❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘-𝓢𝐈𝐗 ❜
𝗙𝗨𝗖𝗞! 𝗪𝗛𝗔𝗧'𝗦 𝗧𝗛𝗘 𝗦𝗟𝗔𝗦𝗛𝗘𝗥?! 🎃🪓
𝐏𝐑𝐄𝐒𝐄𝐍𝐓𝐒...
༉‧₊˚. ♯ The four protagonists and 𝘀𝗲𝗰𝗼𝗻𝗱𝗮𝗿𝘆!

¡Somos los cuatro putos protas y secundarios!🔪

━━━𝐄𝐒 𝐌𝐄𝐉𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄 𝐓𝐄 𝐕𝐀𝐘𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐂𝐈𝐔𝐃𝐀𝐃. Teniendo en cuenta lo que te pasó, no te lo echaría en cara si... deseas irte. —Oí decir a Tara que hablaba con Chad mientras yo cortaba las pizzas, Mindy colocaba la mesa y ellos buscaban las bebidas.

—Es todo un detalle por tu parte pero yo de aquí no me muevo —confesó Chad, sonriendo.

Mindy hizo un gesto como si estuviera vomitando.

—Puaj, tíos, si os gustáis pues liaros.

Qué directa.

—¡Mindy! —exclamó Tara avergonzada.

—Mindy, esas cosas cállatelas, tía —se molestó Chad.

Chad no iba a dar ese paso, yo sabía que antiguamente tenía una novia que se llamaba Liv McKenzie pero la relación de ellos no llegó a más porque él no se sentía preparado. Chad podía mostrar a los demás que era muy seguro y confiado de sí mismo pero yo sabía que no era así. En el fondo, nos parecíamos mucho.

Aunque también hay que contar el hecho de que estaba cagadísimo de miedo porque pensaba que su ex era realmente Ghostface y no quería ir a habitación a solas con ella.

—Vosotros mismos —se rindió Mindy.

—Déjalos, Mindy. Tienen toda la vida por delante —le dije pero pronto caí en el grave error que confesé.

—Nos tiene en el punto de mira un asesino en serie. No creo que tengamos una larga y próspera vida por delante. Si llegan a ser abuelos es porque tenemos una suerte del demonio. —Mindy cogió una botella de cerveza—. ¡Sam!

—Dime —dijo esta entrando a la cocina.

—No tenemos porqué quedarnos.

—Pues qué pena porque insisto, aquí estaremos más seguros —confesó la mayor de las hermanas Carpenter.

—Va a estar de lujo. —Se animó Chad—. Fiestecita de pijamas con los cuatro protas.

—¿Los cuatro protas? —pregunté yo con una ceja alzada. Ya había puesto las pizzas sobre la mesa.

—¡Sí!

—¿Nos has puesto un mote? —preguntó Tara con la misma incertidumbre que yo.

—Hemos pasado un huevo de movidas juntos ¡y! es un nombre guapo...

—Eso es discutible —le interrumpió Sam.

—Es mega discutible —le siguió Tara.

—A mí me parece chulo —dije para defender a Chad. En realidad eran un poco cursis los apodos que ponía pero eran divertidos aunque pensándolo ahora, eso me dejaría fuera de lugar—. Supongo que los nuevos seremos los... ¿los secundarios?

Qué triste.

—No puedes ponerte un apodo a ti mismo, payaso —se encaró Mindy y luego se dirigió a mí—. Creo que es mejor estar fuera de todo lo que tenga que ver con el horripilante y nefasto circo de Chad.

—Claro que puedo, payasa, acabo de ponérmelo —se defendió Chad mientras alzaba una mano—. ¡Cuatro protas y secundarios! ¡Choquemos esos cinco!

Todos ignoraron su mano menos yo.

—Quita esa mano —dijo Tara con una sonrisa.

—¡Oh, por favor, tías! ¡Por el amor de Dios! ¿Evelyn y yo somos los únicos divertidos aquí? Nos gustaría tener un poco más de respeto y apoyo de los cuatro protas y secundarios.

