Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15

LEER LO QUE PONE EN NEGRITA!!!!
HOLIWIS, SUPERNATURALERS❣️
SIENTO NO HABER PODIDO ACTUALIZAR ANTES; ES QUE HE TENIDO UN PROBLEMA CON LA CONEXIÓN A INTERNET. PERO, YA ESTÁ SOLUCIONADO. Y PARA DISCULPARME POR LA ESPERA, HE DECIDIDO AÑADIRLE UNA PARTE DEL SIGUIENTE CAPÍTULO. Y LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN SERÁ EL JUEVES DE LA SIGUIENTE SEMANA.
SALUDOS❤️
- Ahora tenemos que salir de aquí.- dije decidida.- Maddie, ¿sabes dónde está el escenario del crimen?
- Si...- dijo decaída.- Por desgracia, todos los que estábamos en la universidad lo vimos. Se encuentra en el patio central.
- Vamos, no podemos detenernos más.- añadió Morta, mientras se dirigió hacia la puerta, pero se detuvo en seco para antes de salir; mirar a los dos lados y divisar que nadie venía para descubrirnos.
Cuando vio que nada nos podía detener, nos hizo un gesto a Maddie y a mi con la mano para que saliésemos con la mayor rapidez posible.
Las tres nos dispusimos a andar por un largo y amplio pasillo guiadas por Maddie.
Entonces, la paré en seco y le susurré:
- Explicamos por donde tenemos que echar.
- Hay que seguir dos pasillos rectos y después girar a la derecha.
Yo asentí, y las tres atajamos el primer pasillo. Pero, sin más, comenzamos a escuchar voces provenientes de un lugar muy cercano a nosotras. Entonces, optamos por escondernos por donde primero pudiésemos.
Yo acabé escondiéndome en un diminuto espacio que había entre una columna y las taquillas de los alumnos. Maddie se ocultó detrás de una enorme planta y en cuanto a Morta se adentró en una clase que tenía la puerta entornada.
En ese momento, expiré e intenté tranquilizarme para que no nos descubriesen.
Esas voces se escuchaban cada vez más cercabas, así que rápidamente me tapé la boca para que ningún sonido pudiera delatarme; ni siquiera mi respiración.
Los pasos de esas personas se incrementaban y se hacían más pesados; indicándome que se encontraban más cerca de mi de lo que creía. Sinceramente, sentía que estaban a escasos metros de mi.
La verdad, no escucha en estos momentos ninguna voz. Hasta que después de un cargado suspiro que me hizo estremecerme escuché decir:
- Vamos, inspectora no te frustres por este caso. Entre los dos conseguiremos resolverlo. Porque, con mis cualidades y tú ingenio podremos castigar al culpable.
«¡Lucifer!» gritó mi subconsciente.
Mi corazón comenzó a incrementar sus pulsaciones hasta ser lo único que mi cabeza podía escuchar. Sin poder percatarme de que estarían hablando. Al instante, una enorme opresión en mi pecho se unió a todas las revoluciones hormonales que me estaban sucediendo.
No me podía dejar descubrir. Porque tendría que contarles porque estaba allí o, lo que más me molestaba; tener que mentir a Lucifer, otra vez.
Pero, era imposible. Nunca me habían pillado en todos estos años de espionaje; ¿Por qué me tendrían que descubrir ahora? Aunque lo peor era, ¿por qué me ponía tan nerviosa ahora?
En ese momento, suspiré en voz alta. Lo que me hizo en respuesta abrir los ojos como platos. ¿Por qué estaba tan torpe? ¡¿Qué me estaba pasando?!
«joder, me va a pillar» dije inquieta en mi cabeza.
Él se dio la vuelta, y los ojos de uno se clavaron en los del otro fugazmente.

Lo antes posible, puse mi dedo en la boca indicándole que no dijese nada, para que Chloe no me descubriera.
En ese instante, la inspectora estaba comenzando a girarse. Pero, Lucifer la detuvo cogiéndola del hombro haciendo que volviese a mirar en dirección opuesta a mi.
- Vamos a ver si los forenses tienen nuevas pistas.- le respondió con una amplia sonrisa.
Me ponía enferma ver esa expresión que le sacaba a Lucifer, aunque lo estuviese haciendo por mi para que no me descubriesen.
En realidad, estaba confusa pero ahora no era el momento para pararse a pensar y a reflexionar.
De repente, sentí un calor abrasándome las manos. Cuando me miré, las vi tornándose de un color vivo y amarillento.
En cuanto reaccioné, me puse los guantes ignífugos. Así nadie podría ver cuando a mis manos se les incrementaba la temperatura. Aunque, lo difícil sería ocultar cuando me saliesen unas enormes alas de ángel, o mi piel entera comenzará a cambiar drásticamente de color.
Bajando de mis pensamientos e incertidumbres, salí del escondite. Sin más, puse la Palma de mi mano en el pecho. Al hacerlo sentí como mis pulsaciones iban disminuyendo. Eso, era señal de que me estaba estabilizando.
También, a los pocos segundos, aparecieron Morta y Maddie.
Las tres intercambiamos miradas y continuamos andando. Maddie, iba delante de nosotras guiándonos; mientras Morta se metía en mi mente.
«¿cómo has dejado que te descubran? Tú nunca has sido descuidada y jamás te han descubierto.»
«Lo se, ya te lo explicaré. Es demasiado largo de contar como para decírtelo ahora»
«Está relacionado con eso del Lux, ¿verdad?»
«Completamente»
Salió de mi cabeza y las dos seguimos andando hasta ponernos al lado de Maddie.
[...]
Por fin, se veía a lo lejos un amplio espacio con unas enormes cristaleras atravesadas por los rayos del sol. Y, sin duda, debía de ser la manera de acceder al patio central.
Yo, al ver que estábamos a punto de llegar. Me puse delante de ellas y a paso sigiloso comenzamos a acercarnos.
Debía ser la primera en ver, a que se referían esos policías sobre las torturas que le habían hecho.
Asomé mi cara por la cristalera, pero la retiré rápidamente la ver a policías en la escena del crimen. Por desgracia, no había podido ver nada más. Pero por suerte, no me habían descubierto o eso esperaba.
Le indiqué a Morta con una simple mirada que no podíamos pasar, después se metió en mi cabeza para saber el porqué.
«¿qué pasa?»
«no podemos pasar»
«¿por qué? Si es por los personas que estoy oyendo hablar, no pasa nada. Los mato y ya está. Al fin y al cabo, solo son simples humanos.»
«te recuerdo que nosotras también somos medio humanas, y esas personas solo están trabajando para seguramente alimentar a sus familias. No podemos matarles, ya que no merecen la muerte.»
«después de todo, sigues apiadándote de ellos. Tal vez han cometido algún pecado del cual, merezcan la muerte»

«o tal vez no. No puedes acusar sin tener pruebas»
«¡Ha,Ha! Me lo dice quien dispara antes de preguntar. Según se eres de gatillo fácil.»
«eso era antes, he cambiado Morta. Estoy harta de matar sin tener razón o motivos. Porque puede que todos los inocentes que morían por nuestra culpa no lo merecieran.»
«bueno, prefiero no entrar en debates... ahora lo importante es, ¿cómo entraremos sin levantar sospecha?»
«eso mismo era lo que te iba a preguntar... ¡espera! Tengo una idea»
«¡pues suéltala de una vez!»
«¿qué hora es?»
Al instante, vi como Morta miraba su reloj.
«las once y media»
«¡perfecto! ya tenemos un pase directo a la escena del crimen completamente vacía.»
«explícate, Sherlock»
«porque cuando yo trabajaba tanto de inspectora, como de forense, como de agente de la CÍA o el FBI...»
«Vamos, Barbie... sé que has tenido muchos trabajos después de vivir más de un siglo de vida.»
«Ya lo sé, ¿por qué te pones tan a la defensiva?»
«realmente, yo nunca estoy tan a la defensiva. Lo único es que estoy histérica para que no nos pillen. Porque... ya sabes lo que pasaría. Recuerda, que estamos al margen de la ley y la sociedad. No apareceríamos en la base de datos y comenzarían a investigarnos. Y tú sabes bien, que eso ¡nunca! Debe pasar.»
«Eso lo tengo bien claro, y como te iba contando... están a punto de tener un descanso para ir a comer. Y se marcharan durante una media hora. ¿Te vale el plan?».
«es la única oportunidad que tenemos para ver la escena del crimen, así que si, me vale.»
De repente, unas voces empezaron a resonar en mi oído. Por suerte, mis poderes estaban ahora mismo activados. Lo que me quería indicar que si esto era por Lucifer, él estaba lejos; por lo menos para no interferir en ellos.
Sin más, amplifiqué mi oído hasta llegar a oír una grave voz proveniente del patio:
- Por fin toca el descanso, estoy harto de trabajar. ¿Quién se viene a la cafetería de al lado?
- Yo me apunto, y si queréis invito yo.- respondió una voz femenina.
- No, lo pago yo.- añadió una tercera persona.
- pues, vamos que nos merecemos ese descanso.- finalizó la primera persona que había hablado.
De repente, todo se convirtió en un conjunto de murmullos y y pasos que se dirigieron en dirección opuesta a nosotras.
Cuando el sonido cesó, esperé unos segundos y como todo seguía en completo silencio. Decidí hacerles un gesto con la mano, indicándoles que podíamos pasar.
Al entrar y ver de frente aquella atroz escena, no pude evitar abrir mis ojos de par en par.
«¡no puede ser real!» mi mente no lograba asimilarlo.
Intenté ahogar el grito desgarrador que amenazaba por salir de mi garganta. Mientras retenía las dolorosas y fugaces lágrimas que necesitaban salir de mis ojos.
Allí estaba Lena, colgada por cuatro cuerdas que estaban amarradas a sus extremidades. Pero, eso no era lo más espantoso...
¡Le habían puesto dos enormes alas con plumas negras en la espalda!
Y en cuanto a sus manos, estaban negras; debido a que se las habían quemado. ¿Qué ser podía ser tan miserable como para hacer eso?
No solo tenía lo descrito anteriormente, sino que también, se encontraba con los ojos abiertos e inyectados en sangre. Simulando unos ojos rojos...
Los pies, se encontraban chamuscados al igual que las manos, y el pelo se encontraba envuelto en pintura roja.
En ese instante, con pasos temblorosos e indecisos, me acerqué a ella. Pero, decidí rodearla y mirarle la espalda.
«¡No puede ser!»

