V
Cuando Venus se queda solo en la entrada de la escuela, observando el coche del padre de Marte alejarse, sabe que nada volverá a ser como antes.
Se devuelve con pasos pesados a la banca y se siente a esperar a su tía. No quiere pensar en lo que dirá una vez llegue, así que Venus decide tomarse estos últimos minutos antes de que se tenga que enfrentar a su cruel realidad.
Mucha gente cree que Venus es tonto, lo que realmente pasa es que Venus es un amargado.
Siempre lo ha sabido, y es lo que más odia de sí mismo. Desde pequeño realmente nunca disfruto de nada, ningún regalo o ningún helado podía quitarle la amargura del corazón.
Puede que haya sido la herida de ser abandonado por sus padres con su tía, o solo algo estaba mal con él. Los niños siempre se burlaban, no tenía una mamá que empacara su almuerzo todos los días y tampoco tenía un papá que jugara con él.
Solo tenía seis malditos años, ¿qué más podría hacer aparte de golpear y gritar? La cantidad de veces que termino castigado por herir a sus compañeros era interminable. Sus pequeños nudillos se terminaban rompiendo y su tía tenía que vendarlos con una mirada complicada en el rostro.
Todo cambio cuando Tierra llegó.
Tierra no tenía papás, igual que él, o eso había escuchado a su tía decir cuando hablaba con alguien por el teléfono de la casa.
Se sintió feliz, por primera vez en mucho tiempo, si había otro niño que tampoco tenía a sus padres, las burlas de sus compañeros se irían en su dirección y dejarían a Venus, finalmente, en paz. Esa fue su lógica de niño pequeño.
Pero no sucedió así.
Tierra era un niño menudo, de rodillas picudas, brazos de palito y relativamente más alto que el resto para un niño de su edad. La maestra lo presentó y le dijo a todos que fueran amables con él.
Venus esperaba que llegara, las risas, las burlas, pero no sucedió. Nada de eso sucedió.
Los niños de su salón actuaron con Tierra como si fuera uno más, como si hubiera estado desde siempre con ellos. Le prestaron sus materiales, lo invitaron a jugar e incluso algunos le convidaron de sus golosinas.
Venus estaba tan confundido y, como todo niño pequeño, una oleada de celos lo golpeó. ¿Por qué a este niño recién llegado lo trataban bien y él, que estuvo casi toda su vida aquí, era desplazado?
Entonces Venus hizo lo que mejor sabía hacer, él atacó. Cuando las maestras avisaron que era momento de un pequeño recreo y todos salieron al patio, Venus se acercó a Tierra, lo empujó en el arenero y le gritó.
—¡Tonto, tonto, nadie te quiere!— la pequeña manito de Venus se elevó, dándole un puñetazo a Tierra en su mejilla izquierda. Venus podía ser de cierta manera más grande que los otros niños del lugar, pero seguía siendo un niño y los golpes que daba no eran mucho. —¡Por eso tus padre se fueron! ¡no te quieren!
¿Las palabras eran para Tierra o para él?
Tierra se sostuvo la mejilla y empezó a llorar.
Al escuchar el llanto de un niño, una de las maestras salió inmediatamente y se topó con la escena.
Obviamente castigaron a Venus y llevaron a Tierra a la pequeña enfermería del lugar.
Sentado en una esquina del salón infantil, Venus se cruzó de brazos y soltó lágrimas de frustración.
Él recuerda, estuvo ahí alrededor de unos cinco minutos antes de que la maestra jefe de acercara a él y lo reprimiera. Después, se fue dejándole un pequeño dibujo para que no se aburriera el resto del recreo, que iba a pasar dentro y no en el patio.
Venus coloreó con rudeza la mariposa, estaba tan concentrado pasando el lápiz una y otra vez por el mismo lugar que lo rompió y no se dio cuenta de cuando una pequeña figura se sentó en frente suyo y lo observaba.
—Lo estás rompiendo.
Venus se sobresaltó y casi se cae de la silla cuando escuchó la desconocida voz, miró hacia arriba y fue la última persona que esperaba encontrar.
Tierra, con una gaza donde Venus anteriormente lo había golpeado, lo miraba con sus pálidos ojos bien abiertos.
—¿Qué quieres?— le preguntó con rudeza.
—Te estoy diciendo que estás rompiendo el dibujo. Así no se colorea.
—Pff, como si me importara.
—¿Quieres que te enseñe?
—¡Déjame en paz!
Con un manotazo, arrojó el dibujo de la mesa al piso y cubrió su rostro con sus dos manos. No quería que lo vieran llorar, y mucho menos el niño que recién conocía y había golpeado en la cara.
Escuchó una silla moverse y pensó que Tierra se había ido, con frustración se secó las lágrimas de las mejillas bruscamente y miró la silla que creía iba a estar vacía.
Grande fue su sorpresa cuando vio que Tierra seguía ahí, pero con el dibujo frente suyo. Tomó uno de los lápices que Venus antes usaba y comenzó a colorear con cuidado la otra ala de la mariposa.
—¿No me escuchaste? ¡vete, quiero estar solo!
Tierra se detuvo y lo miró confundido.
—¿En serio? Pero estar solo es tan triste, ¿realmente quieres eso?
Venus detuvo el siguiente grito que quería sacar de su garganta.
Él... ¿realmente quería estar solo?
Sí, por supuesto que sí, si estaba solo nadie más se burlaría de él, nadie lo molestaría y no tendría que preocuparse por mirar a la puerta de su casa y esperar a que dos desconocidos la abrieran y le dieran el anhelado abrazo que por tanto tiempo a querido.
