018 || what is harry potter?
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Chapter Eighteen
¿qué es harry potter?
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YA HABÍA TRANSCURRIDO OCHO DÍAS DESDE QUE A JUNO Y SPENCER LES HABÍAN dado el alta en el hospital, días en donde ambos por ordenes de sus jefes tuvieron que permanecer en sus respectivos hogares para seguir descansando y reponerse de lo caótico que había sido su vida días atrás.
Juno se sentía bien, sobretodo después de corroborar que Charlotte se encontraba en perfectas condiciones. Las lesiones negras que llegaron a salir en su cuerpo ya comenzaban a sanar e incluso las costras comenzaban a caerse. Tal parecía que todo estaría en orden y que la única consecuencia sería a nivel psicológico.
La castaña no lo quería admitir en voz alta, pero desde que supo todo lo que había ocurrido, comenzó a temer a todas aquellas cosas que pudieran existir fuera y que podrían ponerla en riesgo a ella y a Charlotte.
No quería volverse una paranoica, pero le resultaba inevitable no temblar ante el pensamiento de poner un pie fuera de su departamento. Y ni hablar sobre salir con Charlotte a algún lugar, eso solo hacía que sus manos temblaran ante la ansiedad que le producían los pensamientos de que algo peor pudiera ocurrirle a su hija.
Los amigos de Juno notaban ese cambio en la personalidad en la chica, sin embargo aunque intentaron hablar con ella, la castaña siempre se negaba a escuchar, mintiendo y diciendo que se encontraba bien, que ni había nada de que preocuparse.
Algo había cambiado en Juno después del incidente en el parque y era evidente. Sin embargo dudaban que Juno quisiera aceptar ayuda o si quiera aceptar que tenía un problema.
A menos que alguien que hubiera vivido lo mismo, viniera a hablar con ella.
La recuperación para Spencer fue algo bastante tranquilo. El castaño se sentía mejor y no parecía tener ninguna clase de efecto secundario, se sentía listo para volver a trabajar, sin embargo Hotch le había ordenado aún mantener reposo un par de días más.
Spencer no era muy fanático de la idea de permanecer encerrado en su departamento, de hecho se aburría bastante cuando terminaba de leer todo lo que tenía en casa (cosa que solo tomaría unas cuantas horas del día). Jugó ajedrez contra si mismo varias veces, pero después de varios días bajo esa misma rutina, todo se volvía aburrido.
Pensó en lo que estaría haciendo Juno, en como estaría llevando la castaña su recuperación, después de todo no habían vuelto a hablar desde que ambos salieron del hospital.
Y la extrañaba, extrañaba la mirada profunda y encantadora de Juno. Extrañaba aquellas sonrisas que detenían el mundo y que además lo iluminaban de una manera espectacular.
Aunque no solo comenzó a extrañar a Juno, en algunos de esos días también se encontró pensando en Charlotte. En aquella tierna niña de cabellos largos y castaños que había hablado sin parar de su gatito la última vez que se habían visto en el hospital.
Al principio fue extraño para Spencer el estar pensando no solo en Juno, si no también en Charlotte. Pero conforme los días fueron pasando, el castaño pudo ir asimilando la alegría que la niña traía a su corazón.
El sonido de alguien tocando su puerta lo hizo dejar de pensar momentáneamente en Juno y Charlotte. Se preguntaba quién sería, después de todo sabía que el equipo se encontraba fuera del estado por un caso y él no era la clase de persona que recibía visitas.
En cuanto se asomó para ver de quien se trataba, se sorprendió demasiado al ver a la novia de su mejor amigo del otro lado de la puerta.
— ¿Zara?— preguntó Spencer confundido mientras abría la puerta
— Hola Spencer— sonrió la morena de lado— Lamento venir sin preguntar, pero quería hablar contigo de manera urgente y bueno... Derek me dio tu dirección. ¿Está bien?
— Ehhh, si claro, pasa— respondió Spencer aún confundido por la presencia de la chica en su departamento— ¿Quieres algo de beber? ¿Café, agua, té?
— Estoy bien, gracias. Vengo muy de rápido porque tengo que llegar a mi turno en el hospital, pero quería pasar a hablar contigo... bueno quería pedirte un favor en realidad
— ¿Qué puedo hacer por ti?
— Ehh, bueno, es sobre Juno— comenzó a explicar la chica— Desde que volvió a casa después de lo del hospital siento que no es la misma... y entiendo que no debió de ser nada sencillo tener que vivir lo que vivió, pero siento que algo no está bien con ella
Spencer tomó asiento frente a Zara mientras suspiraba. Sabía a lo que se refería la chica, después de todo gracias a su empleo había tenido que pasar por varios eventos traumáticos y suponía que las cosas para Juno no debían estar siendo nada sencillas de sobrellevar.
