Capítulo 2
"Kisses of fire, burning, burning
I'm at the point of no returning"
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12 de diciembre de 2021
Fiesta de fin de temporada
VITTORIA
Con pelo suelto ondulado, mi vestido rojo de brillantes que me llegaba por arriba de las rodillas y con tacones a juego de tacón de aguja, entro a la fiesta privada de fin de temporada de Fórmula 1, dónde mucha gente ya estaba presente y el bullicio era más que notable.
Me encontraba totalmente sola ya que mi amiga barra manager había pillado un catarro del copón, y se quedó acostada en la habitación de hotel, pero yo, ya que había sido invitada por redbull, el equipo ganador, me era casi imposible faltar, así que no tuve más remedio que presentarme sola.
Camino entre la gente como puedo, ya que el lugar estaba más que lleno, y la gente no dejaba de llegar, tanto trabajadores de la Fórmula 1, como demás famosos invitados, incluyéndome, estábamos ahí, y el lugar parecía que no daba para más.
Sola en un lugar tan grande y lleno de personas hacía que me sintiese pequeña e indefensa, así que para reforzar mi valentía me fui directa a la barra a por un Martini cargado.
Una vez el chico que atendía la barra me tiende la bebida, le doy un trago y observo la multitud con esperanza de encontrarme con una cara conocida, y no tardé mucho en divisar a alguien a quien ya había visto y hablado esta misma mañana, ni más ni menos que al nuevo world champion, Max Verstappen.
—Vaya, como tu por aquí?— pregunta en claro tono de broma
—No se, solo me pasaba por aquí — continúo siguiéndole el rollo
El sonríe y suelta una pequeña risa, para acercarse más a mi y sentarse a mi lado.
—Estoy feliz de que estés aquí, lo cierto es que esta mañana me quedaron ganas de hablar más contigo— dice sincero el holandés
Su sinceridad me sorprendió, ya que no era algo a lo que estuviese acostumbrada viniendo de alguien a quien conocía de tan relativamente poco.
—Vaya, y eso?— pregunto con pura curiosidad
—Bueno, es que lo cierto es que más que por mi, es por un amigo que es algo así como fan tuyo— dice sorprendiéndome
—Ah si?, pues presentamelo— digo divertida
—Enserio?— dice esta vez sorprendiendose el, como si le hubiese resultado muy fácil
—Venga, vale— contesto sin más
Sin siquiera decir una palabra, el holandés da media vuelta y se va por donde ha venido dirigiéndose a un reservado, el cual de hecho era de redbull donde yo también tenía acceso a entrada, por alguna razón no se me había ocurrido ir antes.
Tan solo 3 minutos pasan, cuando Max vuelve, pero esta vez, acompañado de un hombre castaño claro, trajeado, alto y guapo, casi un modelo si me lo preguntáis.
—Vittoria, este es mi amigo William— dice dándole al hombre de su lado un pequeño empujón
—Encantada William, soy Vittoria Di Martino— digo extendiendole mi mano
—William Chase, el placer es mio— dice tomando mi mano
—Bueno, os dejo conversar, nos vemos— dijo Verstappen para irse tan pronto como esas palabras salieron de su boca
William toma el asiento que anteriormente había sido tomado por Max, y estamos sentado el uno frente al otro en unos taburetes de barra.
—Max me ha dicho quería presentarme a ti— digo intentando romper el hielo de alguna forma
—Si, aunque bueno, lo cierto es que he sido yo quien le ha pedido que nos presente— dice seguro de si mismo
Vaya, que hombres tan directos
—Y eso?, a que se debe?— pregunto curiosa
—No te voy a mentir, te he visto hoy en la carrera en el garaje de Redbull, en el que por cierto yo también estaba, y no podía quitar los ojos de encima de ti— confiesa sin titubear, lo que hace que me sonroje en cuestión de segundos
—Bueno, gracias— respondo con cierta timidez
El simplemente sonríe y me mira penetrantemente, por lo que aparto la mirada un tanto incomoda.
—Y bueno, de que conoces a Max?— digo intentando tener una conversación.
—Somos amigos desde hace muchos años, mi padre que en paz descanse, era Francis Chase, socio y patrocinador de redbull, no es por echarme rosas, pero la empresa de mi padre, la cual me pertenece ahora a mi, es una de las más poderosas de Austria, y cuando Max empezó en Toro Rosso, mi padre quien era amigo de Christian, nos presentó, y nos hicimos amigos casi que al instante— dijo explayandose mas de lo que esperaba
—Vaya, entonces soys amigos desde hace mucho tiempo— digo sin saber que más contestarle
—Lo cierto es que si— contesta sin más— oye Vittoria, me das tú número de teléfono?— pregunta con una sonrisa coqueta
No sabía realmente si dárselo o no, pero la voz de Claire en mi cabeza diciéndome que debía dejar de cerrarme a la gente cada vez que alguien interesado en mi se me acercase, hizo que cediera más rápido de lo que de normal lo habría hecho, o tal vez era el Martini en copa extra grande que acababa de tomarme.
