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KENNY

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El silencio reinaba en la habitación. Las miradas de nosotros se posaban en los ojos afligidos de Eren al despertar después de haber dormido un día.

──¿Cómo puede ser? ─murmuró contra aquella tela húmeda para limpiar su rostro. ──. He dormido un día entero.

──Por lo menos tú si dormiste. ─habló Mikasa mirando de reojo a nosotros sentados en la otra cama.

Al parecer Mikasa no durmió mucho.

──¿Eh? ─nos miró sin entender nada. ──. ¿Ocurrió algo?

──No ocurrió nada de otro mundo. ─Hanji no tardó en contestar nerviosa ganando su mirada. ──. Mejor hablemos del experimento, ¿recuerdas lo que pasó?

──No recuerdo nada después de que empezara el experimento. ─aclaró mientras Hanji miraba el boceto que había hecho Miblit del rostro de esté ──. El proceso de endurecimiento, ¿funciono?

──Lamento decirlo. ─lo miró. ──. Después de que te convirtieras en titán, no apareció nada de eso.

El castaño bajó la cabeza levemente.

──De verdad, ¿nada?

──Nada. ─suspiró la castaña. ──. Estudiamos el cuerpo del titán y no pudimos encontrar lo que queríamos.

Hanji le contó todo el proceso que se llevó a cabo en su experimento, sin omitir muchos detalles. Mencionó sobre lo que escribió y no entendía porque había hecho aquello, ni siquiera sabía si su padre seguía con vida.

──Al menos ahora sabemos que la operación para recuperar el muro María... no será posible ahora. ─habló Hanji con sutileza.

──Significa que se fue a la mierda todo. ─solté mirando por la ventana. ──. ¿Y sabes por qué?

──Por mi culpa. ─no necesito verlo para saber que estaba cabizbajo. ──. No hay forma de hacer el endurecimiento.

──Correcto. ─afirmó Levi. ──. Estamos muy decepcionados. ─sentí la ligera mirada de Eren en mí. ──. Por tu culpa el área exterior está podrida como la cisterna.

Miré sobre mi hombro los ojos tristes del mocoso al sentir mi mirada bajó la cabeza.

──Nos expusimos a grandes riesgos, para nada. ─volvió a hablar el azabache. ───. ¿Qué pasará la próxima vez? ¿Qué pasa si un titán aparece por el suelo o cae de los cielos? La humanidad estará patéticamente indefensa. Nuestra situación es un desastre.

──Ereh lo intento. ─Mikasa intentó defender al chico.

──Lo sé, ¿pero por qué debería de importar eso? ─preguntó dejando sin palabras a la azabache. ──. Esta persona no puede cubrir el muro Maria.

──Pero, que lo culpes... ─musitó mirando de mala manera a Levi.

──Levi no lo está culpando. ─miré a la azabache. ──. Desde que lo conozco sus palabras han sido duras, pero verdaderas.

No dijo nada, solo miró a otro lado.

──¿Lo entiendes? Todo el mundo dentro de esos muros, huele un aire como el de una cisterna. ─comentó Levi. ──. Si esto sigue así, por cientos de años, el interior de los muros estará podrido. Esa es nuestra situación.

El azabache comenzó hablar sobre la gran diferencia que se siente el aire dentro y fuera de los muros. El de afuera era muy distinto, casi limpio por así decirlo a comparación del de adentro.

──Hay una libertad allí que no se puede comparar con los muros que nos rodean. ─las miradas estaban atentas a él. ──. Por primera vez, comprendí mis incomprensiones.

──Lo que Levi intenta decir es que a través de este experimento hemos aprendido que Eren no es capaz de realizar el endurecimiento. ─soltó la castaña.

Pasé mi mano por los hombros de Levi hasta dejarla en su pecho al ver como Hanji lo interrumpió sin darle importancia a lo que decía.

──Es más que eso... ─deje de prestar atención a sus palabras al ver lo feliz que se expresaba. ──. En resumen tenemos que seguir trabajando duro. Eso es lo que Levi intenta decir.

Salí de mi burbuja al sentir las miradas en el azabache el cual tengo apresado con mi brazo derecho.

