🌈 ֶָ֢֪ unique.
Aquella era sin dudas una alegre mañana, un pequeño HyunJin de cinco años caminaba de la mano de su mamá hacia el jardín de infantes; ése sería un buen día para él, puesto que iba a llevar su loncherita de Pecezuelos y podría presumirlo con el molesto de MinHo, ¡ya quería ver su cara de cólera en cuanto le diga que su lonchera lucía mucho más linda que su cartuchera de Bob El Constructor!
Quería llegar muy rápido a su escuelita, por lo que empezó a tirar de la mano de su progenitora para que ésta se apresurara, pero lo único que recibió en cambio, fue un leve apretón en sus deditos y una mirada que le puso los pelitos de punta.
Resignado caminó a la par de YuJin, hasta que pocos minutos más tarde, pudo divisar la colorida fachada de Sonrisitas y Saberes. Ansioso, empezó a dar brinquitos mientras se desplazaba dentro de el kinder, su mami se agachó y le dejó su mochila nueva —también de Pecezuelos—, besó con cariño su mejillita y arregló su chalequito de lana.
—Te portas bien para que la maestra no te regañe, ¿sí? Haces todas tus tareítas y cuando tu papi Chan venga a recogerte, te llevará a ver a las ardillitas del parque —Iba diciendo la mayor mientras peinaba las largas mechitas negras de su hijo.
—Sípi dípi, mami.
Con un último besito en su diminuta nariz, el chiquillo se escurrió por entre las piernas de su mamá hasta llegar al patio de la institución; ¡Lee MinHo estaba allí quitándole sus galletas a una niña, era su oportunidad de hacerle enfadar!
—¡Linoring, linoring~! —canturreó llamando a su amiguito con una sonrisa malvada, sus piernitas regordetas moviéndose con agilidad. El castañito se volteó hacia él masticando las galletas de chocolate—, adivina qué, Linoring.
—¿Qué? —inquirió Linoring con su boquita llena y sus mejillas con migajas esparcidas.
HyunJin se descolgó la mochila y la alzó lo suficiente para que MinHo la pudiese apreciar muy bien.
—Mi mochila que me compó mi papi es más genial que tu cadtucheda fea.
Entonces las cejas de Lee se unieron casi por completo. Sus labios formando una 'o' y su pálido rostro pintándose de un fuerte carmín crearon una adorable expresión incrédula. ¡Jinnie era un mentiroso! ¡Su cartuchera también era genial, no era fea!
—Ew, Linoring, cierra la boca.
Pronto, la señorita SeungHee llegó al patio. Todos los chiquillos a su cargo se formaron en dos columnas antes de entrar a el aula; una de niñas y otra de niños. Pero alto, ¿de dónde había salido esa llamativa cabellera rojiza que se asomaba en el principio de la columna? HyunJin no había visto a algún niñito con el cabello así en su salón con anterioridad.
Fueron entrando a el salón de clases y el de cabello largo, al igual que sus compañeros, dejó sus pertenencias en un estante junto a sus zapatitos. Como habitualmente se hacía, los infantes se sentaron en el suelo alfombrado haciendo un círculo, todos hablaban animadamente... O bueno, casi todos.
—Atención, niños —habló el auxiliar Binnie—. A partir de hoy, vamos a tener a un nuevo compañerito; él es Kim SeungMin, tiene cuatro añitos y se acaba de mudar con sus papis a la ciudad. Saluden a Minnie.
Los más pequeños entonaron un “Hola, Minnie” en cuanto el auxiliar dejó de hablar. HyunJin sólo veía cómo aquel pelirrojo movía sus ojitos por cada espacio del salón, aún de pie junto a ChangBin.
Pero qué niño más lindo, ¿querrá ser mi amiguito?, pensó Jinnie.
—Bien, SeungMin, ve a sentarte junto a HyunJin —ordenó el mayor, señalando a Hwang, quien se removió ansioso.
El niño nuevo no tardó en obedecer, así que segundos más tarde se encontraba sentado en posición de indio junto al alto.
—A ver, ¿cómo amanecieron hoy? —interrogó la docente y los estudiantes respondieron un “¡Bien!” al unísono—. Eso me alegra mucho, ¿y qué desayunaron hoy?
Los más pequeños empezaron a mencionar los distintos desayunos que sus padres les habían preparado esa mañana. Cuando la señorita SeungHee indicó que cantarían una canción para empezar el día, HyunJin se emocionó, pero sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, una manito tocó su hombro.
Volteó curioso hacia Kim SeungMin, esbozando una sonrisa amable.
—Hola, Minnie. ¿Pasa algo?
El mencionado sólo pudo inflar sus cachetes, eso lo pareció muy adorable a Hwang e hizo que su sonrisa se ampliara, regresó sus ojitos hasta la maestra y empezó a cantar, pero una vez más, la manito de SeungMin tocó su hombro. Lo miró expectante a que dijera algo y Kim, por su parte, inhaló profundamente para lo que iba a preguntar.