—¡Ni se te ocurra, ni se te ocurra! —vociferaban Mindy y Sam al unísono.

—¡Eh! —exclamó Anika, interrumpiéndonos. Había cambiado de programa y ahora estaba viendo las noticias—. ¿Y esto? —Vi que sujetaba nerviosa el mando y subía el volumen.

Nos acercamos y vimos a un hombre dando las noticias nuevas.

—Fuente de la división de homicidios nos dicen que la principal sospechosa es ni más ni menos que Samantha Carpenter, una de las supervivientes de los asesinatos de Woodsboro del 2022 a quién vemos atacando aquí a una mujer en la calle justo en el día de ayer. —En el vídeo se veía a Sam enfadada mientras gritaba y empujaba a la chica que le había tirado la bebida encima cuando claramente Sam no le había hecho nada en un principio—. «¿Qué te pasa conmigo, eh?», «Vale, ya!», «¡Para!», «¡Sam, tranquila!» «¡No estéis con ella, sabe muy bien lo que hizo!», «¡Asesina!» —Pude escuchar de la grabación—. Tras la tragedia de Woodsboro el año pasado aparecieron unos rumores en Internet acusando a Carpenter de los asesinatos y de inculpar de los crímenes a su novio Richie Kirsch y a la joven Amber Freeman—. Siguió hablando el hombre pero Sam frustrada, cogió el mando y apagó la televisión.

—Sam. No hagas caso a la noticia —le tranquilice yo—. Todo esto es un malentendido, no te agobies, todos sabemos que tú no eres la asesina. Todos sabemos que eres inocente y que esas capullas te grabaron solo para amargarte la vida. Hay mucha gente mala en este mundo.

No recibí respuesta por su parte y se fue a la cocina sin mirarnos, sentándose en la silla de la mesa cabizbaja y suspirando, agobiada.

Nos acercamos y Tara se sentó a su lado, dándole una mano.

—Sé que no eres muy fan de cómo he gestionado las cosas como también sé que te estoy dando mucha guerra pero la verdad es que ninguno sabe lo que estás viviendo y siento que tengas que pasar por todo esto sola —le confesó Tara sin apartarle la mirada. Esta vez Sam la miró a ella y luego nos dirigió la mirada a todos.

—No es culpa tuya ni de vosotros. También sé que debería de darme igual lo que piensen los demás sobre mí pero es... una mierda que te odien tanto por un malentendido cuando yo no quise hacer nada malo ni con malas intenciones, el hecho de que Richie está muerto no es porque yo lo haya querido asesinar sino porque él nos quería matar a todos, a ti —se dirigió a su hermana—: y no podía con ello. No podía veros en peligro.

—Ey —continuó Chad sentándose junto con Mindy. Anika y yo nos pusimos juntas al lado de ellos—. Ninguno de los que estamos aquí te odia. A ver, todos hemos vivido cosas más bien jodidas y cada uno lo lleva a su manera pero nos mudamos aquí todos juntos por una razón muy concreta...

—Un equipo —le seguí yo con una media sonrisa—. Somos un equipo.

Chad me sonrió.

—¡Somos los cuatro putos protas y secundarios! —exclamó Mindy guiñandole un ojo y alzando una mano para chocársela al hermano—. ¡Cómo me odio! Lo siento mucho por mí.

—¡Muchas gracias! —le agradeció Chad—. ¡De lujo! ¡Los cuatro protas y secundarios!

—Dilo, dilo —continuó Mindy animando a Sam.

Sam sonrió, apenada pero con más ánimos.

—¡Dilo, Sam! —le seguí.

—A ver, sí, somos un equipo pero... —confesó Tara entre risas.

—Me he estado acostando con el guaperas del piso del frente —confesó a su vez Sam.

Se hizo el silencio entre nosotros.

—Wow... —dijimos Chad y yo—. ¡Wow!

—¡Boom! —Aplaudió Mindy—. ¡Boom!

—¡Es que lo sabía, joder! —exclamó Tara, aplaudiendo—. ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía!

