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VII

Tener un alfa en celo el cual fue el causante de inducir el celo de un Omega no es para nada gratificante. Shadow arrastraba con todas sus fuerzas al oscuro intentando que esté no se abalanzara contra su esposo y el Omega indefenso.

Los ojos de Mephiles reflejaban el duro martirio que su alfa interior y el luchaban contra sus instintos. Su alfa exigía hacer suyo aquel Omega de dulce olor a tulipanes y Mephiles se negaba a eso ¿Es que acaso su animal interior lo dominaría?

¿Por qué no entiende su alfa interno que ya no es su omega?

Silver dejo de serlo hace mucho tiempo.

- ¿Por qué? - Murmura el alfa con la voz gruesa e hilos de saliva escurriendo en su boca.

- ¿Mephiles?- Shadow se acerca a inspeccionarlo y recibe lo que es la mirada furiosa de un alfa dominante - Mierda.

Nadie sabe lo que pasó pero lo que si se puede saber es que todos quedaron petrificados al escuchar la voz de un alfa dominante sometiendo a un Omega recesivo.

- Silver -

La voz del oscuro entra a sus sentidos, sus piernas flaquean, su respiración es tan errática que es difícil restablecerla Silver cae de rodillas temblando.

Shadow sabe que es una decisión estúpida involucrarse, eso solo ocasionaría una pelea de alfas y lo que menos quiere es causar problemas. Ahora que la comunicación entre su mejor amigo y el ha mejorado no quiere cagarla otra vez.

- Shadow ¿Qué hacemos?- Pregunta su esposo a lado suyo aferrándose a el.

- ¡¿Que crees que estás haciendo Mephiles?!- De un momento a otro Blaze aparece con el ceño fruncido.

Amy jala de su vestido con tal de alejarla y no causar más alboroto de lo que ya era.

- ¡Blaze no te entrometas! ¡Es un alfa dominante!- Exclama Amy soltando un poco de sus feromonas con la intención de tranquilizar a su alfa.

La morada la aparta un poco brusco dejando a la mayoria confundidos e impresionados. Amy cae al suelo.

- Es mi mejor amigo, ¿Es que acaso no ves la situación?- Le dice. La rosada traga grueso.

- Sí, pero esto no está en tus manos - Intenta tranquilizarla soltando más de sus feromonas lo suficiente para marear a la alfa y que al final se desplome en el suelo.

Silver quién se retorcía en el suelo observa la escena, cierra sus ojos con fuerza el no quería que pasará nada de esto su celo no debía de adelantarse. Intentó con todas sus fuerzas levantarse para después correr pero sus piernas y sus sentidos estaban tan nublados que no lograba ni siquiera diferenciar quien era quien.

El brillo en los ojos de Mephiles es más intenso. Los demás se quedan en sus lugares tratando de asimilar lo que estaba ocurriendo, Shadow sabe la diferencia de fuerzas y ambos son alfas dominantes pero cuando Mephiles está en celo no hay nadie quién se le compare, sumándole que frente a él hay un Omega con celo.

La necesidad de hacerlo suyo es palpable.

Finalmente después de varios minutos Mephiles se levanta y aleja bruscamente al azabache rojizo. Le lanza una mirada advirtiendo lo que pasaría si se mete en lo que no debería importarle.

Sonic en un rápido movimiento corre hacia Silver lo logra levantar y antes de que pudiera cargarlo sobre su espalda el albino se lo impide.

- Déjame aquí, no quiero ser una carga -

- No eres una carga y cállate que Mephiles da miedo en su estado no creo que quieras tener sexo con tu ex - ignora los quejidos del Omega y es momento en el que corre para salvar su trasero y a su mejor amigo.

Al llegar al estacionamiento rápidamente saca sus llaves de su bolsillo deja que Silver entre al asiento del copiloto mientras el entra al asiento del piloto. De la guantera saca un frasco de píldoras se lo da al plateado que con dificultad lo agarra.

- Sé que unas simples píldoras no servirán pero hay que disminuir el olor, eres un Omega recesivo - Le explica mientras conduce.

- Solo quiero llegar a casa -

- Me aseguraré de dejar la case en llave, por favor no salgas ¿Tienes ropa de Mephiles?- Pregunta pues sabe que para un Omega en celo el no tener por lo menos una prenda de algún alfa, el celo puede ser realmente doloroso.