—¿Nos podemos bisar?
¿Qué? ¿El niño nuevo le estaba preguntando si se podían besar? Jinnie pensaba que debía estar chiflado, su mami decía que sólo los novios como ella y Channie se daban besitos, ¡pero Minnie y él no eran novios, eran amiguitos!
Negó con sus deditos y pudo notar cómo el labio inferior de su nuevo amigo se empezaba a abultar.
—Vamos a bisarnos, Hyun Hyun —insistió el menor, sus labios rosaditos formaron un puchero que hizo a Hyunnie chillar. Volvió sus ojos hacia la maestra y luego a SeungMin, ¿lo retarían por hacer eso?
No creía que fuese algo malo, pero, vamos, todo podía ser posible.
La fachada de cachorrito triste que dejaba mostrar Minnie lo derretía, así que luego de confirmar que no los estuviesen viendo, se inclinó hasta a el más pequeño y en un movimiento veloz, unió sus labios en un piquito. En ningún momento cerró sus ojos y, a pesar de que había sido casi un simple roce, no pudo evitar que sus mofletes se ruborizaran; podía oír como “Los pollitos dicen” iba llegando a su fin y cómo una chillona voz sobresalió descoordinada con la canción.
—¡Maestra, HyunJin y SeungMin se están besando!
Oh, no, ¡Linoring!
HyunJin se separó asustado, mirando cómo la maestra y el auxiliar los observaban con los brazos cruzados. Todos sus compañeritos cuchicheaban entre ellos y SeungMin, a diferencia de él, se hallaba tan tranquilo que podría confirmar que el niño sí estaba chiflado.
El auxiliar Binnie se acercó a el pelilargo.
—¿Algo que quieras decir, Jinnie?
—¡SeungMin me obligó!
Seo carcajeó, negando con la cabeza.
—SeungMin, te sentarás lejos de HyunJin. Y tú, HyunJin, te quedarás sin poder jugar con los rompecabezas de Cars.
¡No, todo menos sus rompecabezas de Cars!
🌈
Chan golpeaba el talón de su pie constantemente contra el pulcro suelo. No podía creer que la señorita SeungHee lo había llamado y lo había hecho salir de su trabajo más temprano sólo porque su hijo se había dado un besito con uno de sus compañeros.
—¿Entonces te obligó? —cuestionó el mayor con una ceja arqueada hacia su bebé.
—S-Sí, él me obligó~ —sollozó el infante en medio de el llanto.
Su papi no lo había retado por besarse con Kim SeungMin, pero su maestra sí y le había dicho que dos niños no podían besarse; ¡menuda tontería!
Después de llorar por bastante tiempo aferrado a la gruesa pierna de su padre, HyunJin finalmente volvió a entrar a su salón y dejó que Chan regresara a su trabajo.
Entonces lo vió, sentado en el área de Armar y Construir, Linoring tenía los rompecabezas de Cars y le sacaba la lengua burlonamente.
¡Eso era traición!
🌈
A la mañana siguiente, HyunJin caminaba de nuevo con su mami hacia el kinder, esta vez, lloraba. Lloraba porque no quería volver a ver al traidor de Lee MinHo y porque probablemente el bonito de Kim SeungMin no le hablaría porque los castigaron.
—Ya, bebé, no pasa nada. Binnie te dejará jugar con los rompecabezas esta vez —YuJin trataba de calmarlo.
—¿D-De verdad, mami? —La mayor asintió.
Limpió sus lágrimas y tomó su loncherita de el suelo. Una vez se despidió de su mami al llegar al jardín, ingresó a su salón con una sonrisa.
Pero, oh, ¿en dónde estaba el cachorrito de cabellos rojitos?
Con el ceño fruncido, se acercó a el auxiliar y preguntó:
—Binnie, ¿Hoy no viene SeungMin?
A lo que el mayor le respondió;
—A Minnie lo cambiaron al turno de la tarde, pequeño.
El pequeño Jinnie sintió como la desilusión lo atacaba de pronto; ¿Habría sido su culpa? ¡Pero si fue SeungMin quien le dijo que se besaran!
No le quedó de otra que ir a sentarse junto a MinHo, con la barbilla reposada en su mesita.
HyunJin en verdad se encontraba triste, había sentido bonito cuando él y Minnie se besaron, ¿por qué el menor simplemente se fue de un día para otro?
Esa tarde, tendría una seria conversación de adultos con sus papis acerca de la operación “Cambios de horario y volver a ver a Minnie bonito”. Iba a ver al cachorrito de nuevo sí o sí.
17 de septiembre, 2021.
Re loco todo ésto, pero basado
en hechos reales. ¿Qué puedo decir?
⸺ iasa♡.
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