Capítulo 10
HOLA SUPERNATURALERS❣️
BIENVENIDOS DE NUEVO A LA SIGUIENTE PARTE DE LA NOVELA. ESPERO QUR LES GUSTE.
*Spoiler*
ME GUSTARÍA DESVELARLES QUE EN LOS DOS SIGUIENTES CAPÍTULOS NUESTRA PROTAGONISTA ESTARÁ "COLABORANDO CON LA POLICIA", Y LAS ESCENAS ENTRE ELLA Y LUCIFER EMPEZARÁN A IR UN POCO MÁS. AUNQUE TODAVÍA QUEDA UN LARGO CAMINO QUE RECORRER.
*Termina el spoiler*
BUENO, AQUÍ SE DESPIDE LA AUTORA. UPS, POR CIERTO LA PRÓXIMA PUBLICACIÓN SERÁ EL SÁBADO SIGUIENTE.
SALUDOS❤️
Sin más, me fijé en que sostenía algo en sus manos; y me dijo algo sorprendida:
- Hola, humana. Así que esto es tuyo.- me dio el vestido azul que llevaba la otra noche.
- ¿Cómo... tienes el vestido?- le pregunté intrigada, hasta que caí en la cuenta.
- Te lo dejaste en casa de Lucifer, y al subir a su penthouse me lo encontré encima de la mesa, pero como al lado había una dirección decidí ver de quién era, y si no me caía bien la humana... pues me lo quedaría. Pero, como eres tú te lo doy.
- Gracias, Maze.- le respondí cogiendo el vestido.- entonces, mientras no mirada. Como tras la puerta había un depositado de paraguas, saqué el arma y la dejé caer suavemente por el interior de un paraguas sin llegar a hacer ruido.
- Bonita casa, humana.- añadió tocando todo lo que veía a su paso.
- Bueno, cuando me mudé estaba ya así. Y, no me llames humana, por favor, prefiero que me llames Ady, me gusta que me llamen por mi apodo.
- ¿Como te llama Lucifer?- preguntó algo indignada.
- Bueno, ese es mi nombre. Y él más bien me dice "universitaria" o "diablilla". Supongo que serán cosas de él.- en el fondo me encantaba que Lucifer me llamara así.
- Lucifer...- rodó los ojos.
- ¿No erais muy amigos o algo parecido?- le cuestioné.
Maze se comenzó a reír de manera sarcástica dándome a entender que algo pasaba entre ellos.
- Más bien es una relación de demonios.- se limitó a bufar.
«¡Demonios!»
Seguía sin entender que si era un ser del averno realmente, ¿por qué no le daba miedo admitirlo y lo decía con tanta tranquilidad?
- no te preocupes, las cosas se arreglan. Solo tiene que entrar en razón.
- Lucifer nunca entrará en razón. Lleva desde... siempre sin hacerlo.
Ella se calló y sucedió un incómodo silencio. El cual, usé para cambiar el tema de conversación.
- Maze, ¿después iras al Lux?
- Pues claro, tengo que trabajar.- retomó su tono de siempre algo malhumorado y sarcástico.
- ¿Qué te parece si te quedas y después nos vamos juntas? Podemos hacer tarde de amigas.
- Pues vale.- dijo lamiéndose el labio.
- No mal interpretes mis palabras. Una tarde de amigas trata de hablar, ver películas, comer palomitas...lo normal. ¿Nunca has hecho una?
- No, nunca he tenido amigos humanos.- se cruzó de brazos.
- Pues ya es hora. Yo no es que tenga muchos, pero los que tengo son de confianza.
- ¿Confías en otros humanos?- preguntó totalmente sorprendida por mi aclaración.
- Pues claro, pero todos no somos de fiar. Yo te doy mi palabra que de no soy mala persona, puedes confiar en mi.
- Vale... Ady.- respondió Maze.
- Oh, un segundo. Ya vuelvo.- le platiqué mientras me levantaba del sofá e iba a La Cocina.
Cogí una bolsa de palomitas que había en una estantería y la metí en el microondas.
Estaba esperando, impaciente a que sonara el microondas.
[...]
Al instante, comenzó a invadir mis odios el dulce sonido de las palomitas y ese olor tan reconocible de que se estaban cocinando.
De repente, sonó el pitido. Metí mis manos al microondas con cuidado de no quemarme. Y, cogí un cuenco. Me dirigí a abrir la bolsa y la vertí sobre el bol. Sin más, fui corriendo con el cuenco en las manos y llegué a la sala de estar, pero Maze no estaba.
- ¿Maze?- grité desde donde estaba.
De repente escuché unos pasos, y me volteé.
- ¿Qué pasa, amiga?- argumentó.