- Creo que si - y Sonic no quiere compartir la ropa de su alfa con Silver. Porque aunque lo haya perdonado no quiere decir que no desconfíe.

Tampoco es como que se le haya pasado por la mente la idea... simple precaución.

Al llegar al hogar del plateado Sonic se apresura a ayudar a su amigo y llevarlo hasta su habitación con pasos torpes. Mientras eso ocurre Shadow se encarga de tranquilizar al azabache eso llevo aproximadamente cinco minutos en los que Scourge le dió a Mephiles un supresor.

- ¿Mephiles estás bien?- Interroga Shadow una vez que la pastilla hizo efecto.

- Llévame a mi casa antes de que tenga las ganas y la necesidad de cogerme a Silver - Le recomienda. Shadow asiente y lo carga en su espalda.

- Lamento a todos lo que pasó, muchas gracias por acompañarnos a Sonic y a mi - Expresó con una sonrisa hablando.

Todos asintieron agarrando sus cosas para irse, Scourge y Manic son los que se acercan a los dos azabaches.

- ¿No quieres que te ayude Shadow?- Le pregunta Scourge con la incertidumbre de que algo malo sucediera. Shadow por un momento ve a Mephiles y obtiene una mirada de desaprobación. No es que el oscuro no quiera que lo acompañe pero no quiere tener la compañía de nadie que no sea de Shadow.

- Lo siento Scourge - Se disculpa. El verdoso asiente un poco indeciso pero sabe y entiende a la perfección la situación.

El celo de Silver realmente es un infierno, araña las paredes, se restrega contra la pared en busca de un contacto físico, lleva varios minutos sacando y sacando ropa del closet en busca de alguna prenda de algún alfa en específico; de Mephiles. Incluso el masturbarse e introducirse los dedos no ayuda, Sonic dejó la casa bajo llave el calor es tan asfixiante que siente morirse.

- Ngh... necesito...alfa - Murmura.

Se retuerce en el suelo, está completamente desnudo el lubricante escurre a chorros, sus ojos se dilatan mientras su lengua es expuesta al exterior. De pronto, su nariz capta un olor embriagante, un olor a alfa, la habitación está tan inundada de feromonas que hace lo posible para expulsarlas y dejar que ese alfa afuera entre y lo penetre.

Silver se levanta lo más que puede, como arte de magia logra que sus piernas se muevan. Baja las escaleras lentamente y conforme baja cada escalón ve una silueta alta que intenta abrir la puerta. Se da cuenta que está bajo llave así que en el último escalón sus pies se enrollan y su rostro se estampa en el frío piso.

- Alfa- Súplica. El tipo que está del otro lado empieza a golpear la puerta con fiereza. Importandole poco los vecinos solo con saciar su deseo.

Lo último que escuchó antes de entrar en inconsciencia fue la voz de Mephiles.

Despierta abruptamente con el calor ardiendo en su cuerpo, se encuentra en su cama y a lado suyo Mephiles duerme en una silla con el ceño fruncido.

¿Qué hace aquí? Es peligroso...

Cubre todo su cuerpo hasta la cabeza, enrollandose con la cobija ignorando el despertar del alfa a su lado. El miedo se apodera de él.

El es un Omega recesivo y aunque sabe que Mephiles no quiere sexo con el, el alfa interno del oscuro lo exige y su Omega interno también.

- Sé que estás despierto -

Silver se sobresalta pero no sale de su escondite.

- No te haré daño Silver...estoy bien. Por ahora.-

Por ahora, maldita sea.

- Deberías tener a alguien con quién pasar tu celo.- Continúa.

- Pero estás aquí - Decide hablar Silver. La intención es matar el tiempo antes de que el calor se apodere de el, realmente no quiere saltar hacia el oscuro.

- Y no debo, pero sería una mala decisión dejarte solo en tu casa. Nunca me gustó que tuvieras puertas de madera, son fáciles de derribar - Dice. Silver traga grueso, está empezando a sudar.

- No me pasó nada en ese entonces porque tú estabas viviendo aquí.

- Ah, se me había olvidado. No tardará en llegar Shadow, olvidé mis llaves en la fiesta.

