[O.5] the bind date
AL DÍA SIGUIENTE
—Cómo me veo? —pregunta una vez más Abde ajustándose el traje que llevaba puesto.
—Te ves bien, Abde —relaja Mar tomándolo por los hombros—. Ya sabes cómo iniciar. Primero ofrécele una disculpa y cuando te deje hablar, le explicas lo sucedido.
—Si, Mar —da unos soplidos extraños.
La morena lo mira extraño—. Qué haces?! No vas a jugar un partido de fútbol.
El marroquí se calma—. Créeme, estoy más nervioso que cuando disputo partidos importantes.
—Muy bien. Significa que mi hermana es mucho mas valiosa para ti.
—Lo es —se sincera viéndola directo a los ojos.
Mar se queda pensando en que si la cita salía bien, significa que Abde siempre fue el chico ideal para su hermana—. Recuerda que Triana tiene razón en todo momento y que tu la cagaste.
Abde asiente y ambos se preparan para la noche. La española se encarga de llevar a su hermana al restaurante que acordó verse con Abde poniendo la excusa de que había conseguido una doble cita con un par de chicos guapos.
—Ya te hace falta un chico, Triana —intenta Mar convencer.
—Creo que yo decidiré cuando quiero volver a salir en citas —dice.
—Vamos, hazlo por mi, quieres? El chico era guapo —insiste.
Triana asiente—. Con quién dejaste a Eustass?
—Con uno de tus compañeros de trabajo. Eso es lo de menos.
Las chicas llegan al lugar—. Mar, yo no creo que esto sea buena idea...
—Ah! Ahí está! —indica Mar lista.
—Está? No querrás referirte están...? —la voz se le va cayendo al formar contacto visual con su ex pareja. Sus piernas comienzan a temblar por lo que jala a Mar del brazo—. Mar, Abde me esta mirando fijamente. Será mejor salir de aquí. Aún no me siento preparada para dirigirle la palabra.
—Tri, —detiene Mar— yo le pedí que viniera.
Esta fulmina con la mirada a la morena—. Disculpa?! Cómo que Abde está aquí porque tú se lo pediste?!
—Antes de que explotes y me mates. Creo que ya va siendo hora de que le des la oportunidad a Abde de expresarse. No te estoy diciendo que lo perdones y regreses con él en ese instante, más bien que entiendas lo que sucedió. —Triana seguía sin mover ni un sólo dedo—. Ya estás aquí, tampoco te quieras ver como la mala de la historia y nunca dejar que Abde te explique.
—Yo no soy la mala...
—Sabes bien a lo que me refiero —finaliza Mar y ambas caminan para acercarse al marroquí quien las esperaba junto con Eustass.
—Tía, Abde es un buen tipo! Fue muy lindo conmigo —afirma mientras el futbolista le revuelve el cabello.
—Ven Eustass, que nos tenemos que ir —Mar extiende su mano.
—A donde vamos, mami? —pregunta el chiquillo.
Mar y Abde se lanzan unas miradas sabiendo exactamente a dónde irían—. Tenemos algo importante que hacer —y con eso se retiran.
Triana se limita a observarlo a los ojos mientras que Abde no podía parar de mirarla. Quería decirle que seguía viéndose igual de reluciente y hermosa desde la ultima vez pero tampoco quería agobiarla—. Si quieres sentarte...
—No. No pienso quedarme por mucho tiempo.
Las palabras hacen añicos el corazón de Abde—. Yo sé que el pedirte disculpas ya es muy tarde y sobrevalorado. Pero, discúlpame, Triana. Perdón por lo que te hice.
—Tienes razón, un perdón no soluciona lo que hiciste. Me dejaste plantada en medio de nuestra cita! —reclama enojada.
—Lo hice, lo sé. Y no hay perdón para eso. —se lamenta—. Pero el escucharte decir que ya estabas lista para el siguiente paso que era el comprometerse y vivir juntos me asustó demasiado. Sentía que estábamos yendo muy rápido en nuestra relación que presentía el hecho de que una vez comprometidos o casados, terminaríamos peleados por cualquier estupidez y esto no tuviera remedio.
—Es decir que me dices que no tenías esperanza que lo nuestro durara? —cuestiona dolida por aquel escenario.
