v e i n t i s é i s
Al día siguiente de aquella salida desperté y como ya era costumbre busqué bajo mi almohada alguna nota que me hubiera dejado Quackity.
No encontré nada a pesar de que prácticamente desacomodé mi cama, fruncí el ceño, quizás lo había olvidado.
Salí de mi habitación y todo estaba tan tranquilo, normalmente a esta hora él ya estaba despierto y haciendo ruido, esto era extraño.
Entré a su habitación y lo ví tirado en su cama
—¡Arriba!.— grité a punto de tirarme sobre él
—¡Espera Kiki!.— su voz se escuchaba algo débil así que me detuve
—¿Qué tienes?.— me acerqué rápidamente, ni siquiera abría los ojos —¿Te sientes mal?.—
Toqué su frente, estaba hirviendo, tenía mucha fiebre
—No te preocupes, solo necesito descansar.— exclamó tosiendo
¿Cómo se había enfermado? Ayer estaba perfectamente.
—¿Qué debo hacer?.— pregunté —No sé que medicinas puedo darte o si debo ayudarte de alguna manera.—
Saqué mi celular de inmediato, quizás podía llamar a alguien pero ¿a quien?, solo tenía el número de Rubén, Irina, Mamá y más familia, nada nos serviría por ahora.
—No te preocupes.— pidió de nuevo mientras abría un poco los ojos, los tenía totalmente rojos
—¿Cómo me vas a pedir que no me preocupe?.— cuestioné —Tú siempre me mantienes a salvo y me cuidas, cuando es mi turno ni siquiera sé lo que tengo que hacer.—
Empecé a estresarme un poco. Era muy inútil, no sabía ni siquiera como cocinar algo tan elaborado para que él se sintiera mejor
—Toma mi celular.— pidió —Llama a alguien.—
Le hice caso, busqué entre sus contactos hasta que el primer nombre conocido apareció, marqué y esperé unos segundos hasta que respondió
—¿Hola?.— pregunté rápidamente
—¿Kiki? ¿Qué haces con un celular que no es tuyo?.— la voz de Karl sonó del otro lado
—Necesito ayuda.— avisé —Quackity tiene fiebre y parece estar enfermo, no sé que hacer ni a quien llamar, no conozco ni siquiera un hospital cerca.—
—Dame 20 minutos y estaré ahí.— se apresuró a decir y terminó la llamada
Dejé su celular a un lado de él y simplemente tomé su mano mientras me sentaba en el suelo, Quackity sonrió un poco
—Estoy bien.— trató de tranquilizarme pero yo negué
—Te ves acabado.— me burlé un poco y él rió pero después se quejó como si algo le doliera
—¿Te puedo pedir un favor?.— preguntó y asentí —Traeme uno de mis gorros.—
Por toda mi preocupación no había notado que no estaba usando su característico gorro, su cabello era lindo pero ahora se notaba despeinado
Lo solté y me levanté directo a su mueble para sacar uno de sus gorros, cuando lo tuve me acerqué para dárselo
—¿Me lo pones?.— pidió —Siento que casi no puedo moverme.—
Sonreí un poco mientras se lo ponía y acomodaba un poco su cabello
—Gracias.— dijo cerrando de nuevo los ojos, yo me volví a sentar en el piso —Puedes sentarte en la cama.—
—No me hables con los ojos cerrados.— reí —Siento que estás dormido.—
—Tener los ojos abiertos tanto tiempo hace que me ardan.— confesó —Prefiero tenerlos así un rato.—
Preferí dejar de hablar por ahora y dejarlo descansar un poco, saqué mi celular para buscar algo en google
"¿Como bajar la fiebre?"