- Es peligroso que estés aquí, ambos estamos en celo -

Y el Omega sabe que tiene razón porque el alfa no dice nada y sin embargo, se crea un silencio donde el sonido de las cigarras se escucha junto con los ruidos característicos de una ciudad. Mephiles suspira a su lado y aclara su garganta.

- Te voy a ser sincero. Da la casualidad de que vivimos cerca, y mientras pasaba en auto algo me llamó la atención - Hizo una breve pausa. Las feromonas de Silver inundaron sus fosas nasales, se removió de su sitio pero no se levanto - No te iba a dejar solo.

- Mephiles entiendo el punto pero por favor vete...ngh...- Soltó un quejido que fue escuchado por el alfa.

- No te voy a tocar - Le aclara - pero mi alfa quiere hacerlo, tu Omega me está llamando, no puedes negar eso.

No lo niega sabe que su Omega ha estado luchando en su interior y por esa razón dejó salir sus feromonas no entiende como no reaccionó Mephiles ha su olor al momento de entrar a su habitación. Pero lo que si sabe es que si no cumple con el deseo de su Omega se arrepentiría después.

No quiere eso, no quiere luchar con sus instintos. Está mal, sabe que Mephiles lo odia.

El simple hecho de entregarse a Mephiles le dolería. A pesar de los años todavía lo sigue queriendo. Jamás dejo de amarlo.

Y si el entregarse solo sería carnal no lo haría o por lo menos no ahora que está "consciente"

La cobija es removida y tirada al suelo. Su piel desnuda se eriza y chilla su Omega de alegría al sentir la mano del alfa abrir sus piernas. El plateado alza la vista encontrando esos ojos dilatados y brillantes, reflejando el deseo puro, el deseo de hacerlo suyo.

- Meph-

Ya es demasiado tarde hacer que el azabache entre en razón pues el que está tomando el mando es el alfa y no el oscuro. Mientras es besado una mano es llevada a la parte íntima del menor. Silver jadea en medio del beso eso hace que el mayor aproveche la pequeña abertura para dejar entrar su lengua.

- Déjame tomarte - le murmura al finalizar el beso. Silver lo ve y no sabe que decir, el calor aumenta su entrada la siente tan húmeda.

Se siente mojado por su alfa.

El quiere negarse ante aquello, decirle que no pueden entregarse, decirle que ha estado perdidamente loco por ser tocado por él, que su Omega solo chilla cuando Mephiles lo toca.

Me voy a arrepentir...

Y no es malo dejarse llevar por sus instintos carnales, al fin y al cabo, solo es sexo.

El mayor rompe su silencio con un beso, un beso ardiente, fogoso y con una pizca de dulzura. Silver no se iba a quedar atrás siguiendo con dificultad el ritmo apesar de lo abrupto que fue Mephiles. Hace tanto tiempo que extrañaba esos besos ardientws y dulces. Las manos traviesas del oscuro se deslizaron hacía su cadera donde ahí su pulgar acarició suavemente su ingle.

El plateado soltó un pequeño jadeo audible para el azabache quién gruño como respuesta aprovechando que la otra mano del alfa apretara su glúteo con fiereza, el movimiento de su mano es como el exprimir una esponja. Silver enrosca sus brazos alrededor del cuello de Mephiles, este mismo rompe el beso y olfatea el cuello del albino deleitándose con el dulce aroma a tulipanes.

Y Silver se permite oler el amargo olor a café. Tan embriagante, tan él.

Pasa su lengua por esa zona erógena dejando un camino lleno de mordidas y pequeños chupetones.

Antes de que el plateado le diera más espacio, el oscuro muerde su piel con fuerza ocasionando que sangrara y Silver soltará quejidos de dolor. Mephiles siguió mordiendo, succionó y lamió el hematoma que se estaba formando.

- D-Duele -

Ojos reptil se levanta observando el cuerpo desnudo y blanquecino de Silver, las pequeñas mordidas apenas eran visibles y el chupetón que dejó tenía un rojo suave. Sonrió satisfecho, sabía que ese chupetón no desaparecería tan fácil. Y su alfa interno estaba demasiado orgulloso.

La imagen que veía era jodidamente deliciosa su miembro palpitaba de atención, hace tanto tiempo que no tenía un celo tan agresivo.

- A-Alfa - Silver lo llamó.

Mephiles chasqueo la lengua, optó por quitarse la playera y desabrochar su cinturón.

El calor los asfixiaba.

