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XIV

Shadow se consideraba respetuoso y con valores que hasta él mismo no supo que tenía. Entendía a la perfección la inseguridades de Sonic pues si él estuviera en sus zapatos con justa razón tendría desconfianza de todo. Hasta el día de hoy no hay momento que no se arrepienta de lo que hizo y no sabe porque el omega lo perdonó, lo cual, no fue nada fácil pero a final de cuentas el azulado lo perdonó.

Lo difícil fue Aleena pues no dejaba que se acercará a Sonic, inclusive tiraba las cartas o las escondía lejos de su hijo. Esa mujer...fue difícil pero al final pudo vencerla con el poder del amor. Después ya era un milagro que no se opusiera a su boda cuando ya se habían enlazado desde antes, además de que son destinados.

La luna de miel no duró tanto como él quisiera, pero se divirtió muchísimo a lado de su omega. Ignorando el hecho de que Sonic preguntara por Silver a cada rato.

Pronto, sino es que demasiado tarde, supo a que se debía aquella "necesidad" de saber más del embarazo del omega.

Como algún día Aleena le dijo:

"Podrás perdonar pero jamás podrás olvidar, siempre, cada día de tu vida recordarás más lo malo que hiciste que lo bueno. Sonic podrá perdonarte, pero jamás podrá borrar esas cicatrices que le dejaste"

Lo entendió demasiado tarde. Y se repetía cada noche lo estúpido e idiota que era, él quisiera explicarle a Sonic lo qué pasó ese día pero el menor se había negado a escucharlo.

Lo entendía. El solo escuchar los "detalles" realmente incomodaba y dolía. Pero Shadow cree que era la mejor solución pues solo así podría creerle.

Quería decirle que al momento de entrar, las feromonas con olor a flores de cerezo estaban impregnadas en todo el lugar y Silver se encontraba retorciéndose en el suelo pidiendo "ayuda", realmente Shadow quiso ayudarlo, realmente Shadow luchaba con sus instintos animales para llamar tanto a su pareja como a su mejor amigo porque sabía que "este olor" no provenía de Sonic.

Porque sabía que si dejaba que su lado alfa se convenciera que aquel omega era su omega sería su perdición.

Y lo fue...

— ¿Cómo estas Silver?— Sonic sonreía emocionado agarrándole la mano a Shadow y levemente temblando.

— B-Bien. Solo tengo que cuidarme pero de ahí en más todo esta muy bien.

Mephiles estaba en la cocina preparando café mientras estaba atento a lo que decían. Le sorprendió la visita del ahora recién matrimonio, no quiso indagar, estaba muy seguro que Shadow respondería sus preguntas, solo era cuestión de que ambos estuvieran solos y el azabache empezará hablar.

Cosa que no tardo pues sintió la presencia del alfa.

— Hola, Mephiles —

El aludido se volteó y le entregó una taza. Todavía era temprano, le señaló la puerta que daba al jardín con la cabeza y con solo ese gesto el otro entendió a la perfección lo que quería decir. Ambos salieron de la cocina dejando a los omegas hablar.

— ¿Qué sucede?— Dio un pequeño sorbo antes de ver fijamente los ojos rojizos del otro.

Mephiles no era idiota sabía que algo estaba pasando como para que repentinamente después de su luna de miel decidieran visitarlos, como antes. Algo debió haber pasado para que Shadow estuviera a su lado con un olor que daba a entender lo afligido que estaba.

— Es Sonic, después de que le mencionara que Silver está embarazado no había día que no me preguntara por él y por eso, cuando regresamos a Japón no quiso entrar a nuestra casa, prefirió pasar aquí. —

Mephiles durante su duelo entendió muchas cosas. Entendió el dolor que se siente cuando te traicionan, el sufrimiento, el insomnio de no poder dormir sabiendo que alguien mas tocó a su omega y lo difícil que es perdonar. Tal vez si hubiera dejado que sus emociones y sentimientos se apoderaran de él y de la petición que Sonic le había hecho años atrás después de la traición de sus parejas, tal vez y solo tal vez, todo hubiera cambiado. Absolutamente todo.

