✦𝓢𝓽𝓪𝔂, 𝓼𝓽𝓪𝔂, 𝓼𝓽𝓪𝔂¸*
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Estoy seguro de que anoche casi terminamos, lancé mi teléfono a través de la habitación hacia ti.
Estaba esperando algún giro dramático pero... te quedaste.
Esta mañana dije que deberíamos hablar sobre esto, porque leí que nunca se debe dejar una pelea sin resolver, fue entonces cuando entraste... y dijiste "esta bien, hablemos", y yo dije: Quédate quédate quédate.
He estado amándote desde hace mucho tiempo, tiempo, tiempo.
Crees que es gracioso cuando estoy
loco, loco, loco. Pero creo que es mejor que nos quedemos los dos.
Antes de ti solo había salido con los autocomplacientes, quienes cargaban todos sus problemas en mí, pero tú llevas mis compras y ahora siempre me río, y te amo porque no me has dado otra opción que: Quédate, quédate, quédate...
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La luz del sol entra por su ventana, golpeando en su rostro, haciendo que despierte, abriendo los ojos lentamente tratando de adaptarse a dicha luz.
Se sentó lentamente en la cama, buscando con la mirada a su pareja, frunciendo el ceño cuando no lo encontró a su lado ni una señal de él.
Buscó su celular en su mesita de noche, bufando cuando el recuerdo de haberlo aventado la noche anterior, así que se levantó y fue a buscarlo, para llamarle a su novio.
Louis se sentía mal por su actitud en su cita de ayer, sus inseguridades y celos habían hecho que arruinará la cita que Harry había preparado para ellos.
- Dios. - suspiró arrepentido, recogiendo el celular del suelo. - Harry debe odiar. - susurró triste, debatiéndose en si debía o no llamarle al alfa.
Pero antes de tomar una decisión la puerta de su departamento se abrió y de inmediato el aroma fuerte de Harry se hizo presente, haciéndolo sonreír.
- Oh. - dijo Harry algo sorprendido de ver al omega despierto, escondiendo algo detrás de su espalda.
Louis sonrió, soltando una risa al notar que el alfa traía un ramo de flores, que falló en ocultar detrás de su espalda.
- Crei que estarías dormido. - habló el alfa nervioso, acercándose al castaño.
- Bueno, yo creí que cuando despertará tú estarías a mi lado. - respondió Louis sin borrar su sonrisa.
- Me hubiera encantado, pero tenía que salir a comprar el desayuno y este hermoso detalle para mi omega. - dijo Harry sonriendo, entregándole el ramo al omega.
Louis sonrió en grande tomando el ramo entre sus manos, oliendolas de forma instintiva soltando un suspirando enamorado.
- ¿Te gustan? - preguntó Harry inseguro tomando la cintura del omega.
- Son hermosas. - susurró en respuesta, mirando al alfa.
Harry sonrió orgulloso dándole un beso en la frente.
- Alfa. - llamó el omega tímido. - ¿Podemos hablar de lo de ayer? - preguntó.
- Está bien, hablemos. - asintió el rizado seguro. - Podemos hacerlo mientras desayunamos. - propuso con una sonrisa.
Louis asintió, dejando que el alfa lo guíe a la pequeña mesa que tenía, para desayunar.
- ¿Y de qué quieres hablar exactamente? - preguntó Harry, tomando la comida que traía en las bolsas telas, mirando encantado como el omega estaba fascinado con sus rosas.
Louis dejó las rosas en la mesa y se acercó al rizado y lo abrazó de inmediato, llenándose de su aroma, sintiéndose completamente seguro entre sus brazos.
- Quédate. Quédate conmigo, por favor. - rogó el castaño dándole un pequeño beso en su pecho.
- ¿Qué te hace pensar que no lo haría? - preguntó el alfa besando su cabeza.
Louis alzó la mirada, sonriendo hacia su pareja antes de responder, encontrándose con los ojos verdes que tanto le encantaban desde el primer día.
- Porque arruine nuestra cita de ayer, por ser un dramático, inseguro y celoso. Cualquier persona, me dejaría sin dudarlo después de lo que te hice pasar ayer. - respondió torciendo sus labios.
- No cualquiera puede tener a Louis Tomlinson en su vida. - dijo Harry tranquilo, acariciando la espalda del omega.
- ¿Realmente quieres seguir conmigo? - preguntó Louis inseguro.
- Mi rey, voy a estar en tu vida hasta el día en que tú me lo permitas. Estar a tu lado es lo único que quiero. - respondió el alfa sonriéndole, mostrando sus hoyuelos en sus mejillas.
- Te amo. - suspiro Louis con una sonrisa. - No puedo creer que sigas amándome, después de que me comporte como un loco. - dijo riendo.
- Siempre te amaré, estés del humor que sea. - dijo Harry sin dejar de mirarlo tiernamente. - Además, eres graciosamente tierno cuando estás molesto. - opino riendo igual.
- Cállate, no lo soy. - se quejó el castaño dándole un pequeño golpe en el pecho, haciendo un lindo puchero y frunciendo el ceño, luciendo más adorable que molesto ante los ojos del alfa.
- Si. - insiste el rizado divertido por la actitud de su novio. - Eres como un gatito furioso. - se burló, apretando la naricita del omega.
- Por cosas como esas me molesto. - gruñó Louis tiernamente, con sus mejillas sonrojadas.
- Hazlo, me gusta verte. - continuó el alfa burlándose, sin dejar de acariciarlo y sin dejar de verlo con amor.
- Mejor desayunamos antes de que me veas realmente molesto. - negó Louis separándose de él. - Además, me muero de hambre. - agregó con una sonrisa.
- Lo que mi rey quiera. - respondió el alfa obediente.
Louis soltó un suspiro romántico, mirando con encanto al alfa frente a él, con el pensamiento cruzando en su mente, en que él sin duda le gustaría salir con Harry, porque lleva demasiado tiempo amándose, pero aún pueden hacerlo por mucho más tiempo.
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Louis no sabe en que momento el día pasa tan rápido tan rápido, y en un parpadeo el fin de semana estaba por terminar y ellos debían despedirse para que el alfa regresará a su casa para mañana poder ir a la Universidad, pero el problema es que ninguno quería hacerlo, no quería despedirse, no aún.
- Hazz. - llamó el omega tímido girando su rostro hacia el alfa, que estaba recostado en la cama a su lado.
- Lou. - correspondió al apodo tierno del castaño.
- No quiero que vayas. - confesó mirándolo, casi rogándole con la mirada que se quedará con él esta noche de la misma manera que lo hizo el día anterior.
- Yo tampoco quiero irme, pero... creo que no tenemos opción. - dijo el rizado tomando una de las manos del castaño.
- Me encantaría que pudieras quedarte conmigo todas las noches, no puedo dormir tan bien solo, como lo hago contigo. - confesó Louis tímido por la mirada de su pareja sobre él.
- Ni yo. Tu aroma es lo único que logra que yo pueda conciliar el sueño, en mis noches de insomnio. - confesó Harry igual.
Louis sonrió, sintiéndose demasiado halago y complacido de escuchar algo así.
- No quiero que te vayas hoy ni nunca. - murmuró el castaño acercándose al alfa, para recargar su cabeza en su pecho, escuchando el latir de su corazón.
- No me iré, mi rey. - prometió el rizado en voz baja, abrazando al omega con delicadeza, permitiéndose respirar y llenar sus pulmones con ese dulzón aroma que tanto le fascina.
- Eres espectacular Harry, eres todo lo que pensé que nunca podría tener. - confesó Louis girándose un poco para abrazar al alfa.
- Te mereces lo mejor de este mundo Louis. Quizás yo no pueda dártelo todo lo bueno de este mundo, pero te prometo darte lo mejor de mi. - susurró con sinceridad, tomando una mano de las manos el omega para entrelazar sus meñiques, sellando su promesa.
- Quiero quedarme contigo toda mi vida, Harry. - respondió el castaño escondiendo su rostro en el pecho de su pareja, sonriendo por completo, con sus características arrugas en sus ojitos.
- ¿Sabes lo que implica eso? - preguntó el rizado poniendo su mandíbula sobre la cabeza castaña de su novio.
- Si... - murmuró en voz baja, sonrojándose, agradeciendo que Harry no pudiera verle la cara en esos momentos.
- Eres demasiado bueno como para amarrar tu vida a la de un alfa como yo. - dijo Harry sonriendo un poco.
Louis rió un poco por aquel comentario, cerrando los ojos, sintiéndose aliviado de estar en los brazos de Harry y de sentir su aroma filtrarse en su cuerpo.
- Rey. - llamó el alfa suave, apretandolo un poco contra su cuerpo, para ganar confianza. - Estas últimas semanas hay una idea rondando por mi mente.
- ¿Qué idea? - cuestionó Louis comenzando a sentirse un poco somnoliento, cerrando sus ojos, queriéndose dormir en los brazos del alfa.
Los latidos del corazón de Harry se hicieron un poco más rápido, llegando a los oídos del omega.
- ¿Te gustaría mudarte conmigo? - se atrevió a preguntar el alfa valiente.
Louis abrió sus ojos de golpe al escuchar eso.
- ¿Qué? - dijo un poco desorientado.
- Mudarte. Casi siempre estamos en mi departamento y yo... no sé, solo pensé que sería buena idea, pero tienes que aceptar. - explicó el alfa nervioso.
- ¿Me quieres contigo en casa? - cuestionó Louis sin poder creerlo.
- Me encantaría tenerte. - respondió Harry seguro. - Pero sé que te gusta tu independencia y no quieres depender de ningún alfa, así que no te preocupes por negarte a mi idea. - dijo tranquilo.
- Harry. - habló Louis alzando su mirada del pecho de su novio, para mirarlo a los ojos. - Sé que eres un buen alfa, me respetas a mi, a mis ideales, mis sueños y eso algo que valoro mucho. - dijo subiendo una de sus manos al rostro del alfa.
- ¿Eso es un si? - preguntó Harry riendo un poco.
Louis rió junto con él. - Es un, lo voy a pensar, porque es una buena idea, amor. - comentó el castaño con una sonrisa.
- Genial. - respondió el alfa emocionado con la idea de poder compartir el departamento con su omega. - Sería divertido vivir juntos. - agregó con una pequeña risa, que le encantó al castaño.
- Puedo creerlo. - rió igual el omega, mirando con encanto y emocionado por la risa de su novio.
Harry sonrió orgulloso de ver la risa de su omega y se inclinó un poco para besarlo.
- Has tenido varias oportunidades para irte y dejarme, pero te has quedado en cada una de ellas conmigo. - susurró Louis una vez que sus labios se separaron.
- Tú no me has dado otra opción más que quedarte, mi rey. Dejarte sería el peor error de mi vida. - respondió Harry besando su frente.
- Te amo. - dijo, dirigiendo sus ojos azules hacia los del rizado y sin pensarlo deja que las palabras salgan de sus labios por primera vez dedicadas a su novio. - Mi alfa. - suspiró.
Te tomaste el tiempo para memorizar, mis miedos, mis esperanzas y sueños.
Solo quiero estar contigo todo el tiempo y todas esas veces que no te fuiste, se me ha ocurrido que me gustaría salir contigo toda mi vida.
Quédate y te amaré por bastante tiempo...
Crees que es gracioso cuando estoy loco, loco, loco, pero creo que es mejor que ambos nos quedemos, quedemos, quedemos.
Quédate, quédate, quédate.
Pero creo que es mejor que los dos nos quedemos.
¡Eso es divertido!
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