El menor se relamió los labios desde donde estaba. Como pudo gateo a la orilla de la cama donde apenas el pantalón del mayor era retirado y antes de que pudiera despojarse de sus boxer la mano de Silver se lo prohibió.

- ¿Qué estás haciendo?- Alzó una ceja.

- Yo...quiero- murmuró deslizando lentamente la tela.

Mephiles sonrió.

- De acuerdo -

El pene del azabache golpeó un poco su mejilla, se encontraba erecto y con líquido preseminal. Los dedos del plateado dieron leves toquecitos por la punta, palpando el terreno incluso pequeñas líneas color azules resaltaban por la gran longitud. Anteriormente cuando eran universitarios nunca llegaron a la intimidad, y ver a Mephiles necesitado de atención con un rostro sonrosado simplemente le encantó...

Silver dio una lamida, luego otra, y otra, consecutivamente. El mayor agarró de las púas al menor obligándolo a meter toda su verga en su boca, ocasionando que el plateado casi se atragantara e intentará sacarlo de su garganta sentía que su respiración se iba de a poco.

Nunca le había hecho una mamada a un pene grande y duro.

— Respira.

Obedeció y trato de regular su respiración. Bastaron dos minutos para que Silver se sostuviera de la orilla de la cama y empezará a chupar desde la base hasta la punta dejando rastros de saliva y mordidas pequeñas. Escuchando los pequeños gemidos y gruñidos de Mephiles.

Llegando hasta la punta, el mayor tomo de las púas del albino y empezó a joder su cavidad simulando embestidas.

Silver cerró sus ojos, respirando con dificultad y está vez apoyándose de las piernas del oscuro.

— Ya casi...— Susurró el moreno frunciendo su ceño.

No faltó mucho para que el líquido seminal fuera expulsado y con ello el omega tosiera.

El alfa lo tomo de la cintura, lo elevó y lo dejó en la cama posicionandose entre las piernas de Silver. Bajó la vista hasta encontrar el miembro erecto del Omega.

— A-Alfa.

Metió todo el falo en su boca escuchando un gemido bastante alto y como respuesta obtuvo las manos del menor adentrándose entre su púas invitándolo a chupar su pene.

Mephiles con gran facilidad le hacía una mamada satisfecha y muy bien trabajada. Primero chupo la punta alrededor de cinco veces continuas sin llegar a la base y después se permitió llegar a ese punto y subir y bajar, todo consecutivo.

Antes de que eyaculara el Omega. El alfa sacó el miembro de Silver y con su mano empezó a masturbarlo tapando la uretra con un dedo.

— No te corras hasta que te lo indique.

— ¡Ah! P-Por favor.

Se inclinó, lo agarró del cuello y lo beso mientras lo seguía masturbando.

— ¿Por favor?— Alzó una ceja aumentando la velocidad.

— ¡Ah! ¡Métela ya por favor! — Suplicó jalando de las sábanas.

El azabache sonrío cuando sintió el líquido ser expulsado. No faltó mucho para que el menor regulará su respiración, Mephiles por otra parte se relamio los labios, su pene seguía erecto.

Abrió las piernas de Silver en un ángulo de 180°, sostuvo las caderas del Omega y se unió a el en un solo empuje.

— ¡AH!— Gimió aferrandose de las sábanas nuevamente.

El lubricante natural de Silver le dieron el trabajo fácil de entrar sin la necesidad de prepararlo. Dolía un infierno, las paredes uterinas del Omega apretaban su miembro, sentía como si una pinza lo sujetará con fuerza. Empezó a acariciar el rostro del albino tratando de relajarlo de limpiar las lágrimas derramadas por todo su rostro.

Mephiles llevó sus labios al pecho de Silver besando y lamiendo cada centímetro de su piel hasta llegar a esa parte sensible de su ex pareja. Los pezones rosados de Silver. El omega jadeo al sentir la caliente lengua del oscuro lamer sus pezones y morderlos hasta dejarlos completamente rosados e hinchados.

Se echó para atrás dándole más espacio de besar, chupetear y lamer su piel hasta que se cansará.

Sus piernas juntaron más sus cuerpos, la necesidad de sentirse piel con piel era significativa. Mephiles lo sentía, así que agarró de las manos a Silver y lo embistió. Al principio los empujones fueron lentos y un poco torpes pero con ayuda del plateado las embestidas siguieron su ritmo.