──Sí, has sido de ayuda. ─dijo severamente después de ser interrumpido por la castaña.

Eren parecía tener dolor de cabeza, seguramente intentando recordar.

──No te esfuerces, aún estás débil. ─la azabache se acercó a él.

Solté un suspiro recargando mi barbilla en la cabeza de Levi, este pegó su cabeza a mi pecho al notar que nadie nos prestaba atención.

Entrecerré mis ojos observando a los mocosos leer las órdenes de Erwin, las misma las cuales nos informa que vendrán a por nosotros y no para hablar.

──¿Ya lo leyeron todos? ─preguntó Levi extendiendo su mano para que le entregara la carta.

──Si.

──Heichō Levi, ¿qué es esto? ─preguntó Armin mientras Eren le daba la carta.

──Las instrucciones de Erwin. ─respondió quemando la hoja con la vela. ──. ¿Lo creen? Todos los idiotas que lo creen, vengan con nosotros.

Eso fue más que suficiente para ver a lo lejos a un grupo de soldados custodiar la casa con arma en manos.

──Eso estuvo cerca. ─susurró Connie. ──. ¿Que nos habría pasado si no nos íbamos de inmediato?

──Pero, como el Danchō Erwin... ─murmuró Armin.

──Nuevas órdenes desde el gobierno. ─interrumpió Levi. ──. La Legión tiene prohibido aventurarse a las afueras del muro. Y estamos a cargo de resguardar a Eren e Historia.─eso sorprendió a los mocosos.

──Inmediatamente después de que me entregó el mensaje, la policía militar arrestó al Danchō. ─informó Nifa.

──¡¿Por qué lo tratan como un criminal?! ─gritó Hanji con cierto enojo que me hacía querer ir a la policia a por Erwin.

──Parece que alguien ya no trabaja entre las sombras. ─hablé colocando mi rifle en mi hombro mientras miraba a lo lejos. ──. A ellos no les interesa quien los observa.

──Desean proteger los secretos de las murallas a toda costa. ─murmuró la miope. ──. Pero, quienes podrían querer a Eren e Historia. Podrían haberlos matado, pero, ¿por qué los quieren con vida?

──Sabe. ─dije mirando a los soldados por el mirador de mi rifle, no necesitaba dos manos para darle entre ceja y ceja a alguien.

──Al menos es claro que el enemigo va tras ambos. ─aclaró mi enano.

Observe a uno de los sujetos subir al techo para comenzar a mirar por los alrededores.

──No deberíamos quedarnos en este lugar. ─comuniqué quitando mi vista del mirador.

──Lo llevaremos al distrito Trost. ─informó Levi a Hanji.

──¿Por qué ir a la ciudad donde el pastor Nick fue asesinado? ─pregunto Moblit.

──Debemos alejarnos del interior. ─contestó. ──. Con Trost en pánico debería ser fácil escondernos. Y podremos usar el equipo libremente en la ciudad.

──Buen punto.

──Además, estamos en desventajas con un enemigo desconocido. ─dije, mirando a la castaña. ──. Debemos de descubrir quién está detrás de esto.

──Hanji, préstame a tus soldados. ─pidió Levi.

──Por supuesto. ─se quedó pensando un poco. ──. Bien, iré con Erwin.

──Que Moblit se quede contigo. ─la miré de reojo.

──Eso mismo pensaba. ─el castaño estuvo de acuerdo. ──. El resto, vaya con Levi.

──¡Entendido!

──No hagas nada imprudente. ─la miré de reojo. ──. Y cuidala Moblit, se que hará algo imprudente.

Él sonrió sabiendo que era cierto.

──¡Hanji-san, tomé! ─Eren le entregó una hoja antes de subir al caballo. ──. Antes, recordé algo de lo que hablaron Ymir y Bertolt. No tuve tiempo de decirle, así que lo escribí.

──De acuerdo. ─lo guardo subiéndose a su caballo. ──. Me aseguraré de leerlo luego.

Solo la miré irse junto a Moblit.

──Andando. ─ordenó Levi.

