𝟬𝟭𝟵━━ El detective 𝗕𝗮𝗶𝗹𝗲𝘆 nos interroga
❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓝𝐈𝐍𝐄𝐓𝐄𝐄𝐍 ❜
𝗙𝗨𝗖𝗞! 𝗪𝗛𝗔𝗧'𝗦 𝗧𝗛𝗘 𝗦𝗟𝗔𝗦𝗛𝗘𝗥?! 🎃🪓
𝐏𝐑𝐄𝐒𝐄𝐍𝐓𝐒...
༉‧₊˚. ♯ Detective 𝗕𝗮𝗶𝗹𝗲𝘆 interrogates us
Evelyn. ¿Qué estuviste haciendo anoche?🔪
𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐓𝐄𝐂𝐓𝐈𝐕𝐄 𝐁𝐀𝐈𝐋𝐄𝐘 𝐒𝐄 𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐆𝐎́ 𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎 𝐂𝐀𝐒𝐎. Era el padre de Quinn así que si le decía que su hija era verdaderamente Ghostface no me creería o pensaría que la estaría incriminando para salvarme a mí misma.
Mientras hablábamos en una zona apartada del salón, vi cómo ponían el cordón policial para delimitar la escena del crimen y un grupo de hombres con mono blanco y una etiqueta en la espalda que ponía «POLICÍA» se movían alrededor del cadáver.
Me alegré saber que Bailey se iba a encargar de nuestro caso, al fin y al cabo era el padre de Quinn y siempre intentaba ayudarnos o sacarnos de un apuro. Me entristecía saber que todo lo que había dado por su hija fue en vano porque se había convertido en una asesina y él estaba investigando este caso siendo ajeno a ese asunto que le venía muy grande.
El detective estaba acompañado de un ayudante. Era jovencito así que supuse que estaría de prácticas.
Pobrecito, tuvo que empezar su vida laboral junto con los asesinatos de Ghostface.
—Apunta todo lo que le diga, muchacho —le dijo Bailey. El joven sacó una libreta pequeña y un bolígrafo de su bolsillo, le temblaban las manos.
—Así será, señor —le siguió él haciendo un sonoro click con la capucha del bolígrafo.
—Bien —continuó el detective Bailey, sentándose en el sillón—. Con vuestro permiso.
Le seguimos y aunque era de confianza, estábamos muy nerviosos, dudo que Bailey —por mucho cariño que nos tenga a todos— cuando descubra que uno de nosotros es el asesino nos resguarde y pierda su puesto de trabajo, entre otras muchas cosas, aunque sea Quinn.
El detective miró a Mindy y a Chad primero.
—Empecemos por vosotros. ¿Qué estabais haciendo ayer por la noche?
—Empecemos... por... vosotros. —Empezó a escribir el ayudante en su libreta mientras lo decía en voz alta—. ¿Qué... estabais... haciendo... ayer... por... la... noche...? Punto. Digo, interrogación.
Cuando terminó, levantó la vista, lo estábamos mirando todos.
Se quedó rojo y centró de nuevo sus ojos en la libreta.
—No hace falta que lo diga en voz alta —le instruyó Bailey, centrando su atención en los hermanos nuevamente—. Por favor, empezad a argumentar.
—No... hace... falta... que... lo... diga... en... voz... alta. Punto y aparte. —Empezó a decir el joven mientras escribía—. Por... favor... empezad... a... argumentar...
—Eso no hace falta que lo escriba —continuó Bailey. Mindy y Chad se estaban partiendo de risa. Yo estaba demasiado ocupada mirando de reojo a Ethan, seguía reacio conmigo pero era más tolerable que antes.
Menos mal.
—Eso... no... hace... falta... que... lo... escriba... Punto y aparte —continuó escribiendo pero Bailey lo interrumpió.
—¡Por el amor de Dios, Richie! —exclamó el detective estrujándose los párpados con los dedos mientras suspiraba—. Escribe solo lo que tenga que ver con la investigación y no lo diga en voz alta.
—Lo siento, señor —se disculpó el joven, claramente abochornado—. Es que me dijo que escribiera todo lo que usted me decía.
—Todo lo que tenga que ver con la investigación —continuó poniendo énfasis en la última palabra, manteniendo la paciencia de una forma muy admirable.
