✦𝓗𝓸𝓪𝔁¸*
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Mi único.
Mi pistola humeante.
Mi Sol eclipsado.
Esto me ha destrozado.
Mi cuchillo retorcido.
Mi noche de insomnio.
Mi lucha sin victorias.
Esto ha congelado mi tierra
Me puse de pie en el acantilado, gritando: Dame una razón.
Tu amor infiel es el único engaño en el que creo.
No quiero otro tono de azul, solo el tuyo, a ti.
Ninguna otra tristeza en el mundo serviría.
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Soledad.
El vacío que sintió Harry aquel día que Louis se fue no tenía comparación con nada que hubiera sentido antes, era un sentimiento arrasador que quemaba en los más profundo de su ser.
Estaba tan confundido, perdido por completo.
No podía entender el porqué el omega le dijo algo como eso.
No entendía como Louis aún podía dudar de él después de todo lo habían pasado juntos.
"Nuestra relación es un error",
"Mudarme contigo fue un error mío", "Tú eres un error en mi vida."
Las palabras se repetían en su mente sin parar como espinas clavándose en su piel y en su corazón.
Louis lo había mirado a los ojos y le había dicho todo eso, con un enojo tan real en su mirada que Harry se sintió indefenso.
Él lloró toda esa noche por Louis, por todo lo que eran y por lo que quizás nunca volverían a ser.
- Yo te amo tanto, como puedes pensar que engañaría, sólo tengo ojos para ti, mi rey. - dijo el alfa con la voz completamente rota y su mirada triste en el techo de aquel departamento solitario, con las grandes lágrimas de corazón roto corriendo por su rostro.
Harry nunca se había sentido tan sumergido en la tristeza como en ese momento.
Y a pesar de todo ese dolor, él no podía dejar de pensar que efectivamente Louis era la persona que quería para toda la vida, su omega, su alma gemela.
Por qué el dolor de perderle es tan fuerte que le cuesta respirar y no puede imaginarse que alguien más en su vida le haga sentir algo similar a eso.
Ninguna tristeza se podía comparar como lo que sentía por Louis.
Solo por él.
El sueño arropó a Harry cuando las lágrimas dejaron de salir por el dolor de sus ojos y no porque hubiera querido parar de llorar.
Y aunque logró dormir un poco, en realidad ni el sueño lo dejó escapar del dolor, por qué a la mañana siguiente en lo primero que pensó Harry fue en que Louis lo había dejado, que el chico no estaba más a su lado para abrazarlo por la cintura y darle besos por todo su rostro y sentir su aroma colándose en su sistema.
Louis realmente se había ido y no fue una pesadilla de su mente, fue lo que el alfa pudo reflexionar en la mañana.
Harry hubiera querido quedarse tumbado en la cama llorando un rato más hasta que algo hiciera regresar a Louis a su lado, pero en el fondo sabía que eso no iba a suceder.
Los ojos verdes sin vida del alfa se dirigieron al lado de la cama del omega y aquella sensación de vacío que sintió la noche anterior se hizo presente de nuevo.
Él estaba apunto de tirarse a llorar de nuevo, pero unos suaves golpes en su puerta lo interrumpieron, y por un par de segundos pensó en ignorarlos y seguir con su tristeza, pero la pequeña esperanza de que fuera Louis lo hizo ponerse de pie de la cama. Y caminó hacia la puerta con toda la fe de ver aquellos ojos azules que tanto amaba, aquel azul que no podía compararse ni con el zafiro más brillante del mundo, ni siquiera el azul del cielo se podía comparar con los ojos de Louis.
Y al abrir la puerta, Harry realmente se encontró con unos ojos azules, pero no eran los que él quería ver, no era el azul que anhelaba su alma.
Él no quería ningún otro tono de azul que no fuera Louis.
Solo lo quería a él.
- Hola Harry. - murmuró la chica frente a él un poco tímida al notar la mirada de decepción del alfa, además de notar las ojeras en su rostro y lo hinchados y rojos que estaban sus ojos. - Yo solo quería darte esto de agradecimiento por lo de ayer. - explicó extendiendo un plato de panqueques.
Ayer.
Claro, Harry recordaba perfectamente lo que había pasado y hecho ayer.
- Gracias Jane. - respondió el rizado desanimado, tomando el plato tan solo para no ser grosero.
Harry había ayudado a Jane a subir las escaleras el día ayer, ya que el elevador del edificio estaba fuera de servicio y la chica tenía dificultades por las lesiones en su tobillo por su entrenamiento de básquetbol.
Tan solo fue eso, un gesto de amabilidad por la chica que necesitaba ayuda.
El alfa realmente la había visto sufrir mientras intentaba subir los escalones, así que ayudarla no fue un problema para él.