Algo que Abde no podía combatir era el hecho de que Triana pensaba y repasaba cada escenario posible que podia ocurrir—. No, al contrario. Creía que quizá tu eras la que se molestaría conmigo por algo que te incomodara y terminaras rompiendo conmigo.
—Me das a entender que soy imposible de adaptarme a cualquier situación? —pregunta con la intensión de hacerle más difícil el reencuentro. Y al ver que estaba funcionando, comenzó a sentirse mal por el marroquí pues él intentaba quedar en buenos términos con ella, pero Triana no se dejaba tan fácil.
—Triana, tu eres una mujer perfecta y yo soy un desastre. No tengo orden en mi vida y tu eres una persona estable; eres alguien que se merece esa misma seguridad y yo en aquellos momentos no era el hombre indicado. No iba a dejar que te estancaras conmigo y que yo fuera una carga. Entiendo y estoy consiente que debí decirte esto desde un principio pero no encontraba las palabras adecuadas para expresarme.
—Y crees que ahora has cambiado?
—He progresado. E insisto en mejorar para evitar este tipo de errores. Tenía miedo de perderte por mis inseguridades pero terminó pasando. Ahora, prometo ser responsable y mejor primero hablar directamente de cómo me siento al respecto. de cada situación.
La española había quedado admirada por el gran valor que Abde ha demostrado en este momento. Había cambiado mucho en tan poco tiempo. Parecía que ya no era el mismo chico que conoció en un antro dispuesto a correr cualquier tipo de riesgo sin pensalo, el ser atrevido sin revisar antes ya no estaba. El futbolista había madurado.
—Me alegra saber que has cambiado y que deseas ser una mejor persona. —No obstante, Triana recordó que ella era la que siempre impulsaba a Abde a la toma de decisiones. Había veces en la que lo presionaba inconscientemente sin permiso y quizá por ello ambos se estaban encontrando en esta misma situación.
No toda la culpa tenía que recaer en los hombros de Abde por el simple hecho de que él fue quien terminó. Tal vez el hecho de que Abde haya ocultado lo que le pasaba era resultado de que a lo mejor no se sentía cómodo en revelarle porque sabían que ella no estaría de acuerdo y lo iba a presionar para que se llevara a cabo la mudanza y compromiso sin el consentimiento de Abde.
La verdad oculta era que Triana era la que estaba apresurando la relación. No Abde.
—Verás que tu siguiente relación te irá de maravilla —finaliza girándose para irse.
—Triana, espera... —intenta detener el atleta.
—Entiendo lo que sucedió. Y agradezco tu gentil honestidad. Pero lo mejor sera será dejarte ir y olvidarte —explica con voz ligera.
Logra tomarla de la mano para evitar que se vaya. Esto hace que Triana se volte para verlo directo a los ojos. Abde nota que los ojos de la castaña estaba levemente cristalizados haciéndolo entender que Triana lo había perdonado, pero ella aún no se perdonaba. Abde tenía el poder de leer la mente de la española. La conocía al pie de la letra.
—Crees que es tu culpa —le dice con delicadeza recordando su noviazgo—. Por supuesto que no lo es. Eres una mujer segura de sus decisiones. Alguien con firmeza al hablar y dispuesta a cumplir sus metas sin importar los obstáculos. Sólo que esta vez el obstáculo era yo.
—No... —negaba Triana poco a poco sintiéndose débil al notar que Abde la estaba abrazando por la cintura y tomando con la otra mano su mejilla.
—Si lo era. No importa cuantas veces quieras alejarme de ti. Siempre estaré luchando para regresar con...
Se negaba a escuchar el resto de la oración porque no se merecía a alguien como Abde. Ahora los roles se estaban cambiando.
Calló a Abde con un profundo beso el cual hizo que muchas emociones se juntaran y terminaran explotando en un simple beso. Un gesto que provocó que Abde encontrara la paz en ese conflicto interior que tenía consigo mismo. Sin embargo, este beso no significaba que la situación estaba arreglado.
Triana se separa lentamente—. Lo siento, Abde. —dice susurrando y por fin camina lejos del marroquí
La culpa es de ambos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro