Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✦𝓒𝓸𝓻𝓷𝓮𝓵𝓲𝓪 𝓼𝓽𝓻𝓮𝓮𝓽¸*

Estábamos en el asiento trasero ebrios por algo más fuerte que las bebidas del bar.
Alquilé un lugar en la Calle Cornelia, dije casualmente en el carro.
Éramos una página nueva en el escritorio, llenando los espacios en blanco mientras avanzamos, como si las luces de la calle nos señalan con una flecha. Guiándonos a casa.

Y espero nunca perderte, espero que esto nunca termine.
Nunca podría volver a caminar por la Calle Cornelia.
Ese es el tipo de corazón roto que el tiempo nunca podría reparar.
Nunca podría volver a caminar por la Calle Cornelia, otra vez.
Y, amor, me desconcierto por como esta ciudad grita tu nombre
Y, amor, me aterra mucho la idea de que algún día te vayas
Nunca podría volver a caminar por la Calle Cornelia...

.

.


Hogar.

Han pasado un par de semanas, desde que Louis comenzó a vivir junto a su novio, y se encontraba maravillado por lo fabuloso que Harry se portaba con él y lo bien que sentía vivir juntos.

Se sentía como el hogar que siempre estuvo buscando y deseó encontrar.

Incluso el clima lo hacía sentir como bienvenido en su nuevo hogar.

- Va a llover. - comentó Harry mirando por la ventanas de la cafetería en la que se encontraban.

Louis apretó sus labios y asintió, llevando su taza de café a su boca para beber un trago.

- Fue una pésima idea tuya salir. - acusó el omega dándole un suave golpe al rizado en el hombro, casi sin tocarlo, soltando una pequeña risita.

- Tú aceptaste salir. - se defendió el alfa riendo igual.

- Ahora voy a tener frío. - dijo Louis haciendo un lindo puchero.

- Puedo darte mi chaqueta. - respondió Harry sonriéndole.

Louis le correspondió la sonrisa, antes de desviar su mirada azulada hacia la calle, mirando con fascinación cada detalle, todo eran tan cálido y dulce.

Igual a Harry.

Al castaño le asustaba un poco la forma en la que todo ahí parece indicarle que está en lugar correcto, junto a la persona indicada.

Era como si esa parte de la ciudad le gritará el nombre del alfa y no que debía alejarse de él.

- Deberíamos irnos antes de que la lluvia comience. - habló Harry sacando un poco de sus pensamientos al omega.

- Por supuesto. - asintió el castaño sonriendo, llevando su pulgar a la comisura de los labios de su pareja para limpiar un poco de café que había quedado en su rostro.

Harry se sonrojó ligeramente por eso y Louis amaba poder provocar eso con solo tocarlo.

- Vamos, mi rey. - dijo el rizado poniéndose de pie, dejando un poco de propina para la persona que limpiará su lugar, antes de ofrecerle su mano al omega.

Louis tomó su mano con gusto y alegría.

Una vez que salieron de la cafetería una ráfaga de aire los golpeó a ambos, definitivamente pensaron que había sido una mala idea salir, pero tampoco es como si fueran adivinos para saber que el clima iba a estar tan desequilibrado justo ese día.

El castaño apretó el agarre de sus manos juntas, tratando de no temblar tanto.

- Espera. - murmuró Harry soltandose de su apretón de manos, y antes de que el omega dijera algo; el rizado ya estaba quitándose su chaqueta.

- Hazz... - suspiró cuando la chaqueta pesada del alfa cayó en sus hombros.

- No quiero que te enfermes. - explicó Harry, después de volver de tomarlo de la mano para comenzar a caminar hacia casa.

Louis sonrió en grande, acomodando la chaqueta en sus hombros, asegurándose de que esta no se cayera.

Y a pesar que estén en los primeros días de verano, él se siente como en otoño con aquel clima, ya que es su estación del año favorita; y por un momento piensa que quiere seguir junto a Harry ese otoño y todos los que le queden por vivir.

- Me gusta tu chaqueta. - comentó recargando un poco su cuerpo en el brazo del alfa, sin detener sus pasos.

- ¿Si?, ¿Por qué? - preguntó el rizado sonriente, estando satisfecho de oír eso de alguna manera.

- Es cálida y... - pensó un poco antes de terminar su frase. - Tiene tu aroma. - agregó con seguridad, respirando profundamente el ligero aroma del alfa proveniente de la prenda.

- Y mi nombre. - dijo Harry, un poco divertido, mirando al castaño de reojo.