—¡Lo supe desde que te vi el chupetón! —vociferó Mindy.

—Momento incómodo —dije por lo bajo a Chad entre risas que tampoco sabía muy bien qué decir.

—¿Y tú con Ethan? —me preguntó de repente Mindy guiñandome un ojo.

—¿Yo con Ethan que de qué?

—No te hagas la tonta, ¡anda! ¿Os habéis acostado?

—¡Claro que no! —confesé mientras se me subían los colores.

—¡Se ha puesto roja, eso en un sí! —dijeron Tara y Mindy.

—Eso es que soy muy blanca y expresiva.

—Bueno, todo a su tiempo —me defendió Sam al ver que estaba un poco incómoda.

—¿Chocamos esos cinco ahora? —preguntó Tara.

—¡Claro! ¡Costó seguirme el juego pero lo habéis hecho! —exclamó Chad.

—¡Claro que sí! —se rió Anika—. No me entero de mucho pero ¡claro que sí!

Todos juntamos nuestras manos.

—¡¿Quinn te apuntas o qué?! —exclamó Chad.

—¡No! ¡Y no uses mi limpiador facial! —chilló Quinn desde su habitación—. ¡El PH es especial para mujeres!

Sí, eso, quédate bien lejos de los cuchillos y la cocina.

Alguien llamó al teléfono de Sam. Me estremecí al recordar la llamada de Ghostface pero solo era el novio de Sam que lo tenía agregado como Danny.

Tara le quitó el móvil de las manos.

—¡Oh! ¡Es él! ¡Es él! ¡Es él!

—¡Dámelo, dámelo! —exclamó Mindy.

—Oye, chicos y si..., ¿y si es algo importante? No sé por qué llama a estas horas cuando sabe que Sam está acompañada y no puede ir a visitarlo —expliqué en voz baja. Tenía una extraña inquietud en mi cuerpo.

—¡Calla, señorita paranoica! —continuó Mindy mirándome mientras cogía el móvil pero Tara se lo quitó de las manos y lo tenía bajo su poder de nuevo. Hizo como que le hablaba pero no aceptó la llamada— ¿Lo vas a colgar? —preguntó entre risas.

—¡Oye, oye! ¿Qué intenciones te traes?

Tara le devolvió el móvil a Sam y esta descolgó.

—Ya lo llamaré. —Sam se empezó a reir.

—¡Pobrecillo! —exclamaron Tara y Anika.

De repente se oyeron gemidos y golpes en los muebles de al lado.

—¡Madre mía! Quinn y su príncipe azul vuelven a las andadas —confesó Tara tragándose un trozo de pizza.

Chad rió nervioso.

—Momento incómodo 2.0 —le susurré a este de nuevo. Lo bueno es que siempre nos quedamos sin decir nada en el mismo momento así que no me sentía tan sola, casi todo era por cuestiones sexuales. Se notaba que Chad y yo no éramos muy experimentados.

Recalco: nada experimentados.

—Hasta Ethan lo hace hoy —dijo entre risas Mindy mirándome de reojo.

Todos se rieron y les seguí el rollo pero estaba claro que me sentía incómoda.

El momento se interrumpió por unos mensajes, todos nuestros móviles sonaron al mismo tiempo con una notificación. Los gemidos seguían y seguían. Vi que alguien desconocido me mandaba una imagen y al abrirla sentí que mi estómago se cerraba y ya no le permitía la entrada a la pobre pizza cabruna.

Era Ghostface y tenía sujeta a Quinn en el suelo, estaba sentada y el enmascarado la agarraba por detrás estrangulándola del cuello.

Todos apartamos la vista del móvil y comprendí que nos había mandado la imagen a cada uno de nosotros.

Nos miramos uno a uno, sorprendidos, asustados.

De pronto comprendí, que los gemidos no eran de placer sino de dolor.

De pronto comprendí, que me había equivocado de sospechoso.

De pronto comprendí, que ya era demasiado tarde para dar marcha atrás y arrepentirse.

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