
𝐈𝐈
𝐒𝐔𝐒 manos sudaban de los nervios. Hacía solo un par de horas habían salido del aeropuerto. Faltaban solo unas cuadras para llegar a el departamento de su tío.
Estaba demasiado nerviosa, no sabía cómo eran ellos, si eran diferentes a sus padres, o si eran peores. Eso la preocupaba.
El trayecto hasta el departamento de su tío fue silencioso. Un silencio que para ella no era incómodo, pero se notaba que para los otros dos acompañantes si lo era. No se dirigieron la palabra en ningún momento del viaje. Suponía que tal vez no les apetecía hablar frente a ella. No sabían nada de ella, por lo que era de esperarse que no hablaran.
El sonido del vehículo ahora estacionado, la sacó de sus pensamientos. Ya habían llegado.
El departamento por fuera era bastante lindo, con un pequeño toque de lujo, que solo los que sabían de lujo silencioso, se darían cuanta.
Charles se bajó del auto, dirigiéndose a la parte trasera del auto para sacar sus maletas. Ella tomó su bolso y cuando estaba por abrir la puerta, cierta castaña se adelantó y la abrió antes. Sus miradas conectaron por primera vez. Su cara era delicada y tierna. Estaba claro que ella era buena persona, o eso parecía.
Le extendió la mano para ayudarla a bajar. La tomó con delicadeza se bajó del auto, junto con su bolso. La mayor cerró la puerta por ella.
— Este es el departamento de Charles, suelo quedarme aveces. —explicaba la castaña acompañándola a entrar.
— esta semana tengo demasiado entrenamiento con Ferrari, por lo que pasarás la mayor parte del tiempo con ella — dijo apenado Charles.
— Lo bueno es que podrán conocerse—continuó
Solo se limitó a sonreír. No sabía qué más hacer.
— Y el fin de semana iremos a ver a Charlie correr— me dijo sonriendo Charlotte— te encantará.
Luego de decir eso. Me guió a la entrada. Con la llave que Charles le pasó abrió la puerta dejándome pasar primero. La casa era bastante linda. En una de las esquinas había un piano. Al parecer a su tío le gustaba tocar el piano. Al igual que ella.
Tuvo ganas de acercarse a verlo mejor, pero le dio vergüenza, así que no lo hizo. En cambio siguió inspecciónando la casa con la mirada.
Había una sala de estar, con sillones blancos, una mesita de vidrio y una tele algo grande.
Después estaba la cocina qué brillaba de lo limpia que estaba. Era muy minimalista y a la vez hogareña. Los muebles eran blancos. Las cortinas del mismo color.
Vio que Charles le susurró algo en el oído a Charlotte. De inmediato se acercó a ella.
— Ven, te mostraré tu habitación. — Sonaba más emocionada que yo.
Caminamos por un pequeño pasillo con puertas. Pasamos unas tres puertas, hasta que nos detuvimos en una.
Charlotte me hizo señas para que la abriera. Tomé el plomo, lo gire, dando a ver la habitación.
Era increíble. Justo como a ella le gustaba.
Tenía una cama de dos plazas, dos mesitas de luz blancas, una con una luz de sal y velas. y otra con una lámpara baige con pétalos alrededor.
La cama estaba perfectamente tendida y nueva. Las sábanas eran blancas y tenía una frazada en el sector de los pies, de color bordo.
Luego en una lado de la habitación estaba una enorme ropero blanco. Del otro lado había una puerta que seguramente era el baño.
Siguió mirando antes de entrar al baño. Y a unos centímetros de su cama había una repisa con la saga completa de los libros de Harry Potter.
Sin pensarlo los tomé emocionada. A lo que Charlotte me miró con ternura.
— Esos te los compró Charlie. El también adora Harry potter.
La miré con los ojos repletos de felicidad.
— Siempre los quise, pero mis padres no me los dejaban tener — dije, a lo que ella negó con la cabeza en forma de indignación hacia mis padres.
Los volví a dejar en su lugar. A la noche la abriría. Más en privado. Y así podría darse el lujo de llorar.
Siguió viendo, y vio una tele que daba hacia su cama. Abajo de esta había una cajonera, donde arriba había un pequeño auto de carreras con una pulcera que decía "Forza Ferrari". Supuso que era otro regalo de su tío. Así que se la puso en la muñeca.
Al lado de la pulcera había una revista, donde estaba como portada su tío. Y arriba de esta había una nota. Que decía:
CL
Por su quieres saber un poco de como es mi vida en el automovilismo.
Te quiere, tú
Tío Favorito 💌
Dejé la nota con una sonrisa.
Al parecer le gustaba mucho dejar notas.
Caminé a la puerta. Al abrirla fue como lo pensé. Era aun baño. Era bastante grande. Tenía un bidé, un inodoro, una ducha/bañera y un lavamanos. El cual tenía varios productos de cuidado para la belleza.
Se quedó un rato observando el baño, hasta que se cansó y salió nuevamente.
Al salir se encontró con Charlotte sentada en la punta de su cama, mirándose las manos.
— ¿Mi tío la decoro? — dijo refiriéndose a la habitación.
Charlotte levantó la mirada asustandose unos segundos de mi presencia. Volvió a la normalidad y me miró, con una sonrisa vergonzosa dijo:
— ah, si, el no la decoro. — dijo rascándose la nuca — yo la decoré, Charlie me ayudo diciéndome qué te gustaba y en los últimos detalles.
Asentí algo decepcionada, pero a la vez feliz de que ella se haya tomado el tiempo de ordenar esta habitación a mi gusto. Sin necesidad u obligación de hacerlo.
— Bueno, te dejo que te acomodes. Ahora le digo a Charlie que traiga tus maletas aquí.
Si levantó de la cama y salió de la habitación, cerrando la puerta con cuidado.
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