Louis soltó una risa y dirigió su mirada hacia la prenda, y justo del lado de su corazón pudo ver la inscripción en pequeñas letras blancas la inicial y apellido del alfa: H. Styles.

Y el omega no pudo evitar pensar en que tener el nombre de su pareja, justo en el lado del corazón no podía ser una coincidencia; quizás aquella chaqueta estaba diciendo algo que tal vez ya era evidente para ambos, y eso era que Louis tiene grabado el nombre de Harry en su corazón y en su alma.

- Si, eso también me gusta. - confesó finalmente, mirando hacia el suelo, siguiendo con curiosidad la forma en que sus pasos estaban coordinados.

Harry movió un poco su rostro para besar su cabeza, quizás también para respirar su aroma y poder seguir su camino.

Y ellos no duraron mucho caminando, antes de que las primeras gotas de lluvia comenzarán a caer, junto con el olor característico a humedad que se presentaba antes de que comenzará a llover.

- ¿Deberíamos correr? - preguntó Louis en voz baja.

- ¿Quieres hacerlo? - respondió Harry con una sonrisa.

- Mis piernas son muy cortitas. - se quejó el omega, haciendo un puchero con sus labios mirando directamente hacia sus piernas.

- Puedo cargarte. - dijo el alfa tranquilo, encogiéndose de hombros.

El castaño rió y negó lentamente.

- Estás jugando conmigo. - murmuró con las mejillas rojas, con la idea de su novio.

- Lou, mi rey. - llamó el rizado. - Yo nunca jugaría contigo. - afirmó, dando un pequeño apretón a la unión de sus manos.

- Lo sé. - suspiró seguro de eso.

Y lo que fueron pequeñas gotas, se convirtió en una lluvia ligera que cayó sobre ellos en cuestión de minutos.

- Eres algo lento, mi amor. - dijo Louis divertido, adorando demasiado el caminar bajo la lluvia, sin importarle el riesgo a enfermarse.

Harry rió, mirando como el omega adelantó un poco sus pasos, quedando en frente y se giró para tomarse de las dos manos, mientras él caminaba de reversa, con sus preciosos ojos azules en sobre él.

- Puedes caer. - dijo preocupado el alfa, mirando con cuidado los pasos del omega.

- Me proteges demasiado. - negó Louis riendo igual.

- Te protejo lo suficiente. - respondió Harry, soltando sus manos para en un movimiento algo rápido tomar la cintura del castaño para detener sus pasos y abrazarlo, juntando sus pechos mojados. - No quiero que te lastimes. - susurró mirando el rostro del omega.

Louis quería abrazarlo por el cuello, pero si hacía eso podía ser que la chaqueta en sus hombros cayera y no quería eso.

- Nadie me ha besado bajo la lluvia. - suspiró en lugar de abrazarlo como deseaba, con sus ojos bajando desde los ojos esmeralda de Harry hacia sus labios.

Una linda sonrisa con hoyuelos se pintó en el rostro del alfa y sus ojos igual viajaron a los labios del omega.

- ¿Nunca? - preguntó despacio.

- Nunca. - aseguró Louis, negando con la cabeza, manteniendo la chaqueta en sobre sus hombros con sus manos.

- ¿Quieres que te bese yo?, mi rey. - habló Harry, mojando sus labios en un reflejo inconsciente.

- Me encantaría. - suspiró en respuesta, haciendo lo mismo con sus labios.

En cuestión de segundos, Harry se inclinó hacia su rostros para unir sus labios en tierno y dulce beso, que a pesar del frío y la lluvia, los hizo sentirse cálidos a ambos.

- Luces precioso bajo la lluvia. - confesó el rizado juntando su frente con la del omega, olvidándose de que estaban parados en medio de la acera, estorbando un poco en el paso de la gente.

Louis se sonrojó más de ser posible, riendo nervioso por el cumplido.

- Tú, luces como un Dios griego. - afirmó el castaño. - Y no solo bajo la lluvia. - aclaró con una risa.

- Y tú eres mi angelito. - respondió Harry al cumplido, besando su nariz solo para verlo sonrojarse y ver como hacía aquel acto tierno de arrugar su naricita.

- Creí que era tu rey. - rió Louis, arrugando su nariz, tal y como el alfa esperaba.

- Eres mi mundo entero. - respondió el rizado, separándose. - Y no quiero que mi mundo enferme, así que andando, bebé. - habló tomando la mano de Louis de nuevo para retomar su camino.

El castaño estaba seguro de que iba a atesorar ese momento en su mente para siempre.

Bendiciendo la lluvia, memorizando el crujido y grietas del suelo y añorando el sentimiento de ser guiado a casa de la mano de Harry.

Durante todo el camino Louis no pudo quitarse de la mente, lo mucho que el lugar encajaba con el rizado, lo mucho que eso lo desconcertaba, al mismo tiempo de estar emocionado por eso.

[. ✦ * . ✦ . * ✦ . ]


Después de llegar a casa empapados, ellos se pasaron el resto del día en la cama, acurrucados y hablando de cualquier cosa que les llegará a la mente, sintiéndose bien de estar juntos; amando sobremanera el sonido de la lluvia golpeando en las ventanas de su hogar.

Aunque Louis no hubiera querido separarse de los brazos del alfa, se vio obligado a levantarse y caminar descalzo hacia a la cocina por un vaso de agua y quizás por algo de comer.

- ¿Tienes hambre? - preguntó Harry llegando unos minutos después, detrás de él.

- Estoy bien. - respondió el castaño sonriendo y encogiéndose de hombros.

- Puedo prepararte algo, si lo deseas. - insistió el rizado, enredando sus brazos en su cintura, por detrás y recargando su barbilla en su hombro, aprovechando la cercanía de sus rostros para dejar un beso en su mejilla.

Louis pegó a su cuerpo de manera inconsciente, deseando que el contacto durará por mucho tiempo más.

- Estoy perfectamente, amor. - aseguró el omega, llevando una de las uvas que habia encontrado en el refrigerador a su boca.

- Bien. - murmuró Harry tranquilo, acariciando su estómago con una de manos. - Tengo algo para ti. - habló unos segundos después, llamando la atención del omega.

Louis soltó un sonido de interés, ofreciéndole una de sus uvas al rizado, dándosela en la boca él mismo.

- Si. - respondió cerca de su oído, dejando de abrazarlo, solo para girarlo con delicadeza.

- ¿Y qué es? - preguntó con curiosidad el castaño; mirando como Harry no llevaba camiseta, pero si unos pantalones de chándal de color gris, al contrario de él que no llevaba pantalones, pero si vestía la camiseta complementaria a ese pantalón que llevaba el alfa.

Ambos estando descalzos en la cocina.

Louis siguió con la mirada una de las manos del rizado que metió en uno de los bolsillos de los pantalones.

- Quería dártelo hace mucho, pero no tenía valor. - confesó Harry, haciendo que los ojos del castaño se dirigieran hacia a él de nuevo.

- Amor... - susurró el omega, ladeando su cabeza tiernamente, como un pequeño confundido.

- Dame tus manos. - interrumpió el rizado, recibiendo una risita del castaño antes de que este hiciera lo que le pidió hacer. - Cierra tus preciosos ojos. - pidió en un susurro.

- De acuerdo. - murmuró Louis entre nervioso y confundido, pero sobre todo, emocionado.

El omega pudo escuchar ligeramente el sonido de algo metálico chocar, antes de que sintiera algo ser colocado en sus manos.

Harry junto ambas manos del castaño, sosteniéndolas y cubriendo bien su sorpresa.

- Puedes abrirlos, rey. - dijo dejando libres las manos del omega, después de decir eso.

- ¿Puedo ver? - cuestionó Louis con una risa nerviosa, sin descubrir lo que había entre sus manos.

- Si, hazlo. - respondió Harry mordiendo su labio inferior, para controlar sus propios nervios.

- Bien. - suspiró el castaño emocionado, sonriendo de lado, dirigiendo su mirada hacia sus manos, abriéndolas lentamente.

Y la respiración se atoró en su garganta por un segundo, al verlo.

Eran dos bellos collares con destellos de color verde y azul respectivamente; cada uno de ellos tenían las iniciales del otro.

- Recuerdo que cuando te pedí el cortejo, tú dijiste que usarías un collar con mis iniciales y pensé en que yo igual usaría uno con las tuyas. - explicó Harry.

Louis sintió unas enormes de llorar de felicidad y ternura en ese instante, sin dejar de mirar ambos collares, sobre todo el verde con las iniciales H. E. S

- Edward. - murmuró, pasando uno de sus dedos por el collar.

- William. - respondió Harry sonriendo, admirando cada detalle de la reacción de su chico, para grabarlo en su memoria, como un recuerdo sagrado para él.

- Me encantan. Me encanta muchísimo, alfa. - habló por fin Louis mirándolo a los ojos.

Harry suspiró aliviado y feliz a la vez, enamorado de la forma en la que brillaban los ojos zafiros de su omega.

- ¿Puedo ponértelo? - preguntó el alfa.

Louis no dudó ni un instante y asintió, dándole el collar verde a su novio.

El rizado tomó el collar, desabrochando el broche, para colocarlo con delicadeza en el cuello del omega y después se estiró un poco para ver por detrás de la cabeza del chico para poder abrocharlo.

Harry dejó un beso en la curva de su cuello antes de separarse, satisfecho de su labor.

- Quiero ponerte el tuyo. - dijo Louis mordiendo su labio.

- Por supuesto. - accedió el alfa sin dudarlo tampoco. - ¿Quieres que me gire o me incline? - preguntó Harry con ternura.

El omega negó y dio un paso más cerca de él. - Quiero hacerlo yo. - repitió antes de ponerse de puntas.

Harry colocó sus manos en las caderas del castaño por inercia, admirando como Louis mordía su labio, concentrado en lograr abrochar el collar detrás de su cabeza.

- Listo. - lo escucho murmurar, antes de dejar un besito en su mandíbula y enredar sus brazos alrededor de su cuello, haciendo que Harry se incline en el abrazo, para dejar de estar de puntas.

- Te amo, mi rey. - suspiró Harry cerca de su oído.

- Te amo. - respondió Louis, escondiendo su rostro en el cuello del alfa, respirando su aroma y sintiendo las lágrimas formarse en sus ojos, apuntó de salir. - Mi alfa. - agregó seguro de sus palabras, con su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

Una sonrisa se dibujó en el rostro del rizado, sintiendo como su corazón se aceleró al escuchar eso.

- No quiero perderte. - habló Louis sin poder seguir reteniendo sus lágrimas en sus ojos, comenzando a llorar. - Espero que esto nunca termine. Tengo mucho miedo de perderte, me aterra la idea de que algún día te vayas de mi lado. - continuó hablando con un nudo formándose en su garganta.

- No llores, bebé. - pidió Harry estrujandolo en sus brazos. - No puedo oírte llorar. - dijo con la voz rota y con una presión en su pecho, sintiendo que en cualquier momento él igual comenzaría a llorar.

Louis no pudo evitar sonreír entre sus lágrimas, apretandose más en los brazos de su amado.

- No podría perderte. - volvió a hablar el omega, girando su rostro hacia la ventana, mirando las brillantes luces de la ciudad. - Siento que sería la clase de dolor y de corazón roto que el tiempo no podría reparar, nunca. - confesó con la voz quebrada, recargando su cabeza en en el hombro del rizado. - Nunca podría caminar por Cornelia Street de nuevo, porqué todo en ella me recuerda a ti. - agregó sincero, cerrando los ojos, sintiéndose aliviado de confesarle su miedo a su alfa.

- Nunca vas a perderme, mi rey. - respondió Harry, sin dejar de abrazarlo ni por un instante. - Yo tampoco soportaría el dolor de perderte. - confesó sincero con lágrimas saliendo igual de sus ojos, escondiéndose en el cuello de su omega.

Louis sonrió en grande, aún con sus ojos cerrados y las lágrimas viajando por sus mejillas.

- Siempre estaré contigo. - prometió Harry, separándose despacio, solo para ver su bello rostro. - Y siempre podrás caminar por aquí, porqué nunca vas a perderme, mi rey. - dijo seguro, tomando el rostro del omega entre sus manos, limpiándo las lagrimas que bajaban por sus mejillas con sus pulgares.

- Espero no perderte nunca. - suspiró Louis nostálgico, sonriéndole a su alfa con amor.

Harry no resistió más y lo besó, esperando que sus labios calmaran los miedos de su omega.

Y él realmente lo logró.

Con los pies descalzos en la cocina,
Nuevos comienzos sagrados que se convirtieron mi religión, escucha:
Espero nunca perderte.
Nunca podría volver a caminar por la Calle Cornelia, Oh, nunca más.
Y, amor, me desconcierto por como esta ciudad grita tu nombre.
Y, amor, me aterra mucho la idea de que algún día te vayas.
Nunca podría volver a caminar por la Calle Cornelia...

No quiero perderte (espero que esto nunca termine)
Nunca podría volver a caminar por la Calle Cornelia. No quiero perderte.
Alquilé un lugar en la Calle Cornelia, dije casualmente en el carro.

.

.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro