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━LO ENCONTRÉ━
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Los días pasaron, ya habíamos llegado a las murallas, exactamente a la base.
Tenía varias cosas por hacer y la primera era hablar con Erwin, la segunda era ir junto a Petra y Auruo a comprar las cosas de limpieza y esté último se disculpe con Hanji por lo del titán y para finalizar el día ir con Levi lejos de todos para hablar en privado sin ser escuchados por nadie.
──Bien. ─habló el enano delante mío observando a los dos. ──. Iremos hablar con Erwin primero, así que esperen aquí y no hagan nada estúpido, ¿entendido?
──Entendido, capitán. ─dijeron a la vez.
Sin perder tiempo nos alejamos de ellos yendo directo a la oficina del rubio, entre sin tocar me valió mierda mis modales. Estaba enojada y los tres hombres en la habitación lo notaron de inmediato, Mike se puso en guardia por si tenía que intervenir si era necesario.
──Liberty. ─habló el rubio. ──. ¿Qué pasa? ¿Por qué entras así de repente?
──Erwin, voy a matarte. ─ante mi mirada con enojo se dieron cuenta de que hablaba en serio.
──Pero, ¿qué hice? ─preguntó extrañado.
──¿Qué hiciste? ¿Preguntas? ─me acerqué al escritorio alertando a Mike. ──. Tú das un paso más y te corto la garganta. ─dije tomando mi daga señalando a este. ──. Después de todo tengo experiencia con eso, ¿verdad, Erwin? ─él lo entendió a la primera.
──¿A qué viene eso, Liberty?
──¿Le dijiste a Hanji lo que hice hace años? ─se sorprendió, pero lo disimulo.
──No creí que ella te lo dijera. ─dijo con sinceridad. ──. Lo lamentó. No debí haber hablado sobre ello.
──Sabes la mierda que sufrí, estuve casi dos meses secuestrada siendo torturada hasta que... ─baje mi cabeza evitando decir lo otro. ──. Mi cuerpo no soportó más y de algún modo despertó... y los asesine. Ellos lo hicieron con mi madre, tuve la oportunidad y lo hice. Si sabias como me sentía con respecto a eso, ¿por qué se lo dijiste?
──Ella ha estado a mi lado desde que sucedió eso, cuando estuve meses buscándote por todos lados ella me ayudaba, incluso ella vio aquella escena que dejaste en el subterráneo. ─alce mi cabeza mirando sus ojos. ──. No se lo conté, ella ya lo sabía. Nunca te lo dijo porque entendió con tu mirada que preferías olvidar eso.
──Aunque pudiera, no podría hacerlo. ─solté bajando la daga que apuntaba a Mike. ──. ¡Dios! Madre debe de estar revolcándose en su tumba al ver en lo que se convirtió su hija. El último recuerdo que tengo de ella fue la discusión que tuvimos cuando le dije que quería entrar a la Legión. ─llevé mi mano a mi rostro. ──. Debe odiar el monstruo en el que me convertí.
──Ella jamás te odiaría, Liberty. ─dijo muy seguro de sus palabras. ──. Estaba consciente que salieras con la fuerza de tu padre y conllevaba a que hicieras algo como eso. En cambio tu padre debe de estar orgulloso de su soldado.
Sin poder retenerlo solté una risa junto a una pequeña sonrisa al recordar a mi padre. Los presentes quedaron perpetuos ante mi risa y mi mirada, era la primera vez que me miraban sonreí.
──Desde que era una niña y mi madre me ponía vestidos, él me los quitaba para ponerse su chaqueta diciendo que no era una princesa, era un soldado. ─sonreí sin que sea una mueca, los presentes se sorprendieron de mi expresión en mi rostro. ──. Gracias, Erwin.
──¿Por qué? ─preguntó extrañado y con un toque de miedo, desde niña que no sonrió.
──Por hacerme recordar a mis padres. ─llevé mi mano a mi cabeza. ──. De cierta forma había olvidado sus rostros.
Lo miré antes de dar media vuelta saliendo del despacho.
Levi se mantuvo callado en todo el camino mirando mi rostro, la sonrisa ya se iba esfumando hasta volver a mi rostro sin expresión.
──¿Qué pasa, escoria ? ─pregunté mirando sus ojos.
──Nada. ─miró al frente. ──. Me gusta verte sonreír. ─me sorprendió esas palabras, sin que lo esperará lo abrace por los hombros pegando su cabeza contra mi pecho. ──. Oi, mocosa, ¿que mierda te pasa?
──Nada. ─dije inclinando mi cabeza mirando sus ojos. ──. Me gusta verte así.
──Tsk. ─miró a otro lado sin tener indicios de querer salir de mi agarre. ──. Debemos ir con los demás.
──Supongo. ─me separé de él comenzando a caminar. ──. Andando, enano. ─me miró mal por como lo llamé.
Caminamos en un silencio tranquilo hasta llegar al lugar donde estaban los dos esperando. Nos adentramos a la tienda comprando productos de limpieza.
Levi está en el paraíso, su brillo y una pequeña sonrisa en su rostro lo delataba.
Me aleje mirando algunas escobas, me hacía falta una nueva, la que tengo ya esta muy a la mierda. Tomé en mis manos una para verla mejor, estaba tan concentrada en ella que no me di cuenta de una mirada puesta sobre mi.
Cuando levanté mi vista miré a Levi enfrente mío de brazos cruzados mirándome con un brillo indescriptible en sus ojos. Es como si viera dos cosas que más ama estar juntas.
──Te miras bien con esa escoba. ─comentó cuando se dio cuenta de que lo miraba. ──. Deberías llevarla.
──Estaba viendo cual es la mejor.
──No fue pregunta, fue una orden. ─lo miré perpleja ante eso. ──. Esa escoba es la indicada para ti. ─aseguró.
──Si tú lo dices. ─murmuré, le entregue la escoba a Petra, esta la tomó de inmediato, a los segundos observé a Hanji pasar por la tienda muy tranquila. ──. ¿Esa era la miope?
──Tal parece que sí. ─dijo el enano. ──. Si ya está todo es momento de irnos. ─miró a los dos. ──Quiero verte usando esa escoba. ─comentó en susurró llegando a mi lado.
──La que tengo ya esta muy a la mierda. ─aclaré. ──. Me merezco esta escoba. ─él cerró sus ojos afirmando eso.
Salimos de la tienda esperando en una esquina a que Hanji pasara para que Auruo se disculpara. A los pocos minutos la loca de los titanes se hizo presente sorprendida de ver a el hombre.
──Verás... Hanji-san... ─comenzó hablar el rubio.
──Se puede ver que tienen buenos pasatiempos. ─dijo al ver los artículos de limpieza, en especial la escoba que Levi tanto anhela verme usar.
──Sobre la vez pasada... lo siento. ─se disculpó. ──. Si no hubiera actuado de aquella forma, lo hubiéramos atrapado. Si es así. Si mi vida hubiera sido de ayuda para la humanidad. Por algo así, mi vida no era nada valios... ─dejó de hablar cuando lo tomó del cuello de su ropa levantandolo del suelo un poco.
──No, la que se debe disculpar soy yo... ─habló con todo tranquilo. ──. Casi mueres por mi culpa. Lo siento mucho. Pero nunca vuelvas a decir que tu vida vale poco. ¿Entendido?
Esté no respondió porqué se estaba quedando sin aire debido a que el equipaje de las cosas lo estaba ahorcando. Hanji lo soltó de inmediato dejando que cayera al suelo.
──¡Ah! ¿Es-estas bien? ─preguntó preocupada.
──¡Aurou! ─exclamó Petra. ──. ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Cielos!
──Oi, idiota. Levantanté, estas aplastando la escoba de Liberty. ─solté un suspiro al ver como solo le importa mi escoba.
──Sí, la escoba es más importante. ─murmuré cruzando mis brazos.
──Eso es obvio. ─afirmó el azabache. ──. Para mi lo es.
──Liberty. ─Hanji se acercó. ──. Quiero disculparme por lo de la vez pasada. No debí haber dicho eso.
──Da igual, Hanji. ─dije sin darle importancia. ──. Lo hecho, hecho está. No estoy enojada si eso te preocupa. ─di media vuelta caminando junto a Levi siendo seguido por los dos. ──. Nos vamos, miope de mierda.
──¡Hai! ¡Mi titan! ─gritó llegando a nuestro lado.
──¿Titan? ─murmuró Auruo.
──Es por qué la teniente es muy alta, mide casi 1.80. ─contestó Petra.
──Si que es alta. ─bufé ante eso.
Preferí enfocar mi vista en el cielo teñirse de un color oscuro anunciando la llegada de la luna.
──Ahora que lo recuerdo. ─habló el enano a mi lado. ──. Erwin dio la autorización.
──Cierto. ─me había olvidado por completo que antes de que fuera a hablar con él había dado la autorización para capturar titanes.
──Ya veo. ─miré de reojo a la miope ante su reacción tranquila, fue en un segundo que saltó de felicidad gritando.
Solté un suspiro ante eso.
Como ya habíamos terminado de hacer todos los deberes, regresamos al cuartel o solo a Auruo y Petra. Levi dijo que teníamos que hacer algo antes de que se acabara el día, por esa razón lo seguí.
Ya habíamos caminado por unos largos minutos, el ambiente entre ambos era uno cómodo, me gustaba sentir el viento soplar mientras caminábamos por la oscura y fría noche. No sabía a dónde me llevaba, posiblemente planeaba matarme y yo lo sigo como si nada.
Al cabo de unos minutos se detuvo frente a un gran árbol de cerezo cerca de un acantilado. Había una hermosa vista que no lo niego, podía ver las estrellas junto a la enorme y brillante luna alumbrar el lugar.
──Me habías preguntado por qué te pedí para que estuvieras en mi escuadrón, ¿no? ─lo miré de reojo.
──Solo tengo curiosidad por saberlo. Si no quieres decirlo, no hay problema. ─aclaré para que no se sienta presionado. ──. No te obligare.
Él se quedó en silencio observando mi perfil, lo podía sentir, su mirada repasando cada detalle de mi rostro siendo iluminado por la luz de la luna mientras mis mechones de cabellos bailaban al compás de la suave brisa del viento.
──No sé como mierda ocurrió. ─habló mirando la luna. ──. Pero, cuando te quedaste conmigo aquella vez, limpiando con delicadeza mi rostro apoyándome cuando perdí a mis amigos diciendo aquellas palabras... algo dentro mío quedó rendido ante ti. ─lo miré al escuchar el tenue susurro.
──Levi... ─murmuré siendo ahora yo quien observaba ahora su perfil.
──Me habías dicho que para ti tener libertad es no tener miedo, ¿no? ─conectó su mirada con la mía. ──. He decidido que para mi tener libertad... es tenerte a ti, solo para mí.
Parpadeó al escuchar esas palabras tan repentinas, pero lindas. Mis ojos se suavizaron expresando un brillo distinto que jamás he expresado.
──Comprendo. ─cerré mis ojos unos segundos. ──. En ese caso puedes tenerme. ─no pareció sorprendido de mi respuesta, ni de mi rostro sin expresión, supongo que ya la sabía. ──. Supongo que ahora tendré que besarte porque eres muy enano para hacerlo.
──Tsk. ─chasqueó su lengua. ──. Cállate, mocosa... y bésame.
Sin tacto alguno tome sus mejillas con fuerza inclinando mi cabeza para juntar sus labios con los míos. Era un beso un poco torpe, nunca había estado con alguien y por cómo lo notó él tampoco.
Siempre me dije que si me llegara a enamorar sería de un soldado que peleará a mi lado.
Y sin duda lo encontré.
┆MAMESGD!
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