Alexis no hacia más que trabajar en sus proyectos y en cosas de la universidad. Marilyn iba seguido a su estudio para decirle que bajara a cenar pero él insistía en quedarse en su estudio y que comería allí. Mary nunca dejó de insistirle con su dulce tono pero la respuesta era la misma. De la única forma en la que se le acercaba a Amely era cuando Mary la alimentaba, bañaba o cambiaba y le pedía algo a él, como un cambio de ropa o una toalla para secarla,ahí era el único momento cuando se le acercaba a la bebé pero igualmente no la cargaba ni nada. El único proceso que habían hecho era que le decía oraciones cortas y ya.

El pelinegro iba a bajar las escaleras al primer piso para ir a buscar algo de comer. Al estar bajando escuchó el ruido de la cocina y el aroma característico de un pastel, asumió que Mary estaba horneado. Iba a ir a picar un poco de pastel pero se detuvo al escuchar a su hija hablar.

"Mama." Llamó Amely con suavidad mientras paraba de jugar con sus cubitos.

"Dime,mi amor." Le respondió la mujer mientras sacaba el pastel del horno.

"¿Papa me odia?" La pregunta desconcertó tanto a Mary que estaba allí como a Alex, que estaba escuchando todo desde las escaleras. Mary dejó el pastel sobre la estufa con algo de rapidez para quitarse sus guantes de cocina.

"Papá no te odia,Amely." le dijo para mirarla con preocupación. "¿Porqué piensas eso?" Preguntaba ahora ella acercándose a la bebé.

"Papa no me quere por mi piernita,¿vedad?" Volvió a hablar destrozando el corazón de su papá. "Poque mi piernita etá pupa." Dentro de su inocencia no entendía la situación y apenas deducía que tuvieron un accidente de auto hace unos pocos días. Era una bebé, después de todo.

"No,no,mi vida,papá te ama muchísimo." Dijo la castaña para agacharse un poco quedando frente a frente con Amely. "Eres todo en el mundo para él y te ama más que a nada." Le decía con una pequeña sonrisa dulce y un tono igual de dulce pero con delicadeza.

"Pero no me habla..." murmuró la bebé con mucha suavidad. Alexis sintió como su corazón se hacía trizas al escuchar en su hija las ganas de llorar atoradas en su garganta.

"Es porque está muy ocupado con su trabajo,bebé. No tiene nada que ver con tu piernita,solo es el estrés." Insistió la mujer para cargarla con cuidado y darle un pequeño beso en la mejilla. "No pienses que papá no te ama porque daría lo que sea por ti...¡Y mamá también te ama mucho,mucho,mucho!" Le dijo con un tono chillón para darle muchos besos por toda la mejilla haciéndola reír y así dispersando el ambiente tenso que se hizo.

Alexis tragó el sabor amargo de los que escuchó y se devolvió a su estudio tratando de relajarse después de todo lo que estaba sintiendo. Solo quería tirarse a llorar por horas mientras pensaba en todo lo malo que estaba haciendo ahora como papá..y como esposo.

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