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✦𝓘𝓽 '𝓼 𝓷𝓲𝓬𝓮 𝓽𝓸 𝓱𝓪𝓿𝓮 𝓪 𝓯𝓻𝓲𝓮𝓷𝓭¸*

Es lindo tener un amigo.
Arriba en el techo, el cielo es rosa.
El Sol se pone, y no hay toque de queda.
Veinte preguntas, decimos la verdad.
Has estado estresado últimamente, sí, yo también.
Algo te dio el valor de tocar mi mano.
Es lindo tener un amigo...

.

.

Mudanza.

El departamento de Louis en los últimos días parece más una bodega de cada apiladas, que un hogar; pero él estaba bien con eso, más porque Harry estaba con él ayudándolo a meter todo en las cajas.

Ellos ahora duermen en un colchón en el suelo, porque en su mente, desarmar la cama primero era una excelente, ya que pensaron que el omega mudándose no debía ser tan tardado, pero ellos se equivocaron un poco en su cálculo.

Pero a pesar de eso y que ahora solo puedan comer comida instantánea o rápido, él no se arrepentía de haber tomado esa decisión tan importante.

Harry estuvo insistiendo con la idea de vivir juntos por más de un mes, y el omega pensó que el alfa y él llevan mucho tiempo juntos.

Y él realmente se puso a hacer cuentas unos días antes de aceptar la propuesta de su novio, y llegó a la conclusión que Harry ha sido su relación más larga, sin contar el desafortunio que fue su ex.

Louis pensó que su tiempo con Harry ha sido tan bueno, que no puede creerlo ni él mismo; no puede creer que esté viviendo algo tan bueno como esa relación, algo tan lindo y arrasador que lo hace sentirse vivo cada día.

- El atardecer es hermoso. - habló Harry, pasando delicadamente sus dedos por cabellos castaños del omega.

Ellos se encuentran en el colchón, con la espalda de Luis recargada en el pecho de Harry, y las piernas del alfa alrededor de la cintura del más bajo, mientras que él está leyendo un libro para su tesis.

- Si, es precioso. - respondió el castaño, quitando sus ojos de su libro, girando un poco su rostro para mirar hacia la ventana.

Harry bajó una de sus manos, que había estado peinando el cabello del omega, para abrazarlo un poco, porque a pesar de que estaban casi encimados, él quiere tener a Louis un poquito más cerca.

- ¿Te falta mucho? - murmuró el rizado en su oído, mirando sobre la cabeza del omega el libro, leyendo un poco igual.

El castaño sonríe y alza su cabeza hacia atrás, para mirar el rostro de su pareja.

- No es como si fuera a terminarlo hoy. - se limitó a responder, guiñando un ojo antes de regresar su mirada de nuevo al libro que estaba entre sus manos.

- Eres muy inteligente y aplicado, puedes hacerlo. - dijo Harry, ahora teniendo sus dos brazos sobre los hombros del omega, abrazándolo de ese modo.

Otra sonrisita se pinto en los labios de Louis, y aunque Harry no pueda verla a la perfección, de alguna manera sabe que lo ha hecho sonreír.

- Si, pero estoy cansado. - habló el castaño cerrando el libro, procurando marcar la página en la que se había quedado, dejándolo a un lado de ellos.

- Has estado muy cansado y estresado últimamente, ¿No? - dijo Harry, mirando como el castaño se giraba un poco, hasta quedar recostado de lado en su pecho, con su carita levantada hacia él.

Y ahora él puede abrazarlo por completo en esa posición con un solo brazo, pero aún así lo sigue abrazando con ambos brazos, pasando las yemas de sus dedos por la piel descubierta de sus brazos, por la camiseta sencilla que lleva puesta.

- Un poco. - susurró Louis acomodándose mejor en el pecho de su novio.

- Si, yo también. - respondió Harry con una pequeña risa al ver al omega bostezar un poco. - Quizás no era el momento para mudarnos. - habló de nuevo. - Me refiero, a que deberías centrar todas tus energías en tu tesis. - se explicó cuando Louis lo miró un poco confundido.

- Estoy bien, alfa. - respondió, sonriendo y relajándose. - No soy de cristal, no voy a romperme por hacer ambas cosas a la vez. Puedo manejarlo. - aseguró.

- Si, pero me gusta protegerte de todo. Hasta de tu estrés. - respondió el alfa besando su cabeza.

Louis se sonrojó al escuchar eso y tan solo se encogió contra el pecho del alfa, tratando de esconder su sonrojo, fallando un poco en la tarea.

- Te amo. - susurró el castaño, moviéndose un poco para recargar su barbilla en el pecho de Harry.

La mirada y rostro del alfa se iluminaron al escuchar aquel tímido susurro.

- Te amo. - repitió el rizado, dejando un beso en la nariz del omega, solo para verlo sonrojarse y ver cómo arrugaba su naricita después del beso.

- Tienes un atardecer hermoso a tu lado y aún así, prefieres ver como me sonrojo por un beso. - acusó el omega, sabiendo a la perfección el porqué de los besos de Harry en su nariz.

- Tú sonrojado, es más precioso que un atardecer. - aseguró el alfa, sin dejar de mirarlo.

Louis rió, marcando las arrugas alrededor de sus ojos.

- ¿Si?, ¿Por qué? - cuestionó con curiosidad la respuesta que podía darle su pareja.

- Todos pueden mirar el atardecer, pero solo yo puedo ver como te sonrojas por un besito en la nariz. - respondió Harry con simpleza y tranquilidad, besándolo de nuevo en la nariz. - Ahí está. - dijo victorioso al ver el sonrojo de Louis y sus ojos zafiros brillantes mirándolo.

- Eres muy tierno. - respondió Louis sin saber qué decir. - Así, es imposible que cualquiera no pueda amarte, Harry. - agregó sonriendo.

- Yo solo quiero que me ames tú. - dijo encogiéndose de hombros.

- Basta. Me matarás de ternura. - reprochó Louis, dándole un pequeño y suave golpe en el pecho a su pareja, con sus mejillas calientes y rojas.

Harry rió, marcando sus hoyuelos.

- Tus hoyuelos igual son más hermosos que un atardecer. - halago el omega, mirándolo como un niño pequeño, llevando unos de sus dedos a sus mejillas para tocarlos. - Que cualquier atardecer. - agregó estirándose para besarlo en la mejilla.

- Conozco un lugar. - habló Harry tratando de no sonrojarse por las palabras de su novio. - Donde los atardeceres se ven en todo su esplendor, todos los colores. Rosa, azul, dorado... - explicó sin dejar de mirar a Louis.

- Suena como una buena cita romántica. - respondió el omega, guiñando un ojo con ternura.

- Claro. Podría llevarte algún día. - asintió el alfa.

- Y nos veremos en el atardecer. - dijo Louis con emoción, riendo.

- Me gusta la idea. - respondió Harry inclinándose un poco para unir sus labios.




[. ✦ * . ✦ . * ✦ . ]






Es un día caluroso, falta poco para que llegue el verano, pero sin importar eso, Louis y Harry van por la calle tomados de la mano, sin soltarse casi para nada, y el omega mentiría si dijera que no le gusta eso, que no se siente especialmente seguro sosteniendo la mano del alfa.

- ¿Macarrones? - cuestionó Harry, haciendo que Louis deje de mirar sus manos entrelazadas para verlo a él.

- Claro. - asintió sonriente.

- Hay mucha gente en la tienda, ¿Te parece si me esperas aquí? - preguntó el alfa besándolo en la frente.

Él solo asintió, sumiso al tacto de su pareja, dejando sus manos libres.

Harry entró en la tienda y a pesar de que han pasado un gran día de fin de semana comprando varias cosas, él no deja que el omega lo ayude mucho en cargar las compras.

Y es así, como Louis se encuentra afuera de una tienda de macarrones sosteniendo solo una bolsa, en una tarde calurosa de Sábado; cuando su plan original había sido quedarse entre los brazos de Harry recostados en su colchón todo el fin de semana, pero el alfa insistió tanto en salir y al final el castaño accedió.

A pesar que no era su plan inicial, el caminar tomado de la mano con Harry, también era lindo, así que no fue tan malo después de todo.

Los minutos pasaron y Louis escuchó el sonido de unas campanas y él asume por lógica que son de la iglesia que está a varios metros de él.

Y sin mucho que hacer, él mira hacia aquella pequeña iglesia, que él realmente pensaba que ya nadie visitaba, y se sorprende un poco al ver lo que parece que es una boda.

Sonríe, al ver a la pareja de novios salir, no pude ver con exactitud el vestido de la chica, pero él puede jurar que está brillando de una manera espectacular y sobre todo le gusta ver como los pocos invitados están aventando un poco de arroz blanco, como la clásica tradición lo dice.

Le gusta mucho.

Él nunca fue de soñar con una boda, pero no puede negar que realmente le gustan, siente que es un momento especial, en el que tan sólo puedes pensar en estar unido por fin a la persona con la que has elegido para pasar el resto de tu vida.

Era como el momento de ser marcado, pero un poco más ligero, bueno, por lo menos él lo veía de esa manera.

Louis estaba tan concentrado en aquella pequeña celebración que se lleva a cabo a lo lejos, que no nota cuando Harry sale de la tienda y lo mira con curiosidad, haciendo que él también mire hacia la misma dirección.

El alfa no dice nada y tan solo vuelve a tomar la mano del omega.

- ¿Nos vamos a casa? - preguntó.

Louis quita su mirada de la lejanía y la dirige de nuevo a sus manos entrelazadas, y llega a la conclusión de que a él definitivamente le encanta esa imagen, el contraste de tamaños hace que su corazón se altere un poco y que él sonría, igual que el alfa.

- Si. - respondió sin borrar su sonrisa.

Harry asintió, llevando sus manos a su labios solo para besar su unión antes de ponerse andar de nuevo.

Louis piensa que no necesita una boda o una marca, para sentirse unido a Harry como lo hace con un simple agarre de manos.

Todo estará bien para él, mientras sigan juntos.

Ellos pasan un par de horas caminando, a pesar de decir que irían a casa pronto, es como si no quisieran llegar en realidad, porque no quieren soltarse de las manos.

Incluso cuando por fin llegan al departamento de Louis, Harry trata de hacer todo para no soltar la mano del omega y poder abrir la puerta con todo y las bolsas que lleva consigo.

Louis rió por eso, porque lo encuentra realmente lindo.

- Amor. - llamó con ternura. - Déjame hacerlo a mí. - dijo tomando las llaves de las manos de Harry.

El omega realmente no sabe cómo llegaron al punto donde mejor Harry tiene las llaves de su departamento antes que él, pero igual no se molesta en pensar en ello y solo abre la puerta.

Y el momento de soltarse de las manos llega cuando Louis entra en el departamento.

- Los pies me están matando. - suspiró agotado. - Vamos a la cama. - suplico con un puchero.

Harry rió. - Debemos comer primero ¿No lo crees? - cuestionó.

- Lo hacemos en el colchón. - insistió Louis tomando ambas manos del rizado, para llevarlo hacia la habitación.

- Mi rey. - murmuró Harry cuando el omega lo soltó para dejar las bolsas en el suelo y acostarse en el colchón.

- Macarrones con vino, no suenan como una mala comida. - dijo el castaño riendo.

- No, por qué ni siquiera son una. - respondió el alfa riendo igual, acostándose a su lado.

- No importa, solo quiero estar aquí, contigo. - respondió Louis pegándose a él con una rapidez que antes le hubiera dado vergüenza, pero que ahora no le importaba hacerlo.

- Bien. Lo que mi rey diga. - aceptó el rizado sacando ambas cosas de las bolsas.

Louis sonrió satisfecho. - Me pondré cómodo. - murmuró poniéndose de pie, buscando con la mirada en la casi vacía habitación una camiseta de Harry para ponerse.

Y encuentra una que está sobre una de las tantas cajas que han empacado.

El omega tan solo la toma con rapidez, que no presta cuidado a su fuerza, que provoca que la caja se mueva y caiga de lado, dejando salir algo de ella.

Louis nota eso, pero prefiere quitarse sus apretados jeans y ponerse la camiseta de su novio, antes de recoger qué fue lo que se cayó.

- Creo que sé dónde empacamos tus copas. - se escucha la voz de Harry detrás de él.

- Lo podemos tomar de la botella. - rió el omega metiéndose en la camiseta del alfa.

- El vino no se toma así. - Harry rió está vez, negando.

Louis bufó, inclinándose recoger lo que había tirado y una sonrisa se pinta en sus labios al ver lo que era.

Eran todas aquellas notas que había recibido en su casillero en los días más feos de su vida de Universitario, y él no podía simplemente deshacerse de ellas, no cuando la persona que se la envió de alguna manera lo había ayudado a salir de aquel momento tan difícil.

- ¿Qué es eso? - preguntó Harry regresando de la sala con dos copas de vino.

Louis nunca le había comentado nada al rizado sobre aquellas notas, porque no lo creía tan necesario, pero pensó que quizás si debía hacerlo después de todo ellos iban a vivir juntos en unos días.

- Tienes que ver esto. - murmuró el omega metiendo en la pequeña caja cada una de las notas, eran veinte en total, él las había contado y leído varias veces.

Louis se sentó en la cama, esperando que Harry se le uniera a su lado, con una sonrisa.

- ¿Y qué es? - volvió a preguntar el rizado, jalandolo un poco para tenerlo recargado de él.

- Notas. - murmuró alegre. - Veinte notas, cada una de ellas con un mensaje diferente. - explicó.

Louis sintió a Harry tensarse un poco debajo de él, pero no dijo nada al respecto.

- Son pequeños halagos hacia mi, alguien me los enviaba anónimamente, ¿Lo puedes creer? - siguió hablando.

El rizado tragó en seco y carraspeo.

- No estés celoso. - se burló el omega girando su rostro hacia su novio.

Harry sonrió nervioso.

- Mira esta. - habló de nuevo, regresando su vista a las notas. - "Luces tan lindo cuando ríes y arrugas se forman alrededor tus ojos." - leyó con emoción. - Hay más como esta, siempre tenía una nueva, casi una por semana, pero ya no me llegan. - dijo con un pequeño toque de nostalgia.

Harry siguió en silencio.

- Oh, está es muy dulce. - continuó, tomando otra. - "Hay ocasiones en las que veo tus ojos y pretendo que eres algo mío y ni siquiera me conoces."

Louis esperó alguna respuesta o comentario de su novio, pero tampoco dijo nada.

- ¿Estás enojado? - preguntó, girándose para enfrentarlo. - ¿Siquiera estás escuchando? - cuestionó al ver que Harry no decía nada.

- Mi rey. - habló el alfa, mirándolo. - Me encanta escucharte y me gustaría oírte leer cada una de estas notas. - respondió sincero.

- Pues no lo parece. - negó él. - No has dicho nada al respecto. - agregó un poco desanimado.

- No tengo nada que decir. - susurró. - Yo ya he dicho todo lo que sentía en las notas. - confesó con el corazón acelerado.

- ¿Qué? - dijo Louis desorientado.

Harry se sentía nervioso, con la mirada interrogativa del castaño sobre él.

- Yo te envié las notas. - respondió, tratando de sonar tranquilo, aunque en realidad los nervios corrían por su cuerpo en esos momentos.

Louis se quedó sin palabras por unos segundos, tratando de procesar las palabras de su pareja, sintiéndose confundido.

- Pero... - habló el omega. - Nosotros no nos conocíamos. - negó sin poder creerle.

Harry se sentó mejor, mirando los ojos azules llenos de confusión de su omega.

- Yo te conocía a ti, pero tú a mí no. - explicó el rizado. - La verdad es que... me gustaste desde el minuto en el que te vi. - agregó.

- ¿En dónde me viste? - preguntó Louis aún confundido, él estaría seguro que si hubiera visto a Harry antes de conocerlo en el bar, sin duda alguna se hubiera acercado a él o por lo menos lo recordaría.

- Te vi un par de veces por el campus, pero tú... bueno, estabas con ese alfa pelinegro casi todo el tiempo, así que nunca me atreví a acercarme. - comenzó a contar Harry, sin dejar de mirarlo a los ojos. - Y luego... - susurró nervioso.

- Toda mi facultad me atacaba. - interrumpió Louis en un murmuro, sintiendo las lágrimas formarse en sus ojos. - ¿Escuchaste todo lo que decían de mí? - preguntó con un nudo en su garganta, alejándose un poco del alfa.

Harry asintió despacio. - Pero nunca creí ni una palabra, sabía que solo eran palabras de un alfa de orgullo débil. - aseguró acercándose a él.

- ¿Por qué me enviabas esto?, ¿Por qué nunca te acercaste a mi? - cuestionó aún con las notas en sus manos.

- No creí que quisieras convivir con un alfa extraño, no por lo menos en ese momento. Creo que estar cerca de un alfa era lo que menos necesitabas y querías. - respondió Harry.

- ¿Y por qué en el bar? - preguntó Louis.

- Mi plan original era enviarte las notas y quizás un día armarme de valor de decírtelo, pero creí que eso te asustaría, así que mi segundo plan fue ser tu amigo, pero... luego te vi en el bar y quizás fue el alcohol el que me dio el valor de hablarte y bueno, ya sabes que pasó después. - se explicó con un poco de timidez.

- Estas notas, significaron mucho para mí en ese momento, Harry. - habló Louis, sintiendo como él alfa limpiaba sus lágrimas con delicadeza. - Pero... quizás hubiera preferido tenerte a ti, a mi lado. - confesó.

- Estuve a tu lado, de alguna manera. - respondió Harry. - Además, todo pasa por algo, quizás debíamos conocernos de ese modo, que el momento fluyera como debía ser y no que yo lo tuviera planeado. - dijo sonriéndole al omega.

Louis sonrió igual.

- Te enamoraste de mí a pesar de todo lo que decían. - murmuró incrédulo el chico, con un par más de lágrimas saliendo de sus ojos.

- Y lo volvería hacer mil veces más. - aseguró Harry, tomándolo de la cintura para acercarlo a él. - Volvería hacerte mil notas más, cada una con su respuesta. - agregó besando su mejilla.

- Puedes responder las veinte preguntas de éstas que ya me diste. - dijo el omega riendo.

- Por supuesto. - rió el alfa igual.

- Hubiera sido lindo... que fuéramos amigos antes de todo. - murmuró Louis con una de sus manos en el pecho del rizado y la otra sosteniendo la última nota que había leído.

- Soy tu amigo ahora, mi rey. - respondió Harry colocándolo con cuidado en su regazo. - También soy tu novio. - dijo besando su nariz. - Y espero que en un futuro me dejes ser tu alfa. - agregó en un suspiro.

- Tú ya eres mi alfa, Harry. - susurró Louis, tomando el rostro del alfa con ambas manos para besarlo, uniendo sus labios, siendo algo tranquilizador y abrumador para ambos.

Era lindo tenerse el uno para el otro.
Era lindo estar juntos.

Suenan las campanas de la iglesia, me llevas a casa.
El arroz en el suelo parece nieve
Llama mi farol, te llamaré "amor."
Me apoyas, sí, todos los días.
Nos sentimos en casa, quedamos en la cama todo el fin de semana
Es lindo tener un amigo.
Es lindo tener un amigo...

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