Las horas habían pasado y ahora íbamos camino a la casa de uno de los amigos de Alex. Iba bastante nerviosa,  me había vestido lo mejor que pude y había practicado algunas frases frente al espejo

—¿Todo bien?.— él iba conduciendo, yo asentí con una pequeña sonrisa

—Son los nervios de las primeras veces.— respondí y Alex rió un poco

—Solo son mis amigos.— intentó quitarle importancia —Estarás bien.—

Al parecer Karl le había dicho de quienes se trataba pero yo no había escuchado, no sabía ni a quienes vería

—¿Quiénes estarán ahí?.— pregunté

—No los conoces.— respondió con su mirada en el camino —Sapnap y George.—

—¿Y ya?.— cuestioné —Solo son dos chicos, podré con eso.—

—Ellos y Karl.— recordó y reí

—Karl nunca fué problema para mi fobia.— exclamé, eso él ya lo sabía

—Con los otros no habrá problema, son geniales, ya lo verás.— aseguró

El viaje continúo solo con música de fondo, Alex había hecho una playlist con mis canciones favoritas y cada que tenía oportunidad la ponía

Estacionó el auto y supuse que ya habíamos llegado. Bajamos y de inmediato él tomó mi mano.

Caminamos hasta estar frente a la puerta, Alex tocó el timbre y esperamos un rato hasta que Karl abrió

—Por fin llegan, pensé que se habían acobardado.— rió dejándonos pasar

Olía genial, sin duda sería una buena cena, solo debía asegurarme de caerle bien a todos. Nos acercamos a la sala, ahí estaban sentados dos chicos

—Ey.— saludó Alex llamando su atención

Ambos de inmediato se levantaron a saludarlo con un abrazo, yo solamente me quedé inmóvil al verlos tan efusivos

—¿Quién es ella?.— cuestionó uno de ellos —Espera déjame adivinar, eres la increíble y única Kiki.—

Intentó abrazarme pero tanto Alex como Karl lo detuvieron

—Debería ser preocupante como te sobreprotegen.— dijo el otro y yo reí un poco

—Es por su fobia.— susurró Karl pero pude escucharlo —Ya habíamos hablado de eso.—

Ví como Alex le dió un codazo para darle a entender que lo podíamos escuchar perfectamente

—Como sea, yo soy George.— exclamó el primero —Y a él le puedes decir Sapnap.—

Ambos sonrieron haciendo un gesto amistoso con sus manos, yo imité eso

—¿Quieres tomar nuestras manos?.— preguntó George y lo miré sin entender

—Calmate.— pidió Alex

—No te pongas loco, Karl nos contó que cuando lo conoció tomó sus manos para asegurarse de no temerle o algo así.— habló sapnap y yo lo recordé

Era la prueba que hacía cuando recién empezaba a conocer a más gente

—Lo haré aunque hace mucho había dejado eso.— exclamé y ambos me ofrecieron sus manos

Solté a Alex y me dirigí primero a George, él parecía emocionado pero yo simplemente tomé aire antes de tomar sus manos.

Nada estaba pasando, no sentía absolutamente nada así que sonreí, en este momento mi fobia parecía un invento.

—Mi turno.— pidió Sapnap rápidamente así que reí mientras soltaba al anterior

Recordé que con la última persona que había tenido reacción por su tacto había sido Spreen, quería superar este obstáculo así mañana que vería a aquel argentino en la convención podría tocarlo también

De repente una puerta se abrió y de ahí salió una chica bastante linda, la reconocí de inmediato, era la misma de las fotos

—Tina..— susurró Alex y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo

—Me había olvidado completamente de que estabas en el baño.— se burló Karl acercándose a ella para jalarla y acercarla a nosotros —Ella es Tina.—

Aquella chica me sonrió, yo estaba tan nerviosa que simplemente sonreí también

—¿No vas a tomar mis manos?.— preguntó aquel chico y yo volví a lo que estaba haciendo

Estaba a punto de tomarlas pero mi atención se posó más en como la mirada de Alex estaba clavada en Tina y la de ella también estaba sobre él, una sensación de incomodidad apareció en mi estómago

—Necesito un poco de aire.— murmuré pero no conseguí atención de mi novio

—¿Estás bien?.— cuestionó Karl preocupado y yo asentí resignada

—Saldré un poco.— avisé y todos asintieron, menos los dos que parecían estar en un trance

Me alejé rápidamente de ese encuentro sintiendo una presión en el pecho pero con una voz en mi cabeza que me recordaba solo son amigos

Salí de la casa y me senté en un pequeño escalón que tenían en la entrada, suspiré, debía calmarme pero todo este sentimiento era nuevo para mí

—Eres Kiki ¿no?.— al parecer ella había salido también, se sentó a mi lado haciéndome sentir más inestabilizada

—Y si no me equivoco tu eres Tina.— dije y ella rió un poco —La amiga de Alex.—

—Mejor amiga.— corrigió y la miré, no parecía mala pero mi mente se esforzaba por hacerla quedar mal, malditos celos —Te ví salir y quise asegurarme de que todo estuviera bien, sé lo de tu fobia así que pensé que sería mejor que yo viniera a verte.—

—Quizás esperaba que Alex viniera detrás de mí, como en todas las películas de amor.— dije y ella solo suspiró

—No esperes que él entienda todas tus indirectas porque no lo hará, ya deberías conocerlo.— habló y sabía que tenía razón —Kiki, a pesar de que tuve mis problemas con Alex no quiero que nada lo lastime así que investigué un poco sobre ti, espero no te moleste.—

Fruncí un poco el ceño, ¿Cómo que había investigado?, sus intenciones seguramente eran buenas pero me daba un poco de pánico

—Sé que eres _____, la hermana del Rubius que de un día para otro desapareció e hicieron una búsqueda masiva por twitter.— avisó —Conozco tu androfobia y quisiera preguntarte una cosa que espero no te moleste.—

Yo no dije nada, solo esperaba aquella pregunta

—¿Realmente lo quieres o solo estás con él por todo lo que ha hecho por tí?.— cuestionó —Es el primer chico que tuvo contacto contigo y que te sacó de esa prision dónde estabas, fué el primero en notar que existías.—

Me levanté, no me había molestado la pregunta, ya me la había hecho antes y sabía que yo amaba a Alex sin siquiera tomar en cuenta todo lo demás, siempre sería él. Lo que realmente no me había parecido bien era que le hubiera llamado "prisión" a la casa de Rubén ni que dijera que Alex "fué el primero en notar que existía", quizás era cierto pero no era la forma correcta de decirlo

—Yo amo a Alex.— aseguré mirándola —No importa que él haya sido el primero, lo amaría de todos modos.—

Ahora ella me miraba sin expresión alguna, era como si mi respuesta no hubiera sido la que esperaba