perderme la carne? Jamás. ─no pude evitar decir, a diferencia de Levi, yo amo la carne.
──Por eso te guarde la porción más grande.
Sentí como mi boca se hizo agua al ver el plato frente a mí.
──Levi, ¿te sientes bien? ─miré al azabache tapar su nariz y boca con su mano.
──No sé cómo pueden comer eso. ─dijo por lo bajo, era sabido que él era vegetariano y la carne no era mucho de su agrado.
──Hoy es una noche especial, pero evitemos que los civiles se enteren. ─habló uno de los capitanes para comenzar la cena. ──. Demuestren que un soldado sabe comportarse.
Todos se encontraban sorprendidos de ver carne en sus mesas.
──Celebramos que mañana retomaremos la Muralla Maria.
Antes de que brindara, todos soltaron un grito desesperados por comer carne. Me limité a comer mi parte ignorando los fuertes gritos.
──¿Qué crees que haces, mujer patata? ─escuche el gritó de Jean.
Al voltear a la mesa de los mocosos encontré a Sasha mordiendo toda la carne con un Connie intentando detenerla.
──Detente, Sasha. ─pidió el chico. ──. Por favor, no quiero matarte.
──¡No te lo comas todo! ─el castaño le alcanzó a quitar la carne antes de que se la comiera, la chica terminó mordiendo su mano. ──. ¡Me mordió!
──¡Sasha, esa carne es Jean! ─gritó Connie. ──. ¿Ya no la distingues?
Suspiré sirviendo mi tercera porción, sin contar que Levi me cedió su parte.
──Creo que hay heridos. ─comentó alguien en la mesa al ver a la castaña siendo amarrada.
──¿Quien dijo que le ofrecieramos carne? ─preguntó Hanji recordando que fue él, el de la idea.
──Lo siento. No debimos gastar dos meses de suministros en esto.
──Lamentarse ahora es muy tarde. ─dije sirviendo un poco más. ──. Solo nos queda soportar los gritos.
La cena transcurrió normal entre nosotros escuchando el escándalo de todos.
Hasta que un grito resonó por todo el comedor.
──¡¿Te crees muy listo, infeliz?! ─Jean miraba asesinamente a Eren.
──¡¿Por qué te dejaste crecer el pelo, idiota?! ─le gritó ahora el otro castaño.
Ambos comenzaron a darse de puñetazos. Me sentí mal por ellos por armar un espectáculo al ser el escuadrón de mi esposo. Levi odiaba que sus soldados llamansé la atención.
──Hazme un favor y no los golpees tanto, ¿quieres? ─pedí al verlo dirigirse a ellos después de muchos minutos golpeándose.
──Ustedes... ─ambos terminaron en el suelo después de recibir una patada de Levi. ──. Se emocionan demasiado.
Me levanté de mi lugar tomando mi plato nuevamente servido.
──Ya es tarde. ─hablé llegando a un lado del azabache. ──. Vayan a dormir.
──Y limpien esto. ─agregó Levi.
──¡Recibido! ─nadie negó lo contrario.
Me acerqué a Sasha desatando sus cuerdas.
──Te guarde lo último que quedó. ─coloque el plato al frente suyo. ──. Cuando termines ve a dormir. ─palmeé su cabeza.
──¡Gracias, mamá! ─se quedó en silencio cuando se dio cuenta de lo que dijo. ──. Digo... Liberty-san. ─palideció creyendo que me enojará.
──Soló no te atragantes. ─despeine su cabello levantándome.
Busqué a Levi, pero no se encontraba en la sala. Supuse que me estaba esperando afuera así que me dirigí a la puerta saliendo del lugar.
Camine un poco, pero me escondí al ver a los tres mocosos sentados al final de las escaleras hablando. Para mi sorpresa, Levi se encontraba escondido escuchando su plática.
──Cuando recuperemos la muralla María y derrotemos a todos los enemigos... ¿volveremos aquellos tiempos? ─escuche la voz de Mikasa.
──Los recuperaremos. ─aseguró Eren. ──. Aunque no regresara todo. Tendrán que pagar por eso.
──Pero eso no es todo. ─habló Armin. ──. El mar. Un lago salado tan grande que no puede atravesarse ni en una vida. ─parecía entusiasmarse. ──. Fuera de las murallas no hay sólo titanes. Agua llameante, tierra helada, arena blanca como la nieve. Nos unimos a la Legión para ver todo eso. ─finalizó feliz.
──Sí, es verdad. ─murmuró Eren dudando un poco.
──Pero, primero tendremos que ir a ver el mar. ─vociferó Armin. ──. Todavía dudas, ¿no, Eren? Existe, ya lo verás.
──Qué remedio. Habrá que comprobarlo.
──¡Es una promesa! ¡Iremos!
Mi pecho se encogió, ellos parecían tan felices pensando que el futuro es igual a lo que vivimos, pero no podemos confiarnos de él. Cuando menos lo esperamos, algo aparece y nos jode.
Suspiré acercándome a mi esposo.
──Aquí estás, ¿eh? Escuchando conversaciones ajenas. ─sus ojos me miraron. ──. Estoy algo cansada. Ven, vamos a dormir.
Lo tomé de la mano, él entrelazo nuestros dedos mientras se ponía de pie.
──Mañana será un gran día.
Porqué los que se avecinan eran una mierda.
𝐅𝐢𝐧;
𝐏𝐚𝐫𝐭. 𝐈↲
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Levibe is life
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