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008 || mom, where is dad?

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Chapter Eight
mamá, ¿dónde está papá?

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ERA SÁBADO POR LA TARDE Y JUNO HABÍA DECIDIDO PASAR EL DÍA EN casa cocinando mientras que Charlotte se entretenía jugando con sus peluches y viendo películas en su habitación.

Sus sábados solían ser tranquilos, solo iba a la pastelería en ocasiones donde la demanda fuera muy alta o cuando los pasteles se estuvieran por terminar. Le gustaba tomarse ese día ya fuera para estar con Charlotte o salir, esto con Declan o incluso con Zara.

Fue alrededor de las dos de la tarde cuando Juno ya había preparado la comida y decidió sentarse en el sofá a descansar. Tan solo unos minutos después, escuchó una notificación que la hizo abrir los ojos, sacó su celular de su bolsillo y vio que tenía un nuevo mensaje.

Era Spencer.

Juno sonrió y abrió el mensaje con un poco de emoción. Ambos habían estado hablando durante los últimos días ya que el castaño no había tenido tiempo para visitar la pastelería, pero aún así trataban de mantener el mayor contacto posible.

Cuando abrió el mensaje se encontró con el texto que la hizo sentir como sus latidos se aceleraban.

Spencer: Buenas tardes Juno. ¿Ocupada?

Me: No realmente, acabo de terminar de cocinar y decidí acostarme un rato en el sofá. ¿Qué tal tú?

Spencer: Todo en orden, en vista de que hoy pude tener un fin de semana libre, decidí quedarme en casa para acomodar mis libros, pero resultó ser una actividad que no me tomó mucho tiempo.

Me: Te entiendo, hoy decidí quedarme en casa con Charlotte, ella jugando y yo cocinando, pero terminé bastante temprano, así que ahora supongo que me acostaré a ver una película o algo.

No hubo respuesta por un par de minutos y eso hizo que Juno se sintiera confundida puesto que se notaba que el hombre había leído el mensaje.

¿Acaso la conversación había muerto tan pronto? Pensaba la castaña mientras hacía una mueca.

Juno pensó en si sería buena idea mandar otro mensaje para ver si la conversación podía ser salvada, sin embargo no sabía que mandar, por lo que optó a esperar y pararse para preguntarle a su hija si tenía hambre.

Cuando Juno entró al cuarto de su hija, la encontró viendo Mulán una de las películas favoritas de la niña, por lo que la castaña decidió sentarse en el borde de la cama para ver unas cuantas escenas.

Venus, la gatita negra que era la mascota de la familia, entró también al cuarto y se acomodó en las piernas de Juno, quien al sentir al animalito comenzó a acariciarla para que pudiera dormir.

“El mayor honor y obsequio es tenerte a ti como hija... te extrañé tanto”

“Y yo a ti, papá”

— Mami, ¿Dónde está papá?— preguntó la niña viendo a Juno— ¿Por qué nunca hablas de él o por qué nunca viene a verme?

Juno parecía haberse quedado helada ante la pregunta tan inesperada.

Sabía que esa clase de preguntas no podían evitarse, sabía que en algún momento Charlotte preguntaría por su padre, solo que no esperaba que fuera de una manera tan inesperada.

No sabía que decir, no quería hablar mal de Austin y tampoco sabía como explicarle a la pequeña que su padre no había querido si quiera conocerla.

Ella había sufrido en carne propia el dolor de que su padre no la hubiera querido. No quería que Charlotte sintiera lo mismo, pero tampoco podía mentirle.

— Existen cosas que aún no puedo contarte porque eres muy pequeña para comprenderlas, una de ellas son las razones por las que no hablo de tu padre— comenzó a decir la mujer acercándose a su hija y haciendo que Venus se moviera— El porque no viene a verte... honestamente no sabría que decirte, tiene muchos años que tampoco me viene a ver a mi. Tal vez esté trabajando o tal vez está viajando...

— ¿Y si es así, por qué no llama?— preguntó la niña— Cuando tía Zara o la abuela Minerva no están porque salen de viaje, nos llaman todas las noches para asegurarse que estamos bien. Cuando Derek se va de viaje por trabajo le llama a la tía Zara, incluso la tía Luna y el tío Izzy nos llaman cuando pasamos mucho tiempo sin vernos

Un nudo se formó en el estómago de Juno, quien no sabía que responder.

Los ojos de Charlotte la miraban fijamente en espera de una respuesta y Juno parecía que se hubiera olvidado de como hablar. Sabía que debía contarle la verdad a la niña, pero no sabía como hacerlo sin que Charlotte sufriera.

— Los adultos a veces hacemos cosas que no parecen tener sentido, eso incluye el no comunicarnos entre nosotros— habló Juno con nervios— Tú papá es alguien bastante complicado...

— Mami, ¿Por qué estás llorando?— preguntó Charlotte abrazando a Juno

Juno no notó que algunas lágrimas ya comenzaban a caer por su rostro, por lo que de manera inmediata las limpió de su rostro. No le gustaba llorar frente a nadie y mucho menos frente a su hija.

