Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

┆026

INCONSCIENTE

• • •

A pesar de las palizas que recibía, Eren no dejaba de levantarse sin importar que sus miembros no se habían regenerado del todo.

──¡Eren, es inútil pelear contra él! ─gritó Armin observando con preocupación la pelea. ──. ¡Ven hasta aquí! ¡Eren, no te enfrentes a él! ─sus gritos solo eran ignorados.

──Ahora tus palabras. ─hablé observando con detalle la pelea. ──. Dudo que sirvan de algo. No parece estar en sus cinco sentidos, solo se concentra en pelear y en pelear cada vez más. 

Esté soltó un enorme rugido moviendo su cabeza a los lados como un loco.

──¡No!

──¿Perdió la cabeza? ─preguntó Hanji.

──Lo preguntas siquiera. ─miré de reojo a Hanji. ──. Ha perdido la cordura. Supongo que jamás imaginó que alguien, que llegó a ver como un hermano mayor, fuera un titán.

El acorazado estaba por golpearlo, pero algo que nos sorprendió fue ver al mocoso hacerle una llave apresado a esté contra el suelo. 

──¡Lanzó al Acorazado! ─expresó Moblit sin creerlo.

──Esa es... la técnica de Annie. ─murmuró el rubio. 

Hubo forcejeó de parte del acorazado, pero Eren lograba mantenerlo sometido llegando a quebrar su coraza por la fuerza ejercida e incluso le desprendió el brazo derecho. 

──Ellos solo buscan llevarse a Eren, lo mejor sería retirarse cuando tengamos una gran oportunidad. ─comenté mirando a Hanji. ──. ¿Qué dices, Hanji? 

──Si Eren puede huir es más que suficiente. ─me miró. 

──Ve por Mikasa. ─ordené al rubio. ──. E informarle lo que ellos quieren. 

──Hai. 

Armin bajó llegando a un lado de Mikasa para informarle que él acorazado solo planeaba secuestrarlo y si se iba no tendríamos que estar al pendiente de ello. Pero, lo que sin duda sucedería era que él no dejaría a Eren irse así como así.

Un gran problema. ─pensé chequeando mi lengua.  

El titán se levantó del suelo dispuesto a seguir con la pelea.

──Avisales que suban, es peligroso. ─le ordené a la castaña que no tardó en ir por ellos. 

Una fuerte ráfaga se presentó, para cuando abrimos los ojos nos sorprendimos de ver a Eren a nuestro lado. 

──¡Buena decisión, chicos! 

──Recuperó la cordura. ─comentó Mikasa.

──Sí, pero tenías razón. ─habló Armin. ──. No será fácil huir de Reiner. 

──Fácil no, pero imposible tampoco. ─los miré. ──. Tendremos que intentarlo, ¿no?

Hanji asintió con la cabeza mientras llegaba al hombro de Eren. 

──Escúchame, Eren. ─la miró. ──. Para que puedas escapar necesitas ganar tiempo para frenar a Reiner. ¿Puedes destruir la armadura de sus piernas con otra llave?

No estaba muy lejos de ello, por lo tanto podía escucharla hablar mientras observaba al acorazado acercarse a paso lento. 

──Nuestras hojas son inútiles, pero pensamos en todo lo que podemos hacer. ─Eren soltó un leve "Sí" que hizo sonrojar a la miope.

──Carajo. ─suspiré al verla paralizada. ──. Después te enfocas en tu fantasía hecha realidad, concéntrate en la misión miope de mierda.

──Pero, Liberty... ─no tenía palabras. 

Supongo que una de sus tantas asquerosas fantasías es cogerse a un titán si se lo proponía. 

──Mocoso. ─centró su vista en la mía, solté un suspiro para lo que diría. ──. Ten en mente que huir es ganar. ─cerré mis ojos por unos segundos. ──. Así que... cuento contigo, Eren. 

Movió su cabeza en afirmación después de unos segundos que se quedó congelado observando a mi persona, seguramente porque no suelo llamarlo por su nombre. 

Lo que no sabíamos, era que el acorazado aumentó espontáneamente su velocidad. 

──¡Qué rápido! 

Usamos nuestros equipos para alejarnos de la muralla. Eren luchaba, pero el acorazado se miraba más rápido que antes. 

──¿Cómo puede moverse más rápido que antes?

──¿No podemos hacer nada?

──Callados. ─hablé al escuchar a los demás. ──. Si perdemos la compostura no llegaremos a nada. ─la miradas se enfocaron en mí. ──. Si se mueve tan veloz, significa que su cuerpo no es impenetrable de lo contrario no podría moverse así. Su coraza es impenetrable. 

──Sí, como las armaduras de las guerras de antaño tampoco podían cubrir todo el cuerpo humano con hierro. ─comentó Hanji. ──. Como por ejemplo: las axilas, las ingles y tras las rodillas. 

Se escuchó un gran estruendo, era la cabeza del acorazado estampar contra el suelo gracias a la llave que Eren le ejercía. 

Una idea surcó mis pensamientos por la información de Hanji.

──Mikasa. ─la miré. ──. Necesito tu ayuda. ─me miró. ──. ¿Me la das? 

──¡Por supuesto! 

Sin necesidad de más, enganche mis arpones a las murallas para llegar a los titanes. No tardó en imitar mi acción llegando a mi lado. 

──Hay que cortar tras las rodillas para que pierda resistencia. ─sentí su mirada en mí. ──. Eso le ayudará a Eren, ¿entendido? 

──Sí. ─la miré por unos segundos. 

Ella solo se enfoca en llegar junto a Eren para ayudarlo, siempre ha sido así, me quiero imaginar. Ahora que me acuerdo, desde la muerte de mis padres, no me he preocupado mucho por mi familia. Solo me enfocaba en saber que estaban bien físicamente, nunca me importó si se sentían bien en el fondo. 

Ahora me doy cuenta, que tal vez no signifique mucho para ella como lo hace Eren. 

Y siendo honesta... lo merezco.

Eso y más. 

──Perdón. ─salió de mis labios inconscientemente. 

──¿Eh? ─me miró confusa. 

──Nada. ─moví mi cabeza. ──. Cuando regresemos te dire algo importante. ─tal vez el saber que me casaré con él no le agrade. ──. Por lo pronto... ─la tomé con fuerza de la mano dando unos giros para lanzarla directo a Eren con una gran velocidad. ──, ayuda al mocoso. 

Sin perder tiempo, corto tras las rodillas del acorazado. Enganche mis arpones a la muralla sintiendo a los demás llegar a mi lado.

──¡Le dio! ─gritó Hanji.

Dejó de oponer resistencia y ante eso Eren hizo presión rompiendo su coraza y si ponía más fuerza podría arrancar la cabeza.

──¡Puedes hacerlo! ─animó el rubio.

──¡Acaba con él, Eren! 

──¡Arráncale la cabeza!

El titán acorazado comenzó arrastrarse usando las manos llevándose a Eren junto a él.

──¿Qué hace? 

──Es inútil. 

Decidí ignorar los comentarios, algo aquí me daba un mal sabor de boca. Reiner dejó de arrastrarse quedando a unos centímetros del hoyo que dejó cuando Eren lo golpeó cayendo de la muralla. 

──Esa postura... ─murmuró Armin. 

Un rugido salió del titán, algo que nos estremeció pues la última vez que un titán lo hizo llamó a un ejército de titanes.

──¡Vigilen a los alrededores! ─ordenó Hanji. ──. ¡Llamó a más titanes! 

Pasaron los minutos, pero ningún titán se divisaba por algún lado. 

──No se ve ningún titán más. ─informaron. 

──Se resiste en vano.

Algo me dice que no.

Solo escuchaba los grandes gritos que daba al sentir poco a poco su cabeza ir cediendo ante la fuerza.

──¡Arriba! ¡Esquivenlo! ─unos gritos nos alertaron.

Alcé mi cabeza. Mis ojos se abrieron levemente más de lo inusual al observar al Titán Colosal caer justo donde nos encontramos más cerca. 

──Carajo. ─lance a los dos mocosos lejos de mí, quién estaba más cerca, en un leve intento de protegerlos del inmenso vapor que nos quemaba. 

Al estar más cerca, podía sentir como el vapor me envolvía fuertemente, si no fuera por la capa ya no estaría muy viva. Sentí unos brazos rodeando mis hombros impidiendo que el vapor me diera de golpe. 

Por el rabillo de mi ojo pude ver aquellos lentes tan inconfundibles.

──H-hanji... ─susurré muy apenas.

Mis piernas comenzaron a aflojarse mientras mi mirada comenzó a apagarse, Hanji está peor y aún así no me suelta. 

Lo último que alcancé a visualizar fue a al titán acorazado llevarse a Eren con su amigo en su hombro. 

Después de eso... ya no supe de mi vivir.

El día seguía resplandeciente aún cuando la humanidad tenía un gran problema, pues se informaba que la Muralla Rose había caído en manos de los titanes. Sin embargo, era un poco extraño que no se encontrarán con una gran cantidad de titanes como era de esperar. 

Ahora solo se esperaba al escuadrón que reportaría la ubicación del agujero. 

En el Distrito de Trost, aguardaban distintos escuadrones de las tres Divisiones Militares. Tanto como soldados como sus respectivos comandantes, claramente, se tuvo que convencer para que la Policía Militar se levantaran en armas con los titanes tras la noticia de la caída de la muralla. 

La preocupación se notaba en pocos soldados, pero en algunos eran más notorios que en otros. Muy pocos sentían que algo no iba bien desde hace rato llevando un profundo sentimiento, pero nadie lo sabría descifrar con exactitud llegando a ignorarlo. 

La espera era lo único que podían hacer, escuchando los leves murmullos de algunas personas conversando otros descansando y pocos quejándose por no ver a ningún titán ─los cuales todos sabemos que son los de la Policía Militar─ 

Fue entonces que se escuchó un grito. 

──¡Regreso el escuadrón de avanzada! ¡Avisen al Danchō Pixes!

Y en minutos, todos observaban a los soldados recién llegados tomando agua cansados de haber cabalgado por tanto tiempo sin descanso. Entre muy pocas palabras y como pudieron, lograron informar que no había ningún indicio de algún agujero. 

──Ya veo. ─el comandante de la división de Guarnición, de cierta forma ya lo esperaba. ──. Entonces, no había ningún agujero, ¿no?

──No.

──Lo sabía. ─soltó en un murmullo alto. 

──Sin embargo, tenemos otro problema. ─se apresuró a decir. ──. De camino a Trost nos reunimos con la Buntaichō Hanji y la Buntaichūi Liberty con su equipo. 

Ante la mención de aquel nombre, cierto azabache puso toda su atención en el hombre de rodillas. 

──Allí había varios reclutas de la 104 sin equipo. Tres de ellos... ¡eran titanes! 

La noticia fue como si un balde de agua helada cayera sobre cierto castaño proveniente del mismo número de reclutas.

──¿De qué hablas? ¿Había alguien más? ─preguntó sin creerlo. ──. ¿Tres? ¡¿Quienes?! ─su compañera de recluta se asustó por aquel grito. 

──Cálmate, Jean. ─el Comandante de la Legión intentó calmarlo colocando su mano en su hombro. ──. ¿Qué sucedió cuando se descubrieron? ─preguntó con calma y a la vez con ansias de saber.

──La Legión se enfrentó al Titán Colosal y al Titán Acorazado. ─bajó levemente su cabeza. ──. Pero la batalla terminó poco después de que nos uniéramos a ellos. 

Los presentes se sorprendieron ante eso, por la expresión y voz del hombre, sabían que la Legión no había acabado con ellos. 

──Oe, mocosa. ─la castaña recién llegada miró al hombre azabache hablarle. 

──¿S-sí, Heichō Levi? 

──¿Qué sucedió con mi teniente? 

Bajo la cabeza al escuchar su pregunta, había sido salvada por ella y es por eso que se encontraba consciente a diferencia de la teniente. 

El viento golpeaba levemente su rostro, pero a él no parecía importarle. Solo observaba el horizonte cuidando de aquella chica azabache que conocí desde niño. 

Aquella azabache había sido alcanzada por el caliente vapor que el titán había soltado al estrellarse. Él hubiera estado en la misma situación si no hubiera sido por aquella teniente, quien lo protegió junto a la castaña lanzándolos lejos. 

El sonido de unos leves pasos lo hicieron regresar al mundo real.

──Es terrible. ─observó al hombre rubio llegar a su lado. ──. Los únicos ilesos somos los que estábamos arriba. 

Las miradas de ambos hombres viajaron a las personas inconscientes que habían sufrido daño, unas más que otras. 

──El calor y la fuerza del viento dejaron a los demás en estado grave. ─miró a otro lado evitando sentirse mal por lo que sucedió. ──. ¿Cómo sigue Mikasa? 

──No veo heridas graves. ─aclaro. ──. Puede ser un traumatismo cerebral. 

──Ya veo. ─su mirada recayó en la mujer azabache. ──. ¿La Teniente como se encuentra? 

──Ella estuvo más cerca, sus heridas son más severas que las de Mikasa. ─sus ojos azules observaron el cuerpo tendido de la azabache sin su capa y equipo, su piel blanca sufría algunas marcas rojas por el calor del vapor. ──. Sin embargo, si no hubiera sido por la Buntaichō, ella estaría peor. 

La mirada del chico se volvió a centrar al lugar donde aquel titán se marchó con su mejor amigo. 

──Armin, no has comido, ¿verdad? ─el silencio lo dijo todo. ──. Te traeré algo. ─le despeinó su cabello antes de irse. 

El silencio reino mientras el frío viento soplaba levemente revoloteando aquellos mechones negros que ocultaban parte de sus ojos, aquellos que permanecían cerrados. 

Mientras que en su pecho su mano descansaba resaltando aquel pequeño anillo.

┆MAMESGD


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro