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Capítulo 20

HOLA SUPERNATURALERS❣️
Bienvenidos a un nuevo capítulo, espero que les guste y que disfruten. Disculpen el haber tardado tanto, pero tuve problemas con el internet y la verdad, no he tenido últimamente mucho tiempo libre.
COMENTEN si les ha gustado y dejen una ESTRELLA.
Aquí me despido, hasta la próxima parte.
PD: ME ENCANTARÍA QUE PUSIERAS TU OPINIÓN EN LOS COMENTARIOS.
A medio beso, nuestros labios se separaron concluyendo con un beso que se me quedó a medio.
Al aclararse mi ojos, lo miré y tenía una expresión dolida algo a lo que no daba crédito. Sus orbes cafés estaban cristalinos e incluso podía decir que llorosos.
Tras un silencio incómodo, rompiendo ese momento diciendo:
- No puedo hacerte esto.
- ¿Lucifer?- le respondí confusa mientras le secaba las lágrimas.
- No quiero perderte.- soltó mientras quitaba mi mano de su rostro.
- Después de todo lo que has hecho para conseguir que simplemente te besara... ¿por qué ahora te comportas así?- no podía creer lo que sucedía.
- Si te dijese la verdad... te perdería, y no quiero.- suspiró.- el diablo nunca tuvo vulnerabilidades ni miedos... pero desde que te conocí eso cambió y me niego a tener que mirarte a la cara sabiendo que me odias y que me temes por ser quien soy.- su tono sonó serio pero roto al mismo tiempo.

- Lucifer... nunca podría tenerte miedo, me has demostrado más de lo que nunca podría haber pensado que llegaría a compartir contigo.- una temblorosa sonrisa se mostró en mi rostro.
- Diablilla,- Se puso en pie.- no podría tener ni el remoto pensamiento de que cuando te mostrara la realidad... dejara de significar lo que ahora soy para ti. Me niego.- bufó.
Seguidamente, me levanté y me crucé de brazos.
- Lucifer... si a lo que tienes miedo es a quedarte solo.- cogí su mano.- nunca lo estarás, porque me quedaré para lo bueno y lo malo. Lo digo en serio.- insistí.
- Prefiero que sigas viéndome como el humano que crees que soy. Quiero que pienses que solo soy eso, y me gustaría que siguieses creyendo eso.
En ese instante, me miró fijamente a los ojos, para después cogerme del brazo y acercarme a él. Pasados unos segundos, sus ojos se encendieron en rojo haciendo que todo mi cuerpo temblase y mientras una lágrima caía por mis ojos, me dijo:
-  olvida que he estado aquí. Quiero que dejes de pensar que sea diablo. Seremos amigos, y nunca querrás nada más conmigo porque pensarás soy malo para ti. ¿Lo entiendes?
Opté por seguirle el juego y con una sumisa voz pronuncié:
- si...
- Después de todo, no eres inmune a todos mis poderes.- su tono sonó todavía quebradizo.- Lo cierto... es que este poder lo comencé a tener hace unos días, mi padre...- rió sarcástico.- espero que mañana nos veamos en el Lux.- su sonrisa se tornó tierna y puse su mano en mi mejilla.
Tras eso, salió por la puerta como si nada hubiese ocurrido. Mientras que yo me quedé allí para sin poder asimilar lo que había pasado.
"De verdad... lo era" fue lo primero que se me cruzó por la mente.

En el fondo lo sabía, pero no esperaba que fuese a demostrármelo. Solo había visto sus ojos, pero con eso me bastaba para saber que él era a quien había buscado toda mi vida... para ahora acabar amándole.
Millones de pensamientos chocaban en mi mente, y sobre todo me preguntaba. ¿Por qué me dio esta maldición? Y... ¿por qué no me podía reconocer? Era un bebé, pero aún así... era todo tan extraño y lo peor, era que no podía obtener respuesta alguna.
Pero, ahora... ¡podría obtenerlas! Todo lo que había querido en mi vida era saber el porqué. Aunque... ¿qué pasaría si se enterase de quién soy yo realmente? ¿me haría algo?
"Él piensa que soy una universitaria cualquiera, pero si supiese quien se esconde tras la máscara... ¿querrá usarme para lo que fui creada? Aunque, que mal puede hacerme si no quiere contarme quién es de verdad por no perderme y porque no sabe como reaccionaré... en el fondo, yo tampoco se lo digo por lo mismo."
Lo único que tenía claro en esos momentos era que Morta no iba a saber nada del tema. No quería que le hiciese daño, aunque fuese el verdadero diablo. Ocultaré su secreto conmigo, y le protegeré.
"Creo que es hora de quitar mis prejuicios, una vez le juzgué sin conocerle... y creo que me equivoqué, sino, no habría llegado al punto en el que estoy."
Ahora, lo único que se me pasaba por la cabeza era coger una botella de martini y bebérmela entera.
"Los humanos siempre han dicho que hay que ahogar las penas en alcohol... veamos si surte efecto."
Cuando la cogí comencé a beber...
[...]
De repente, mis ojos comenzaron a entre abrirse. hasta que al final La Luz incidió en ellos haciendo que los quisiera volver a cerrar. Pero, finalmente los abrí.

La cabeza me daba vueltas... y entonces, algo dolorida examiné el lugar donde me encontraba.
Estaba tirada en el suelo, y vi que justo encima de mi había una ventana donde había una repisa. Intenté incorporarme, al hacerlo me agarré a la repisa, y divisé el alrededor del lugar en donde me estaba.
Habían cuerpos de gente ebria por todos lados, desperdigados por el lugar y como no, sujetando botellas de alcohol. Pero... lo que ahora me recorría por la cabeza era:
"¿Cómo había llegado aquí?"
La mayoría de la gente eran mujeres, y estaba casi segura que por la pinta que traían los hombres eran strippers. Pero aún así, me di una vuelta por lo que parecía ser una habitación, para asegurarme.
Mi mente comenzó a irse del tema, y comenzó a recurrirme en la cabeza que tal vez, las elegidas y el diablo tuviéramos una conexión que nos hacía vulnerables cuando estábamos cerca o algo por el estilo, debido a mi estado tan Grande de ebriedad... algo que nunca me había pasado hasta que él apareció en mi vida.
Ahora, tenía un problema más que resolver en mi innumerable lista de cosas pendientes.
Dándole de nuevo vueltas a mi cabeza, caí en que entonces... Lucifer debía encontrarse en el recinto.
Avancé por la sala, saltando y evitando pisar a todos esos cuerpos inconscientes. Seguidamente, abrí la enorme puerta que había y salí de allí. Dando lugar a un enorme pasillo, y por lo grande que era el lugar me daba a mi que esto era una mansión.
"¿Pero que relación tengo con un lugar que jamás había visto?"
Entonces, comencé a escuchar música y cuando me fijé vi que salía de los altavoces que habían a ambos lados.
Sin mi cabeza funcionando a pleno rendimiento, me acerqué a una puerta entre abierta que por el filo se podía ver una gran habitación. Así que, me arrimé y abrí un poco más la puerta, de la cual, sus bisagras emitían un estridente sonido.
Allí a simple vista se podían ver a un montón de chicas semi desnudas tiradas por el suelo con botellas de vodka en la mano.
Estaba confundida, como yo, estaba en un sitio así. Aunque pensándolo bien... había estado en el Lux.
De repente, sentí una sensación agobiante que me hacía ver la habitación en movimiento. Reacción humana ante la embriaguez, lo que me insinuaba que no era yo al cien por cien y que con ello, Lucifer estaba en ese sitio.
Me aproximé a la cama, y allí había un hombre moreno boca a abajo con una bata negra.
- ¡Lucifer!- dije en voz alta.
El hombre se levantó de golpe, al igual que algunas mujeres. Pero, cuando vieron que era yo se volvieron a dormir.
Por alguna razón, me alivió que no fuese él.
Volví a irme de aquel cuarto, y esta vez en el pasillo solo había una puerta a la que no había entrado al final de este. Al llegar, la abrí y dio a un enorme patio con una piscina que parecía olímpica de lo grande que era.
Pasé por encima de más cuerpos, y sin más, tropecé con uno de ellos cayendo al suelo.
No me hice daño, así que me incorporé y al hacerlo, vi ese rostro mientras que mi expresión se tornaba confusa:
- ¡¿Maddie?!