— ¿Hablar de mi papá te pone triste? Porque si es así no quiero saber nada de él, yo no quiero que llores por mi culpa— habló la niña abrazando mas fuerte a su madre

— No cariño, no es tu culpa— negó Juno besando con delicadeza la cabeza de Charlotte— Y si, hablar de tu papá me pone un poco triste, pero no por eso significa que no pueda hablarte de él. Tienes todo el derecho a preguntarme sobre él y yo te contestaré todo lo que sea posible

— Pero yo no quiero que llores...

— Llorar no es malo y si lo hago recuerda que no es tu culpa, es solo que han pasado varías cosas entre tu papá y yo que aún duelen, pero tú no tienes nada que ver, por lo que si quieres saber cosas de él puedes preguntarme— respondió la mujer con una sonrisa— Así que aunque no pueda contarte todo, no aún, si puedo decirte cosas básicas sobre él

Charlotte se quedó en silencio mientras seguía abrazando a su mamá.

El celular de Juno sonó, había recibido otro mensaje de texto, pero ella decidió ignorarlo y mantener el abrazo con su hija.

El tema de Austin era uno que nunca se tocaba en esa casa o en ningún otro lado, todos sabían el dolor que le traía a Juno el recordar la manera en la que todo había terminado y como el hombre a quien Juno tanto amaba decidió correrla del que era su hogar cuando se encontraba embarazada.

Juno nunca estuvo del todo segura de si quería llegar a tener hijos, pero de lo que estaba segura era de que si los llegaba a tener, sería con un hombre que la amara y que protegiera por sobre todas las cosas a esa vida que ambos traerían al mundo.

Su embarazo no fue planeado y eso quedó mas que claro cuando el padre de Charlotte tuvo un comportamiento que mostraba todas las actitudes que Juno deseaba evitar en el padre de su bebé.

Los planes de Juno de tener esa familia amorosa no salieron como ella lo hubiera esperado, su hija no tenía un padre y sabía que eso sería algo que mas adelante produciría dolor en la niña (aunque ella deseara evitarlo, era inevitable). Pero al menos, quería ser esa madre que Charlotte merecía, una madre que pudiera darle todo el cariño que una mamá y un papá pudieran ofrecerle a una niña.

Ambas permanecieron en silencio mientras veían los últimos momentos de la película, aunque la mente de Juno aún pensaba en la manera adecuada de explicarle a su hija que su papá no aparecería.

— ¿Cómo se llama?— preguntó Charlotte en cuanto la película terminó— Mi papá... ¿Cómo se llama?

— Austin, tu papá se llama Austin

— No me gusta su nombre— negó Charlotte acariciando a la gatita que se aproximaba a sus piernas— Tal vez es bueno que no venga a casa

— Tal vez— suspiró Juno— ¿Alguna otra cosa que quieras saber de él?

— No— volvió a negar la niña— Pero gracias por preguntarme y por responder. Te quiero mucho, mami

— Y yo a ti pequeña, mucho más de lo que podrías llegarte a imaginar— sonrió Juno

— Mami. ¿Me puedes poner la película de Blanca Nieves y los Siete Enanos?— preguntó Charlotte con emoción

— Claro que si— asintió Juno poniéndose de pie— ¿Quieres que te traiga algo para comer o te esperas a más tarde y ver si llega tu abuela Minerva?

— ¿Todavía quedan nuggets en forma de dinosaurio?— preguntó la pequeña, recibiendo un asentimiento por parte de su madre— ¿Me podrías hacer algunos? Quiero esperar a la abuela Minerva pero tengo un poco de hambre

— Yo te los traigo— sonrió Juno mientras ponía el disco en el DVD

Juno salió del cuarto para volver a encaminarse a la cocina y prepararle sus nuggets a Charlotte.

Quería despejar su mente y no pensar nuevamente en Austin ni en los días en donde su vida pareció venirse abajo, por lo que mientras la sartén se calentaba decidió revisar quien le había mandado el mensaje que hizo que su celular sonara momentos atrás.

De nuevo era Spencer.

Spencer: Siento mucho el haber dejado de contestar de manera tan abrupta, pero me quedé pensando unos instantes y perdí la noción del tiempo.

Me: No te preocupes, suele pasar. ¿Todo está en orden?

Spencer: Si... pero en realidad quería hablar contigo. ¿Te molestaría si te llamo solo unos momentos?

Me: Adelante, puedes acompañarme mientras le preparo unos nuggets a Charlotte.

Segundos mas tarde, el teléfono de Juno comenzó a sonar, dejando ver el nombre de Spencer en la pantalla.

— Hola Spencer, buenas tardes— saludó Juno— ¿Pasó algo?

— Hola Juno. No, no pasó nada, solo quería escuchar tu voz— respondió él, haciendo que Juno sonriera— Así que... cuentame, ¿Qué tal está Charlotte?