Me quedé horrorizada. ¿Tan adentro quería meter a la pobre chica en mi personaje?
Le había metido las alas dentro de la piel. Haciéndole dos enormes rajas a lo largo de la piel. Las cuales, tenían sangre cuajada alrededor.
Pero... había algo que no me cuadraba. ¿Cómo alguien podía saber lo de las alas? Si me paraba a pensarlo. Esto me sucedió anoche, en el ático de Lucifer. Nadie podía saberlo, si ni siquiera lo sabía él... ¿de verdad era posible que alguien lo supiese? Si no se lo había contado ni a Morta.
Entonces, me alejé para poder observar toda la escena a la perfección. Solo en ese instante, pude observar como en la pared de atrás ponía en letras escritas con sangre: "culpable".
Estaba en shock, no podía reaccionar.
Sin más, sentí una helada mano posarse sobre mi hombro. Lo que hizo, sobresaltarme.
Cuando me giré para ver quien era, me topé con una peliazul. Al instante, parpadeé y pude ver con claridad a Morta.
Ella se metió en mi cabeza y me preguntó:
«¿tienes una ligera idea de quién a sido?»
«no, y eso es lo que más me asusta. Pero, lo que más me aterroriza, es que le hayan puesto un par de alas negras. Ya que, eso lo descubrí anoche. ¿Cómo podía saberlo el asesino?»
«Alguien te quiere tender una trampa para que nos descubran. Pero... ¿quién será?»
«ese es nuestro cometido. Encontrar al carbón que está haciendo esto.»
Al salir Morta de mi mente, cogí rápidamente mi móvil e hice innumerables fotos de la escena del crimen. Pero, cuando me dispuse a guardar el móvil, pude observar que había algo emitiendo un destello rojo detrás de un arbusto.
Así que, me acerqué y moví las ramas.
- ¿qué haces Adela?- me preguntó Morta.
- Em... el caso está delante de nuestros ojos no en el arbusto.- dijo confusa ante mi acción.
- Dejadme, que he encontrado algo.- les respondí al instante.
Había una cinta de VHS, la cual, llevaba una joya roja y una cuerda de terciopelo que rodeaban a la cinta. Y justo al lado de la joya se encontraba un trozo de papel doblado.
Las dos se acercaron a mi; y me dijo Maddie:
- Al final si que ha servido de algo el arbusto. ¡Bien! Ahora podremos pillar a ese hijo de puta.
La cogí con las dos manos, y les añadí:
- ¿qué creéis que puede contener la cinta?
- Pues algo sobre el caso...- Morta rodó frustrada los ojos.- abre la carga de una vez.- insistió.
- Voy...- respondí mientras arrancaba el papel y lo abría.
Estaba hecha con trozos de revista, haciéndose similar a un collage.
La carta decía: "¿Recuerdas aquella llamada que te hice cuando estabas en el Lux? Pues... resulta que escuchaste el asesinato, y para tu información lo grabé todo porque esto es por tu culpa, Caelesti.
- ¿quién es Caelesti?- preguntó Maddie algo confusa.
Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo al oír decir eso a Maddie, y una gota de sudor fría cayó por mi nuca.
- No lo sé, también tendremos que averiguarlo.- le añadí.
No le podía decir que era yo, eso era secreto. Ya que, cuando me introduje en la logia juré no desvelar nada a cerca de todo esto, y tampoco sobre mi verdadera identidad.
- ¿y qué tenéis que ver nosotras con esa persona... Caelesti?- añadió Morta para despistar.
- No he oído hablar de nadie que se llame así.- contestó Maddie.
- Ese nombre, es un tanto extraño...- dije dubitativa para no levantar sospechas.- ¿y si es un anagrama y el verdadero nombre se encuentra oculto?- intenté dar largas para que ni siquiera se le pasase por la cabeza que podía ser un apellido.
- ¡Claro! Por eso no podemos descifrarlo.- comentó Morta para desviar la atención.
- Si... todo cuadra.- añadió Maddie.
- Pues ahora toca marcharnos de aquí.- dije mientras me echaba la grabación y la carta con la joya en el bolso.
- Como nos descubran nos llevarán a comisaría.- argumentó Morta para meternos miedo, aunque realmente si nos pillaban podían empapelarnos y estaríamos en verdaderos apuros.
- Yo prefiero no meterme en problemas... mi madre se cabrearía. Y ya me pillaron una vez por posesión de drogas cuando no eran mías.- dijo Maddie.

Mientras salíamos de la escena del crimen, le pregunté a Maddie asombrada por lo que acababa de contarnos:
- ¿en serio?
- si, gracias a un amiguito de tu "amiguito" Lucifer.- si tono sonó irónico.
- Uf, eso tuvo que ser un palo muy gordo.
- No te creas, así aprendí a saber quien me conviene y quien no. Es una manera de entender quien es malo, y quien solo pretende aparentarlo.
De repente, unos pasos comenzaron a sonar. Y cada vez, sonaban se iban acercando más y más, hasta sentir que se encontraban muy cerca de mi. Entonces, sin pararme a pensar nada le dije mentalmente a Morta:
«desaparece, viene alguien»
«eres mi "prima", y no te voy a dejar sola.»
«no te preocupes, no es la primera vez que me pillan en el escenario de un crimen»
«¿¡qué!? Deberíamos hablar a cerca de proteger el secreto de la logia»
«bueno, ya hablaremos... ahora lo importante es que no te pillen sino estarás en serios apuros»
«vale... pero la próxima vez seré yo quien te salve el culo, ya que soy más vieja que tú»
«vale, pero déjate de historias y vete»
«adiós»
Morta, comenzó a correr y Maddie dijo histérica:
- pero... ¿por qué se va? Nos deja solas.
- No... es que tiene miedo a las autoridades. ¿Sabes? Y le da por vomitar en situaciones de estrés. No te preocupes, ella ya saldrá por su cuenta.
- Vale... yo lo digo porque con es tu prima...
- Oh, si. Pero es muy independiente.— hago una pausa y la cojo del brazo.- Ahora tenemos que salir de aquí.
Giré y fui en dirección a la que se marcharon los agentes.
- Hey, vosotras.- dijo una voz ronca.
Nosotras nos detuvimos en seco.
Entonces, le comenté a Maddie:
- No te preocupes, déjame hablar a mi.
- Nos han pillado... y si nos empapelan y mi madre se entera... ¡me mata!
- No va a pasar nada.
Unos pasos comenzaron a sonar cada vez más cerca de nosotras hasta sentir que esa persona se encontraba justo detrás de nosotras.
Maddie y yo intercambiamos miradas; e instintivamente, nos dimos la vuelta.
Había un inspector de policía, el cual, me sonaba de haberle visto en algún sitio. Era moreno, con los ojos verdes.
- ¿quién es usted?- cuestioné intrigada.
- Eso debería decirlo yo.- añadió el moreno.- ¿qué hacen dos chicas en la escena del crimen?
Maddie estaba al borde de ponerse a llorar y entrar en estado de histeria. Así que, decidí salvar la situación.
- es que nos quedamos en el aseo maquillándonos.- dije con una tonta e inocente risa de adolescente.
- Eso no puede ser, los agentes ya revisaron el aseo y no había nadie.- respondió rebatiendo y dejándome sin argumentos.
Pero, por suerte. Logré reaccionar rápidamente y volver a estar con ventaja.
- Oh,- hice que mi tono sonase despistado y el cual, pudiese entender Maddie para seguirme el rollo.
- ¡Claro!- consiguió seguirme el rollo, para poder llevar a cabo el plan B.
- Fue cuando nos quedamos en clase de parapsicología para poder terminar el trabajo, y después acabamos yendo al baño para poder retocarnos.
- Bueno...- argumentó el chico que no dejaba de mirarme fijamente con cara enigmática.- Espera... ¡tú eres Adela!
Al instante de escuchar eso, mi corazón comenzó a incrementar su ritmo. ¿Cómo sabía quién era yo?
- Un Segundo...- no lograba reaccionar de que me conocía.- tengo un duda... ¿nos hemos visto alguna vez?
- Si, un día mientras ibas con un montón de maletas; me preguntaste por dónde se iba al Rodeo Drive.
- Así que tú eras aquel hombre...- añadí cayendo en la cuenta.- pero... yo no recuerdo haberte dicho mi nombre. ¿Cómo es que lo sabes?
- Me lo dijo la inspectora Decker.

- Ah, Chloe.- mi tono de voz sonó forzado al igual que mi sonrisa.- claro, ya sé quien te lo contó. Aunque, sigo sin saber de que la conoces.
- Es mi ex- mujer, estamos separados.
- Lo siento...- me puse cabizbaja.
- Oh, no te preocupes.- Nos coge a las dos del brazo.- tengo que sacaros de aquí.
- Una cosa,- me paré en seco.- no nos empapelarás, ¿verdad? Es que a mi amiga no le haría mucha gracia, que después de no haber tenido la culpa de habernos quedado aquí nos empapeléis.
- No lo voy a hacer. Ya que, según Chloe y Lucifer has servido de ayuda a la policía en alguna investigación.
- Ay, muchas gracias.- esbocé una sonrisa.
Las dos junto a este chico, nos dirigimos a la entrada y cuando llegamos sobrepasamos la línea policial agachándonos.
- Si queréis podéis ir al psicólogo de la policía que está al lado de la ambulancia.
- Claro, y gracias.- intercambiamos sonrisas.
En ese instante, vi como Maddie se iba alejando introduciéndose en el gentío. Entonces, le dije a él mientras le miraba con mis ojos estallando en rojo:
- olvida nuestra conversación. Lo que hiciste fue interrogarnos ya que éramos amigas de la víctima y por eso salimos tan tarde. Después te caímos bien; y hablamos sobre cómo nos conocíamos y finalmente, nos despedimos y me dijiste tu nombre.
Al instante, le solté y mis ojos volvieron a la normalidad. Sin más, sacudió la cabeza y me respondió:
- Por cierto, me llamo Dan.
- Claro, encantada Dan.- le concluí mientras me mezclaba entre el gentío buscando a Maddie.
De repente, la vi parada en la puerta de la ambulancia.
Me acerqué a ella, y seguidamente pude ver a Morta aparecer entre toda esa gente y acercarse a nosotras.
- ¿Estáis bien? Os he visto salir por la puerta grande.- añadió Morta algo nerviosa por eso.
- Si, un policía nos pilló.- rodé los ojos.- pero, está todo solucionado.- le indiqué.- es de los míos.
Ella arqueó una ceja y se cruzó de brazos.
- Ya te explicaré.
- ¿y ahora que hacemos?- preguntó Maddie.
- Tú vete a casa y descansa. Si tenemos algo te avisaremos, ya que ahora vamos a descansar y seguramente tenga que ir a hablar con la policía, y creo que eso no te hace mucha gracia.
- La verdad es que no.- Ella se despide de nosotras.- ya hablaremos por mensaje.

- Claro.- concluí la conversación intentando esbozar una sonrisa.

Ella desapareció entre ese montón de estudiantes que habían. Todos estaban histéricos hablando con la policía o los psicólogos. Querían respuestas, y era normal. Porque estas cosas no sucedían con frecuencia, o más bien, eran casi imposibles de suceder.
Lo más impactante, era que una noche antes había escuchado como la mataban... Todo fue real, y yo pensaba que era una simple broma telefónica... aquellos gritos de dolor, el sonido de la sangre goteando, las llamas de fuego sonando y el "vete al infierno". Si me hubiese dado cuenta... ahora sabía que debía alejarme de Lucifer, ya que al ser la persona que más me importaba debía ser el siguiente, y eso nunca podría permitirlo.
- Adifa, en serio. ¿Qué está pasando? ¿Y que me escondes, o más bien, a quién?- la voz de Morta sonó preocupada y enfadada.
- Es Lucifer...- suspiré.- el chico con el que me junto. Él me importa muchísimo. Es por el por lo que me he distraído y despistado. Él es la razón de todo, y el jefe del Lux. Bueno, también es el consejero civil de la policía y trabaja con la inspectora Decker.- rodé los ojos.- ¿algo más que quieras saber?
- ¿quién era la chica? ¿Y a que sé refería con que escuchaste su muerte?
- Ella era Lena, una compañera de clase. Y en cuanto a lo Segundo, estaba en el Lux con Lucifer y pensaba que aquella llamada era una tomadura de pelo. ¿Qué iba a saber yo?
- Sabes perfectamente, que siempre nos andamos con pocas bromas. Y en nuestro mundo, todo es real.- hizo una pausa.- Y no te puedes encaprichar por un mortal y que los sentimientos te dominen. A todo esto, ¿por qué se llama Lucifer?
- Él dice ser el diablo.- añadí cabizbaja.- pero es imposible, yo no puedo amar al diablo.- susurré.
- Ady... estamos en un serio aprieto. Debemos llegar al fondo de esta situación.
- No puedo, presiento que el será el siguiente. Y no estoy dispuesta a perderlo. Por eso, debo alejarme de él.
- ¿te vas dando cuenta de por que las misiones son de poca duración?
- Si... me voy dando cuenta.
- Es para que no te enamores de nadie, y tú, lo estás haciendo.- indicó.
- Si...- mi mirada se desvió. Y de repente, mi corazón se paró. ¡Lucifer estaba saliendo del edificio atravesando la línea policial!
Mis ojos se abrieron como dos platos, y en consecuencia, mi respiración se entrecortó. Al instante, pude notar como nuestras miradas se cruzaban.