Le había prometido a Sonic no decirle a nadie ni muchos menos a Shadow lo que había pasado. Pero era necesario que el azabache lo supiera porque solo así entendería cómo se siente Sonic.

Aunque se cuestionaba si aquello traería consecuencias. Definitivamente no le iba a decir a Shadow que Sonic le había pedido acostarse con él.

Definitivamente no. Llevaría ese secreto hasta que se muera.

— Sonic...— Deja salir un suspiro armándose de valor. — No es fácil volver a confiar nuevamente en otra persona a la cual amaste más que a ti mismo.

Ya hace tiempo que había dejado el vicio de fumar. Era un requisito indispensable cuando se alistó, sin embargo, sus pulmones pedían más nicotina para joderlos más de lo que ya estaban. Observó la maceta de girasoles que estaban al pie de la puerta, se inclinó un poco y escarbó solo para sacar un cajetilla.

Marlboro...

— Pensé que lo habías dejado — Le dijo Shadow sorprendido.

— Supongo que las costumbres no cambian — Entró a la cocina echando un vistazo para asegurarse que nadie lo viera. Vio a lo lejos a los omegas seguir charlando, olfateó un poco y pronto una señal a su marca se hizo presente.

Silver estaba asustado.

Antes de agarrar el encendedor que se encontraba a un lado de la estufa se debatió mentalmente si tenía que intervenir o no. Los pensamientos de Silver inundaron su mente, algunos sobre el miedo a lo que Sonic le estaba diciendo respecto al embarazo y los otros sobre las terribles ganas de vomitar. Desvío la vista.

Empezó a temblar. ¿Qué debería hacer? Su alfa le pedía que acudiera con su omega e interviniera, pero otra parte de él se negaba a irse y quedarse en donde estaba. Volteó a mirarlo y los ojos dorados de Silver se clavaron en su vista.

No vengas.

Con eso fue suficiente para tomar el encendedor con rapidez e irse. Tomó el cigarrillo entre sus dedos y lo encendió.

— Sonic piensa que el hijo que espera Silver en realidad es tuyo y no mío —

Dejó salir el humo. Se sentía...bien. Por lo menos no diría una estupidez.

Blaze no era alguien de mucha paciencia, tenía sus propios límites. Límites que Amy había cruzado hasta hacerla molestar e incluso no llegar al día siguiente al departamento que compartían las dos.

Esa fue una pelea muy grande y grave, una que de verdad repercutió mucho en ella. Pues no pensó que por "eso" se iban a enojar.

La manera en cómo arreglaban las cosas casi siempre era cuando la omega lloraba y Blaze se sentía terriblemente mal que terminaban hablando de lo que sentían la una con la otra dejando salir sus sentimientos. Era un consejo y una forma de resolución que alguna vez no muy cercano Silver le había dicho.

La voz de la experiencia.

Sonrió ante aquel recuerdo amargo. Esa fue una de las primeras peleas que Mephiles y él habían tenido y por el cual el primero en dar el paso para arreglarlo fue el alfa. Algo sorprendente viendo la personalidad del oscuro antes.

Blaze mueve la cabeza dejando esos pensamientos para después. Frente suyo Amy la ve con los ojos cristalizados y con una mirada de cachorro regañado, la verdad es que sí era un cachorro regañado. Suspira profundamente, no pensó que Amy la traicionaría de una forma cruel.

Y no en forma de infidelidad, sino de confianza.

— Blaze...— Susurró la omega con voz rota y apunto de llorar por tercera vez.

A veces Blaze no sabía si eso era una forma de manipulación o en verdad Amy podía llorar tres veces.

No importa ahora en estos momentos. Tampoco quiere (aunque ganas no faltan) en mandar todo a la mierda. Tratar con Amy es...difícil. Pero la ama a pesar de todo.

— Amy. Solo quiero que me respondas ¿por qué le dijiste a Rouge el único secreto que te pedí que no contaras?—

Debió saber que esa murciélago la cual todos - a excepción de ella- consideran "Madre" se metería en asuntos que no le conciernen y ser la principal sospechosa de la ruptura de Mephiles y Silver. De ante mano la alfa sabía que Knuckles era el causante de todo pero estaba muy segura la morada que el beta no haría todo por si solo, necesitaría una cómplice o varios cómplices para ejecutar su maldito plan y hasta ahora la lista es muy larga.

