❝ all guts no glory ❞

ㅤㅤKISHIBE, EN OCASIONES COMO ESTA, le besa las rodillas magulladas por su causa. Al rasgarse la epidermis, sangra en cruces delgadas, se extiende la leve hemorragia interna; morada, verde, casi negra. Su mano tosca le roza el muslo y sus labios agrietados y secos se restriegan en el hematoma. Su ligera barba descuidada roza la piel sana en una sensación dura y casi maligna, la pierna se sonroja y cosquillea por la fricción. Los dedos con las uñas pintadas a veces suelen empujar su frente hacia atrás, para que deje de hacerlo, pero nunca son lo suficientemente fuertes para moverlo.

Es un cocktail de las más prohibidas delicias de Sodoma. Una invitación a que toque el fondo de mis entrañas, de cualquier forma. La mano hundiendo los dedos en su piel, bajo las costillas para revolver el hígado. Revolver los intestinos con la palma presionando la piel, licuar el cerebro con palabras duras e innecesarias.

«Dejas vestigios de tu crueldad en todo mi cuerpo.»

En realidad, no quiere hacerlo. Esas son las únicas maneras en las que suele mostrar algo de afecto extraño. De complacencia, de afecto en la punta de la lengua y yemas de los dedos que aprietan las heridas y se inmiscuyen en su sangre. Es su única forma de esclavizarla, mantenerla bajo un dominio pesado como la fabricación de un espeso caramelo en gigantes ollas a presión, la maquinaria rota y cinco muertos. Y eso era sólo el principio. La forma en que le miraba, cómo sonreía solo en las peores ocasiones para ella... Lo deseaba tanto que temía que la sensación le destrozara el cuerpo, le mutilara los pulmones y dejara las costillas intactas.

Para ella, la sangre y las magulladuras le recuerdan a su infancia: la primera caída del triciclo. Ya no ha vuelto a manejar, no pudo evolucionar a la bicicleta; sin embargo, a veces se sube a motos, o solía subirse cuando sus novios regulares tenían el mismo perfil, la misma casaca de cuero sintético, el mismo perfume. Hay cuestiones más extrañas cuando tiene los piercings en la oreja, la cicatriz en la boca —siempre sale de la comisura y se arrastra hasta la línea de la mandíbula, la misma forma en la que suele dejar besos también—, el saco largo de cuero, los guantes gruesos, la combinación del aftershave más el cigarro y el óxido.

Puede mirarlo fijamente cuando él está cansado, sin embargo, desde la infancia te enseñan que nunca debes mirar a un perro a los ojos si está muy cerca a tu rostro.

— Hay cosas que haces —. No tiene significado alguno, incluso si sus dedos se enroscan en la ropa del asiento trasero de la camioneta y el cabello se pega en su rostro debido al sudor. La voz suena entrecortada por falta de aire.

— Lo sé —responde con un tono de aburrimiento y desinterés, la voz grave. La voz que suele hacer que ella no tenga ganas de continuar hablando, pero a la vez le sugiere probar suerte.

— Sí, hay cosas que, definitivamente, haces.

Ni siquiera se atreve a escribirle cartas, ni siquiera sabe dónde trabaja o de qué vive. Tiene pinta de carnicero, de cazador o asesino encubierto. Probablemente son todas las opciones a la vez. Las cartas están arrugadas en el cesto, porque la mayoría apestan, ya que solo dicen cosas como: "Sé que es una fantasía mía, una obsesión escalonada; verte con los ojos oscuros fijos en la petaca de plata vacía, la cicatriz que recorre fuera de tu boca que me hace perder y recuperar la cabeza en segundos, sucesivamente, como si alguien rebobinara el tiempo cada vez que me cortan el cuello. Hay muchas veces donde pierdo la cabeza, en realidad. La vez más importante es cuando estoy siendo la persona más tonta en tu cama sucia."

Otras son más crípticas como: "Me escupes en la cara. Te quiero tanto que no puedo respirar y es insoportable. No todo lo que brilla es oro, a veces es orina de perro."

¿Quizá era la idea de que Kishibe nunca podría amarla lo que lo hacía tan deseable para ella? ¿Se sentía ella atraída por las emociones, o más bien, por la ausencia de ellas?

Por el olor de su pelo y su barbilla, se sabe que tiene dinero. Ver su abrigo, sus zapatos, te lo vuelven a confirmar. Pero cada vez que su mano se cuela bajo la falda para frotar con dos dedos lo que provoca quejidos dulces por parte de su pareja ocasional, es evidente la falta de etiqueta.

¿Por qué no podía encontrar un hombre normal? ¿Por qué tiene que ser tan intrigante hasta el punto de haber querido que sean sus brazos quienes le ahogaran mientras le golpea la cabeza contra la ventanilla del auto? Después de todo, su fría mirada mientras le roza las heridas con el pulgar dejaba claro que no sentía nada por ella... Todos los esfuerzos fueron y son inútiles, no hay ninguna recompensa para una chica bonita con agallas, una perdedora por naturaleza que nunca ha probado la gloria de una aprobación y que vive amando y odiando, llorando y vomitando.

Las únicas pepitas de oro que consigue, quizá la única probada salada de gloria, es cuando lo siente sacudirse en su boca rosa, cuando acuna la creciente agonía de Kishibe con su lengua. Creación de luz húmeda, miseria agridulce. Incluso se puede escuchar Campo de Vampiros, dicen que así se escucha el infierno, mientras se continúa la labor fatídica en su camioneta, en medio del bosque, quizás al otro lado de la excursión. Quizás en un lugar donde sus botas de combate ya pisotearon los pequeños pueblos fantasmas con Summer Breeze de Seals and Crofts sonando en la radio del auto, mal sintonizada.

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⊰ 𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑! ⊱

esta vez el escenario es en una camioneta en un bosque + pensamientos intrusivos + blowjob (por si no se fue lo suficientemente claro al final), me gustan las camionetas y los bosques, tal vez porque pase algún punto de mi vida así, en un pueblo alejado de la ciudad. hay referencias a canciones de nicole dollanganger, como lo hago desde que los 14 años.

campo de vampiros es una canción de los holy's, es pura melodía, el inicio me aterraba cuando era niña asi que siempre la quitaba de la radio. una vez la deje avanzar y pude darme cuenta que solo el inicio me causaba escalofríos, lo demás es más llevadero.

espero que les haya gustado ! <3