Gemidos y jadeos se mezclaban por el aire.

— ¡Ah! ¡Mephiles! — Exclamó al sentir el pene del oscuro tocar su punto — !Ahí! ¡Sí, ya sabes que hacer mi alfa! — Mephiles gruño de satisfacción golpeando su próstata una y otra vez mientras las manos de Silver recorrían sin vergüenza alguna cada músculo trabajado del mayor.

De vez en cuando juntaban sus frentes uniéndose en un beso necesitado, callando sus gemidos y jadeos. Solamente el sonido húmedo de sus pieles hacían eco en la habitación. Podrían decirse millones de cosas en un momento como este pero sus mentes eran nubladas por el deseo interno que no importaba las respuestas y las preguntas.

Solo eran ellos dos, teniendo sexo y entregandose por primera vez. Porque sin pensarlo se estaban uniendo en cuerpo y en alma aunque no completamente conscientes.

Silver aún mirando el techo se volteó dejando su trasero al aire agarrándose de las sábanas con rapidez puesto que el alfa entró nuevamente en el sosteniendo sus caderas, llevando una mano al vientre del albino, respirando el aroma embriagante y gruñendo con dificultad sin dejar de penetrar su próstata. Silver sentía ver las estrellas y si era posible el universo.

Para este punto sus olores se mezclaron alrededor de toda la habitación.

Silver sintió cerca de su hombro el aliento de Mephiles, lo agarró de la nuca y lo junto en un beso sintiendo el pene del alfa entrar y salir. Incluso el chapoteo de su lubricante con el miembro del alfa lo estremecía.

Se separó del beso dejando un hilo de saliva, y antes de pudiera pronuciar algo el azabache le jaló de las púas y lo siguió embistiendo con fuerza, no lo dejaba ni respirar. Ni siquiera de poder tragar saliva.

— ¡Ah! Silver.

— Sí también yo...— Jadeó. El orgasmo estaba cerca, como pudo sujetó las manos de Mephiles y las llevo a su pecho, a sus piernas y a sus nalgas para que esté pudiera masajear a su antojo.

El azabache le dio una nalgada y mordió su hombro.

Los movimientos se hicieron más erráticos ambos se sentían cerca de llegar al final. El Omega sentía el pene del alfa crecer en su interior, el inicio de un nudo.

— ¡Ngh! Alfa no crezcas — Jadeo.

Mephiles olfateo cerca del cuello de Silver y esté se echó para atrás dejando ver su glándula Omega siendo estimulada con besos y pequeñas pero sensuales lamidas. Justo antes de que Silver pudiera entrar en razón y de recobrar la conciencia el azabache lo había mordido.

Silencio un grito de dolor apretando sus labios y ojos, los caninos ajenos se habían incrustado en su piel succionando cada parte de su ser incluso sus aromas empezaban poco a poco fusionarse siendo una sola, podía sentir el revoltijo de emociones invadiendolo.

Se corrieron ambos, el alfa en su interior y él manchó las sábanas.

Los dos se dejaron caer a la cama. Dejándose llevar por el cansancio.

......Buenasssss JAJAJAJ ya se, antes de que empiecen los reclamos :v relajen el culo ;-;.

Primeramente, ¿Cómo están?, ¿Cómo se la pasaron en navidad?.

En lo personal me dio un bajón muy feo, una razón por la cual no actualicé, y es que cuando te gusta alguien...ya no hay vuelta atrás. En mi caso, me mandaron a la verga por tercera vez JAJJA y pues no lo hagan banda no idealicemos nada más porque hacen cositas (pequeñitas, pero que para nosotros son grandes). Segunda razón, es porque me había quedado sin inspiración, apesar de que esté capítulo iba a ser explícito no sabía como debía comenzar y ahí me ven escribiendo y borrando.

Lo que no pensé es que se iba alargar mucho más aparte que se acercaron unos exámenes y luego las fiestas, pues fueron motivos para no poder actualizar.

Pero ya andamos aquí y realmente espero que les haya gustado siento que le faltó más, pero quise dejarlos con las ganas. Para los conocedores del omegaverse saben que falta más que una simple eyaculación, no se preocupen no es que me se haya olvidado, el próximo capítulo se comprenderá

Sin más que decir me despido, chao puticiervossss

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