"¡Chingada madre!" El grito provocó que la chica castaña abriera los ojos con somnolencia.

Al bostezar y frotar sus ojos un poco pudo ver como su esposo se tropezaba cayendo al suelo al intentar colocarse los pantalones al mismo tiempo que salía del baño. El chico se levantó lo más rápido posible, se veía despeinado mientras se acomodaba los pantalones. Tenía una camisa de tirantes gris y su característica cadena, todo con un suéter a medias de poner.

"¿Buenos días?" Murmuró Mary confundida viendo como Alex buscaba sus zapatos.

"Buenos días." Dijo rápidamente buscando uno de sus gorros, no se tomó ni un segundo para mirarla. "¿Dónde está...?" Se hablaba a si mismo todo el rato.

"¿Qué buscas?" Preguntó la mujer levantándose de la cama con calma. Del buró tomó algo con que atarse el cabello y lo hizo tomándose su tiempo, no como su esposo, que parecía que iba a explotar.

"Mis gorros." Dijo rápidamente. "Me quedé dormido, no sonó la alarma y en menos de dos horas debo estar en el aeropuerto. No tengo nada listo para irme, ni la maleta." Hablaba estresado tomando su maleta casi vacía. "¡Aagh! ¡Me lleva la verga!"

Mary tomó su bata beige y se la colocó para amarrarla. Mientras Alexis seguía diciendo groserías y corriendo por todos lados, ella salió de la habitación hacia el cuarto de la limpieza, mismo que tenía la lavadora, secadora y otras cosas. Tomó un cesto vacío y de la secadora sacó ropa limpia y seca. Sacó todo y lo llevó a la habitación donde ni miró a su esposo. Sacó la ropa del cesto para doblarla y colocarla en la maleta. Había limpiado todo para que llevara ropa fresca a su viaje, pero no lo sacó de la secadora. Mientras ella guardaba todo en la maleta le dejó fuera su gorrito gris con negro, él al verlo lo tomó y se lo colocó.

"¿Y mi saco?" Preguntó Alexis con toda esperanza de que su señora le resolviera.

"Lo busco ahora." Dijo ella cansada yendo nuevamente al cuarto de la limpieza.

Alex buscó todo lo que necesitaba y preparó una mochila para llevarla con él. Al Mary volver tomó el saco sin pensarlo dos veces colocándoselo. Ella volvió a salir de la habitación a la cocina. Cocinó un pequeño desayuno rápido al mismo tiempo que preparaba café. Dejó la mesa lista con su plato y una taza. De la alacena bajó un toper donde guardó el desayuno de su esposo, luego un termo cerrado con el café para este.

"¡No me va a dar tiempo ni a com—" al salir de la habitación corriendo se detuvo para ver como su señora ya le estaba preparando el desayuno para llevar. "Ay,Mary,¿yo qué haría sin ti?" Preguntó aliviado recibiendo el toper con el termo.

"Allez au Name your price avec cette chienne." Le respondió la castaña sentándose para tomar su taza.

"¿Ah?" Alexis puso mueca confuso. Pero no podía quedarse a preguntar. "Mierda,voy tarde." Dijo estresado mirando su reloj viendo que evidentemente llegaría tarde. "No puedo pedir un taxi ahora, a lo que llega ya será tarde.. ¡Y tú ni vestida estás para poder llevarme!" Parecía que lloraría.

"Te pedí un Uber hace rato." Le dijo Mary tomando de su café. "Lleva cinco minutos esperándote."

El pelinegro la miró con los ojos más brillantes nunca antes vistos. Se acercó con prisa a ella y le plantó un gran beso para después aferrarse a su cuello fingiendo un abrazo al tener las manos ocupadas. "No mames, como te amo, Mary. Sin ti no existo." Le dijo genuinamente agradecido.

Marilyn le correspondió y lo abrazó de vuelta. Con una pequeña sonrisa cerró los ojos disfrutando de su calidez. A saber cuando volvería. "Ten un buen viaje." Le dijo con dulzura para darle un beso en la mejilla separándose.

"Gracias." Le dijo por última vez dándole un último besito antes de irse casi cayéndose de nuevo.

La castaña vió como se fue. Se levantó de su silla y fue a la puerta. Con su bata beige amarrada y su taza color negro mate se recargó del marco de la puerta para ver al chico subirse al Uber luego de subir las cosas en el baúl. Le dió un trago a su café dulce viendo como su esposo volteaba a la ventana y se colocaba el cinturón. Al verla se despidió con su mano sonriendo con esos dientes preciosos. El auto comenzó su rumbo al aeropuerto bajo la mirada de Mary.

"Même si je ne peux pas y aller, ne pense même pas que tu vas me battre, putain de salope." Soltó la chica al aire tomando nuevamente de su café para entrar a su casa y cerrar la puerta.

La magia de este fic es que los escribo y leo en putiza para editarlos cuando ya se subieron

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Si hay faltas de ortografía o un error,por favor déjenme saber.
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