— Es lindo escuchar eso, gracias— dijo ella— Está viendo una película en su cuarto mientras esperamos a la madre de Zara para comer. ¿Tú cómo estás? ¿Qué tal estuvo tu semana? No te vi en la pastelería... a menos que fueras en algún momento en el que no estuve

— ¿Qué sentido tendría ir a la pastelería si no estás tú para atenderme?— preguntó Spencer haciendo sonreír nuevamente a Juno

Ella se quedó por unos instantes sin decir nada, solo una ligera risa salía de su garganta. Los comentarios de Spencer la estaban haciendo sonreír bastante.

— ¿Te han dicho que eres un sujeto muy dulce?— preguntó ella mordiendo su labio ligeramente

Una risa nerviosa se escuchó del otro lado de la línea.

Durante los siguientes diez minutos, Juno y Spencer siguieron hablando sobre como habían sido los últimos días, ella compartiendo anécdotas con los clientes y él escuchando atentamente cada palabra que salía de la boca de la mujer.

Lo disfrutaba bastante.

Spencer adoraba escuchar a Juno hablar.

— Espera, deja le entrego su comida. Charlotte— dijo Juno abriendo la puerta del cuarto de la niña— Cariño, te traje tus nuggets

— Gracias mami— sonrió la niña corriendo para tomar el plato— ¿Con quién hablas? ¿Es la abuela Minerva? ¿Ya viene para acá?

— Estoy hablando con un amigo, ya lo conoces, Spencer

— ¿¡El mago!?— preguntó Charlotte con emoción— ¡Déjame hablar con él, por favor!

Spencer del otro lado de la línea sonrió al escuchar como la niña lo recordaba y que lo hacía por el truco de magia que había hecho para calmarla el día que se conocieron.

— Si a él no le molesta, por supuesto que si— respondió Juno volviendo a colocarse el teléfono en la oreja— Ehh, Spencer, alguien quiere hablar contigo... ¿Estás bien con eso?

— Si, por supuesto que si— asintió él

Juno le entregó el teléfono a su hija, quien con gran emoción lo recibió y colocó el altavoz para que ambas pudieran escuchar.

— Hola, soy Charlotte— saludó la niña con alegría— ¿Tú eres el mago que hizo desaparecer la moneda el día que me lastimé en la pastelería?

— Hola Charlotte, es un placer. Mi nombre es Spencer y no sé si podría hacerme llamar mago, pero en efecto, yo soy quien hizo desaparecer la moneda ese día— contestó él haciendo sonreír a ambas mujeres— ¿Ya cómo te sientes después de ese día? ¿Ya no te volvió a doler?

— Me siento bien, mi mamá es la mejor enfermera del mundo y me curó muy rápido— exclamó Charlotte sin parar de sonreír

— Me da gusto escuchar eso y espero que las cosas se mantengan así y que no te vuelva a doler

Juno le sonrió a su hija, quien ya comenzaba a comerse sus nuggets.

— Señor Spencer... ¿Algún día lo volveré a ver?— preguntó Charlotte— Quiero volver a ver el truco de la moneda

— Puedes llamarme solo Spencer— corrigió con amabilidad el hombre— Y eso no lo sé, tal vez algún día que vaya a la pastelería...

— ¡Si, si, si!— asintió la niña— Pero, tiene que ser cuando salga de la escuela...

— Bueno, si a tu mamá no le molesta, será algo que hablaré con ella en otro momento— mencionó Spencer

— A mamá no le va a molestar. ¿Verdad mamá? ¿Verdad que vas a dejar que Spencer me enseñe nuevamente el truco de la moneda?— preguntaba Charlotte mirando a su mamá

— Eso lo veremos. Es una conversación que tendré con Spencer en otro momento, piensa que él también tiene un trabajo y no podemos disponer de sus tiempos— respondió Juno

Charlotte estaba por decir otra cosa, pero el sonido de la puerta principal abriendose y que Venus despertara para salir corriendo a la sala, hizo que ambas notaran que Minerva Thirwall había vuelto a casa.

— ¡Llegó la abuela!— exclamó Charlotte— Spencer, ya me debo ir, mi abuela llegó y quiero seguir contándole sobre el truco de la moneda

— Un placer hablar contigo, Charlotte, cuídate— se despedía Spencer

— Adiós, Spencer— se despidió la niña antes de salir corriendo de su cuarto

Juno rio y desactivó el altavoz para poder hablar unos últimos momentos con Spencer antes de cortar la llamada.

— Tu hija es muy adorable— decía Spencer

— Gracias por acceder a hablar con ella. No acostumbro mucho a dejar que estas cosas pasen, pero le caes bien y pareces ser bueno— mencionó Juno— Me dio gusto hablar contigo aunque fuera por un rato, espero poder verte la semana que viene en la pastelería

— Prometo estar ahí el lunes a primera hora— dijo Spencer

— Entonces te veré el lunes— dijo Juno con felicidad

— Eso dalo por hecho

— Adiós, Spencer. Ten un buen día— se despidió ella— Hablamos mas tarde, te envio mensaje cuando terminemos de comer

— Adiós, Juno. Esperaré tu mensaje, también ten un buen día— respondió Spencer antes de colgar la llamada

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