Le doy mi número telefónico, y una vez lo tiene apuntado aprovecho para levantarme de mi asiento, ya que sentía la necesidad de dejar de estar ahí.
—Me voy al baño, luego nos vemos— me despido y me largo de ahí antes de poder escuchar a William decir una sola palabra más.
Mentiría si dijese que William me había caído mal, era muy simpático, pero lo mío no era conocer gente en fiestas, o al menos era lo que pensaba en ese momento.
A paso rápido me dirijo hacía el baño, el cual por obra de dios estaba casi vacío, cosa rara en una fiesta.
Entro en el aseo y me miro al espejo, me siento rara, tal vez era el hecho de que Claire no estuviese conmigo teniendo en cuenta que íbamos juntas a todos lados, pero me sentía extraña.
Mirándome al reflejo del espejo, me peino y me repaso un poco el pintalabios, el cual estaba un poco descolorido debido a la bebida que había tomado, y una vez me veo un decentemente, salgo de nuevo, en busca de William.
O al menos eso iba a hacer, hasta que en una esquina apartado de todos, veo ni más ni menos que al británico que había captado toda mi atención durante esa misma mañana sentado en un reservado donde tan solo se encontraba el.
En ese mismo instante, todo rastro de William se esfuma de mis pensamientos, y sin siquiera pensar en lo que estoy haciendo, me dirijo hacía el piloto de Mercedes, para una vez ahí sentarme a su lado.
El está callado, pensativo y mirando a un punto, y ese punto era Max Verstappen celebrando con su equipo con trofeo en mano.
Algo dentro de mi se estruja cuando lo veo aquí solo torturandose, y aunque sé que ha notado mi presencia, no se gira ni una sola vez a mirarme.
Así que como veo, soy yo quien tiene que tomar la iniciativa de hablarle:
—Hola, soy Vittoria— digo extendiendole mi mano, mano que no es tomada por Hamilton en ningún momento.
El no contesta, así que yo le vuelvo a hablar.
—Estás bien?— pregunto un tanto preocupada.
Y de nuevo, minutos de espera y ni una sola respuesta, y mucho menos una mirada.
Yo intento comprenderle, pero no puedo evitar sentirme una payasa cada vez que mis intentos de mantener una conversación son ignorados.
Hasta que digo algo que parece tener una reacción en el:
—Lo que ha pasado hoy no es tu culpa, no debes torturarte por ello...— ni siquiera puedo terminar la frase cuando al fin me mira, pero no para decirme algo bonito precisamente.
—Y tu que vas a saber?, acaso sabes lo que se siente tener el peso de todo un equipo en tus hombros y decepcionarlos a todos?— dice con un tono de voz molesto y elevado
Yo me quedo flipando y me levanto para irme, no sin antes decirle un par de cosas.
—Sabes que?, no, no lo se, pero al menos he tenido la decencia de venir y preocuparme por ti, cosa que tu equipo querido no ha hecho— digo para darme media vuelta e irme cabreada.
Y es que esto me pasaba por ser demasiado buena y meterme donde nadie me llama.
Tan solo doy 5 pasos fuera del reservado, cuando una mano agarra con delicadeza mi brazo, pero con la fuera suficiente para no dejarme ir.
—Perdóname, se que tu intención era buena, lo siento— dice arrepentido el británico— sentemonos y charlemos, de veras lo siento— dice el llevándome de nuevo a su reservado y sentandonos en el sofá.
Yo simplemente asiento y voy con el.
—Discúlpame, de veras, como podrás haber visto, no ha sido mi mejor día, y lo he pagado con la única persona que se ha dignado en ver como estoy— dice refiriéndose a mi— y eso que ni siquiera se tu nombre completo— dice apretando mi mano que descansaba en su pierna
—Di Martino, Vittoria Di Martino— le contesto al instante
—Eres Italiana?— pregunta el
—Efectivamente— contesto asintiendo
—Que guay, me gusta mucho ir de vacaciones a Italia— dice sacando conversación
—Lo que más me gusta del verano es pasarlo ahí, es mi hogar— digo recordando mis veranos de niña en las playas italianas.
—Y bueno, ya he visto que has sido invitada por Redbull— dice haciendo que yo le mire confusa y levantando una ceja, ya que por lo que me constaba, el no sabía quien era yo— oh vamos, enserio pensabas que no me había dado cuenta de tu presencia, se que eres modelo y todo eso— dice divertido y por fin sonriente
Por lo que yo también río y poco a poco vamos entablado conversación tras conversación, y con cada tema que salía empezábamos a reír y sacar 10 temas más de los que conversar.
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Llevaba al menos 3 horas hablando con Lewis, y no nos había faltado tema de conversación en toda la noche, estar sentada en un sofá hablando con este hombre era lo mejor que me había pasado en meses, no quería irme a ningún sitio, tan solo quería quedarme toda la noche hablando de todo con el.
De repente deja de hablar, y con una sonrisa se dedica a mirarme, para finalmente decir lo que llevaba un rato pensando.
—Sabes?, eres lo único que ha hecho que sonría en todo el día, ves la sonrisa de tonto que tengo en la cara?— pregunta señalándose a el mismo— no puedo quitar esta sonrisa—
Al escucharle decir eso, no puedo evitar sonreír yo también, y es que Lewis tenía una sonrisa tan bonita...
—Me alegro de ser el motivo de una sonrisa tan bonita— digo haciendo que ambos solemos una pequeña risa.
Y de la nada, ambos nos quedamos callados sin saber que decir, mirándonos el uno al otro, y con un sentimiento de confort llenando mi pecho, no era un silencio incómodo, todo lo contrario.
De repente mis pensamientos se ven interrumpidos, cuando siento las manos del piloto de Mercedes tomando mi cara y acercándome lentamente a el, hasta que sin más, sus labios chocan contra los míos, en un suave y tierno beso, un beso como el que no daba desde mi adolescencia, un beso dulce y lento, lleno de pasión.
Yo sin pensarlo dos veces rodeo su cuello con mis brazos para acercarme más a el, acto que hace que Lewis rodee mi cintura con sus brazos, atrayéndome aún más a el, si es que eso era posible.
Una vez el beso termina, ninguno de los dos suelta al otro, y con una cara totalmente sonrojada, sin vergüenza alguna le pregunto:
—Estás borracho?— pregunto, a lo que el niega con una sonrisa— y entonces por que me has besado?— vuelvo a preguntar
—Simplemente sentía la necesidad de hacerlo, me estaba matando tenerte tan cerca y no darte un beso— contesta sin ninguna vergüenza
Su respuesta hace que me sonroje más, y por la vergüenza escondo mi cara en su pecho, lo que hace que Lewis se ría.
El toma mi mentón y lo levanta haciendo que mire directamente a sus ojos.
—Me empujarias si te diese otro beso?— pregunta sin rodeos, a lo que yo niego con una sonrisa tímida.
Y no hace falta decir más, porque enseguida siento los labios de Lewis otra vez sobre los míos.
Y así pasamos 1 hora más, entre besos y conmigo en sus brazos, hasta que finalmente Lewis me ofrece ir a su habitación de hotel, a lo cual acepté.
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13 de diciembre
Por la mañana
Los rayos de sol entran por la ventana de la habitación de hotel, y me doy la vuelta para que deje de darme el sol en la cama, con la sorpresa de que cuando le doy la vuelta, veo ni más ni menos que a Lewis Hamilton con un brazo rodeando mi cintura y dormido a mi lado en la cama, su cama.
Estaba en su habitación de hotel, había pasado la noche con el, y habíamos tenido relaciones.
Me acordaba de todo ya que no había bebido nada, al igual que Lewis, pero los recuerdos de anoche hacían que me pusiese muy nerviosa.
Y es en ese momento cuando las palabras de Claire retumban en mi mente "No te metas en líos" y que hacía yo?, despertar en la cama de un piloto de Fórmula 1.
Me tomo mi tiempo para observar al guapísimo hombre a mi lado, hasta que un pensamiento viene a mi mente.
"Y si tan solo había sido una noche más para el?, y si yo tan solo había sido otra de sus muchas diversiones de una noche?"
En ese momento me empecé a sentir como una estúpida, no podía haber pensado eso antes de meterme en su cama?
Una sensación de ansiedad empezó a invadirme, así que tomé la opción más fácil, que fue literalmente ponerme mi ropa a toda prisa y en silencio para no despertarle e irme de allí tan rápido como pude.
Sin despedida, ni carta, ni nada, solo yo esfumandome de ahí, sin más.
Antes de cerrar la puerta de la habitación, me tomé el tiempo de observar a Lewis unos segundo más, era una pena, era un hombre tan maravilloso, pero mi dignidad valía más, y no quería mi dignidad pisoteada, así que con cuidado cerré la puerta y me fui de allí.
Adiós para siempre, Lewis Hamilton...
O al menos eso pensaba yo...
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NOTA DE LA AUTORA:
A partir del siguiente capítulo, la historia tomará lugar en 2022, donde conoceremos a la pequeña Hamilton Di Martino.
Tengo muchas ganas de que la conozcáis, y presentaros a esta bonita familia.
Nos leemos en el próximo capítulo🫶🏻
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