Me dio tal susto que di un brinco en respuesta a mis impulsos y la mayoría de las palomitas quedaron esparcidas por todo suelo.
- lo siento, he hecho que se caigan todas.- dijo Maze entre dientes.
- oh, no te preocupes. Ha sido mi culpa por haberlas tirado.
En ese momento las recogí todas.
- ahora las tendré que tirar.- le respondí.
- Que dices, eso todavía se puede comer.- parecía muy convencida.
- Bueno... si tú lo dices.
Las dos nos sentamos y encendí la tele.
- ¿Qué película es?- me preguntó.
- Titanic, ¿la has visto?
- No.- añadió tajante.
Yo me quedé un poco sorprendida ante su respuesta.
- te encantará.- le argumenté con cara de felicidad.
- Como sea tan cursi como tú, creo que me darán arcadas.- en ese momento, se metió los dedos en la garganta para decir todas las arcadas que le podían dar.
- Tampoco soy tan cursi...- puse mis ojos en blanco.
- Si piensas eso...- me respondió riéndose.
[...]
Íbamos por la mitad de la película, y Maze estaba muy pendiente de ver cómo continuaba. Luego decía que la cursi era yo...
Sin más, mi móvil sonó. Entonces, miré quien era la persona que me estaba llamado. Cuando lo vi, me quedé en blanco. Era Maddie, ¿qué querría?
- disculpa, Maze.- dije levantándome del sofá y saliendo para quedarme en el pasillo.
Mientras estaba en el pasillo, respondí a la llamada.
- ¿Qué quieres?- mi tono sonaba más frío que de costumbre.
- Estas molesta por no haberte saludado en la fiesta, ¿verdad?
- No, si quieres.- en ese momento, comencé a enfadarme.- ¿qué querías?
- Ey ya, que vengo a disculparme.
- Lo primero, ¿cómo entraste en la fiesta?- le pregunté sin dar rodeos.
- Estaba esperando, y como no venías y hacía frío pues pasé. Vi a unas chicas subiendo en el ascensor y decidí subir yo también y como nadie te decía que podías o no entrar pues me quedé, eso quería contarte.- dijo algo molesta porque me hubiese enfadado.
- Em, ¿así me quieres pedir disculpas?- le respondí algo más relajada, pero si me paraba a pensarlo ahí la culpa no era de nadie, así que reflexioné.- bueno... tienes razón, nadie tiene la culpa. ¿Una tregua?- prefería no meterme en peleas porque sería mejor que nadie me investigara, sino podría estar metida en un gran marrón.
- Pues claro, ¿quedamos para ir mañana juntas a la universidad? Es que hoy no voy al Lux porque tengo que estudiar, sino mis padres se van a enfadar.
- Claro.- le dije riéndome.- por cierto, ¿sabes algo de Lena?- le pregunté preocupada.
- Ni idea, llevo sin verla desde el viernes y la llamé el sábado para ver si venía al Lux, pero saltaba el buzón de voz.
- A mi me pasó lo mismo... supongo que mañana vendrá a la uni. A lo mejor le han quitado el móvil sus padres.
- Supongo, o que a lo mejor está mala.
- Si, seguro que es eso.- le añadí decidida.
- Pues, hasta mañana que como me pille mi madre con el movil, estaré castigada el resto de mi vida y no quiero ir al Lux cuando sea una viejecita.- concluyó riéndose.
- Claro, adiós.- le seguí la risa.
Entonces colgué y seguidamente, suspiré.
- ¿Esa es tu amiga? ¿Quieres que la raje?- escuché una voz tras de mi.
Al darme la vuelta, observé que quien hablaba era Maze.
- No hace falta. Y si, es mi amiga. Lo que pasa que tuvimos un malentendido, pero ya lo hemos solucionado.
- Ah, pues mejor. - en ese mismo momento nos sentamos de nuevo en el sofá y seguimos comiendo palomitas.
[...]
De repente, terminó la película y yo terminé llorando. Vale, algo blanda y melancólica era. Después de todo, ¡tenía sentimientos! Que fuese un ser sobrenatural no quitaba esa faceta de mi.
También me fijé en que a Maze le había afectado un poco la película, ya que tenía los ojos empañados en lágrimas.
- Luego me dices que la cursi soy yo.- le comenté llorando levemente.
- Yo no estoy llorando.- dijo riéndose pero con los ojos llorosos.
Miré el reloj que había al lado del cuadro y ¡eran las once!
- ¡No puede ser!- grité sorprendida mientras daba un enorme salto del sofá.
- ¿Qué pasa?
- ¡Tengo que estar a las once y cuarto! Quedé con Lucifer esta noche, aunque no aclaramos hora pero siempre suelo ir sobre la misma. Voy corriendo a cambiarme y bajo.
- ¿Has quedado con Lucifer?- arqueó una ceja.- Pues, si puedes aligerar que llegue a tiempo, que también me apetece reírme un rato.- me dijo Maze.
Yo rodé los ojos, y suspiré. Entonces, subí corriendo a mi cuarto.
[...]
Cuando terminé de arreglarme. Bajé a toda prisa las escaleras. Me había puesto una chaqueta de cuero, y un vestido de color negro que me llegaba por las rodillas.
En mi mano llevaba un bolso de mano dorado con detalles en negro y alguna que otra pulsera. Lo que nunca faltaba en mi look era mi anillo con un rubí, en el cual estaba grabada la frase: "ibi semper sunt alia via"
En cuanto a los zapatos, me incorporé unos de plataforma dorados hechos de piel, claro, sintética. No pensaba matar a ningún animal para vestirme. Mi pelo era completamente rizado, aunque más bien eran unas ondas en vez de rizos. Y mi maquillaje no estaba bastante cargado, lo había dejado lo más sencillo posible con únicamente raya del ojo negra y pinta labios rosa chicle.
- ¿Cómo voy Maze para ver a Lucifer?- le pregunté dando una vuelta para que me viese por completo.
- ¿Te gusta Lucifer?- me cuestionó con una risa.
- ¿¡Qué!?- dije riéndome para que no sospechase la verdad.- solo es un amigo, pero aunque solo sea un amigo hay que ir bien vestida.
- ¿De verdad no te acostarías con él?- me platicó dudando de lo que le contaba.
- No es mi tipo, me gustan los hombres con ojos verdes.- le respondí lo primero que me vino a la cabeza.- y a parte es muy mujeriego y me enfada muchísimo que esté siempre rodeado de mujeres.
- Pues yo diría que si te molesta que esté con chicas es porque te gustaría estar en el lugar de esas chicas.- me indicó.
- ¡Qué no!-le di un golpe en el hombro, mientras me ponía completamente roja.- Somos solo amigos y ya está.- lo dejé claro.- y de todas maneras hay chicos más guapos en Los Angeles.
- Ah, que ya le has echado el ojo a alguno.- comenzó a reírse de mi.
- Puede ser...- dije pensando sola y completamente en Lucifer.- bueno, dejemos al lado lo que siento por algún chico, y vayamos al Lux.
Al terminar la conversación, las dos nos dirigimos a la entrada de mi casa y salimos. Fuera, fuimos a donde estaba el coche y, finalmente nos subimos.
- menuda amiga tengo, tiene un deportivo y todo.- dijo mientras admiraba el coche.
- Si quieres algún día te lo dejo.- le respondí.
- ¿En serio? Que amiga tengo.- concluyó dándome un abrazo.
- De nada, Maze.
Después de eso, arranqué el coche y en unos pocos minutos llegamos al Lux.
Entonces, fui al parking y aparqué.
Las dos salimos del coche y nos dirigimos a la entrada subterránea del Lux.
Subimos unas escaleras y me dijo Maze, a la cual, no escuchaba por el ruido que desprendía el local:
- yo me tengo que ir a la barra a servir.
- De acuerdo, adiós Maze.- respondí mientras se iba a la barra a preparar licores y cualquier otra bebida alcohólica.
De repente, observé a un montón de chicas con ropa interior, y a lo lejos a Lucifer sentado en un sofá de esos junto con ¡un cura! y la inspectora. Me acerqué a Lucifer. Cuando me encontré cara a cara con él, se le notó como sus ojos comenzaron a ponerse cristalinos con solo mirarme.
- hey, diablilla. A ti te estaba esperando.
- Buenas noches.- dije siendo educada con los que habían junto a Lucifer.
Ellos me devolvieron el saludo, y sin más, mi mirada se dirigió a Lucifer.
Entonces, me fijé en que no habían más sitios para sentarme al lado de Lucifer. Después de deliberar interiormente, decidí sentarme encima de él, concretamente sobre sus piernas.
- Hola, Lucifer.- le susurré al oído debido al extremo ruido que había allí.- ¿qué te estás montando aquí?
- Oh, esto no es para mí. Es para el padre.
Mi mirada se fue al cura y me quedé sorprendida.
- que fuerte...- le respondí anonadada.- Por cierto, esto tiene que ver con un caso ¿verdad? Lo digo porque está la inspectora.
- por cierto, antes que nada. Quería decirte que estás preciosa.- su sonrisa se volvió dulce y sincera.- y en cuanto a tu pregunta, si es un caso. Resulta que unos enmascarados quieren matar al padre.
Cuando me dijo eso, me quedé estupefacta. ¿De verdad le parecía preciosa? No evité que mis mejillas se tornasen en un color rojo.
