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CULPABLE

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Suspiré.

Después del viaje, llegamos a la capilla que nos contó Hanji. Ya no eran escombros, era una capilla muy bien vista aunque de limpieza no tanto.

Es aquí donde posiblemente se encuentren mis mocosos.

──Lo encontré. ─habló la castaña en cuanto observó una puerta escondida que daba hacia abajo. ──. Eren y el enemigo estarán aquí. Espero que la zona sea como predije.

──Eso es lo de menos. ─comenté al recordar que teníamos que lidiar con personas con armas.

──Esperó que los regalos, que nos tomamos la molestia de traer, sirvan de algo. ─vociferó Levi refiriéndose a los juguetes que trajimos.

──Supongo que es momento de que la Legión actúe. ─dije acomodando mis cuchillas en mi equipo.

Los mocosos no tardaron en organizarse para preparar las cosas y entrar de una acabando con quienes se atraviesen.

Era nuestro momento de atacar.

──Está todo preparado. ─anunció Armin.

──¿Están listos para ensuciarse las manos? ─preguntó su capitán mirando a los chicos.

──No hay vuelta atrás. ─hablé mirando a cada uno de ellos. ──. Si dudan, ellos los matarán.

Los mocosos mantenían una mirada seria con decisión aceptando cualquier cosa. Parecía que seguirán adelante a pesar de todo.

Miré a Levi, él no tardó en conectar su mirada. Tal vez nuestros labios no expresaban palabras, pero nuestras miradas si.

No te separes.

──Es hora. ─anunció el azabache.

Asentí con mi cabeza mirando a Hanji por unos segundos antes de que la puerta fuera abierta dejando ver las escaleras.

Con cautela bajamos y Levi se encargó de tirar abajo la puerta. Los mocosos dejaron caer la pólvora con aceite para que esta explotara por la flecha de fuego que Sasha lanzó.

Gracias a ello una cortina de pólvora se levantó.

Se dispararon bengalas de humo para distraer a la policía y Levi pudiera contar cuántos eran y en donde se posicionan.

──¡Hay treinta y cinco en la columna! ─nos informó el azabache. ──. Sigamos con el plan.

Con eso fue suficiente para saber lo que significaba.

──Los eliminaremos a todos aquí. ─aclaré tomando mis cuchillas. ──. Y por lo que más quieran, no mueran. ─los miré unos segundos antes de usar mi equipo.

Un grupo de personas me rodeó, por suerte mis cuchillas fueron por unos segundos más rápido que sus balas. Armin nos había dicho anteriormente que la debilidad de su arma era que sólo podían disparar hacía donde clavaban su gancho de equipo.

Era una ventaja.

Me escondí entre el humo verde escuchando los disparos detrás mío. Espere unos segudos para salir del humo clavando mis gancho justo en el pecho de dos policías acabando con sus vidas. Tomé impulso para acercarme a gran velocidad al tercero cortando su piel.

Para ser sincera matar a los míos no me gustaba, en este mundo había dos bandos. Los titanes y los humanos. Matarnos entre nosotros era una estupidez, pero no todos lo entienden.

──¡¿Qué demonios tiene esta mujer?! ─escuche el gritó de un sujeto.

Sin darle importancia, me impulsaba con mi equipo esquivando algunas balas hasta acabar con la vida de los policías al frente mío.

Ya había perdido la cuenta de cuantos he asesinado.

A lo lejos note a Levi enfrentar a Kenny por segunda vez, pero esta vez parecía que logró herirlo.

Un gritó me hizo detenerme en una columna al igual que a los otros dos azabaches.

──¡Hanji-san!

Mi vista se nubló por completo, mis nudillos se volvieron blancos por tanta fuerza que ejercía del enojo que mi cuerpo desprendía.

La habían herido.

Sin esperar ningún segundo más, me impulsé con fuerza dejando una gran grieta en la columna. Me dirigí directo a la rubia que parecía ser la segunda al mando.

Una fuerte patada fue lo que recibió provocando que se estrellara contra una columna, tal y como lo hizo con Hanji, pero con la diferencia de que mis cuchillas le dieron el golpe de gracia.

Los pocos policías se retiraron ante la orden de su capitán.

Descendí junto a los mocosos que auxiliaban a la castaña.

──¿Cómo está? ─le pregunté a Moblit, quien la cargaba para seguir con el plan.