Los hermanos no paraban de carcajearse.
—Por favor, silencio. Un poco de respeto al fallecido. Daros cuenta que si Ghostface ha venido hasta aquí después de atacar a Evelyn, tengan por seguro que estáis en peligro y volverá a atacar, de forma indirecta o directa, a vuestras vidas. Así que por favor, tomad este asunto con seriedad.
—Bueno, podría haber sido cualquiera, no necesariamente Ghostface, el fallecido era un hijo de puta —dijo Mindy que se había apoyado en la pared—. Seguramente muchos se la tenían jugada.
Bailey puso los ojos en ella, solamente.
—¿Eso piensas? ¿No crees que alguien te la tiene a ti jurada como para cometer un asesinato en tu propia casa para que te tachen de sospechosa en primer lugar? —preguntó el detective de forma que casi parecía una afirmación real. Razón no le faltaba.
Mindy ladeó las manos, despreocupada.
—Lo dudo aunque no lo descarto del todo. Las fiestas son un lugar para divertirse pero la mayoría de las veces esa diversión no consiste en beber y estar con tus amigos, depende de la persona, del lugar y de la hora. Y ese tipo, como dije, era un auténtico cabrón. Casi diría que el asesinato fue cometido por varias personas porque la verdad es que la escena del crimen es bastante meticulosa y calculada, demasiado trabajada para una noche y dos manos. Es como si diera a entender un mensaje desconocido, al menos, para mí. —Luego, hizo una pausa y nos miró, a cada uno de nosotros—. Yo, que queréis que os diga, mis felicitaciones por haber acabado con ese tipo, lo odiaba a muerte, nunca mejor dicho.
Nos miraba como si uno de nosotros fuera el asesino.
También tenia muchísima razón.
Ejem. Quinn. Ejem.
—Eso es suficientemente sospechoso —se burló Chad de su hermana—. Hermanita, ¿has estado viendo muchas películas de slasher y se te ha metido demasiado por la cabeza ser una de ellos?
En realidad, a Mindy le encantaban las películas de slasher, incluso más que a mí.
Lo peor era que se estaban inculpando entre ellos, entre hermanos.
Increíble.
—No, solo digo lo que pienso respecto al fallecido que por cierto, se llamaba Chuck. —Mindy le enseñó el dedo corazón a Chad y continuó—: ¿Y tú qué, hermanito? ¿Has estado jugando mucho al GTA V y te has pasado con las cervezas y has querido recrear la típica matanza de Los Ángeles que crean los críos de trece años cuando se ponen a jugar a ese videojuego?
Anika y yo nos reímos disimuladamente. Sam —que había llegado para ver cómo estaba su hermana— compartía la misma expresión de confusión junto con Tara. La cara de Ethan era todo un espectáculo como siempre y la asesina de Quinn se estaba mirando las uñas distraídamente.
Claro, hazte la loca.
Richie estaba escribiendo y deseé con todas mis fuerzas que no estuviera apuntado toda la conversación que tuvieron los hermanos.
Chad abrió la boca para hablar pero Bailey se adelantó.
—Seriedad, por favor. Mindy, ¿qué estuviste haciendo anoche?
—Estuve con Anika comiendo pizza en el sillón del salón.
—¡Pizza vegetariana al puro estilo healthy! —dijeron Anika y Mindy al unísono.
—¿También sois vegetarianas como yo? —pregunté, sorprendida. Eso sí que no me lo esperaba.
—¡Por supuesto que sí! —exclamaron. Sonreí con ellas.
—¡Pero bueno, ya está bien! ¿Nos dais cuenta de que quién quiera que sea el asesino está yendo por vosotros? —preguntó Bailey.
—Es difícil que nos ataque de nuevo, es como si un rayo cayera encima de ti dos veces —confesó Mindy—. A mí me atacó el año pasado. Bueno, a mí, a Chad, a Tara y a Sam. No lo ha vuelto hacer desde entonces y más teniendo en cuenta que lleva varias semanas así.
—Eso suponiendo el caso de que sea Ghostface —murmuró Quinn.
Claro que sí, lo sabes muy bien.