Pasar desapercibidos por Trost no era muy fácil sin duda.

Al ser soldados de la Legión conocían muestras caras y vaya que fue una mierda cuando unos vendedores nos reconocieron. Nunca olvidaré a Mikasa mantener su semblante serio cuando por dentro se partía de risa al ver como llamaron a Levi enano, ya que al pasar en caballo parecía más alto.

Al final tuve que intervenir para que nos dejaran en paz, al verme por encima suya se asustaron y regresaron a sus puestos.

Supongo que a veces ser alta trae ventajas.

Ahora íbamos caminando nuevamente, para que no nos miraran muy sospechosos, Levi me llevaba tomada de su mano con los mocosos detrás nuestra. Podía sentir a Mikasa detrás nuestra casi pasando por en medio de ambos para separar nuestras manos.

──No caminen tan apegados, sepárense. ─Levi lo decía al sentir la respiración de Mikasa en su hombro. ──. Eren e Historia intentan caminar normalmente.

Los mire de reojo, claramente no eran los mocosos, sino mis otros dos mocosos. Me preocupaba lo que le llegaran hacer y más a Armin que va disfrazado de Historia a Jean lo tuve que convencer para que se hiciera pasar nuevamente por Eren.

──Mikasa, distancia. ─dije observándola por el rabillo de mi ojo.

──¿Qué? ¿No crees que pueda ser tu hija queriendo caminar a tu lado? ─preguntó distanciando un poco.

──Espero y no suceda. ─habló Levi. ──. Mi expectativa de mi hija está por muy encima tuyo.

──No puede ser. ─murmuré con pesadez, ninguno puede mantener una conversación si no es pelea. ──. Mejor cierren la boca que no es momento de hablar de estupideces.

Sentí la mirada de Levi, pero la ignore.

──Tsk. ─chasqueó con disgusto siguiendo el camino.

──¿Por qué las banderas de la familia real están por todos lados? ─escuche la pregunta de Connie.

──¡Oh! Hoy debe ser el aniversario del establecimiento de la monarquía. ─comentó Sasha. ──. Nos dan raciones especiales cada año.

Me limité ignorar el discurso que la policía militar daba sobre que el rey les repartirá raciones de comida. Si realmente hicieran el bien, les darían prioridad a los niños y personas mayores del bajo mundo, donde ni siquiera tiene una gota de agua.

──¡Esa es la generosidad de un rey! ─murmuró Sasha.

──Solo significa que tienen mucho de sobra. ─dijo Levi mirando de reojo. ──. Las personas se dejan influenciar por la comida.

El camino transcurrió en silencio hasta que escuché el sonido de una carreta venir a nuestra dirección a toda velocidad. Me detuve ocasionando que los demás lo hicieran.

──¡Atrás de nosotros! ─giré mi cabeza tomando a Sasha y Connie de la ropa para hacerlos aun lado.

Como estaba previsto, se llevaron a Armin y Jean disfrazados.

──Arm... ─le pegue ligeramente en la cabeza a la castaña. ──. ¡Eren y Krista otra vez han sido secuestrados!

Mientras las miradas se enfocaron en la carreta nosotros no tardamos en usar el equipo de manera sigilosa para seguirlos.

Solté un suspiro llegando encima del techo procurando mantener cierta distancia en el lugar donde se encuentran ambos chicos secuestrados. Connie y Sasha fueron a revisar la zona y saber cuántas personas había.

Llevé mi mano al hombro comenzando a moverlo en círculos, era la primera vez que usaba el equipo después de mandar a la mierda el otro cuando salí del titan.

──¿Cómo van allí? ─preguntó Levi al sentir a Mikasa llegar.

──Deberíamos apresurarnos antes de que se den cuenta que Armin no es quien piensan. ─propuso. ──. Me siento mal por él.

Lo más probable es que lo estén acosando pensando que es una mujer, no me sorprende, si incluso los hombres lo intentaron con una niña de nueve años, que no harán con una adolescente.

──Ya veo. ─murmuró el azabache.

Sentí sus ligeras miradas sobre mí.

──¿Cómo sigue tu hombro? ─preguntó Mikasa.

Sobe mi hombro dejando de hacer los círculos.

──Mientras pueda moverlo, no hay problema. ─los miré de reojo. ──. ¿Qué hay de de ustedes?

──Estoy bien. ─contestó la azabache.

──Puedo moverla. No está nada mal. ─dijo Levi sobando su pierna. ──. Pero lo más importante, esos secuestradores son demasiados novatos.

──Sí, es lo mismo que comenzaba a pensar. ─miré el lugar, realmente parecía que nadie vigilaba si lo seguíamos. ──. ¿Por qué enviaron a estos amateurs?

Sentí a Levi levantarse del techo donde se encontraba en cuclillas.

──Creo que puedes encargarte del resto. ─le dijo a la menor. ──. Me reuniré con Eren. Deshazte de la basura y después reúnete con nosotros.

La razón por la cual quería que fuera con él era para no forzar mi brazo a la hora de tener que golpear a los secuestradores.

──Mikasa. ─no podía irme sin decirle quienes son los verdaderos enemigos.

──Hay una cosa que debo decirte. ─como si hubiera leído mi mente, habló. ──. En el caso de comenzar ahora, existirán momentos en donde no habrá más opciones que luchar contra humanos.

──Hazlo saber a los demás. ─la miré antes de comenzar a usar el equipo, ya no se me dificulta como antes.

Lo bueno era que no se encontraba muy lejos del lugar. Alcanzamos a ver el carruaje detenerse ante la multitud de personas que había entre las calles.

Aterrizamos a unos techos lejos del carruaje justo con dos de los subordinados de Hanji, observando que todo marche bien.

──¿Heichō? ¿Buntaichūi? ─Nifa se sorprendió al vernos llegar.

──¿Y bien? ─preguntó esperando un informe.

──El camino se ve atiborrado, pero nada extraño. ─comunico. ──. El Danchō Pixis se encuentra un poco más adelante. ¿Se tragaron nuestros disfraces?

Me acomode la capa apoyando mi espalda contra la chimenea, Levi se poso a un lado mío.

──Así es.

──No los veo para nada contentos.

De cierta forma no me sentía contenta con esto, es como si mi sexto sentido como madre nuevamente me indicara que algo no iba bien. Podía sentir el viento pesado ocasionando un mal ambiente y sabor de boca. Sabía que Levi sentía algo como eso, más a parte no creo que la policía haya contratado a personas totalmente estúpidas para secuestrar a dos personas, que al parecer, son importantes para ellos.

──Heichō, Buntaichūi. ─salí de mis pensamientos observando a Nifa. ──. El carruaje comenzó a moverse.

Mis lagunas se posaron en el carruaje comenzando a seguir su trayectoria.

──Nifa, ¿has escuchado sobre Kenny el Destripador? ─mis ojos se posaron en el perfil de Levi.

──¿El asesino en serie de la capital? ─preguntó sin saber si era cierto. ──. ¿Quien le cortó la garganta a unos 100 policías militares? ¿Acaso no es solo una vieja leyenda urbana?

Entrecerré mis ojos al escucharla preguntar aquello.

Una leyenda, ¿eh?

──Tsk. ─escuche a papá chasquear su lengua mientras leía el periódico. ──. Vaya que no pierde su tiempo.

──¿hm? ¿A quien te refieres, cariño? ─preguntó mamá dejando un plato de comida frente suyo.

──Al idiota de Kenny. ─ladeé mi cabeza al no saber de quién hablaba.

──¿Kenny? ─mamá se sentó dejando nuestros platos de comida. ──. Desde que Liberty cumplio dos años no lo he visto, ¿ahora que hizo?

──Cortando gargantas a diestra y siniestra, típico de él. ─murmuró comenzando a comer.

──Creí que buscaba a su hermana. ─tenía cinco años, y comprendía un poco lo que hablaban.

──Ah, si. Creo que la encontró, no sé mucho sobre eso. ─comentó bebiendo del té que mamá hizo. ──. No hemos hablado por años.

──Padre, ¿quién es Kenny? ─pregunté ganando su atención.

──Un viejo amigo. ─me miró. ──. Prácticamente somos como parientes lejanos, compartimos el mismo apellido.

──¿Por qué no tengo tu apellido, papá? ─dejo de comer para verme a los ojos.

──Por la misma razón que yo no lo uso. ─su semblante cambio a uno frío. ──. No quiero que te pase nada malo.

──Aunque las cosas se calmaron un poco, ¿no crees? ─mamá colocó su mano encima de la suya dando un ligero apretón. ──. Pero, sabes que no me importa si sigues ocultando tu apellido.

──Me siento más tranquilo si lleva el "Smith". ─la miró.

──Pero yo quiero llevar tu apellido. ─hice un puchero. ──. El tío Erwin me dijo que no puedo ser una Smith por ser enana y pelinegra. ─me crucé de brazos.

Mamá soltó una risa.

──Eso te lo dijo hace un año, cariño. ─me regaló una sonrisa. ──. Y todavía eres una niña, es normal que tengas baja estatura.

──Entonces, cuando sea grande tendré tu altura, ¿o será enana como papá? ─pregunté con un poco de burla.

──Libertad, no me obligues a hacerte correr alrededor de la casa.

──¡Papá! ─grité molesta, no me gustaba que me llamara así.

Una voz me trajo de regreso.

──Él es real, y sus historias son ciertas. ─era Levi afirmando lo que ya sabía. ──. Cuando era pequeño viví con él por un tiempo. ─mis ojos cayeron en mi prometido, nunca me menciono sobre eso.

──¿Eh? ¿De qué está hablando? ─Nifa no quería creer, de hecho se le notaba nerviosa. ──. Buntaichūi, ¿usted qué piensa sobre eso?

Sentí el viento mover mi cabello.

──Las leyendas una vez en la vida fueron reales. ─la miré a los ojos. ──. O eso decía mi padre.

Soltó una risa nerviosa.

──No creo que sea un buen momento para una broma. ─intentó creer eso, que era una simple broma.

Solo me limité a observar nuevamente al frente. El viento soplo moviendo mis mechones de cabello, pasé uno de ellos detrás de mi oreja, por el rabillo de mi ojo alcance a ver una figura apuntando a nuestra dirección.

──¡Liberty! ¡Nifa! ─el grito de Levi se escuchó al mismo tiempo que los disparos.

Al tener buenos reflejos y velocidad me quite mi capa moviendo mis piernas al otro lado. Escuché la bala chocar contra el muro donde me encontraba antes mientras fijaba mi vista en el hombre.

Miré de reojo a Nifa, ella no había alcanzado a reaccionar cuando la bala llegó a darle en el rostro. Como pude saqué mis cuchillas dando una vuelta llegando al otro lado de la pared escondiendo mi cuerpo, Levi hizo lo mismo del lado donde estaba antes.

Escuché un disparo en el otro techo, donde se encontraba el compañero de Nifa. Seguido de eso escuche un grito de una aldeana.

──¡Liberty! ─mis ojos se enfocaron en los de mi prometido, me sorprendí al verlo preocupado, con su mirada ligerente abierta me buscaba algún rasguño.

──No te preocupes por mí. ─lo miré a los ojos. ──. Iré a tu lado. ─sus ojos se cerraron un poco en forma de tranquilizarse.

──Hola, Levi. ─tomé con fuerzas mis cuchillas al escuchar la voz del sujeto ponerse de pie sobre el techo, esa voz se me hacia conocida. ──. ¿Has crecido desde la última vez que te vi? ─pude ver un poco el uniforme que llevaba, era perfecto para exterminar...

A los humanos.

Escuche recargar su munición a la vez que miraba a varios enemigos a nuestro alrededor. Clavo sus ganchos en la pared de la chimenea para elevarse y quedar de cabeza en el aire frente a nosotros.

──¡Oh, parece que no has crecido ningún centímetro! ─soltó al ver al azabache.

Levi no tardó en tomar con fuerza sus cuchillas.

──¡KENNY! ─un grito de angustia fue liberado de su garganta.

Esto se pone de la mierda.


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