Ni siquiera había notado que el aroma de Jane se había quedado en su camiseta, pero sabe que la chica no lo hizo intencional, quizás fue por el acercamiento por el largo tiempo que estuvieron subiendo las escaleras y las feromonas de desesperación que había estado soltando la chica previamente a que Harry se ofreciera ayudarla al ver que le costaba subir.
Y esa era la verdad, solo eso, ningún engaño o infidelidad.
Si tan solo Louis lo hubieron dejado hablar, si tan solo lo hubiera escuchado.
- ¿Todo está bien? - preguntó la chica preocupada por su vecino de pasillo.
Harry solo asintió, porque las lágrimas estaban volviendo a formarse en sus ojos y sabía que si hablaba y mentía, su voz rota lo delataría de inmediato y lo que menos necesitaba era la lástima de alguien en esos momentos.
- La verdad, es que no te ves muy bien. Sé que no debo meterme, pero luces algo enfermo. - habló Jane angustiada.
- Todo está bien. - mintió con la poca fuerza que tenía en ese instante, rogando que sus lágrimas no salieran de sus ojos.
- Bien. - suspiró la chica no muy convencida de ello, pero no podía presionar a alguien a decirle algo que era obvio que no quería, y por más que le preocupara o le interesará, meterse en la vida de alguien que casi no conocía lo consideraba grosero. - Si necesitas algo puedes tocar mi puerta. - volvió a hablar con la mirada baja, para fingir que no había notado las lágrimas en los ojos del chico. - Adiós, gracias de nuevo por lo ayer. - agregó con un cordial movimiento de mano antes de irse despacio hacia su propio departamento.
- De nada. - murmuró Harry en voz baja, cerrando la puerta sólo para regresar a su depresión.
Louis no llamó ni tampoco respondió sus llamadas ni mensajes aquel día, a pesar de que el alfa había insistido varias veces; mientras que Harry se sumergió tanto en su tristeza que ni siquiera tocó los panques de la chica.
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Y pasaron varios días antes de que alguien más tocará a su puerta, quizás uno, dos o incluso cuatro días, Harry no estaba seguro de ello, había perdido la noción del tiempo.
El alfa se sentía enfermo, débil, como muerto en vida y con la nula fuerza que tenía se levantó para abrir la puerta.
Al abrir la puerta se encontró con otro par de ojos azules, pero seguía no siendo el azul que su alma necesitaba ver.
- Hola, soy Niall. - dijo el chico que se encontraba frente a él.
- Disculpa, ¿Te conozco? - cuestionó Harry lentamente.
- No, soy amigo de Louis... él me pidió que viniera por sus cosas. - explicó el rubio un poco incómodo, notando la tristeza profunda en los ojos del alfa.
El corazón de Harry se hundió una vez más al escuchar eso.
Louis ni siquiera quería verlo.
- Claro, pasa. - dijo el rizado sin ánimos.
Niall asintió y entró en el departamento.
- Yo trataré de llevarme lo que más pueda hoy, pero puede que deba regresar un par de veces más mañana o en unos días, ¿Te molestaría? - preguntó el ojiazul, mirando como el rizado se dejaba caer en el sofá, cubriendo su rostro con sus manos.
El lugar apestaba a alfa triste y deprimido.
- No, no me molesta. - respondió con la voz rota, sin mirarlo.
Niall tragó en seco y se dirigió en silencio a la habitación para llevarse las cosas de su amigo.
El escuchar aquel chico moviendo sus cosas y llevándose algunas hacían que Harry se sintiera aún más vacío, quería gritar, suplicar que el omega regresará, pero las palabras se quedaban clavadas en su garganta como púas.
Niall tardó un par de horas recogiendo las cosas del omega en una maleta que había llevado con él y en un par de cajas; siendo sincero él pensaba que todo esto era tan innecesario y deprimente, pero Louis había insistido tanto que no tuvo otra opción que aceptarlo y ahora se sentía mal con el alfa, era notorio que él no la estaba pasando nada bien.
- Gracias, Harry. - habló en voz baja dirigiéndose a la puerta para poder irse.
- Espera. - habló Harry haciendo que el rubio detuviera sus pasos. - Él... ¿Cómo está? - preguntó angustiado.
Niall torció los labios y se giró para mirarlo.
- Está bien. - dijo simplemente.
- ¿Él no piensa volver?, ¿No piensa verme?, ¿escucharme? - cuestionó el alfa con la voz débil.
El rubio suspiró y negó lentamente.
- ¿Le darías un mensaje de mi parte? - preguntó Harry con los ojos cristalizados.
- Claro. - aceptó Niall.