—Mindy, la diferencia del argumento que dijiste es que el rayo toma a un objetivo al alzar, que puede ser tanto una persona como un animal o incluso un objeto pero, este asesino, supongamos el caso de que sea Ghostface, tiene un objetivo fijo. Si se fija en alguien, acaba con él y puede que sea matando gente de su alrededor o al objetivo en sí. Lo que estoy seguro es que se ha fijado en vuestro grupo —argumentó Bailey.
—Sí, atacó a Evelina y a Netlan... —El joven practicante empezó a argumentar pero notó que le había salido la voz aflautada así que parpadeó varias veces, dejó la libreta sobre sus rodillas y se puso tieso intentando aparentar seguridad—. Y luego... ha atacado a alguien en la casa de un miembro del mismo grupo.
—Es Evelyn y Ethan —dijo Quinn con una sonrisa.
—Oh, perdón —continuó él, riéndose nervioso—. Evelyn y Ethan, lo apunto.
Y lo apuntó, literalmente.
Qué raro.
—No te preocupes —le dije, sonriendo. Ethan me imitó.
—Evelyn. —Bailey se fijó en mí—. ¿Qué estuviste haciendo anoche?
La pregunta del millón.
—Yo... ah... bueno...
—Creo que yo puedo contestar a eso —me interrumpió Chad, sonriendo muchísimo y mirándonos a mí y a Ethan a la par—. Ella estaba con Ethan. Los dejé en... —pausó, moviendo las cejas de arriba abajo, divertido. ¡Ni se te ocurra Chad, por lo que más quieras!—. Los dejé en la habitación... a solas... ¡así que debieron de estar muy ocupados como para matar a alguien!
Te odio, Chad. Te quiero matar.
—¡Por fin! —exclamó Mindy aplaudiendo junto con Anika—. ¡Nuestros nenes se hacen mayores! Quiero ser la madrina de vuestro hijo.
—Oye, poco a poco, Mindy. No quiero ser tío tan rápido —continuó Chad.
—No creo que... —dijo Ethan—. No... no estoy preparado para ser padre.
—Ni yo para ser madre.
—Sí, sí, lo que vosotros digáis, ya veréis que en poco estaremos preparando el matrimonio —murmuró Anika con una sonrisita.
—Evelyn —continuó Bailey, el pobre aún seguía con la misma paciencia, era increíble cómo la había mantenido tras las innumerables interrupciones de los hermanos—. ¿Entonces solo pasó... eso?
—¿El qué? Ah... eso. Sí, digo no. Nos acostamos sin más pero con ropa. Es decir... no hicimos nada, o sea, si pero no, no del todo. —Intenté explicarme, miré a Ethan para que me ayudara pero tenía los ojos en el suelo, ni siquiera la poca luz que entraba en la casa disimulaba su rubor.
—Está bien —me interrumpió Bailey al ver mi ganas desesperadas por cambiar de conversación—. ¿Oíste algo fuera de lo común o viste a alguien actuar de forma extraña antes de que fueras a la habitación?
—Pues... —Fijé mi vista al suelo mientras jugueteaba con los dedos. «Que se considere muerto, había murmurado Chad. Ethan cuídala, voy a vigilar la puerta para que no entren más mierdas de estas». —. No, la verdad —le mentí.
Chad nos salvó dos veces de un aprieto, no me parecía justo incriminarlo por solo esas palabras aunque había sido un auténtico capullo al decir ese asunto privado delante de todos.
Bailey no se creyó del todo mi argumento pero pasó a Anika.
—Anika. ¿Qué hiciste después de haber... comido pizza con Mindy? —Ambas sonrieron.
—Asuntos privados —dijo Anika, riéndose por lo bajo.
Bailey suspiró. Richie lo ayudó o al menos, lo intentó.
—Chad. ¿Y tú? ¿Qué estuviste haciendo?
Ver revistas.
—Recuerdo haber salido a tomar aire fresco y luego fui a orinar porque me estaba muriendo por ir al baño. Había bebido demasiado y eso me pasó fractura. Cuando llegué al baño y la vacié toda fue como: ¡Oh! ¡Nunca me había sentido tan liviano en mi vida! Y después...
Nada, que era inocente.
Bailey puso los ojos en blanco y lo interrumpió.
—Quinn, tu turno.
—Ahora íbamos a llegar a la mejor parte... —susurró Chad poniéndose el sombrero de vaquero por encima de los muslos. Al menos ahora llevaba camisa.
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