Él quiere estar solo, quiere estar solo, quiere estar solo, quiere... quiere...
No sabe cuando Tierra se movió a una de las sillas vacías al lado de Venus y puso una de sus delgadas y pequeñas manos en su espalda.
—No tienes que estar solo, ¡yo puedo hacerte compañía!
Venus no tenía las fuerzas suficientes para volver a gritarle, así que solo asintió con desgano y escuchó a Tierra los siguientes diez minutos hablar de cómo se debía colorear correctamente una mariposa monarca.
Cuando su tía lo llegó a buscar ese día y claramente le contaron lo que había pasado, ella no lo regañó como casi siempre hacía cada vez que volvían a casa en el auto. Se detuvo en una pastelería y le compró un cupcake, para después sentarse los dos en la sala de estar y que ella lo agarrará por los hombros.
Su tía nunca había estado tan seria antes, ella siempre era energética, una bomba a punto de explotar con los sentimientos a flor de piel.
—Venus, escúchame bien aquí y ahora.— su tía le dijo. —Te amo, eres mi hijo, no escuches a los demás niños, eres mi familia y yo soy tu familia, jamás te abandonaré.
Venus lloró, lloró tanto que el dulce betún del postre se volvió amargo y sus ojos dolieron. Su tía nunca dejó de abrazarlo.
Cuando los dos estuvieron acurrucados en la enorme cama que tenía su tía, con el pijama puesto y los ojos cerrados, su tía le susurró.
—No seas malo con Tierra, él lo ha pasado muy mal, igual que tú.
Tierra, el niño molesto al que había golpeado, se sintió un poco mal por haberlo atacado aún cuando él ni siquiera le había dirigido la palabra hasta ese momento.
—Sus papás... él también...
Su tía le revolvió el pelo.
—Tú y Tierra son parecidos pero diferentes. Venus, los papás de Tierra... ellos no se fueron, ellos fallecieron.
—¿Fallecieron? ¿qué significa eso?
—Ya no están entre nosotros, ambos están en un lugar mejor. Ya no te preocupes por eso, mejor duérmete, mocoso.
Siendo más grande Venus comprendió las palabras de su tía.
Los padres de Tierra no lo habían abandonado, ellos estaban muertos. Habían tenido un accidente y ninguno sobrevivió.
Al parecer hay una línea muy grande entre que tus padres te abandonen y mueran. Por supuesto, es claro, pero Venus no lo sentía así.
Ninguno estaba presente, sus padres estaban muertos para él a pesar de que seguramente seguían respirando y vagando por el mundo como la peste que eran.
Pero de igual manera, ellos habían tomado la decisión de abandonarlo. Los padres de Tierra lo querían, por lo que se había enterado, ellos amaban a su dos hijos con el alma y se habían ido porque no tuvieron opción.
Cuando volvió a la mañana siguiente, con su mochila de coche en la espalda y el ceño fruncido, Tierra lo esperaba y lo saludo alegremente como si hubieran sido amigos de toda la vida —no es como si llevaran tantos años vivos de todos modos—.
Entonces Venus tomó la decisión de que, tal vez, intentaría acercarse a Tierra y trataría de ser su amigo.
Venus salió de su recuerdo cuando escuchó la bocina de un auto y vió a su tía bajar de él. Miró el reloj en su muñeca, habían pasado quince minutos desde que Marte se fue.
Se pregunta cómo estará Tierra. ¿Tendría frío, miedo, odio o tristeza?
¿Se sentiría solo?
Venus hace una mueca.
Su tía se baja a tropezones del auto y se acerca a él con sus tacones resonando en la acera, lo revisa desesperadamente por todas partes, buscando alguna herida.
Después, le da una cachetada.
Es la primera vez que su tía le levanta la mano y le da un golpe real. En su niñez, casi siempre le daba coscorrones suaves y cuando creció, sólo lo jalaba de la oreja pocas veces.
—Oh Venus, ¿qué han hecho?
Su tía lo abraza con fuerza, aferrándolo entre sus brazos como debería hacer una madre con su cría.
Venus la abraza de vuelta y se pone a llorar, llora tanto como aquel día que conoció a Tierra y se dio cuenta que realmente no quería estar solo, nunca más.
Le suplica a Dios que, por favor, Tierra no se sienta solo.
finalmente terminé este desgraciado capítulo, les juro que cada vez que entraba al borrador me salía pq me daba demasiada pereza terminarlo, ¡pero! se convirtió en mi favorito hasta ahora.
cómo pueden ver esta desde la perspectiva de venus, justo después del primer capítulo cuando marte se va con su papá a casa.
ahora: sí, venus si fue abandonado por sus padres, estos eran unos drogadictos y lo dejaron con su tía (la hermana de su madre), seguramente andan por ahí o de plano ya murieron, pq se lo merecen, lo mejor que pudieron hacer por venus fue dejarlo.
realmente no tengo idea de quién pueda ser la tía de venus, pero es una señora enojona (pq venus debía sacarlo de algún lado) en sus cuarenta que disfruta de beber vino y los tacones altos.
eso es todo lo que puedo decir, ¡TAMBIÉN! le hice una pequeña playlist al fic pq me encanta hacerlas.
son sólo las canciones q escucho normalmente cuando escribo este fanfic, ¡pero díganme que les parece! las que más me gustan son las dos primeras.
eso es todo, si se me olvidó algo puede ser pq es de madrugada y tengo mucho sueño. ¡espero les haya gustado!
agradezco mucho a los que se dan el tiempo de votar y comentar, ustedes me motivan a seguir escribiendo ♡ bye bye.
(este cap no ha sido revisado así q lamento si hay errores de ortografía o algo no se entiende.)
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