- Dile que yo no pienso que lo nuestro sea un error, nunca pensaría algo así en toda mi vida. Y si de algo estoy seguro en esta vida es del amor que le tengo a él, nunca le sería infiel o lo engañaría, creí que él lo sabía, pero al parecer no es así. - habló el alfa llorando, desviando su mirada para que el chico desconocido le tuviera más lástima de la que seguro ya la tenía. - Dile que estoy dispuesto a solucionar esto, porque lo amo demasiado como para no luchar por él, solo tiene que darme una señal de que él quiere que luchemos por lo nuestro. Por favor. Solo pido que me deje hablar, solo quiero solucionar esto. - pidió casi en forma de súplica. - Si él quiere esto, puede venir, responder mis llamadas o mis mensajes, solo pido eso. Si él no hace nada eso, creo que entenderé que no me quiere más en su vida y no lucharé más. Solo lucharé por esto si él quiere que luche, si no es inútil. - agregó dejando que su rostro se llenará de lágrimas una vez más.
Niall dejó las cajas en el suelo, limpiando las lágrimas que habían salido de sus ojos tras escuchar las palabras del alfa.
- Se lo diré. - prometió el rubio acercándose a él, atreviéndose a tocar su frente para saber sí se encontraba bien. - Dios. Estás ardiendo en fiebre, ¿Ustedes...? - preguntó algo tímido.
- No estamos enlazados. - negó Harry tragando el nudo en su garganta.
"Pues lo parecen", pensó Niall, pero no lo dijo en voz alta.
- No has comido nada. - afirmó el rubio preocupado. - Debes comer, te haré algo y no me iré de aquí hasta asegurarme de que estés mejor. - aseguró el chico caminando a la cocina.
Harry suspiró y se negó, un poco de ayuda no le vendría mal.
- Te darás un baño mientras yo te hago algo con lo poco que tienes en el refrigerador y te tomaras una pastilla para la fiebre. - dijo Niall ayudándolo a levantarse del sofá.
El chico rubio realmente se había esmerado en ayudar al alfa, le hizo un poco de sopa caliente y carne para que recuperará un poco de energías, después de la larga ducha que se dio el rizado.
- Le daré tu mensaje a Louis. - prometió el ojiazul una vez que Harry terminó de comer y lucía un poco mejor después de tomarse aquella pastilla, Niall podía irse un poco más tranquilo ahora.
- Gracias. - asintió el alfa haciendo una mueca con sus labios.
- No sé si esto te sirva de algo, quizás no, pero... Louis igual está triste por todo esto. - habló el rubio un poco inseguro de sus palabras.
Harry reprimió su llanto, tratando de acusar más lástima.
- Yo creo ustedes realmente pueden arreglar esto, solo están pasando por un mal momento, es todo. - agregó Niall tomando las cosas de Louis de nuevo.
El alfa realmente no estaba muy seguro de eso, pero anhelaba y deseaba con toda su alma que eso fuera cierto.
- Deje algunas cosas, quizás regresé por ellas mañana. - dijo caminando de nuevo hacia la puerta. - Adiós Harry, espero que todo mejore. - agregó en voz baja antes de irse.
Harry suspiró aliviado una vez que la puerta se cerró y se permitió llorar de nuevo, tomando el teléfono para llamar a Louis.
Y no fue sorpresa para él que el omega no respondiera su llamada y lo mandará directamente al buzón de voz, de hecho eso era justo lo que había esperado.
- Lou, tu amigo acaba de irse con tus cosas, entiendo que es lo que quieres, pero, ¿Qué hay de lo que yo quiero?, ¿Acaso una relación no es de dos personas?, creo tengo derecho a hablar igual que tú, solo te pido una oportunidad de hablar y arreglar eso, por favor. - pidió el alfa al teléfono, lleno de impotencia y dolor, limpiando las lágrimas de sus ojos. - Eres el único para mi Louis, debes creerme, eres mi sol, mi rey, no puedes hacerme esto, por favor. - dijo desesperado con la voz quebrada. - Solo quería decirte que te amo, te amo mucho, pero no sé si tú aún sientas lo mismo. - agregó, terminando con su mensaje de voz.
Después de eso, Harry regresó a la cama y una vez más se permitió soñar con los ojos de su omega, deseando algún día pueda volver a ver aquel azul que ahora era el motivo de su tristeza, porqué a pesar de eso sabía que Louis siempre sería la persona que quería a su lado y a nadie más.
Y aunque ahora le dolía como nada antes, en el fondo era consciente de que él volvería a dejar que el omega entrará en su vida de nuevo las veces que fuera necesarias, porque el omega era su persona para siempre, el único que deseaba.
Sabías que el héroe moría, así que ¿para qué es la película?...
Sabía la contraseña,
así que te dejé entrar.
Sabías que habías ganado, así que ¿para qué contar los puntos?
Sabías que aún duele debajo de mis cicatrices,
desde que me separaron de ti.
Pero lo que hiciste fue igual de sombrío.
Amor, eso fue igual de difícil.
Como cuando me separaron de ti.
Mi elegido.
Mi reino se destruye.
Mi tambor roto.
Has golpeado mi corazón.
No quiero otro tono de azul, solo el tuyo, a ti.
Ninguna otra tristeza en el mundo serviría.
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