- gracias.- dije algo nerviosa. Y después, preferí dejar el tema de lado para no darle más vueltas y seguir con el curso de la conversación.- de ¡¿En serio!? ¡Qué fuerte y emocionante es tu vida!- esbocé una sonrisa que me devolvió al segundo e hizo que una corriente eléctrica se metiera dentro de mi.
- Lo sé.- concluyó mientras me miraba pícaramente.
En ese momento, eché mi brazo por su cuello, y él en respuesta pasó el suyo por mi cintura. Sin más, un gemido involuntario salió por mi boca. Que por suerte, él no oyó.
Sentía como su cálida mano se posiciona a sobre mi y me envolvía completamente, haciendo que una sensación de seguridad y vulnerabilidad me recorriera el cuerpo. Me sentía a gusto, pero a la vez un poco excitada porque él me estuviera simplemente rozando. Parecía muy cría, porque por el simple hecho de que su mano tocase mi cuerpo me excitase. Pero, lo que sentía por él nunca lo había sentido por nadie más. Después, se unieron un cúmulo de escalofríos que me sacaban una tonta sonrisa y mis mofletes se sonrojaban ante el estímulo.
Me encantaba todo lo que sentía al estar cerca de él. Era inexplicable, el estar enamorada... me hacía sentirme como si nada ni nadie pudiese hacerme daño. Excepto, el hecho de poder perderle a él.
Al instante, me recosté sobre él apoyando mi cabeza en su hombro para poder relajarme y disfrutar el momento.
- Lucifer, cuando se acabe ese espectáculo me lo dices que no me apetece verlo.- le susurré plácidamente.
- Pues tú te lo pierdes diablilla.- se limitó a sonreírme.
- Si eso es lo que quiero.- le concluí uniéndome a la risa.
En ese momento, cerré los ojos, y solo escuchaba su respiración y mis latidos incrementarse poco a poco. Lo que más me impregna era su olor entre a alcohol, tabaco y colonia varonil. Él conseguía sacar cosas de mi, que ni siquiera sabía que podía sentir.
- diablilla, ya ha terminado.- escuché su voz resonar en mis oídos, haciendo que me mordiera el labio inferior.
Entonces, me despegué de su hombro haciendo un esfuerzo, ya que me gustaría haberme quedado ahí un rato más, o simplemente, toda la noche.
- ¿¡Eh, ya!?- me quedé algo molesta de que hubiese finalizado tan rápido.
- ¿Estabas cómoda?- puso su cara de granuja.
- La verdad es que si, llevo tiempo sin dormir bien.- respondí bromeándole.
- Pero... si las últimas noches las has pasado en mi cama.- arqueó una ceja y puso media sonrisa en su perfecta boca.
Cuando mi mirada se dirigió al padre y a la inspectora, me fijé en que los dos estaban asombrados y sin palabras.
- no hicimos nada, sólo fue que me desmayé unas noches, nada del otro mundo. - aclaré las cosas para que no pensaran mal. Aunque, a mi me hubiese gustado estar ahí para otras cosas...
- Bueno, de momento diablilla.- dijo arqueando las cejas.
Yo me limité a reírme y a dejar mis ojos en blanco mientras me levantaba. Cuanto menos supiera lo que de verdad me gustaba, mejor. Porque... ¿de verdad soportaría si no es el diablo de perderle cuando el fuese viejo y yo siguiese la misma edad? Era algo que no quería descubrir. Me importaba demasiado él para perderle delante de mis ojos, o porque simplemente la logia le descubriese y le jodiesen la vida... él era el único que me importaba tanto como para protegerle hasta con mi vida.
- Bueno, Lucifer. ¿Te animas a una copa de whisky?
- Ahí está mi diablilla. Tan lanzada como siempre.
Yo me quedé algo impactada por la acusación ya que él nunca me había dicho que era lanzada, más bien reservada.
- Bueno, pequeño diablo...- respondí acercándome a él y pasé mis manos por su cuello para darle un fuerte abrazo que tanto anhelaba.
Cuando me disponía a hacerlo, algo comenzó a vibrar en mi bolsillo. Hice el inmenso esfuerzo de despegarme de Lucifer. Entonces, saqué de mi bolsillo lo que vibraba y era mi móvil. Entonces, miré quién era. Pero, era imposible de saberlo ya que ponía nuestro oculto.
- Oh,- cogí la llamada.- discúlpame un segundo, Lucifer.
Me alejé de él, y salí a fuera del local ya que me daba muy mala espina lo del número oculto. Al cogerlo, pregunté decidida y sin rodeos:
- ¿Quién eres? Quiero respuestas.
Unas respiraciones sonaron hasta que una voz grave y distorsionada dijo:
- Soy tu peor pesadilla, ¿estás lista para vivirla?
...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro