Prácticamente todo fue raro al principio.

Desde que los tres cazadores fueron dormidos por un arte demoníaco, y despertaran por sus propios métodos (el suyo era un misterio), sin embargo al despertar se encontró con una forma pequeña de Kokushibo mirando a su hermano ya despierto, los dos hablaron sobre algo y luego que ella ayudara a su sensei en quitar la soga que lo unía con una niña y este soltara al darse la vuelta se encontró con Yorichii con su espada casi rozando su cuello si no fuera por su hermano que lo evitaba.

Todo transcurrió normal (si normal se referían a que el tren cayó a un lado pero los pasajeros estuvieron a salvo) se encontraron con otro demonio cuando ella fue apuñalada por uno humano que trabajaba con el demonio y Yorichii junto su hermano y su sensei, Rengoku rápidamente acudió a ella y le indico hacer varias respiración para detener su sangrado y estar estable pero otro demonio apareció que fue derrotado por Kokushibo.

Y ahí se encontraba ella, trenzando los cabellos de un pequeño Kokushibo y yoriichi observaba con una leve sonrisa a su hermano y a la joven cazadora que está sentada en la cama de la mansión de las mariposas para reponer sus heridas.

─¡Kokushibo-sama se ve tan lindo!─ Hablo con grandes ánimos la menor quien el mencionado agito su cabeza moviendo su trenza de una madera tierna, muriendo ya de ternura del contrario ambos cazadores.

Ambos hermanos platicaban tranquilamente en una habitación con las ventanas cerradas por el demonio, y luego la puerta fue abierta dejando ver a la fémina quien cayó hacia adelante con una sonrisa cansada, sorprendiendo ambos quienes acudieron rápidamente.

─La rehabilitación de la mariposa me sigue matando.─ Dándose la vuelta boca arriba y poniendo sus brazos en forma de 'X' en su pecho con una sonrisa cansada y sus ojos cerrados.

─No es tan malo.─ Dice de una forma tranquila el de respiración solar, enojando a la contraria quien tenía lágrimas en sus ojos de frustración y cansancio.

─¿¡Cómo vas a saberlo!?¡Nunca sales lastimado!¡Siempre estas en una sola pieza al igual que Kokushibo-sama!─ Gritó enojada a los dos varones que estaban sentados frente suyo al igual que ella que escupe adolorida y cansada su enojo.

Los hombres escuchan atentos a lo que la fémina tenía que decirles sobre estos entrenamientos de rehabilitación que ella tomaba cada vez que tenía una herida grave (lo que no era mucho) y de que ellos eran muy fuertes para los propios demonios que hasta ellos temían tan solo pronunciar su nombre.

En fin, asi pasaron la tarde y la mitad de la noche escuchando sus quejas y opinando un poco hasta que se fue a dormir.

(Meka en Pixiv.net)