- Debo irme.- le dije a Morta.
- ¿Por qué?- me respondió.
- Viene el rey de Roma.- le comenté.
- Tienes que hablar con él.- añadió.

- ¿Por qué? Si quiero alejarme lo mejor será que me marche.
- ¡esa no es la solución!
- ¿entonces cuál es?- me crucé de brazos.
- Tienes que llegar a odiarle, puedes hacerlo peleándote con él. Y el momento adecuado es este.
Yo no pude evitar derramar una lágrima de dolor.
- No puedo odiarlo, tú nunca lo entenderías.
- Ady, lo superarás.
- ¡No puedo!- le grité.
- ¿Por qué?
- Porque le amo como nunca he podido amar a nadie en mis tantísimos años.
- Bueno... por ahí viene, os dejo solos. Adiós.- Morta se despidió y desapareció.
Al instante, me giré. Y mi corazón se paró a consecuencia de quien tenía delante de mis ojos.
Él con su traje negro, su olor a tan varonil con una mezcla de aroma a tabaco y alcohol... me miraba detenidamente con sus oscuros y penetrantes ojos.
- Lucifer...- mi tono sonó completamente roto.

- Ady...- dijo mirándome con un cierto anhelo mientras esbozaba una sincera y triste sonrisa.

Él sin más, para romper esta situación tan incomoda que se había formado se lanzó a mis brazos y me abrazó con todas sus fuerzas.
En ese momento, sentí como un peso se esfumaba de mi interior; haciendo que mi única preocupación fuese no separarme de él.
- Lucifer, te he hachado de menos. No debí haberme marchado así de tu penthouse.- le argumenté sinceramente.
Siempre te digo que yo dejo huella en las mujeres.- si tono sonaba apacible, intentado hacerme reír para que ninguno de los dos acabásemos llorando.
Yo esbocé una sonrisa, y sin más, una dulce risilla salió de mi.
Los dos nos separamos y le conté:
- Lucifer, el otro día me pasé. Después de que tú conmigo siempre has sido todo un caballero y has sido tan bueno conmigo... y yo he sido tan egoísta sólo pensando en mi... como todas tus amantes.- una lágrima amenazaba con salir de mis ojos.- pero yo no soy así Lucifer... yo, solo pretendo protegerte.- le puse mi gélida mano en su cálida mejilla.
Él quitó mi mano y la envolvió en las suyas para calentarla.
- Recuerda que soy el diablo, no debes protegerme. Yo puedo solo, y aunque esté teniendo unos problemas de inmortalidad no te preocupes ya lo solucionaré.- sus ojos me miraban completamente cristalinos haciendo que mis pulsaciones se incrementaran.
- Y... ¿sabes qué te produce esa mortalidad?- le pregunté.
- Si, pero no es un que; sino un quien.
- Entonces... ¿quién es?- le miré intrigada.
Él suspiró y me cogió fuertemente de las dos manos, mientras acercaba su cara a la mía.
- Eres tú.

...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro