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━MOCOSO DE MIERDA━
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Con la mirada oculta bajo mi capucha, observaba desde el fondo de la multitud a la miope llorar por sus titanes ahora hechos cenizas.
──Tsk. ─mi cabeza dolía como nunca antes lo hacía.
Esos malditos bastardos. ─no pude evitar pensar en los culpables de la muerte de los titanes de Hanji.
Justamente al amanecer le anunciaron que alguien había asesinado a los dos titanes de experimentos. Hasta el momento no se sabe quienes fueron o si fueron más de dos.
──No hay nada más que hacer aquí. ─le di la espalda a la multitud permaneciendo a un lado de Levi intentando calmar mi dolor de cabeza.
──Lo sé. ─murmuró el azabache. ──. Vámonos. El resto queda en manos de la policía militar.
──Entendido. ─dijo el chico.
──Eren. ─llamó Erwin antes de irnos.
──¡Comandante!
──¿Qué es todo esto? ─tomo a Eren del hombro, esté no entendía el por qué de esa acción. ──. ¿Qué es lo que tu ves?¿Quién crees que es el enemigo?
──¡¿D-danchō...?! ─el castaño no entendía nada, nosotros solo miramos todos en silencio.
──Perdón, te pregunté algo absurdo. ─lo soltó, sabía que ahora iba a estar así, ahora con Eren, él sabe que nos estamos acercando a la verdad.
Una verdad que en años se ha visto.
──Se me ocurrió un buen método para detenerte hasta solo medio matarte. ─soltó Levi con su típico tono de voz severa mientras dibujaba en la pizarra.
──¿C-cómo dijo? ─preguntó el mocoso asustado.
──Antes decía que si te transformabas sólo podríamos detenerte matándote, pero con esta fórmula deberías quedarte sólo gravemente herido.
Aún con eso, Eren no lucía con buen semblante, parecía más asustado.
──Y aunque diga eso, hay que contar con las destrezas individuales de cada uno. ─continuó el azabache. ──. El punto es...
Básicamente lo terminó asustando más cuando le dijo que le cortaría los miembros y el músculo de la nuca para sacarlo.
──Al fin y al cabo te volverán a crecer como a un lagarto, ¿no? ─pregunté cruzada de brazos.
──Aunque de asco. ─agregó Levi.
──¡U-un momento! ─se apresuró a hablar. ──. Es que no se como hacer para que me vuelvan a crecer. ¿No hay otra forma?
El solo ver la oscura mirada de Levi, se arrepintió de haber nacido y seguir respirando.
──O sea, uno "sin enfrentar riesgo alguno y sin pagar sacrificio alguno" ¿Eso es? ─preguntó el enano.
──No, no... ─se apuró a contestar.
──Entonces, amárrate el estómago. ─esté solo pasó saliva. ──. El riesgo de ser asesinado por ti es el mismo para nosotros, así que tranquilizate.
──Sí... entiendo. ─murmuró.
──Además, me costó convencerlo de solo cortar tus miembros. ─su mirada se enfocó en mí. ──. Inicialmente, planeaba cortarte por la mitad.
──Sigo pensando que es lo mejor. ─yo solo permanecí inexpresiva ante su palabras.
──Entonces, ¿podemos probarlo? ─preguntó la miope, quien solo permanecía sentada en el escritorio.
──Es un riesgo enorme. ─comenté mirándola.
──Da igual lo que diga, no hay razón para que no lo probemos. ─aclaró el enano.
──¿Entonces esta bien que yo planee todo? ─Levi y yo solo nos miramos. ──. Eren, cuando hay algo que no sabes, entonces basta con que lo averigües. Hay suficiente mérito en ello para que arriesguemos nuestras propias vidas.
──Esto será interesante. ─murmuré mirando el brillo en sus ojos, ese brillo que deslumbra con solo pensar en lo que hará
De cierta forma, siento tranquilidad en mi cabeza.
Solo miré el pozo sin tocarlo, ya que Levi no quería que lo tocara ─según él, puede estar hecho de mierda─.
──Cuando tengamos listos los preparativos lanzaremos una señal de humo. ─le informó Hanji. ──. Luego de ello, lo dejaremos a tu criterio.
El chico solo miraba el pozo pensando en si podía morir.
──Entendido. ─murmuró por lo bajo.
Para joder más el miedo del mocoso, le di una patada haciendo que cayera al pozo, por suerte logro tomar la soga con la cual iba a bajar.
──¡Liberty! ─ignore a la miope. ──. ¡Suerte, Eren!
Según Hanji, en este pozo seco cree capaz de poder inmovilizarlo aún si su conciencia desaparece o al menos eso es lo que supone.
Los tres en nuestros caballos nos alejamos del pozo por precaución. La miope disparó la bengala dando la señal, pero nada sucedía.
Siendo honesta, no me fio de él.
──¿Será que no le llegó la señal? ─preguntó una torpe miope.
──Hasta crees. ─dije. ──. Si tu puedes verla, cualquiera lo haría.
── Tampoco es como si esté inútil sea de fiar. ─comentó Levi cabalgando al pozo conmigo a su lado.
──¡Oye, Eren! ─gritó la miope bajando del caballo. ──. ¡Cancelamos de momento! ─ambos nos bajamos para ir a ver sin tocar el pozo. ──. ¿Pasó algo... ¡ah!?
El mocoso estaba ahí, con sangre en su boca y en su mano, donde mordía y mordía.
──Hanji-san, no me puedo transformar.
Solté un suspiro.
──Si, bueno... ¿quieres té, escoria? ─pregunté intento que no comience a decirle cosas ciertas que lastiman, aunque sean ciertas.
──Tsk. ─chasqueó. ──. Te acompaño.
──¡Buena idea! ─gritó la loca. ──. ¡Un pequeño descanso no hará daño!
El té del enano estaba casi listo, intentaba hacerlo rápido, pero como le gusta a él. En todo el día no ha podido tomar tu té por esto del experimento de Eren, y para que esté de "buen humor" debe de tomar su té relajado, sin apuros o gente fastidiando su día.
De lo contrario dirá lo que se le venga a la cabeza sin que nadie pueda detenerlo, tal vez Levi aparenta ser callado y reservado, pero la cruel realidad es que es muy hablador y no existe forma de callarlo.
A no ser que seas yo y conozcas cómo hacerlo, tengo varios métodos.
──¿No se te han cerrado las heridas que te hiciste al morderte? ─lo escuche preguntar.
──No. ─el mocoso contestó con timidez.
──Si resulta que ya no te puede hacer gigante, entonces recuperar el muro María también terminará siendo un gran fracaso.
──Taza, una taza... necesito una taza. ─balbuceé al escucharlo. ──. Petra, pásame una taza. ─si no le daba su té, esta mierda explotaría.
──¡Aquí tiene, Buntaichūi! ─me la entrego con una sonrisa.
──Ven Levi, aquí tengo tu té recién hecho y como te gusta. ─le susurré en el oído solo para que lo escuchara él.
──Esta es una orden. ─tomó la taza con delicadeza de la parte de arriba sin dejar de mirar el castaño. ──. Haz algo al respecto.
Termine por soltar un suspiro cuando lo sentí caminar conmigo a su par, creo que por fin se calmará un poco. Solo tiene que tomar su té, sin que nadie lo moleste.
──Buntaichūi Liberty. ─miré a la chica venir con una sonrisa, Levi solo se enfoca en beber su té ignorando su presencia.
──¿Qué quieres, mocosa? ─a pesar de mi trato, ella se sonrió.
──Quería pedirle un consejo. ─alce una ceja ante eso.
──¿Consejo? ─asintió. ──. ¿Sobre qué mierda?
──Verá, mi padre últimamente ha estado pensando que tal vez estoy en la edad de... casarme. ─se sonrojó un poco ante eso. ──. Pero, yo no sé mucho sobre eso... ¿usted qué piensa?
No solo tenía la mirada de ella sobre mí, Levi también me miraba esperando una respuesta.
──¿Por qué me preguntas a mí? No soy buena dando consejos y menos sobre eso. ─dije sinceramente.
──Es que usted es la única persona en quien confío para hablar sobre eso, además de que usted... ─movió sus dedos mientras nos miraba a ambos. ──. No es como Hanji-san. ─alce una ceja ante eso, me molesto un poco. ──. ¡No piense mal! Me refiero a que usted tiene pareja. ─solté un suspiro ante eso.
──Lo siento, Petra, pero no tengo mucho que aconsejarte. ─la miré cruzando mis brazos.
──Lo entiendo. ─murmuró. ──. Usted, ¿nunca soñó con casarse o algo parecido? ─ante mi rostro sin expresión se apresuro a gritar. ──. ¡Mejor olvide eso! Fui una descarada al preguntar eso.
Solté un suspiro.
──Claro que he soñado con casarme. ─ambos me miraron ante eso. ──. Cuando era niña, mi madre se enfocaba en convertirme en una gran mujer y poder satisfacer al hombre quien sería mi esposo. Hubo un tiempo en que me la pasaba imaginando mi futuro esposo, siempre me lo imaginaba como mi padre, pero cuando le dije a él sobre eso se volvió loco y me hizo prometerle que no me casaría.
──¿En serio? ─preguntó la chica mientras el enano frunció el ceño, algo que hace cuando no le parece algo.
──Sí, después mi madre logró hacerlo entrar en razón y me permitió casarme. ─miré el cielo. ──. Solo que hasta que cumpliera 30 años.
──Oh, ¿significa que...? ─Petra estaba intentando saber mi edad.
──Significa que debes de regresar con tus compañeros y enfocarte en el mocoso. ─la miré sin expresión.
──A-ah... ¡cierto! ─sonrió con nervios. ──. Los dejaré solos.
Solo la miré irse con la mirada del hombre puesta sobre mí.
──¿Qué me ves, escoria? ─miré al azabache, no dejaba de verme desde hace minutos.
──Tú... ¿quie...? ─no pudo terminar la pregunta, pues un fuerte rayo junto a un estruendo se hizo presente.
Por instinto ambos nos tomamos de la mano al intentar protegernos el uno con el otro.
La cara de Levi era más que oscura, no sabía si era porqué interrumpieron su té o por qué lo interrumpieron en lo que sea que me iba preguntar.
Miré lo que provocó tremendo ruido dándome cuenta que fue causado por Eren, al parecer había transformado su brazo en el de un titán.
Ambos tuvimos que ponernos enfrente al ver a nuestro escuadrón preparados para acabar con él, ignorando a el castaño gritar asustado.
──¡Tranquilícense! ─la cuestión es que el miedo de ello es más fuerte que la autoridad de Levi en estos momentos.
──¡Heichō Levi! ─llamó Eren. ──. Es que me... ─se calló al percatarse de la escena.
──No te muevas, Eren. ─demande mirando a Petra, su mirada se miraba decidida por acabar con el castaño. ──. Al parecer nuestra voz no tiene autoridad aquí. ─los chicos estaban asustados, Petra intentaba con la mirada buscar la manera de tomarme y protegerme.
──¡Buntaichūi, es peligroso! ─gritó la chica.
──No pasa nada, chicos. ─dije sumamente. ──. Solo tranquilícense. ─nadie escucha tampoco mi voz.
──Les estoy ordenando que se calmen. ─está vez habló con más autoridad, realmente no estaba de buenas.──. ¡Todos!
Los cuatro rodearon a Eren quien aún estaba con esa cosa, tuve que irme al otro lado por si intentaban algo.
──¡¿Eren, qué significa esto?! ─gritó Erd. ──. ¿Por qué actuaste ahora y sin permiso? ¡Responde!
──Erd, no te adelantes. ─hablé, Petra y Erd son los que tengo enfrente y los que tengo que aplacar.
──¡¿Qué respondas Eren?! ─gritó ahora Aururo. ──. ¿Qué pretendías hacer?
──Yo... ─él pobre no podía ni hablar.
──Olviden eso. Que hable después. ─comentó Gunter. ──. Pruébanos que no tenías intención de atacarnos a nosotros, no, ¡a la humanidad misma! Demuéstranos ¡y rápido! Tú tienes ese deber.
──¡Solo mueve aunque sea un poco de ese brazo y verás cómo tu cuello vuela con él en este mismo segundo! ─el más asustado parecía ser Aururo.
──¡Aururo! ¡Te estoy diciendo que te calmes! ─gritó Levi.
──¡Heichō! ¡Buntaichūi! ¡Aléjesen de Eren! ─miramos a Petra. ──. ¡Están muy cerca!
──Son ustedes los que deben de alejarse. ─aclaró el enano.
──Solo retrocedan. ─ordené.
──¿Por qué debemos? ─preguntó la chica.
──Una corazonada mía/ Mi intuición. ─dije seguido de él.
Sin embargo, los cuatro nos ignoraron abiertamente siguiendo con el interrogatorio llegando hacer que el mocoso suelte un gritó asustando más a los demás.
──¡Ereeen! ─de pronto, se escucho el grito de Hanji llegando corriendo. ──. ¿Puedo tocarte ese brazo? ¿Siii? ¿Verdad que puedo? ¿No hay problema, verdad? ¡Solo quiero tocar un poco! ─su cara parecía la de una demente por completo.
──Hanji-san, aguarde un poco. ─está lo ignoro y tocó el brazo.
──¡¡Me quemó!! ─todos la miramos gritar, parecía que lo disfrutaba en lugar de que le doliera. ──. ¡Sin su piel, quema como el diablo! ¡Esto! ¡Está ardiendo!
──¡Buntaichō! ¡Usted si que se quiere morir rápido! ─me apiado de Moblit.
Eren terminó por sacar su brazo de esa cosa ignorando los chillidos de la miope al querer estudiar más ese brazo.
Me acerqué a un lado de Levi, quien estaba cerca del mocoso.
──Heichō, Buntaichūi. ─nos miró.
──¿Cómo te sientes? ─preguntó el azabache.
──No muy bien. ─murmuró sintiendo la mirada de todos sobre él, ya se habían calmado un poco.
Solté un suspiro, esté día se estaba haciendo muy pesado.
──Es hora de regresar adentro. ─declaré, pero nadie se movía. ──. Ahora. ─mi mirada se oscureció volviéndose fría, no estaba de humor y ellos lo notaron.
──Si, Buntaichūi. ─murmuraron con temor.
──En cambio tú. ─me acerque a la miope esta tenia las manos quemadas ──. Tsk. ─le coloque la tela que siempre llevo para Levi, la moje con un poco de agua para aliviar el dolor. ──. Deja de hacer imprudencias.
──Lo siento, Liberty. ─sonrió de medio lado.
Tras pasar las horas, Hanji logró descifrar porque el mocoso se transformó. Llegó a la conclusión de que para transformarse debe de tener una misión o mejor dicho una meta en específico para hacerlo.
En ese caso fue levantar una cuchara.
Los chicos comprendieron que fue un error de su parte haber actuado así por lo cual terminaron con una cicatriz en su mano por haberse mordido.
Ahora por fin, Levi se encuentra tomando su té sin que nadie lo moleste. Tuvimos que traer el té a la habitación, en la pequeña oficina que está aquí.
Disfrutaba del viento soplar, aquel aire entraba por la ventana abierta dando de golpe a nuestra cara. Estaba recargada en la silla con mis piernas encima de las del azabache.
Esté solo daba pequeñas caricias a mis muslos con una de sus manos, con la otra tomaba su té. Yo solo miraba la luna con los brazos cruzados.
──Levi. ─llamé mirando su rostro.
──¿Qué? ─me miró conectando sus ojos con los míos.
──¿Qué me ibas a decir antes de que el mocoso de mierda te interrumpiera? ─mi pregunta pareció caerle de sorpresa, pues dejó de tomar su té.
Se quedó en silencio por unos segundos.
──Nada interesante en estos momentos.─contestó sin mirarme a los ojos. ──. Después te digo.
──¿Me dejaras con la duda? ─pregunté con una ceja en alto.
──Puede ser. ─bebió de su té para dejarlo en la mesa. ──. Te lo diré cuando todo esté calmado.
──De cualquier modo, mi respuesta siempre será la misma. ─comenté cerrando mis ojos. ──. Aceptaré con tal de estar a tu lado.
Sentí su mirada observando mi perfil, de cierto modo pienso que mis palabras lo sorprendieron.
──Espero y no te arrepientas, mocosa. ─dijo después de un silencio.
──No lo he hecho, y créeme cuando digo que 5 años no son fáciles, escoria. ─comenté sentandome en sus piernas observando le luna.
Pasó su mano a mi cadera dando leves caricias. Cuando tiene un día agitado, siempre, al terminar el día me sienta en sus piernas, como si estar conmigo cerca de él lo tranquilizara.
Ahora, solo el dulce silencio nos cobijó y no necesitábamos nada más que estar entre nosotros.
┆MAMESGD!
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