Me aparecían demasiados resultados, ¿Cuál de estos sería más efectivo?. Pasaron varios minutos mientras yo revisaba página por página hasta que el timbre sonó
—Iré a abrir.— avisé pero solo se escuchaban los ronquidos de Quackity, se había quedado dormido
Me levanté y salí de su habitación tratando de no hacer ruido, llegué hasta la puerta y al abrirla estaba Karl con una bolsa en las manos
—Sabía que ibas a necesitar mi número.— se burló entrando y yo cerré la puerta —Pasé a comprar algo para que desayunemos y camino a acá llamé a un doctor.—
—Gracias.— sonreí ayudándole con la bolsa que traía y llevándola hasta la mesa —Entré en pánico y no sabía que hacer.—
—Llamarme fué una gran elección.— dijo —Verás que todo estará bien, ya puedes estar más tranquila.—
Pensándolo un poco había podido llamar también a Luzu pero mi fobia aún reaccionaba a él y sería complicado, sin duda Karl había sido una buena alternativa
—¿Sabes sobre algo para bajar la fiebre?.— pregunté y él sonrió
—Sé que te preocupa Quackity pero el doctor viene para acá, hay que esperar un poco.— pidió e hice una pequeña mueca —¿Nunca tuviste que encargarte de alguien enfermo?.—
Realmente no, cuando Rubén se enfermaba Irina no me dejaba intervenir para no preocuparme y cuando Irina se enfermaba Rubén se la llevaba de inmediato al hospital, nunca tuve un ejemplo de que hacer en estás situaciones
—No.— me limité a responder —Si supiera que hacer no te habría molestado.—
Mi celular vibró, lo saqué solo para darme cuenta de que era Quackity
"¿Puedes venir? No
quiero estar solo"
Sonreí un poco, Karl se acercó para leerlo también así que de inmediato lo escondí que chismoso.
—Yo iré a hacerle compañía.— exclamó y de inmediato corrió hasta la habitación de Quackity
Volví mi vista a mi conversación con Quackity y solamente le mandé un sticker. Guardé mi celular y acomodé lo que había traído Karl, lo debía guardar hasta que pudiéramos desayunar los tres.
El timbre sonó de nuevo así que me acerqué para abrir. Cuando abrí me quedé en shock, era uno de ellos
—¿_____? Que sorpresa verte aquí despues de tantos años.— exclamó, estaba usando una de esas batas de doctor —Me llamaron para ver a un chico, no sé si sea en este departamento.—
Me quedé inmóvil sintiendo mucha comezón en mis manos, empecé a sudar a chorros, dí un paso hacia atrás
—¿No me reconoces?.— preguntó riendo —Soy uno de los que te cuidaban en el orfanato.—
Claramente lo reconocía y por eso sentía un miedo inmenso. Entró al departamento y cerró la puerta.
—Karl..— intenté llamarlo pero era como si no pudiera gritar
—¿Karl?.— preguntó confundido —Es el chico que me llamó, él no está enfermo ¿verdad?.—
Empecé a rascarme porque ya no aguantaba la comezón y mi respiración empezó a alterarse
—¡Kiki!.— me giré para ver a Quackity saliendo débilmente de su habitación mientras Karl lo ayudaba
Quería acercarme a ellos pero era como si estuviera congelada y no pudiera avanzar, seguía rascándome fuertemente
—Fué bueno verte de nuevo.. ¿Kiki?.— rió aquel señor tocando mi hombro, mi cabeza había empezado a doler —Ahora debo cumplir con mi trabajo.—
Quackity estando débil caminó hasta donde estaba con ese señor junto a mí y quitó su mano de mi hombro. Rápidamente tomó mi mano para impedir que me siguiera rascando
—Soy fan de los reencuentros.— habló tosiendo un poco de nuevo —Pero preferiría que me revisara por favor.—
Intenté regular mi respiración ahora que Quackity estaba a mi lado pero era imposible.
—Bueno, vamos a revisarlo a su habitación ¿le parece?.— preguntó y Quackity asintió
—Karl, encárgate de Kiki un momento.— pidió a su amigo y él asintió acercándose —Ambos estaremos bien ¿si? Descansa.—
Asentí y me soltó para irse con aquel señor directo a su habitación. Cuando ya no estuvieron cerca simplemente suspiré
—¿Estás bien?.— preguntó Karl
—Ese señor fué uno de los causantes de mi fobia.— conté —No puedo creer que ahora sea doctor.—
—Él es médico de mi familia desde hace algunos años.— confesó —Por eso lo llamé, perdón.—
Miró mis manos lastimadas, yo me sentía algo apenada
—Te pondré crema, vamos.— pidió y negué —No te va a doler.—
Ya sabía que no me dolería pero ese trabajo era de Quackity y no dejaría que nadie más lo hiciera.
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