Amy duda un momento en decirle o no. Pero el semblante de Blaze es de una completa molestia que no veía desde años, eso es suficiente para tragarse el orgullo y hablar.

— Yo...es que...hace tiempo que no veo a Rouge y sabes que no todos somos muy unidos. Ayer me dijo que quería verme y platicar conmigo, no digo que me aburras — La gata alza una ceja confundida. Amy agacha la mirada apenada. — Pero también necesito a mis amigas y amigos.

— ¿Cuál es el punto?—

— A lo que quiero llegar es que...tú sabes mejor que nadie que a mi y a Rouge nos encanta criticar.

Eso lo sabía muy bien Blaze, no había la necesidad de que Amy se lo recalcara, parecían dos víboras.

Habla.

La voz de mando no era algo que le gustara usar a Blaze, pero de verdad que Amy la desesperaba mucho cuando quería cambiar de tema y no le quería decir la verdad. Y aunque al igual que Mephiles, ella odia mucho cuando los alfas se aprovechan de la voz. Solo por esta vez la usaría.

El labio inferior de la omega tembló al escucharla. Trago grueso y se preparaba mentalmente para lo que diría, otra vez.

— No había tema de conversación después de que ella me hablara sobre Knuckles.

— ¿Qué hay de Knuckles? —

— Me dijo que se iría de viaje por trabajo y que no sabría hasta cuando regresaría. Como no había más de que hablar pensé que — Suspiró — podía contarle a Rouge ya que ella es...de confiar.

— Ajá. ¿Y creíste que yo no me daría cuenta?, ¿Acaso no crees lo que te dije?— Frunció el ceño recordando lo que le había dicho el día de su fiesta de compromiso.

Eran simples palabras y una dura advertencia.

Pero ¿qué más da ahora?. Lo importante era ver a Silver lo más rápido posible antes de que se entere demasiado tarde, no se perdonaría la desilusión en sus ojos y como la vería a ella en cuanto se enterará, si de por si, el ir a su casa es una vergüenza. No se imagina después.

— Iré a ver a Silver.

Se levanta pero la mano ajena se lo impide. Blaze gruñe en respuesta.

— ¿Por qué vas a ir a ver a Silver? Soy tu prometida debes de darme preferencia —

Blaze abre los ojos de sorpresa y de un jalón retira la mano de la menor. La alfa ya no siente necesidad de practicar sus ejercicios de respiración pues el enojo es tan grande que siente tantas ganas de vomitar, cierra sus ojos por un momento, practica las sesiones que tenía con la psicóloga y empieza a contar hasta diez. Cuando ya siente que se ha calmado es cuando abre los ojos con un ceño fruncido.

— ¿En serio?— Amy traga grueso— ¿Volveremos a discutir sobre el pasado?

— No...N-No es

— ¿Acaso no entiendes que Silver ya es parte del pasado? Es mi mejor amigo, y si no fuera por él ni siquiera me hubiera ayudado a darte otra tercera oportunidad — La alfa agarra sus cosas y sale del departamento hecha furia.

Alguna vez amó a Silver. Era su primer y único amor verdadero, nunca supo en qué momento empezó a sentir sentimientos hacia su mejor amigo de la infancia pero eran únicos que conforme pasaba el tiempo jamás se iban. Hasta que por obvia razón llegó Mephiles.

Tal vez si hubiera llegado antes las cosas hubieran cambiado. Tal vez si no se hubieran separado después de la primaria hubiera podido declarar su amor en secundaria.

Pero, estaría con el riesgo de ser rechazada.

Cuando volvió a reencontrarse con él en la universidad Blaze sabía que el destino había querido juntarlos y esta vez podría declararse después de tantos años. Se había vuelto a convertir en la mejor amiga del albino, hasta que se dio cuenta tarde o temprano que sus sentimientos jamás serían correspondidos pues Silver la veía como una amiga y nada más. De hecho, nunca tuvo la fuerza para decirle sus sentimientos al omega pues cuando lo iba a hacer llegó Mephiles a su vida.

Así que decidió con todas sus fuerzas amar a Silver de lejos. Si él era feliz, ella también lo sería. La diferencia entre Knuckles y ella es que la alfa aceptó que Silver estaba (todavía) perdidamente enamorado del alfa azabache, no intervino. Simplemente se quedó ahí...amando al omega de lejos, apoyando y riendo con él como amigos que eran.

Pero para Knuckles era todo lo contrario, se había aferrado muchísimo a Silver. Mientras que Blaze no...

Más tarde se dio cuenta que no era demasiado tarde para darle un adiós al amor, pues Amy apareció a su vida. Todo había cambiado de un día para otro, el amor por Silver se había esfumado pero todavía seguía ahí, ardiente y fugaz.

Con Amy las cosas cambiaron. Con Amy todo era diferente.

Y aunque en un principio no le interesaba la rosada para un interés sentimental poco a poco el cortejo de la omega hacía ella la hizo trastabillar y darse cuenta que había alguien en el mundo que la amaba más de lo que ella se amaba. Que le podía enseñar las maravillas del mundo desde lo más minúsculo hasta lo más grande.

Esa era Amy.

Pero no todo era felicidad, tuvieron muchos rompimientos a causa de los celos de la menor. Nunca pensó que Amy sintiera celos por Silver. Aunque si lo pensaba mejor era justificable y a la vez tonto.

Había cometido el error de decirle a la omega su amor no correspondido por el de ojos ámbar. En su defensa estaba realmente dolida cuando Silver le dijo que Mephiles le había pedido ser su novio.

Una menuda mierda.

Recurrió al alcohol y contar sus penas a la de ojos limón. No era una buena idea. Pero qué más da.

Lo que no espero es que Amy desarrollará una especie de celos muy tóxicos hasta tal punto de pedirle las contraseñas de sus cuentas personales. Esa fue una de las primeras causas por las que habían cortado en la universidad, la segunda fue porque Amy estaba segura que Blaze le había puesto el cuerno con Silver cuando los vio salir muy "juntos" del salón de artes.

Entre otras causas habían desencadenado que su relación se fracturará. Pero la gata estaba muy segura que no era justificable que Amy sintiera celos por Silver. Sí era cierto que todavía tenía sentimientos de amor puro hacia el menor pero eso no quitaba el hecho que lo dejara solo en una etapa muy difícil y tampoco dejar de ser su mejor amiga.

Además ya había sido rechazada. ¿Cuál es el puto problema?

Soltó un suspiró cuando llegó a la casa del omega. Realmente no estaba muy segura de lo que le diría al albino y mucho menos oler las feromonas del alfa intentando marcar territorio.

— Tienes que hacerlo Blaze.

Se dio ánimos así misma y tocó el timbre. Pasaron al rededor de unos dos minutos y escuchó pasos pesados abrir la puerta. Cara a cara, ambos alfas se veían desafiantes y con aires de fastidio.

— ¿Qué haces aquí?— Mephiles frunció el ceño.

La alfa venía muy vestida; con traje formal color vino (como su olor), zapatos charol negros, una corbata de color negra, camisa blanca y una coleta alta.

— Necesito hablar con Silver. ¿Puedo?— Contestó cortésmente no estaba de humor para soportar este tipo de comportamiento en el estupido alfa que Silver había escogido como padre de su cachorro.

Jodida mierda.

Mephiles la miro por algunos minutos y asintió soltando aún suspiró en forma de resignación. Se hizo a un lado cuando la morado pasó de él y la vio correr hacia el jardín donde el albino se encontraba pintando.

—¡Silver! ¿Tan temprano pintando?— Lo abrazo como si un peluche se tratara restregando su rostro en la mejilla contraria.

El mencionado abrió los ojos emocionado por su visita y aceptó el abrazo que la alfa le estaba otorgando. Vio como el mayor desvío la mirada y se dirigió a la cocina, Silver bufó.

— Lo siento por venir así de imprevisto. Pero tenía que decirte algo importante...a solas.

Ambos se separan y se ven a los ojos. Silver conoce esa mirada y no es una de buenas noticias. Con cuidado limpia sus pinceles con un trapo, los deja dentro de un vaso de vidrio con agua sucia y se limpia las manos con su delantal.

— Vayamos a mi habitación.

Blaze le sigue el paso. En cuanto llegan el primero en cerrar la puerta con seguro es el menor, la mayor se sienta en una parte de la cama del albino, al igual que este, hace lo mismo solo que un poco más alejado. Por seguridad más que nada, no quiere inconvenientes con Mephiles.

— Debe ser muy serio como para que hayas venido a mi casa.

El tono que usa él omega la alerta un poco es un tono preocupado con tintes de saber qué carajos está pasando, con las cejas levemente fruncidas.

Blaze se arma de valor para lo que va a decir es ahora o nunca.

— Knuckles sabe de tu embarazo— Le dice. El albino palidece al escuchar eso y empieza a negar repetidamente.

— E-Es imposible.

Blaze niega.

— Amy se lo dijo — Silver la ve confundido ¿Cómo que Amy se lo dijo? ¿Acaso Blaze se lo contó?— No debí haberle dicho a Amy pero creía que ella podía guardar el secreto, ya me di cuenta que no. Hay una amistad inquebrantable entre Rouge y Amy, no dudo que la estúpida de Rouge le haya querido sacar información.Tú y yo sabemos que Knuckles y Rouge están detrás de todo lo qué pasó en el pasado.

— Pero ¿Por qué?—

— Yo también quisiera saber el porqué mi futura esposa me traicionaría de esa manera. Pero por ahora solo puedo decirte que posiblemente por la lealtad qué hay entre Sonic y ellas.

Silver de verdad que quiso entender a Amy, de verdad lo hizo, pero no entendía como alguien tan dulce como ella podía apuñalar por la espalda a alguien como Blaze. Simplemente no lo entendía. Dudaba mucho que fuera por la lealtad de Sonic, sabe a ciencia exacta que no era por el azulado, pues si fuera así, Tails se iría en contra de él junto con Cream que son los más fiables entre su grupito.

Desde antes de ser parte de ese grupito sabía que Amy y Rouge eran las más víboras. No le sorprendía los rumores de que Silver era un "facilote" lo que entendía era ¿por qué lo atacaban a él y no a otros?

Debe ser por el equidna.

Algo debió cambiar la historia que Knuckles contó para que lo vieran como el malo de la historia.

— No creo que haya sido por eso. Estoy convencido que Knuckles planeó todo, pues el descarado tuvo la osadía de decírmelo. Pero estoy seguro qué hay algo que no cuadra en la versión que dijo tu prometida.

La alfa tardo en entender lo ultimo. Si la versión de Amy era falsa entonces eso quiere decir que...

— ¿Estas diciéndome que Amy es cómplice?—

Nunca lo habían violado. De hecho, jamas deseo que esto pasará solamente quería desahogarse, quería llorar de todo lo que había ocurrido, quería ir con Mephiles otra vez y pedirle perdón por lo que hizo, explicarle el acontecimiento otra vez. Simplemente...estar con Mephiles, con su alfa.

No con un beta que justamente penetra su orificio con brusquedad y enojo. ¿Qué había hecho mal? ¿Qué había hecho como para que Knuckles lo tratará de esa manera?

— D-Duele. Para por favor.

Con esta es la quinceava vez que le pide a Knuckles que pare, no solamente sus palabras lo dicen su cuerpo también lo exige.

— ¿Qué dices? ¿Te gusta? ¿Te gusta que te meta mi verga de esta manera?

Un empuje. Uno doloroso, muerde su labio inferior tratando de callar esos gemidos de dolor, no puede moverse, sus manos están atadas a la patas de su escritorio. Hay vomito alrededor suyo, sangre en su entrada y por más que quiera patear no tiene las fuerzas, sus piernas están inmóviles bajo la pelvis del beta.

Cada penetración duele mas que la anterior. Una y otra vez.
Dirige su mirada al espejo; está completamente roto.

En un intento débil por forcejear se rompió ocasionando que algunos vidrios se incrustaran en su piel. Esto aprovechó Knuckles para someterlo en el piso y amarrarlo.

Cerró sus ojos y rezó. Rezó para que acabara rápido y se fuera.

Lo último que escuchó fue...

— No sabes cuantos he imaginado tenerte entre mis piernas. Abierto para mí.

Maldito enfermo de mierda.

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