— Está asustada de que algo así pueda volver a ocurrirle o de que algo ponga en riesgo a Charlotte— siguió diciendo Zara— Y la entendemos... nosotros también estamos asustados de que algo como lo que pasó se repita, incluso nos asusta que cualquier otra cosa pueda pasarles a ambas... pero no sé, siento que los temores de Juno se están intensificando demasiado. En los últimos días no quiso salir ni a la tienda para comprar un jugo, ni hablar de dejar ir a Charlotte al parque, con trabajos la suelta para que la llevemos a la escuela y eso nos tomó tres días para convencerla
El castaño escuchaba con atención cada palabra que salía de la boca de Zara, analizaba todos los comportamientos de Juno. No fue muy difícil llegar a la conclusión de que la castaña de ojos verdes había desarrollado trastorno de estrés post traumático debido a lo vivido con la cepa del antrax.
No podía culparla, incluso él había sentido un poco de temor los días posteriores después de su salida del hospital, pero tampoco podía decir que estaba en la misma situación que ella puesto que él logró dejar ese temor atrás para tratar de continuar con su vida.
— Todos intentamos hablar con ella, pero es demasiado terca para aceptar que está mal o que necesita ayuda— decía Zara— Yo te quería pedir... bueno, en vista de que solo tú comprendes lo que ella vivió por la cepa... bueno, solo si puedes... ir a visitarla al departamento para hablar con ella
— ¿Hablar con ella?
— Eres el único que sabe lo que sintió al estar expuesto a la cepa. Los dos pasaron casi por los mismos malestares y estuvieron en riesgo de... ya sabes— dijo Zara con nervios— Por favor Spencer, ya no sé que hacer para ayudarla... pensé en terapia psicológica, pero se que no va a servir de nada si ella no la acepta
Spencer no dudó mucho en aceptar la petición de Zara. No estaba muy seguro de que cosas podría decirle a Juno para hacerla sentir mejor, pero lo que si sabía es que no planeaba dejarla sola. La apoyaría con todo lo que estuviera a su alcance.
Porque Spencer sería capaz de usar todos sus recursos con tal de proteger a Juno.
•••
Juno disfrutaba demasiado el pasar tiempo con su hija. Algo tan simple como lo podía ser el estar acostadas viendo películas de todo tipo, era para la castaña el mejor plan de todos.
Esa tarde Charlotte había insistido con que quería ver la primera película de Harry Potter y al ser Juno una gran fan de aquella saga, no dudó en acceder.
Ambas estaban a solas en la sala del departamento con las luces apagadas y un tazón con palomitas. Charlotte mantenía su cabeza en el regazo de su madre, quien acariciaba su cabello con una mano y comía palomitas con la otra.
— ¡Un troll, hay un troll en las mazmorras!— gritó el profesor Quirrell— Solo para que sepan...
Charlotte soltó una risa al ver al personaje caer al suelo desmayado, haciendo que Juno sonriera de manera automática solo por el simple hecho de ver feliz a su hija.
Amaba a Charlotte, la amaba mas que a su vida y se sentía agradecida de todas las maneras posibles con todos los factores que lograron que ella pudiera seguir viviendo y compartiendo esta clase de momentos junto a la bella niña.
No podía parar de pensar en lo afortunada que había sido por llevar a Izzy en esa ocasión y que él llevara a Charlotte por ese helado fuera del parque. De no ser así, no estaba segura de cual hubiera sido el destino de la niña.
¿Qué sería de Juno si algo le ocurriera a su hija? Perdería la cabeza de inmediato, se negaría a aceptar vivir una vida sin ella.
Una lágrima rodó por su mejilla con el simple pensamiento de que Charlotte partiera de este mundo antes que ella.
— Hija— habló Juno haciendo que la niña levantara su mirada— Te amo mucho
— Yo también te amo, mamá— sonrió la niña— Mucho
El timbre sonó y Juno tuvo que ponerle pausa a la película para ver de quien se trataba. Charlotte aprovechó esto para ir a la cocina por una gelatina del refrigerador.
Juno observó por la mirilla y sintió su corazón acelerarse al darse cuenta que era Spencer quien se encontraba del otro lado de la puerta.
— Spencer... hola— sonrió Juno— ¿Qué haces aquí?
— Hola Juno— sonrió extendiendo una gerbera de color rojo que escondía detrás de su espalda— Quería saber cómo estabas... ¿Puedo pasar?
— Es preciosa, muchas gracias— exclamó Juno recibiendo la flor— Si, claro que si. Adelante, estaba viendo una película con Charlotte... ¿Gustas algo de tomar o de comer?
— Un vaso de agua estaría...
— ¡Spencer!— gritó la niña con felicidad al salir de la cocina y ver al castaño entrar al departamento— Estás aquí, estás aquí
Charlotte no podía ocultar su emoción y corrió directamente a los brazos del castaño, quien sorprendido por la acción se tardó unos segundos en corresponder el tierno abrazo que la niña le estaba dando.
No comprendía como era posible que la niña le hubiera tomado tanto cariño al punto que ahora se encontraba abrazándolo, pero sin duda su corazón se llenaba de alegría por tales acciones.
Era inevitable no dejar que la niña entrara en su corazón. Era alguien sumamente dulce que hacía que el día de cualquiera se iluminara al instante.