Ella abrió los ojos, y con voz ronca me dijo:
- ¿qué haces despierta? Descansa.
Seguidamente, se puso en pie y puso su mano en la cabeza.
Pude ver en su cara dibujadas unas enormes ojeras bajo sus ojos, y de repente si cara se volvió de asombro para tras ello, vomitar.
- ¿Cómo que qué hago despierta?- le pregunté después de asegurarme que estaba bien, entré lo que podía.
- ¿Sabes el pedo que te cogiste anoche?
- No me acuerdo ni de lo que pasó.- afirmé.
- ¿en serio no te acuerdas?- abrió sus ojos de par en par.- pues como para no acordarse...- rió.- me llamaste a las tantas, ya algo contenta.- alzó una ceja.- y me dijiste que necesitabas salir que sino te ibas a sumir en una depresión o no se que más.- hizo una pausa.- Yo te dije que me iba a una fiesta de una fundación de mujeres a la que pertenece mi madre, y pues como ella no podía me dijeron de asistir a mi. Tú insistirte en venir, y acabaste como todos.
- Pero... ¿cómo es que hay boys y la gente está tan...mal?- me crucé de brazos.
- Resulta que hace unos meses, se murió el marido de la fundadora... y estaba pasando por un mal momento, así que decidimos hacerle esta fiesta sorpresa para animarla. Porque.- su expresión pareció apagarse.- estuvo a punto de querer suicidarse.
- Madre Mía...- me quedé a cuadros.- pero, una cosa.- le pregunté.- ¿no sabrás si Lucifer Morningstar estaba invitado?
Ella rió ante mi pregunta.
- ¿de verdad no te acuerdas? Se subió al escenario.- me señaló a un pequeño rincón donde había una plataforma y un piano con algún instrumento más.- ¡y te dedicó una canción!
- ¿¡en serio!?- no supe que más decir.
Después de lo que pasó horas antes en mi casa... ¿ahora hacía esto?
"No hay quien entienda a Lucifer, aunque me la verdad me gustaría recordar ese momento."
- Si.- su rostro se iluminó.- es la típica canción que una chica quiere que le dedique un hombre tan sexy como él.- fantaseó despierta.- por cierto, al final... hay algo entre vosotros dos, ¿no?
- Ojalá...- mi mirada se sumió en mis pensamientos.- pero, no.- respondí tajante.- no hay nada. Por si lo quieres.- forcé una sonrisa.
- No... se nota que hay algo, así que... a parte ya tengo algo con alguien y quiero llegar a más.- sonrió.- ¡por cierto!- cayó en la cuenta de algo.- Tengo que contarte una cosa de la investigación, del asesinato de Lena.
- ¿El qué?- le pregunto dubitativa, aunque realmente sentía como una corriente fría me recorría la espina dorsal.
- Resulta que mi prima trabaja en la policía nacional, y también se está encargando de ese caso... tras insistir porque era mi amiga, me reveló un dato pero me dijo que no se lo contase a nadie.- hizo una pausa.- aún así te lo voy a decir... a descubierto una huella.