──Por suerte no hay ninguna herida grave. ─informó aliviando a todos. ──. Solo perdió la conciencia por el fuerte golpe.

──Tenemos que seguir. ─habló Levi llegando junto a mí. ──. ¿Puedes encargarte de ella? ─preguntó a Moblit.

──Sí, no hay problema.

Lo miré antes de comenzar avanzar hacía delante, por donde ellos se fueron encontrando la entrada tapada por una gran red al igual que un hoyo encima nuestro.

──La cerraron por algo. ─comenté mirando el hoyo. ──. Supongo que es una salida.

──Es lo mismo que pensaba. ─me susurró Levi.

Algo que llamó nuestra atención fue ver una gran destello luz anaranjada amarillento resplandecer al fondo del lugar. Podía segurar que era el mismo que produce Eren cuando se transforma en titán.

──¿Es un titan? ─preguntó mi prometido colocándose al frente mío.

──¡Ereh!

──Carajo. ─murmure entrecerrando mis ojos por la inmensa luz.

Enterré una de mis cuchillas al suelo para evitar que la fuerte ventisca me llevara. Parecía que el lugar no iba a soportar por mucho tiempo más.

──Esto se derrumbará, ¿no? ─escuche la leve voz asustada de Sasha apretando mi blusa de donde se sujeto.

──¡Heichō, el agujero! ─gritó Armin señalando el hoyo ahora sin obstáculo.

──¡Armin, Moblit lleven a Hanji al exterior! ─ordenó el azabache. ──. Los demás, andando.

Guarde mi cuchilla y junto a los demás entramos al agujero que nos llevó a los dos mocosos faltantes. Eren estaba encadenado mientras que Historia estaba por golpearse contra la pared, sino fuera porque la tomé de la ropa.

──¡Buntaichūi! ─me miró sorprendida de verme.

──Menos mal que sigues viva, mocosa. ─palmeé su cabeza.

──¡Rápido, denme las llaves! ─pidió Levi notando que nuestro tiempo pronto se acabaría.

Pues un titán estaba por aparecer al frente nuestro y parecía ser enorme. Tomé las llaves que llevaba Historia lanzandolas hacía él.

──Heichō, Liberty-san, chicos... ─murmuró Eren llorando con una gran herida en su frente.

Tanto Levi como los otros mocosos se acercaron para quitarles las cadenas.

──¡Déjenme! ─lloriqueo. ──. ¡Deben irse, Heichō!

──¡Cierra la boca, idiota! ─soltó Jean. ──. Hay un titán y enemigos con armas de fuego.

──Esa boca. ─le reñí al castaño.

──Es más grande que el titán colosal. ─dijo Sasha escondiéndose a mi espalda.

El cuerpo del titán creció tanto hasta el punto de no caber en el lugar.

──Carajo, el techo. ─maldije por lo bajo sin buen presentimiento.

──¡Cuidado!

Lograron liberar a Eren y justo retrocedieron antes de que un escombro les cayera encima. Sentí a todos los mocosos llegar a mis espaldas en forma de protección.

──¡No tenemos escapatoria! ─expresó Jean al ver que no podíamos regresar por donde entramos.

Escuché un leve lloriqueo.

──Lo siento, chicos. ─era Eren, quien seguía llorando. ──. Soy un inútil. Yo nunca fui la esperanza de la humanidad.

Rodé mis ojos cansada de escucharlo.

──¿Te crees el protagonista de una tragedia? ─le preguntó Jean. ──. ¿Acaso hiciste algo tú solo alguna vez?

──No seas negativo. No es la primera vez que pasa algo así. ─le aclaró un poco Connie, pues no es la primera vez que le salvamos.

──Aunque no quiero acostumbrarme. ─soltó Sasha abrazando mi brazo derecho con fuerza.

──Va a ser duro moverse por ahí ─comentó Connie mirando a nuestro frente.

──Yo llevaré a Eren. ─se ofreció Mikasa.

──Jean, te encargo a la mocosa. ─le dije refiriéndome a Historia, él no dudó en aceptar.

──Es inútil. No podemos escapar. ─murmuró Eren mirando a la azabache.

──Entonces, ¿esperamos a morir quemados a que nos aplaste porque somos enemigos de la humanidad? ─le preguntó Historia, quien parecía tener la cabeza fría.

──Eren, si no dejas de lloriquear me veré obligada a darte un puñetazo. ─le advertí, no tenía palabras motivadoras para que siguiera viviendo.

Levi me miró a lo que me encogí de hombros. Pasó su mirada al castaño.

──Siento tener que hacerte esto. ─habló mi hombre. ──. Eren, elige la opción que prefieras.

Después de unos segundos sumido en sus recuerdos, tomó una botellita con un extraño líquido corriendo hacía frente nuestro. No se que hizo, pero se transformó en titán y creó una especie de red como de una armadura.

──¡Colóquense dejo Eren! ─ordenó Levi tomando mi mano corriendo hacia el mocoso.

Nos resguardamos debajo del nombrado observando los escombros caer sin cesar hasta que el enorme titán alcanzó la superficie. Me limité a palmear las cabezas de Sasha y Connie, quienes se aferraron a mi.

Dejé de enfocarme en la destrucción y me limité a observar al azabache a un lado mío, quien no dejaba de ver a los dos mocosos aferrarse en mí. Su mirada conectó con la mía hasta que dejamos de escuchar los fuertes escombros caer.

El desastre había pasado.

Jean y Mikasa se encargaron de sacar a Eren del titán convertido en una roca cristalina dura, la misma que tenía el titán femenino. Mientras que los dos mocosos aferrados a mí fueron a buscar una salida.

Parecía que por fin había conseguido el endurecimiento.

──Esto debe de ser el endurecimiento. ─habló Levi observando al titán que aún seguía. ──. Aunque te arrancamos del titan, no desapareció.

──Supongo que es impresionante. ─dije cruzando mis brazos sin dejar de ver el titán.

──Aquella botella. ─murmuró el castaño. ──. Bebí la botella de la armadura y me transforme en titán.

──Usaste el poder de endurecimiento que hasta ahora no dominabas y nos protegiste. ─comento mi enano. ──. Ideaste y creaste todo esto en un segundo. Esto es una obra barata, pero imagino que así se construyeron las murallas.

──Es decir... ─le di una mirada para que hablara directamente, Eren parecía más muerto que vivo.

──Ahora es posible tapar el agujero de la muralla María. ─aclaro. ──. Murieron muchos de todos los bandos y nos llevó tiempo llegar hasta aquí.

──Pero aunque fuera de forma patética, llegamos hasta aquí. ─dije palmeando la cabeza del castaño. ──. Así que deja de lloriquear, mocoso.

Él se quedó en silencio mirando a otro lado sumergido en sus pensamientos.

──¡Heichō! ¡Buntaichūi! ─escuchamos un grito provenir de arriba, era Sasha. ──. ¡Tenemos una salida!

──¡Armin, Hanji y Moblit están bien! ─informó Connie aliviando mi ser, me preocupaba perder a uno de mis mocosos, mi último mejor amigo y a la miope de mierda.

──Buen trabajo. ─habló Levi, me limité a mirarlos.

──Eren. ─la castaña se acercó.

──¿Estás bien? ─preguntó el chico llegando a él.

──Nos salvaste a todos. ─la chica se dejo car de rodillas al suelo. ──. Aunque la verdad es que cuando echaste a correr llorando como un bebé, pensé que estábamos acabados y me aferré a Liberty-san. "Reacciona, idiota. Basta de llorar, mocoso". Eso fue lo que pensé.

Alcé una ceja ante la sinceridad de mi mocosa tragona.

──Es mejor irnos. ─comenté mirando a los mocosos. ──. Ese titán sigue con vida.

──Sí, perseguiremos a ese titán enorme. ─aclaró Levi.

Los mocosos comenzaron a caminar, menos nosotros que aseguramos que ninguno se perdiera.

──¿Te encuentras bien? ─me preguntó pasando su mirada por mi cuerpo en busca de heridas.

──Sí, no estoy herida a diferencia de ti. ─dije pasando mi pulgar por la herida en su mejilla. ──. Agradezco que siempre tus heridas son pequeñas. ─remarque levemente la herida con mi uña. ──. Por un segundo creí que la boda se cancelaba.

──La cuatro ojos de mierda enloquecería. ─soltó dejando caer su cabeza en mi pecho.

──Lo sé. ─susurré acariciando su cabello, amaba nuestros momentos de calma después de casi morir.

Me hacían pensar por un segundo que todo era tan tranquilo.

Pero el segundo desaparece y todo es una mierda.

Todo era un caos y gracias al padre de Historia.

El titán era enorme, podía asegurar que medía el doble del colosal. Su anatomía no estaba bien definida, pues no podía caminar, solo arrastrarse dejando un gran hueco en el suelo y por si eso no fuera poco, su piel quemaba hasta el punto de incendiar los árboles.

Erwin en compañía de algunos de la Legión habían llegado justo cuando el titán salía del suelo.

──Erwin. ─llamó Levi en cuanto el rubio se acercó a nosotros.

──¿Están todos bien?

──Hanji es la única herida. ─le conteste deteniendo mi caballo a un lado de la carretilla. ──. Por suerte, no es nada serio.

──Bien hecho. ─felicito mirando a mi hombre.

──Hay mil cosas que reportar, pero primero...

──¿Qué es ese titan? ─preguntó Erwin interrumpiendo a Levi.

──Es Rod Reiss. ─le contestó el azabache sorprendiendo al rubio. ──. Necesitamos su opinión, Danchō.

Él miró de reojo a los dos mocosos antes secuestrados.

──No podemos permitirnos hablar aquí. ─comunico. ──. Regresaremos a la muralla Shina.

──¿Dejaremos que ese gigante avance hasta allí? ─preguntó Levi.

──Hasta el distrito Orvud, concretamente. ─contestó mirándolo. ──. Creemos que se dirige allí.

Enfoqué mi vista en el titán avanzar ignorando la presencia de la legión, supongo que era una especie de excéntrico y se dirige a la zona con más calor, como era el distrito Orvud.

──Liberty. ─me llamó Erwin. ──. Tenemos que hablar. ─me miró seriamente.

──¿Sobre qué? ─pregunté frunciendo mi ceño. ──. No recuerdo haber hecho algo malo, ¿o sí?

──Se quien fue el culpable de tu desgracia.

Mi cuerpo se paralizó en cuanto dijo aquello. Sabía que se refería a lo que me pasó hace años, cuando me secuestraron y asesinaron a mi madre.

Moví las riendas de mi caballo para acercarme a él.

──Entonces, hablemos. ─lo miré antes de cabalgar alejados de todos.

Llegamos a unos metros alejados de todos para que nadie escuchara nuestra conversación.

──¿Quién fue? ─pregunté aguantando la rabia en mi pecho.

──El ministro Aurille.

No pude evitar mirar a mi tío con mi ceño fruncido. Él era un miembro de la asamblea del falso rey Fritz, prácticamente él era quien mandaba, ya que el rey era un inútil.

──¿Por qué la supuesta realeza haría eso?

──Aurille sabía sobre todo esto y conocía más de lo que nosotros hoy en día. ─comenzó a relatar. ──. Él era quien mandaba a personas asesinar a tu padre.

Mi mente hizo click en ese instante.

──Por nuestra sangre, ¿no? ─balbuceé mirando al frente. ──. Porque era un Ackerman. ─afirmé.

──Tal vez, no lo sé con exactitud. ─sentí su mirada. ──. Lo que sí sé, es que nunca lo logró y dejó de cazarlo por un tiempo hasta que se enteró que había formado una familia.

Un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral teniendo una leve idea de cómo iba a terminar esto.

──Su plan eran secuestrarte para así poder asesinar a tu padre. ─él bajó la cabeza. ──. Pero, cuando lo hicieron asesinaron a tu madre y te llevaron. Antes de que Aurille pagara por ti, la Legión llegó y se le comunicó que tu padre había muerto. Con él muerto, tú ya no eras de su utilidad y canceló el trato.

──Y ahí es donde comienza mi mierda. ─dije sintiendo mis ojos picar, eran lágrimas.

Sentía mi pecho inflado de coraje y rabia y mis lágrimas no eran de tristeza, eran de lo mismo. Me daba coraje saber que por culpa de nuestra sangre mi madre fue asesinada mientras yo terminaba en un hoyo.

Me daba tanta rabia no saber porque odiaban nuestro linaje. Nos odian solo por ser Ackerman. ¿Qué carajos les hemos hecho para que se ensañen con el clan?

Acaso nuestros ancestros hicieron algo que nos les gusto que hasta el día de hoy persiguen a gente que no entiende nada.

Sinceramente, no lo entiendo.

Y estoy segura que padre si lo hacía.

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