31
Después de un viaje de bastantes horas, donde tanto Roberto como yo nos la pasamos durmiendo, llegamos a nuestro destino
—¿Ya me vas a decir que hacemos aquí?.— cuestioné mientras caminábamos por aquel aeropuerto
Roberto traía una pequeña maleta cargando mientras yo había dejado que Chucho cargara mi equipaje, él venía detrás de nosotros
—Voy a participar en la Velada.— contó en un susurro así que lo miré confundida
Estábamos en un lugar repleto de personas pero aún así decirlo en susurro se me había hecho exagerado, ¿acaso no entendía que yo era lenta para entender las cosas?
—¿El evento de boxeo?.— pregunté y cubrió mi boca para callarme, lo miré mal
Hice una señal para que Chucho se metiera para defenderme, mi asistente se adelantó
—Disculpe, la señorita desea que quite su mano de su boca y la deje hablar.— pidió mi asistente
Quise reírme por ver la expresión de mi novio, parecía que no sabía si reírse o que hacer al respecto, después de unos segundos me soltó
—Ya salgamos de aquí, en el hotel te contaré todo.— avisó mi novio tomando mi mano para dejar atrás a Chucho de nuevo
—¿Hotel?.— cuestioné y él me miró confundido por mi pregunta —Tengo un departamento en esta ciudad.—
Me miró como si no me creyera así que reí
—Hace años tuve que venir a grabar pocos capítulos de una serie, fui un personaje secundario pero me quedé a vivir aquí algunos meses.— conté —Manu pensó que sería mejor comprar un lugar en lugar de rentarlo.—
—No le veo mucho sentido tener un departamento en un lugar que al que no sueles venir.— exclamó aún asombrado —Igual me habían reservado mi habitación en el hotel, hubiera sido bueno que me dijeras que tenías un departamento para cancelarles con tiempo.—
—En mi defensa me dijiste que viajaríamos hace dos días.— recordé
Por fin salimos del aeropuerto; habíamos conseguido un chófer para estos días, había sido una fortuna que yo aún conservara algunos contactos en una agenda que Manu había olvidado en mi casa
Subimos al auto y le di la dirección del departamento. Roberto y yo íbamos en la parte trasera mientras Chucho iba en la parte del copiloto jugando con la tablet que le había dado para trabajar
—No le digas nada.— susurró mi novio sabiendo que mi intención era regañar a aquel chico —No está haciendo nada del trabajo, solo quiere pasar el tiempo.—
Asentí dándole razón y simplemente suspiré, estaba un poco cansada por el viaje aunque la mayoría del tiempo había estado durmiendo
—Hoy y mañana tengo libre.— avisó sonriente —En el tercer día tengo grabaciones de algo.—
—¿Ahora si puedes explicarme que es todo eso de la Velada?.— pregunté intrigada
—Ya te había platicado de Ibai y sus eventos de box.— recordó, en su tono se percibía bastante emoción —Me contactaron para un combate de este año, dicen que es un formato nuevo así que me pone algo ansioso.—
¿Evento de box? ¿Acaso se subiría a pelear contra otra persona?
—¿Por eso empezaste a correr todas las mañanas?.— cuestioné y rio al ver que por fin estaba conectando todas las ideas —¿Y por eso me llevaste a ese gimnasio?.—
—Aún no empecé a entrenar, solo empecé a buscar opciones.— avisó sonriendo —Me voy a agarrar a madrazos con varios weyes, es algo muy chido ¿no crees?.—
Él parecía muy entusiasmado pero yo empecé a sobre pensarlo, ¿cómo sería ver a la persona que amaba enfrentarse a "varios weyes" en un combate de boxeo?
Asentí sonriendo aunque realmente pensaba que sería estresante verlo en un combate, igual prefería pensar que si él se sentía tan feliz debería alegrarme por sus logros
—¿Vas a querer que te acompañe a tus grabaciones?.— cuestioné aunque no sabía aún de que se tratarían
—Si quieres, ahí te podré presentar a gente chula.— respondió —Por fin podré presentarte a algunos amigos que quería que conocieras.—
Abrí mis ojos sorprendida, ahora la emocionada era yo, Roberto al notarlo simplemente se burló
—Prométeme que no dejarás que te tomen fotos con alguien más.— pidió y lo miré sin entender —Ojalá no hayas empacado la playera del equipo del pendejo de Barca.—
Le di un ligero golpe y él solo empezó a reírse
—¿No puedes olvidar ese tema?.— pedí algo cansada y él negó
—Soy bien chinga quedito.— contó, yo ya había notado eso
—Si sigues así buscaré algo con que molestarte.— amenacé —Y no te va a gustar.—
—Me gustaría ver que intentes molestarme con cualquier cosa.— me retó
Quizás eso había encendido mi espíritu competitivo así que asentí tomando ese reto. Beto era sarcástico y le gustaba molestarme con cualquier cosa pero sabía que si ponía más atención a los detalles podría conseguir algo para burlarme también
—¿Anoto ese reto en su agenda?.— cuestionó Chucho interrumpiendo el momento
—Si, anótalo.— pedí para darle algo que hacer a mi asistente
Ahora me arrepentía de haberlo traído, pude haber tenido un lindo viaje romántico con mi novio pero me aferré a la idea de que jamás había salido sin un asistente, debía buscarle algo que hacer para que me diera tiempo a solas con Beto
Llegamos al edificio donde estaba mi departamento, bajamos de aquel auto y mientras ellos bajaban las maletas yo decidí ir entrando.
Cuando llegué frente a la puerta de mi departamento pude ver una caja ahí, me agaché para recogerla, parecía ser un paquete
—¿Qué es eso?.— preguntó Roberto llegando a donde estaba, yo simplemente saqué mis llaves para abrir aquella puerta y que pudiéramos entrar —Le dije a Chucho que fuera a comprar algo para comer, el chófer se lo llevó.—
Agradecía estar sola con él pero mi mirada se mantenía en aquella caja
—Mi sueño siempre fue tener a alguien que me dejara paquetes lindos en mi puerta pero ¿dejarme algo en un departamento que no uso desde hace años?.— reí un poco
—Tiene que ser reciente, si esto llevara aquí mucho tiempo alguien se la habría llevado.— teorizó
¿Cómo podría ser algo reciente? Si fuera así tendría que enviarlo alguien que supiera que vendría y que supiera que este era mi departamento
Empecé a pensarlo un poco; el único que sabía que este departamento era mío y que tendría los suficientes contactos para saber que estuve en el aeropuerto era Manu... Rápidamente puse la caja sobre una mesa y busqué con que abrirla
—¿La vas a abrir?.— cuestionó siguiendo mis pasos y asentí bastante obvia —No mames, ¿y si es algo malo?.—
—Tengo un presentimiento.— conté cuando empecé a abrir la caja —Lo envió Manuel.—
Antes de que pudiera abrir el paquete sentí que Beto me lo quitó
—Ese wey te hizo sentir mal, te quitó todo y te abandonó.— recordó —¿Aún así estás tan ansiosa por abrir un paquete por pensar que viene de su parte?.—
Le quité el paquete y simplemente solté un gran suspiro
—Quiero saber que es, no es por algo relacionado con Manu.— indiqué —¿A ti no te da curiosidad?.—
Roberto se cruzó de brazos mientras mantenía una mirada seria sobre mí
—Bueno, no puedo resistirme a algo así.— se resignó —Soy un chismoso de mierda.—
Reí un poco por la manera en que lo había dicho y simplemente abrí el paquete, saqué lo que había en el fondo solo para mirarlo más a detalle
—¿Qué es eso?.— cuestionó Roberto confundido
Sin duda esto si era algo de Manu... Era un libro llamado "El príncipe mestizo" de J.K. Rowling
—¿Te envió algo para leer ahora que te dejó desempleada?.— cuestionó al verme hojear el libro hasta que llegué a una página marcada
Había una frase subrayada: "La gente encuentra mucho más sencillo perdonar a otros por estar equivocados que por estar en lo cierto"
—A Manuel le gusta mucho leer cosas de estas, a veces subrayaba frases como esta y me las mostraba, era otra forma de expresar lo que sentía.— conté con algo de nostalgia
Roberto me quitó el libro para leer la frase mientras yo intentaba analizarla un poco... ¿qué quería decirme con eso?
—Creo que quiso decir que tenía una razón para hacer todo lo que hizo.— murmuré
—No hay buenas razones para hacer la gatada que te hizo.— dijo Beto pero yo seguía pensándolo —Ya suéltalo, ahora tienes un nuevo manager y un nuevo asistente.—
Él seguía hablando pero yo solo me preguntaba ¿Si había una buena razón para que me delatara? ¿Por qué no podría decírmelo por mensaje o tan solo visitándote? ¿Por qué tenía que esperar a que estuviera en España?
—Conozco esa mirada, estás llena de preguntas.— exclamó Roberto y lo miré
—Ya sé en que gastaré mi tiempo de ahora en adelante.— avisé —Tengo que resolver esto y espero que me ayudes.—
Mi novio lo pensó un poco pero después asintió, sabía que no podría dejarme sola en esto
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