— ¿Quieres conocer a mi gatita? Se llama Venus, aunque también podría...
— Cariño, déjalo respirar por un momento. Acaba de llegar— dijo Juno extendiendole el vaso de agua al castaño— Mejor ve a revisar que Venus aún tenga comida y luego se la presentamos a Spencer, ¿de acuerdo?
— Está bien, mamá— asintió la niña separandose del agente— Que bueno que estás aquí, mi mamá le había preguntado por ti varias veces a la tía Zara y...
— ¡Charlotte!— exclamó Juno sintiendo como el calor subía por sus mejillas un poco apenada— Ve con Venus
Spencer no pudo evitar reír ligeramente al ver la reacción de Juno. No esperaba que ella hubiera preguntado por él tantas veces y mucho menos verla sonrojada al hacerse pública esa información, pero le gustaba... le gustaba saber que él no era el único en pensar en el otro.
Juno trató de girar su rostro para evitar que Spencer notara el sonrojo en sus mejillas. Normalmente no solía ser una persona tímida cuando se trataba de ser vista por algún hombre, sin embargo las cosas con Spencer siempre solían ser diferentes desde que se conocieron. Todo en él era por completo diferente, haciéndola sentir cosas magníficas que no sabía que eran posibles, pero que adoraba sentir.
No sabría expresarlo con palabras, pero Juno se sentía inexplicablemente feliz y plena en compañía de Spencer, en maneras que parecía solo podrían experimentarse en películas o historias de amor.
— ¿Interrumpí tu tarde de películas?— preguntó Spencer señalando el televisor— Podría volver mas tarde u otro día...
— Nada de eso— negó Juno sentándose en el sillón— No te preocupes, a Charlotte no creo que le importe mucho ver la película ahora que estas aquí... y si soy honesta a mi tampoco
Ambos se sonrieron. Sin saberlo sus corazones latían como si fueran uno solo, sus corazones latían el uno por el otro y ninguno parecía tener ni la mas mínima idea de que eso era posible.
— ¿Qué... qué veían?— preguntó Spencer tratando de disimular los nervios
— Harry Potter
Spencer se quedó en silencio y eso hizo que Juno lo mirara llena de confusión.
— ¿Si has visto Harry Potter, verdad?— preguntó Juno levantando una de sus cejas
— ¿Qué es Harry Potter?
— ¿¡Cómo que no sabes que es Harry Potter!?— preguntó Juno abriendo sus ojos con gran sorpresa— ¿¡Cómo que puedes leer 20,000 palabras por minuto pero nunca leíste Harry Potter!? Eso debería ser considerado como alguna clase de delito o algo así. ¡Es imposible que no conozcas a los mejores libros que existen sobre un mundo mágico!
— Por lo visto sea lo que sea te gusta mucho, lo que significa que debe ser bueno— rio Spencer
— ¿Bueno? Es muchísimo mejor que eso. Cuando era niña solía pasar mucho tiempo en bibliotecas públicas... era como Matilda, la de la película en donde sale Danny DeVito— rio con nostalgia la castaña— Solo que yo no tenía poderes o una maestra Miel que me adoptara, además tenía creo 15 o 16 años...
Juno sintió que comenzaba a divagar y a hacer mención de cosas de las que odiaba hablar, por lo que antes de que Spencer hiciera alguna clase de pregunta, trató de seguir con lo que originalmente intentaba explicar
— Un día encontré el primer libro en uno de los carritos de la biblioteca... fue increíble... me ayudó mucho a alegrar los días complicados por los que pasaba en esos tiempos— sonrió de lado la castaña— Toda la magia... la manera en la que hablan como no existe magia mas fuerte que el amor de una madre, como la familia no siempre la vas a tener con quienes compartes sangre... toda esa clase de cosas
Spencer adoró ver el brillo en la mirada de Juno en cuanto comenzó a explicarle sobre el porque de su amor por aquella saga de libros y películas.
— Te empezaría a explicar porque a veces me siento identificada con Harry Potter, pero eso sería darte un spoiler de lo que ocurre en la saga y me niego a que pases un día más sin ver esta obra de arte— dijo Juno poniéndose de pie para buscar los controles del televisor— ¿Tienes algo que hacer hoy?
— No realmente— negó él— Venía a hablar contigo y a ver cómo seguías...
— ¿Te gustaría quedarte y ver Harry Potter con Charlotte y conmigo?— propuso Juno
— Me encantaría— sonrió Spencer
Spencer aún quería hablar con Juno todo lo relacionado a lo del incidente con el ántrax, pero sabía que llegar y hacer mención del tema sería algo muy agresivo y haría que Juno se cerrara en la conversación o que incluso lo corriera. Fue por eso por lo que acabó decidiendo que lo mejor era darle una tarde agradable y mas adelante hacer mención sobre ese día.
Además claro de que no quería que Charlotte escuchara sobre ese tema, después de todo era muy niña para comprender que era lo que había pasado y no quería espantarla de alguna manera.
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