Las horas empezaron a pasar y Quackity me dió mi espacio para ir a acomodar mis cosas en lo que sería mi nueva habitación. El timbre sonó pero yo lo ignoré, estaba acostumbrada a que los demás abrieran por mí

-¿Puedes abrir?.- escuché un grito y dejé de desempacar -Estoy intentando seguir un tutorial de cómo armar un cubo rubik, si pierdo la concentración fallaré de nuevo.-

Reí un poco, realmente se comporta como un niño pequeño y no podía evitar sentirme contenta estando aquí, posiblemente estaba mal pero era como tener un respiro

Por ahora había preferido dejar de pensar en Rubén, era mi hermano y ya era rutina tenerlo conmigo pero creo que a ambos nos hacía falta un descanso mutuo, supuse que él estaba más tranquilo después de la llamada

Salí de la habitación directamente a la puerta, abrí y lo primero que ví fué a Luzu junto a una chica y un pequeño niño

-Hola Kiki.- saludó Luzu alegremente mientras se acercaba a mí para besar mi mejilla en forma de saludo, me quedé paralizada -Por un momento olvidé que estabas aquí.-

Sentí un poco de irritación en mi mejilla, eso sin duda había sido algo tan simple pero yo no estaba lista así que la reacción empezó.

-¡Quack quack!.- grité llamando a Quackity intentando no alarmar a los presentes -Yo.. perdón pero debo irme..-

Ambos me miraron confundidos, Quackity salió rápidamente de dónde estaba y tomó mi mano, yo quería rascar mi mejilla pero sabía que no debía hacerlo

-Perdonen a Kiki, es un poco tímida.- intentó justificarme

-No te preocupes, yo era igual que ella.- sonrió la chica -Por cierto soy Lana.-

-Es un gusto.- sonreí un poco más aliviada, Quackity no me soltaba aún

-¿Por qué te dicen Kiki?.- preguntó Luzu de repente -Venía pensándolo y supuse que estaba relacionado a tu nombre, quizás es Kiara, Keila o Kenia ¿no?.-

Miré a Quackity esperando que él tuviera una respuesta a eso, era obvio que no podríamos decir la verdadera razón

-Se llama Kiki, literalmente así viene en sus identificaciones.- respondió por mí y mentalmente me dí un golpe, que excusa tan mala

-Pasando a lo importante.- exclamé rápidamente antes de que pudieran preguntar algo más -¿Quién es esa preciosura?.-

Aquel pequeño niño soltó a sus papás y se acercó a nosotros, solté de inmediato a Quackity para poder cargarlo

-Es Oli.- dijo Lana -Solo venimos a dejarselos algunas horas, volveremos más tarde.-

Miré a Oli, él tenía una sonrisa muy linda y sus ojitos brillaban de una manera demasiado hermosa

-Ya nos tenemos que ir.- avisó Luzu revisando su celular -Cualquier cosa que ocurra nos llaman, estaremos al pendiente de todo.-

Ambos hicieron una señal con sus manos para despedirse y se marcharon, Quackity simplemente cerró la puerta

-¿Estás bien?.- preguntó -Tienes la mejilla roja.-

¡La irritación! Lo había olvidado, odiaba tanto mi fobia

-Debo ir por mi crema.- dije rápidamente intentando bajar a Oli pero él se aferró a mí, no quería que lo soltara

-No te preocupes, yo voy por ella.- exclamó y fué directamente a la que sería mi habitación

Caminé unos cuantos metros mientras Oli empezaba a agarrar mi cara, yo simplemente sonreí

-Aquí está.- volvió Quackity y de inmediato la abrió para ponerme un poco en mi mejilla, yo quedé paralizada al sentir su tacto y ver su rostro cerca del mío -Hay algo que no entiendo, si tienes miedo a los varones ¿cómo puedes estar tan cerca de Oli sin tener problemas?.-

-Él es muy pequeño, es obvio que no lastimaría a nadie.- respondí y escuchamos una pequeña risa por parte de él -Además míralo, es hermoso.-

Quackity dejó la crema a un lado y sacó su celular, yo lo mire intrigada

-Les tomaré una foto.- dijo y lo pensó un poco -Tengo una mejor idea, sígueme.-

Hice lo que pidió, mis brazos empezaban a cansarse por estar cargando a Oli. Entramos a su habitación y nos detuvimos frente a un espejo que tenía ahí

-Tomemos una foto aquí para que salgamos los tres.- exclamó y asentí mientras sonreía

-Tu espejo está sucio.- avisé riendo un poco

-Mis mejores fotos son con el espejo mugroso.- dijo burlón -Acercate más para tomar la foto.-

Me acerqué y él acomodó un poco su celular para tener un buen ángulo, tomó la foto y me la mostró, era preciosa

-Guardaré la foto como nuestro primer día de niñeros.- exclamó sonriendo -Ya te la envié.-

Había dejado mi celular en mi habitación así que lo revisaría más tarde. Oli por fin dió la señal de que quería que lo bajara así que lo hice, ví como camino hasta un cubo rubik que estaba tirado a un lado de la cama de Quackity

-No preguntes, no lo terminé.- dijo ahogandose entre risas, inmediatamente empecé a reír también, su risa era contagiosa -Odio los rompecabezas.-

Oli se acercó para darme aquel cubo, yo lo tomé y con algunos movimientos lo armé, Quackity parecía sorprendido así que se lo dí

-Durante todos los años que estuve encerrada no solo aprendí a dibujar.- avisé mirando como él contemplaba a detenimiento lo que había hecho

-Eres genial Kikiriki, con razón Rubius te mantenía encerrada, no quería liberar todo tu poder.- dijo y volví a reír

El pequeño salió de la habitación así que salí detrás de él, nunca había cuidado a un niño, ni siquiera había convivido con uno pero ahora sentía que estaba a cargo de dos.