Me limité a alzar una ceja.
- ¿de quién?- pregunté tensa.
- No he terminado.- me detuvo.- resulta que la huella no coincide con ninguna persona de la base de datos.
- ¿cómo que con nadie?- no podía ser cierto...- ¿dónde la encontraron?- le pregunté muy seria.
- Según ella en un matorral, cerca de la escena del crimen.- me dijo impactada.
"¡Madre Mía! ¿Cómo podía haberla cagado así? Jamás había dejado huellas en una escena del crimen... pero con todo lo que me estaba pasando en Los Angeles, ¿cómo se me pudo olvidar una tontería así? ¡Dan el exmarido de Chloe! Le borré la mente haciendo pensar que solo nos interrogó, espero que nada apunte hacia mi."
Me estaba comenzando a estresar, pensando en que si algo apuntase hacia mi... tendría que borrar la mente de todo el mundo que me había conocido aquí y marcharme de la misión haciendo que recayera en las manos de otro... y tal vez, no solo me caería una bronca sino que harían daño a Lucifer.
De todas maneras, ahora iba a regresar al cuerpo de policía lo que quería decir que podía borrarle la memoria.
"Un punto a mi favor."
- Maddie... ¿sabes exactamente que pasó anoche?- básicamente, necesitaba respuestas por si se me había escapado algo de la logia, aunque lo creo imposible.
- ¿te refieres a lo que hiciste?- se encogió de hombros.
- si, vamos... lo que hice y sobretodo, después de que Lucifer me cantase la canción. ¿Pasó algo?- la verdad, debía dar falsas pistas, lo único que ahora me importaba era si había comentado algo de mi vida secreta.
- Por suerte, me acuerdo... y cuando Lucifer se subió a ese escenario, las chicas te subieron y te  uniste a cantar con él.
- ¿hice algo de lo que pudiera arrepentirme o algo por el estilo?- jamás hacia estas cosas, siempre fui responsable desde muy pequeña y odiaba que me pasasen este tipo de cosas.
- Ah, si...- pareció recordar algo.- Te bebiste un montón de botellas y muchos boys querían acostarse contigo y como tú les decías que no, y ellos pasaban... Lucifer decidió intervenir porque no quería que pasara eso y bueno, les pego a unos cuantos... tras eso, te fuiste con unas cuantas chicas y algún chico a un cuarto, pero no pasó nada sino se hubiera escuchado.
"Él no había querido que me acostase con nadie... de verdad piensa que soy virgen y no quiere que ningún hombre por el que no sienta nada me la quité... se acordó de lo que dije cuando estuve en su Penthouse." sonreí por lo que estaba pensando.
En el fondo, suspiré aliviada sabiendo que seguía teniendo mis principios... a lo que me refería era que si había negado tener sexo con todos esos, no se me podía haber escapado nada de mi.
- Yo me voy a ir a la uni, que seguro llego a alguna clase a tiempo. ¿Vienes?- me consultó.
En ese momento, caí en que no había dicho que iba a dejar la universidad ni había entregado los papeles. Aunque la verdad, no debería hacerlo hasta que Morta regresase de la logia.
- No iré hoy, me encuentro muy mareada.- le dije poniendo mi mano en la cabeza.
- Bueno... pues ya nos veremos.- asintió.- está tarde creo que iré a alguna discoteca, pero meh... estoy algo cansada.
- Claro... ya me dices.- sonreí.

Ella se fue marchando mientras iba saltando a esa gente borracha que había tirada en el suelo.
En ese instante, decidí salir de allí.
Estaba lo suficientemente mareada para ponerme a seguir indagando por esa grande mansión cuando ya sabía lo que necesitaba.
Cuando encontré la puerta principal, la abrí y pude ver que a kilómetros solo habían extravagantes chalets.
Por suerte, en la entrada de la mansión había un banco así que me senté y encendí mi móvil para ver el GPS en que lugar me indicaba que estaba aunque... me sonaba demasiado, pero no caía en donde estaba.
Al cargarse el móvil, lo vi y me quedé boquiabierta.
¡Estaba en Bel Air! Uno de los barrios más ricos de Los Angeles.
Era algo extraño que nadie me hubiese reconocido... después de todo, yo estuve viviendo aquí hace sesenta años. Si alguien me descubriese, se me caería el pelo, metafóricamente.
De repente, bajé de mis pensamientos y escuché un sonido de madera chirriando detrás de mi. Así que, me giré.
La puerta se abrió de par en par y de allí comenzó a salir una gran muchedumbre.
Lo más extraño, era que los rostros de las personas estaban destrozados. No por estar borrachos, sino... porque estaban llorando.
"¿Qué está pasando?"
Me levanté del banco, y me acerqué a una chica joven, la cual, tendría unos veinte años.
- Perdona... ¿qué ha pasado?- le pregunté.
- D-De verdad...- decía histérica.- pregúntale a otra persona. N-no puedo hablar.- decía entre sollozos.
Ella se marchó hacia delante, y me quedé allí parada. Hasta que decidí ir a por otra persona, esta vez la mujer era más adulta, le daría unos treinta y pocos años.
- Perdone, ¿sabe que sucede?
La chica me miró, mientras que con un pañuelo de seda se secaba las lágrimas.
- ¡¿Cómo ha podido pasarle eso a una pobre muchacha!?- gritaba desquiciada.- ¿¡por qué?!
- ¿A qué se refiere?- le consulté teniendo mis sospechas.
En ese momento las sirenas policiales comenzaron a sonar, y corriendo de un coche bajó la inspectora Decker, afirmando mis sospechas.
Me acerqué a ella y le dije:
- Chloe, ¿qué está pasando?
- Adela, es un asunto policial... no puedo hablar de ello.- me respondió tajante mientras se adentraba en la casa.
Iba a entrar, tenía que hacerlo.
¿Quién había muerto? ¿Cómo había sucedido? ¿Por qué?
Corrí hacia la puerta pero ya habían dos policías bloqueándola.
Como yo era tan testaruda, y necesitaba saberlo, intenté empujarlos pero al hacerlo me gritaron:
- ¿¡qué haces, niña?!
Con el rabillo del ojo, vi a Lucifer quien estaba siendo esposado por un policía mientras que Chloe le apuntaba con el pistola.
- Debo entrar.- añadí enfurecida.
Entonces, uno de los dos policías me cogió del brazo y me dijo:
- Vete de aquí, esto es una investigación policial.
Tras eso, agarré a los dos policías del brazo y encendí mis ojos en un rojo escarlata mientras les miraba con una mirada embriagadora.
- Apartaos.- fue lo único que necesitaba decir.- y olvidadme.
Ellos se hicieron a un lado, y pasé a toda prisa.
Ahora mismo, me daba igual a quién hubieran matado... necesitaba saber porque habían esposado a Lucifer, él era lo que más me importaba.
Corrí a donde estaba el otro pitufo, quien le sostenía mientras él forcejeaba. Entonces, escuché como Decker le gritaba:
- Lucifer, estate quieto sino quieres que dispare.

Yo me acerqué con fuertes pasos, mientras sentía como mis manos comenzaban a arder.
- ¡Soltadle! ¡Dejad a Lucifer!- mi cara se empañó en lagrimas debido a la impotencia y pude ver como él me observaba.
- ¿¡cómo has entrado?!- fue lo primero que me dijo la inspectora.
Rápidamente hice que mis lágrimas desapareciesen, y le dije con una sarcástica sonrisa:
- He roto una ventana... no te jode.- alcé una ceja. 
- Ady, por favor, sal de aquí.- me insistió Lucifer.

- ¿En serio crees que lo voy a hacer?- rodé los ojos.- No te pienso abandonar, y menos creyendo que tú no eres culpable de lo que te hayan acusado...- no podía ocultar que me preocupaba por él.
- Adela.- respondió Chloe.- ¿podemos hablar en privado?- insistió algo mosqueada.
- Si...- bufé.
Las dos nos dimos la vuelta, y escuchamos pegar un grito al hombre de seguridad haciendo que tanto la inspectora como yo nos diésemos la vuelta. Pero, pude percatarme de que ella la dio a cámara lenta.
Entonces, escuché:
- ¿En qué líos te has metido, Lucy?
- ¿Ahora vas de buenas, Amenadiel?- le respondió Lucifer con ironía.
- Mejor hablemos en otro lugar.- le respondió.
Cuando terminé de darme la vuelta, el efecto ya había pasado y escuché al policía decir:
- Detective, ¡el individuo ha desaparecido!
Me giré fingiendo asombro.
- ¿Cómo se ha podido escapar?- repetía Decker en voz baja sin creer lo que había pasado.
- Chloe, ahora lo importante... es lo que tenías que decirme.
- Si...- seguía todavía en shock.- sígueme.
Andaba tras ella, siguiéndola para poder ver que me tenía que contar.
De repente, se situó delante de una puerta y me preguntó:
- ¿estás lista para lo que vas a ver?
"He visto demasiadas cosas en mi vida como para asustarme para lo que seguro es una tontería."
- Siempre lo estoy.- sonreí irónica.
Ella se acercó a la puerta y la abrió de par en par. Y yo, sin esperarlo me quedé con la boca abierta y sentí como todo mi ser se caía al suelo.
"¿Por qué?"
Fue lo único que me emergió en mis pensamientos.

...

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