𝐏𝐈𝐋𝐎𝐓𝐎
—Mamá...¿Dónde está papá?—. Una pequeña niña de sangre de demonio pecador y un ángel serafín permanecía parada mientras abrazaba a su animalito de nombre Kiki.
Emily, una serafín de pelo albino, ojos color zafiro y madre de esa niña dejo de lavar los plantos en el momento en que ollo a su hija decir eso. La pequeña niña tenía los cabellos rosados, orejas de venado, pecas en la cara blanca, piel medio gris, ojos oscuros de color morado y rosa, camisa de algodón manga larga blanca, falda larga hasta arriba de las rodillas amarillas y de zapatos negros con medias blancas.
Pequeñas criaturas (un total de doce) veían a escondidas eso con nervios y dos aves se posaban en la mesa sin miedo a ocultarse. La mayor se volteo y vio a su hija que tenía una mirada de tristeza con sus orejas de venado agachadas reflejando a un más su tristeza.
La albina puso una mirada de tristeza, mordió su labio inferior y apretó la falda de su vestido, se acercó a su hijita de solo nueve años y se agachó para quedar a la altura de la menor.
—Amy...—. Pronunció el nombre de su hija con una sonrisa pero mirada triste, posó sus manos delicadas en los hombros de su hija. —Tu papi va a volver solo...—. Hizo una pequeña pausa para tratar de encontrar algo que decirle a su hija.
—...¿Nos abandonó?—. Esas palabras dejaron petrificada a la Serafín; las criaturitas pequeñas (pueden volar) se pusieron más nerviosas y otras tristes mientras que las aves desviaron la mirada a otro lado al igual que Kiki. —¿Ya no nos quiere?—. Sus ojos se comenzaron a cristalizar esperando una respuesta de su madre. —Por fi, mami, dime la verdad!—. Bajó su mirada cuando sintió que sus lágrimas salían de sus ojitos.
Ya había pasado dos meses desde que la pequeña y su madre no veían al último integrante de su familia, su padre. El silencio permaneció en la cocina por varios segundos donde Emily se sentía insegura de decirle la verdad.
—Amy—. La nombrada levantó su vista para mirar a su madre. —...Yo no lo sé...—. Apretó de nuevo el vestido de su falda sintió un dolor fuerte en su corazón y reteniendo lágrimas. —No se dónde está, papi—. Estaba haciendo todo lo posible por no dejar caer ni una gota de lágrima delante de su hija. —...Y no sé si vaya a regresar...—. Desvío la mirada de su hija para ocultar las lágrimas que están empezando a salir de sus ojos.
—...—. Los ojos de Amy estaban abiertos como platos y comenzó a llorar dejando libre a Kiki que se subió a la mesa junto con las aves, una era búho de nombre Koko y la otra ave se llamaba Kuku. —*Sniff* *Sniff* ¡¡Waaaaaah, aaaaah!!—. Comenzó a llorar tratando de secar sus lágrimas pero era en vano.
Emily cargo a su hija de inmediato y comenzó a tranquilizarla pegándole delicadamente a en la espalda pues eso siempre funcionaba pero está vez no estaba funcionando.
—¡¡*Sniff* Papi ya no nos quiere, es un mentiroso *Sniff*!!—. Comenzaba a decir la pequeña mientras su madre la llevaba a su habitación. —¡¡*Sniff* Dijo; *Sniff* que siempre nos iba a cuidar, *Sniff* que siempre nos iba a querer, *Sniff* que nunca nos iba a dejar!!—. Decía entre lágrimas; Emily entro a la habitación de su hija mientras tenía una mirada muy triste. —¡¡*Sniff* ES UN MENTIROSO, waaah!!—. Su grito causó más dolor en el corazón de su progenitora.
La criaturitas y los animalitos se asomaron en la puerta para ver cómo la Serafín dejaba a la pequeña híbrida en la cama y después arroparla bien mientras la niña abrazaba con fuerza un peluche de gatito blanco con alas rosadas y un cuerno de unicornio.
Una vez que Emily termino de arropar a su hija que seguía llorando por el tema de su padre, comenzó a cantarle;
—Como me apena, verte llorar—. Acarició la mejilla de su niña manteniendo una mirada triste. —Toma mi mano, siéntela—. Tomó la mano de su hija que comenzó a dejar de llorar para irse poco a poco durmiendo. —Yo te protejo de cualquier cosa...—. con su otra mano acarició la frente de su pequeña mientras se firmaba una sonrisa cálida en sus labios. —No llores más aquí estoy~—. Terminó de cantar dejando a su hijita al fin dormida para después besarle la frente.
[Canción; “En Mi Corazón Vivirás”
Película; Tarzán]
Emily levantó de la cama para después salir del cuarto no sin antes ver a su hija que dormida ya estaba mientras seguía abrazando con todas sus fuerzas al peluche, salió del cuarto y miro a las doce criaturitas.
—Por favor, vayan adentro y cuiden de ella—. Suplicó con tristeza a lo que las doce criaturitas asintieron y se adentraron al cuarto para que ella cerrará la puerta. Emily ahora miro a los animalitos. —...Hay..¿Notícias de él?—. En su mirada se notaba que estaba desesperada por saber dónde estaba su esposó.
Tanto como las aves como la pequeña de los tres negaron con la cabeza. La Serafín suspiró decepcionada y cansada. —Gracias, Koko, Kiki y Kuku... ahora...pueden retirarse a descansar—. Fueron sus últimas palabras para meterse a su habitación; las mascotas asintieron y se retiraron.
Cerró la puerta con seguro de su habitación la Serafín para después caminar solo unos cuantos pasos y después dejarse caer al piso de rodillas empezando a llorar.
—*Sniff!* *Sniff!*—. Sus lágrimas manchaban su hermosa mirada en la cual una sonrisa siempre estaba. —Amorcito... Alastor...¿Dónde estás..?—. Dijo entre lágrimas mientras seguía llorando desconsoladamente mientras sentia su corazón quebrarse.
Lo único que rompía el silencio de su habitación eran los sollozos de la Serafín quien ahora abrazaba contra su pecho una foto de ella y su marido, Alastor, el día de su boda.
~7 Años Después....~
Infierno;
Distrito olvidado/Casa De Amy
Amy se encontraba tomando una taza de leche tibia con azúcar en la sala de su casa, actualmente ya tenía 16 años; Su pequeña compañía estaba sentados a los lados de ella en el sofá mientras que las aves estaban en el respaldo del sofá y Kiki estaba en su regazo. Se encontraban viendo la tele con mucha tranquilidad.
La hibrida tomaba de su taza tranquilamente y en la tele estaba una novela llamada: "En el nombre del Amor" hasta que de la nada en la tele apareció demonio de la televisión, aquel que controlaba toda la tecnología, Vox; un Overlord.
-Hey!, mi querido público!, ¡Tenemos una nueva noticia!-.
—¡Hijo de la mantequilla!—. Exclamó Lib que se levantó en el sofá. —¡¡Nos cambió de la tenenovela!!—. Chillo mientras movía sus brazos a los lados de arriba y abajo.
—¡¡Y justamente cuando se estaba muriendo la tía Macarena de la protagonista Paloma!!—. Dijo Escorp con el ceño fruncido y muy molesto.
—Escorp, que no se te olvide que la tía Macarena es en verdad la madre de Paloma y la maldita de la Tía Carlota la aventó a ella de las escaleras—. Escorp vio a Can cuando dijo todo eso; Koko hizo sus sonidos de búho y Tau le dió la razón.
—Ya, ya—. Calmó a sus pequeños animalitos Amy. —Dejen y le cambi- —.
-¿Supiste que el demonio radio volvió?-.
En el momento en que la de pelo rosa ollo eso dejo caer su taza al suelo causando que obviamente se rompiera alterando a los pequeños animalitos que miraron con sorpresa la pantalla pero aún más los que eran más grandes (Kokos, kiki y Kuku).
—¿Qu..Que dijo?—. Amy se levantó de su asiento mirando la pantalla donde se mostraba a Alastor saliendo del hotel Hazbin. —Papá...—. Puso su mano en la pantalla mordiéndose el labio inferior. —...¿E..Está de vu..elta?—.
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